Feliz Nochebuena y Feliz Navidad!

Lo más importante de esta semana que ha vuelto a traer volatilidad a los mercados (VIX por encima del 25%) fue el hecho de que la Fed recortó los tipos de interés, como se esperaba en 25 puntos básicos hasta el 4,25%-4,50%, pero lanzó un mensaje de “higher for longer”, con sólo dos bajadas de tipos para el año que viene. Así, la encuesta sobre niveles de tipos a los miembros de la Fed (dot plot) refleja para el periodo 2025-2027, 2 recortes en 2025 tipos en 3,87%, otros 2 en 2026 con los tipos en 3,375% y uno en 2027 con tipos en 3,125%, frente al 3,375% (en 2025), 2,875% (en 2026), 2,875% (en 2027) anterior, lo que ha decepcionado a las Bolsas y a los activos de Riesgo (El Bitcoin se ha ido de 108.000$ a 94.700$ en dos sesiones). Por otro lado, el plan de financiación del gobierno finalmente no salió adelante por nuevas exigencias de Donald Trump, volviendo a generar dudas sobre un posible shut down.

Como decía, lo más importante de la reunión de la Fed fue el discurso de su presidente, Jerome Powell, quien volvió a poner el foco en la inflación. La Fed lleva cuatro años sin lograr el objetivo de reducir el incremento de los precios al 2% y señaló que no puede haber muchas más expectativas de bajadas en 2025 mientras este parámetro no esté totalmente controlado. Este cambio de enfoque contrasta con el objetivo más reciente de la Fed, que era priorizar el cuidado del mercado laboral en Estados Unidos. El máximo responsable de la Reserva Federal añadió también que tiene algunas propuestas importantes para el gabinete de gobierno entrante relacionadas con medidas que, según anticipa, podrían ser inflacionarias. Las previsiones para 2025 apuntan a un aumento de precios del 2.5%, pero la posible guerra comercial mediante aranceles y una potencial bonanza en las bolsas elevan significativamente el riesgo de que esta cifra aumente.

Además, en la decisión de recortar los tipos en 25 puntos básicos hubo un miembro del consejo que votó en contra y ya es la segunda vez que bajo el mandato de Powell no se toma una decisión unánime, lo que envía una señal de que hay un debate controvertido en torno a la decisión. El aumento de las previsiones de inflación fue aún más importante. Ahora se espera que tanto el deflactor del PCE, la medida preferida de la Fed para medir la inflación, como el tipo básico se sitúen en el 2,5% en 2025. Anteriormente, estas cifras eran del 2,1% para el tipo general y del 2,2% para el tipo básico. Powell lo expresó claramente “la proyección de inflación de fin de año del banco central se ha desmoronado”. Ahora, una nueva bajada en enero parece estar descartada, por tanto, dependerá en gran medida de la evolución de la inflación en los próximos meses. La reunión de marzo está claramente en el punto de mira. En primer lugar, porque la administración Trump habrá estado en el cargo durante varias semanas y en segundo lugar, porque para entonces habremos tenido tiempo de incorporar estas iniciativas de la nueva administración en las nuevas proyecciones. En la conferencia de prensa, Jerome Powell dijo que algunos miembros del FOMC habían comenzado a incorporar propuestas conocidas de la nueva administración en sus pronósticos, mientras que otros explícitamente no lo habían hecho. Muchos economistas han dicho que los planes de Trump de recortes de impuestos, deportaciones masivas y nuevos aranceles corren el riesgo de avivar la inflación.

Lo interesante aquí es que el rango de expectativas para el deflactor subyacente del PCE desde septiembre (2,1%-2,5%) hasta diciembre (2,1%-3,2%) se ha ampliado significativamente. Sin embargo, sólo se ha ampliado en el extremo superior, lo que sugiere que los miembros que ya han incluido los planes de la nueva administración han elevado sus previsiones de inflación incluso más drásticamente de lo que sugiere la media. Si los demás miembros del FOMC siguen ahora su ejemplo en marzo y se produce otro aumento significativo de las previsiones de inflación después de que la nueva administración asuma el cargo, se pondrían en tela de juicio aún más nuevos recortes de las tasas.

Eurodólar desde el 1 de Enero del 2022.

Índice de volatilidad del S&P 500 (VIX Index) 2024.

Las preocupaciones sobre las perspectivas de inflación provocaron fuertes ventas de bonos del Tesoro estadounidense, con el rendimiento a 10 años subiendo hasta el 4,55% actual, lo que supone la mayor subida semanal desde octubre de 2023. El rendimiento a dos años también ha subido hasta el 4,28% actual. Los datos de inflación de Estados Unidos fueron un detonante, lo que generó temores de que la inflación pudiera resultar muy superior al objetivo de la Reserva Federal.

Rentabilidad del bono a 10 años americano 2024:

Fuente: Santander.

Esta semana ha estado también marcada por noticias desde el lado político, en Alemania el canciller alemán, Olaf Scholz, perdió la cuestión de confianza parlamentaria, allanando el camino para unas elecciones anticipadas en febrero. En Francia el Parlamento aprobó la ley de financiación de emergencia para 2025 y el Banco de Francia rebajó sus previsiones de crecimiento del PIB para el año 2025 al 0,9% frente al 1,2% anterior. Trump dice que Ucrania necesita llegar a un acuerdo para poner fin a la invasión rusa. En este sentido, resta importancia al valor de las tierras ocupadas.  Desde el Banco Central Europeo, Luis de Guindos confía en que la inflación convergerá hacia el objetivo del 2% en 2025 lo que se reflejará en una política monetaria menos restrictiva. En Estados Unidos, el PMI manufacturero de noviembre retrocedió inesperadamente mientras que el de servicios repuntó más de lo esperado. En la Eurozona esta semana conocimos datos mixtos en los PMI de diciembre, el manufacturero se mantuvo en 45,2, peor de lo esperado, mientras que el de servicios mejoró más de lo esperado, volviendo a zonas de expansión, en 51,4 frente al 49,5 del mes anterior. En China, el gobierno prevé para 2025 un crecimiento del PIB del orden del 5,0% y un déficit del -4,0% frente al -3,0% de 2024, la semana pasada, el Politburó (máximo órgano político del Partido Comunista de China) se comprometió a relajar su política monetaria por primera vez en 14 años, en un intento por impulsar la ralentizada economía del país. China ha experimentado una desaceleración de la actividad económica en un contexto de crisis inmobiliaria, lo que ha llevado a sus autoridades a afirmar que cambiarán la orientación de su política monetaria de «prudente» a «moderadamente laxa». A principios de año, Pekín prometió varias medidas de estímulo fiscal y monetario para ayudar a apuntalar la segunda economía mundial. Otros datos de la semana pasada indicaban que las importaciones chinas cayeron bruscamente en noviembre, un 3,9% interanual, como reflejo de la debilidad de la demanda interna.

El Banco Central Europeo bajó la semana pasada los tipos de interés al 3%, niveles mínimos de marzo de 2023. Pero el destino del precio del dinero está más lejos y, según confirmó Christine Lagarde, presidenta de la autoridad monetaria apenas cinco días después del último ajuste, el BCE seguirá bajando los tipos. “La dirección del viaje es clara y esperamos bajar más los tipos de interés”, dijo esta semana Lagarde en su discurso en Vilna con motivo de la conmemoración de los 10 años de la entrada de Lituania en el euro. Se trata de la primera guía al mercado clara que ofrece la máxima responsable del banco central desde que apuntó al pasado junio como la fecha en la que, si los datos de inflación lo permitían, el BCE rebajaría sus tipos de interés por primera vez en el ciclo. Desde entonces, la postura de la autoridad monetaria ha sido cauta, buscando mantener la flexibilidad para poder reaccionar a la evolución de los datos que iban llegando, ralentizando o acelerando la normalización de sus políticas. Pero eso ahora ha cambiado. Lagarde resaltó su “confianza en que estamos asistiendo un regreso de la inflación al objetivo se ha incrementado”. Precisamente, la confianza es la llave que permite al BCE ir más allá en sus perspectivas sobre los tipos de interés y así lo quiso reflejar la presidenta, que repitió el término en hasta siete ocasiones en su intervención. “Desde septiembre del año pasado, hemos tenido seis rondas consecutivas de actualización de las proyecciones macroeconómicas que han mostrado que la inflación regresará al objetivo en el transcurso de 2025. Y esto se ha mantenido constante incluso a medida que nos hemos acercado a ella” segúnLagarde. La clave de esta certidumbre, junto con la caída sostenida de la inflación, está en los salarios. La banquera francesa reconoció que las herramientas de predicción del BCE anticipan una moderación del crecimiento salarial hasta el 3% en 2025 desde el 4,8% actual, un nivel que considera “consistente con nuestro objetivo de inflación”, que pasa por devolver el ritmo de alza de los precios al 2%. “Ahora estamos en una etapa en la que los días más oscuros del invierno parecen haber quedado atrás y podemos empezar a mirar hacia adelante”, indicó Lagarde. A ello se le suma que el BCE está seguro de que los shocks que ha vivido la zona euro, con los problemas en la cadena de suministros fruto de la reapertura de la economía tras la pandemia y la crisis energética por la guerra de Rusia, son cosa del pasado. De hecho, Lagarde anticipó que permanecen vigilantes, pero no tanto por miedo a un rebote de la inflación por la situación actual, sino por el potencial impacto de nuevos riesgos geopolíticos o trabas al comercio que pudieran generar renovadas tensiones.

En ese contexto y siempre y cuando la situación se mantenga estable, el BCE podrá retirar la restricción monetaria que, tal y como ha reafirmado Lagarde, “ya no es necesaria”. Las palabras de la banquera central anticipan que la institución con sede en Fráncfort ha puesto rumbo a la tasa neutral, ese nivel de tipos que ni enfría ni estimula la economía. Si bien el BCE no ha definido con precisión en qué rango consideran que se encuentra esa zona neutral, la horquilla de entre un 1,75% y un 2,5% a la que apunta un estudio es todavía demasiado amplia como para servir de guía, el hecho de que Lagarde haya hablado de bajadas de tipos en plural para 2025 invita a pensar que aún queda un margen prudente hasta llegar a esa cota. El consenso del mercado, por el momento, anticipa que los tipos de interés podrían bajar hasta en seis ocasiones el próximo año. Eso llevaría el precio del dinero hasta el 1,5%, en terreno claramente expansivo. El BCE no se compromete a tanto, ni mucho menos, dada la enorme decisión que hay sobre el punto en el que dejarán de bajar los tipos de interés, pero desde luego aún seguirá ajustando las tasas en los próximos meses.

En estas últimas semanas del año el desarrollo de la inteligencia artificial sigue dando de qué hablar, aunque esta vez por la irrupción de Broadcom, que subió un +11,5% el lunes, en el conjunto de compañías que superan el billón de dólares de capitalización. Las soluciones alternativas que está ofreciendo la empresa, más específicas que las de Nvidia, están funcionando. Así lo demuestra el último acelerón en las ventas del +51% en el último trimestre. Además, la dirección ha indicado que sus principales clientes están interesados en aumentar los pedidos de cara a 2025 para el desarrollo de capacidad de computación (principalmente Meta, Alphabet y TikTok, la red social de Bytedance). El tirón de Broadcom único al comportamiento del resto de 7 Magníficas ha permitido al Nasdaq alcanzar nuevos máximos históricos esta semana, aunque en dos sesiones ha perdido un 4,50% (y ahora mismo los futuros anticipan una caída del 1,30% en la sesión de hoy)

Nasdaq 2024:

La semana pasada hablaba de los objetivos que están pronosticando las diferentes casas de análisis y bancos para los índices bursátiles para el año próximo, tal y como hacen todos los años en esta época. Esta semana Man Group publicaba un informe muy interesante de lo poco que suelen acertar estos pronósticos, como comentaba en el mail del pasado viernes. El mercado y los inversores le damos mucha importancia a las previsiones y pronósticos de los analistas, pero luego la realidad, como comenta Man Group, es muy diferente a lo que preveían las grandes casas de análisis.

En un primer gráfico, tomando como referencia el S&P 500, Man Group toma los resultados de los últimos 9 años, y sólo en el 2016 los analistas (algunos) acertaron en dónde terminaría el año el índice.

Respecto a la divisa, la mayoría de analistas apuestan a que el dólar estadounidense seguirá subiendo tras su reciente y vertiginoso repunte, alcanzando incluso la paridad con el euro, en un desafío al deseo declarado del presidente electo Donald Trump de una moneda más débil. El dólar se ha disparado un 8% desde principios de octubre, su mejor trimestre desde las primeras fases de la campaña de subida de tipos de interés de la Reserva Federal en 2022, cuando los mercados empezaron a prever que el candidato republicano ganaría las elecciones de noviembre e impulsaría sus planes de aplicar aranceles comerciales y rebajas de impuestos.

Más de la mitad de los principales bancos encuestados por Financial Times, entre ellos Goldman Sachs, Morgan Stanley y UBS, prevén que el dólar suba aún más el año que viene. Deutsche Bank espera que alcance la paridad con el euro en 2025, tras haberse fortalecido ya desde los 1,11 dólares de principios de octubre hasta alrededor de 1,05 dólares. Trump sostiene desde hace tiempo que un dólar fuerte ejerce una presión excesiva sobre la economía estadounidense, por lo que se especula con la posibilidad de que la nueva Administración actúe para intentar devaluarlo. “Tenemos un gran problema con la divisa”, declaró Trump a Bloomberg Businessweek en julio, señalando la fortaleza del dólar frente al yen japonés y el yuan chino. “Eso supone una carga tremenda para nuestras empresas que intentan vender tractores y otros productos fuera de este país”, añadió. La afinidad de Trump por un dólar más débil quedó patente en su primer mandato como presidente, cuando arremetió contra lo que consideraba prácticas monetarias injustas de otros países. Su Administración llegó a calificar oficialmente a China de “manipulador de divisas” en medio de una guerra comercial entre los dos países.

Sin embargo, se espera que su agenda a favor del crecimiento y las rebajas fiscales propuestas, junto con sus planes de imponer aranceles elevados a las importaciones de países como México, Canadá y China, aviven la inflación nacional una vez que asuma el cargo el mes que viene. Esto podría llevar a la Fed a mantener los tipos de interés más altos durante más tiempo, lo que a su vez podría atraer más capital extranjero hacia activos en dólares. “Las políticas de Trump son definitivamente positivas para el dólar”, según los analistas de Barclays, que esperan que el dólar se fortalezca ligeramente hasta 1,04 dólares frente al euro a finales del próximo año. En opinión de analistas e inversores, esto plantea un problema a la administración entrante. La mecánica de cualquier posible solución, por ejemplo, frenar el déficit presupuestario del Gobierno o elaborar un llamado acuerdo de Mar-a-Lago en el que Estados Unidos presione a sus socios comerciales para conseguir una devaluación del dólar, sería muy complicada y podría empañar el estatus del dólar como divisa de reserva mundial, afirman.

Eurodólar 2024.

En su informe de perspectivas para el 2025, Deutsche Bank dice que el mundo continuará enfrentándose a enormes desafíos geopolíticos y económicos. Entre ellos se incluye el debate en torno a un posible realineamiento de las relaciones comerciales internacionales, que se ha intensificado de nuevo tras la victoria republicana en las elecciones de noviembre en Estados Unidos y ha generado incertidumbre en el futuro desarrollo de economías altamente basadas en el comercio. En general, sin embargo, Deutsche Bank espera un crecimiento económico cada vez más dinámico en regiones clave del mundo después de 2025, especialmente en Estados Unidos, Asia y Europa, con un impacto positivo correspondiente en los sectores de crecimiento. Deutsche refleja en su informe que el predominio de la política monetaria se debilitará en un contexto de tasas de inflación más moderadas. Para la Eurozona y Japón, esperan que la inflación se acerque gradualmente a la meta del 2% en 2025. Con este fin, es probable que el Banco Central Europeo reduzca sus tipos de interés en cinco movimientos, pasando desde el 3,25% actual al 2,00% a fines de 2025. El Banco de Japón está trazando un rumbo diferente con su normalización de la política monetaria y puede aumentar gradualmente los tipos de interés del 0,25% al 1,00%. En Estados Unidos, esperan que el proceso de desinflación se detenga por encima de la meta de la Fed a la luz de la robusta demanda y una política fiscal expansiva. La inflación podría estabilizarse en un nivel del 2,4% tanto en 2025 como en 2026, lo que llevaría a la Fed a reducir los tipos de interés de manera algo más cautelosa en tres pasos de 25 puntos porcentuales cada uno, hasta llegar al 3,75%-4,00% para fines de 2025.

Según el informe de perspectivas de Deutsche Bank en el futuro, es probable que la política fiscal adquiera mucha más importancia para el desarrollo económico. En Estados Unidos, por ejemplo, los planes provisionales de la Administración que comenzarán en enero de 2025 incluyen una inversión estatal extensa y predominantemente financiada con deuda. El plan de Trump incluye ampliar las ayudas fiscales a los hogares y las empresas privadas, fortalecer a las fuerzas armadas y facilitar el acceso a préstamos para viviendas. El endeudamiento total estimado para todas las medidas hasta 2035 ascendería hasta entre 7 y 16 millones de dólares, esto corresponde a un promedio anual de hasta el 5% del PIB americano actual.

Importante esta semana:

Cuenta atrás hasta medianoche de hoy para evitar un cierre de gobierno, la Cámara de Representantes ha rechazado un plan de financiación provisional respaldado por Trump y Elon Musk. El borrador inicial se aproximaba a lo largo de esta semana a un consenso entre Demócratas y Republicanos. Sin embargo, se ha producido un giro de los acontecimientos ante la presión por parte de Trump sobre los representantes republicanos para rechazar el borrador y en su lugar apoyar una propuesta que suspenda el techo de deuda durante dos años. Este plan endosado por Trump fue el votado ayer en la Cámara de Representantes. El resultado fue de 235 votos en contra frente a 174 a favor, con todos los demócratas y hasta 38 republicanos habiendo rechazado el paquete de gastos. Ahora, el Congreso se enfrenta a la presión del tiempo, teniendo hasta esta noche para aprobar nueva legislación que evite un cierre de gobierno, que interrumpiría los servicios públicos y enviaría a casa a los trabajadores, afectando incluso al personal militar. 

Trump vuelve a hacerse eco de restricciones comerciales y amenazaba ayer a la Unión Europea con imponer aranceles si no compra más petróleo y gas estadounidense. El presidente electo publicó en una red social que la UE debe compensar su “tremendo” déficit con Estados Unidos mediante la adquisición de petróleo y gas, o de lo contrario, aplicará gravámenes, sin especificar ninguna tasa, importe o producto objetivo.

La economía estadounidense creció más de lo esperado y confirma la solidez del ciclo. Ayer se revisó al alza los datos de crecimiento del tercer trimestre que situaron ahora el avance del PIB en el +3,1% trimestral anualizado, tres décimas más que el dato preliminar. Esta mejora de las cifras de crecimiento se explicó principalmente por la mayor aportación del consumo privado que creció un +3,7% frente al +3,5% preliminar y una importante aceleración desde el +2,8% del segundo trimestre. 

En Europa el lunes conocíamos que mejora la confianza de los empresarios en la zona euro. Aunque siguen en niveles que apuntan a debilidad de la actividad, las cifras del mes de diciembre superaron las expectativas y mostraron un repunte de la confianza liderada por el sector de los servicios. Entrando en los datos, el PMI compuesto de la región subió inesperadamente hasta niveles de 49,5 desde el 48,3 anterior y acercándose así al umbral que comenzaría a mostrar expansión de la actividad (por encima de 50). Esta mejora vino impulsada por la subida de la confianza de los servicios que se elevó hasta 51,4 desde el 49,5 anterior. Por el lado negativo, persiste la recesión del sector manufacturero que encadena ya su tercer año consecutivo en terreno de retroceso y en diciembre repite en niveles de 45,2 (lleva 30 meses por debajo de 50). La recesión industrial sigue siendo muy dura en Centroeuropa, con el consiguiente impacto en Alemania y su ramificación en Francia. De España no hay información directa, al ser dato adelantado, pero se lee un panorama positivo. Por otro lado, Eurostat publicó los costes laborales de la eurozona del 3T24, su incremento apenas frena al +4,9% interanual frente al 5,1% anterior.

En Alemania el indicador de confianza empresarial, IFO, publicado el martes, sorprendió con un descenso mayor del anticipado al pasar de 85,6 a 84,7 en diciembre, confirmando el escenario de debilidad que ya se observó en los PMI’s alemanes, aunque en mayor medida si cabe. Así, la tendencia del indicador sigue siendo claramente a la baja, observándose los problemas más relevantes en un sector manufacturero que se enfrenta a una crisis estructural, por lo que recortes adicionales de tipos por parte del BCE es poco probable que puedan solucionar la situación y tener un impacto significativo en la economía alemana, que se espera mantenga niveles de crecimiento prácticamente plano en 2025.

                                                                              IFO Alemán desde el 2014.

En Estados Unidos, los PMIs salieron mejores, acelerando el ritmo de expansión, pero completamente ligado al sector servicios. Aumenta, por sorpresa, el ritmo de declive industrial impacta la incertidumbre sobre el futuro arancelario del país.

En respuesta a la amenaza del presidente electo, Donald Trump, de imponer un arancel del 25% a todos los productos canadienses si no se refuerza la seguridad fronteriza, el gobierno de Canadá ha anunciado un plan de 1.300 millones de dólares canadienses, unos 900 millones dólar, para fortalecer la vigilancia en la frontera con Estados Unidos.

En China, el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, dijo que Pekín está dispuesto a mantener el diálogo con la próxima administración estadounidense para manejar las diferencias.

En China las ventas minoristas decepcionaron al crecer un discreto +3% interanual, la inversión se mantuvo baja (+3,5%) en el contexto de la burbuja inmobiliaria, la inversión en el sector continúa disminuyendo (-10%), al igual que los precios de la vivienda (-8,5%), y sólo la producción industrial mantiene un tono decente (+5,4%) a expensas del sector exportador, con los riesgos asociados que implica con la llegada de Trump a la Casa Blanca.

En Japón, el déficit comercial se reduce en noviembre, ya que las exportaciones crecen un 3,8% interanual, por encima del 2,5% esperado, mientras que las importaciones caen un -3,8% frente al +0,8% estimado.

En España el Banco de España elevó este martes al 3,1% el PIB de 2024 (3 décimas más que su previsión anterior), pero avisaba que no se cumplirá el déficit. La economía española vive una etapa dulce, sobre todo si se compara con la endeble evolución de sus grandes pares europeos, con Alemania en recesión y Francia e Italia renqueantes. El Banco de España volvió a revisar, por cuarto trimestre consecutivo, su pronóstico de PIB para 2024, que elevó hasta el 3,1%, tres décimas más que en su informe anterior, convirtiéndose así en el primer gran organismo económico que alcanza esa cota, después de que la Comisión Europea lo situara en el 3% a mediados de noviembre y la OCDE hiciera lo propio a principios de diciembre (el FMI lo aupó al 2,9% en octubre). Todos ellos superan con holgura el 2,7% que aún sostiene el Gobierno.

Así lo recoge el último informe trimestral de proyecciones macro del Banco de España, bajo la batuta de José Luis Escriva como gobernador desde septiembre pasado. La previsión del supervisor ha pasado del 1,9% que reflejaba en marzo al 3,1% actual, una sustancial mejora que, en parte por el efecto arrastre, se extiende a 2025, ejercicio para el que el Banco de España augura un alza del PIB del 2,5%, también tres décimas superiores al estimado en el informe previo y una por encima de lo que augura el Ejecutivo, mientras que deja en el 1,9% el crecimiento esperado para 2026. Por primera vez, el supervisor ofrece estimaciones para 2027, año en el que España crecería un 1,7%. Esto es, pese a que la economía seguirá avanzando en 2025 casi al doble de ritmo que la eurozona (un 2,5% frente al 1,3%), el Banco de España dibuja una curva descendente, de moderación en las tasas de crecimiento, “hacia valores más acordes” con su “capacidad de crecimiento potencial”.

Junto al “efecto arrastre positivo” de los ajustes estadísticos efectuados por el INE, el crecimiento de 2024, ya en su recta final, también se ha visto espoleado por “un dinamismo de la actividad en el segundo semestre del año más intenso de lo esperado”, señala el supervisor, que anticipa que el PIB crecerá entre un 0,6% y un 0,7% en el último cuarto, aunque advierte de que esa proyección está sometida a una “considerable incertidumbre” ante la dificultad de valorar el impacto económico de la Dana.

A pesar de ello, prevé un impacto bastante acotado: entre una y dos décimas de PIB en el cuarto trimestre, “efectos económicos adversos” ya incluidos en ese rango de crecimiento que, además, “podrían revertirse en la primera mitad de 2025”. De hecho, el Banco de España cree que el “impulso fiscal” derivado de las ayudas desplegadas por la catástrofe natural será un revulsivo para el crecimiento del PIB en los primeros compases del año, siempre que haga “un despliegue ágil y efectivo de dicho apoyo”.

Es la doble cara de una misma moneda que, sin embargo, tiene una tercera derivada: el impacto de ese escudo sobre el déficit. El Banco de España calcula que “podría suponer un aumento puntual del déficit cercano al 0,5% del PIB”, que se repartiría entre este año y el que viene, impidiendo que el Ejecutivo cumpla su promesa a Bruselas de reducir el desfase presupuestario hasta el 3% del PIB este año.

En concreto, estima que el déficit cerrará 2024 en el 3,4%, cuatro décimas por encima de lo prometido y una décima superior a lo estimado en septiembre. Habrá que esperar al año que viene para ver el desajuste entre ingresos y gastos por debajo del 3%, con un déficit del 2,9% en 2025 y del 2,7% en 2026 y 2027. En cualquier caso, el Banco de España resalta el carácter extraordinario de los gastos asociados a la Dana y afirma que no afectarán “a la evaluación por parte de las autoridades europeas del déficit público español en el contexto del marco de gobernanza fiscal de la UE”.

Frente al fuerte peso que el consumo público ha tenido sobre el crecimiento en los últimos dos años, el gasto de los hogares tomará el relevo a partir de 2025, con un aumento previsto del 2,9% ese año, frente al 1,9% del gasto público, lo que junto con el despertar del letargo de la inversión, muy débil todavía en 2024 (+0,8%) pero que acelerará al 3,1% en 2025, espoleará la actividad de la mano de la mayor renta disponible, del abaratamiento de la financiación, de la resiliencia del empleo, la fortaleza del turismo y del gradual despliegue de los proyectos vinculados a los fondos europeos.

Aunque todo apunta a que la inversión empresarial acabará remontando el vuelo, el Banco de España advierte de que “la atonía que persistentemente viene mostrando” representa un claro riesgo a la baja respecto a la materialización del efecto arrastre positivo de los fondos europeos, lo que “incidiría de forma negativa en las perspectivas de actividad e inflación”. De momento y pese al repunte de los precios en los últimos dos meses, la institución mantiene su pronóstico de inflación para este año en el 2,9%, antes de que se reduzca al 2,1% en 2025 y al 1,7% en 2026.

El Banco de Japón no modificó sus tipos de interés, y el yen se debilitó frente al dólar estadounidense, cotizando a 155 yenes por dólar. Para el gobernador del BOJ, Kazuo Ueda, es necesario esperar a observar cómo evolucionan las negociaciones salariales en Japón antes de tomar nuevas decisiones.


Un panorama más brumoso para la Fed. Tiffany Wilding y Allison Boxer. Economistas de PIMCO

La Fed ha realizado otro recorte de 25 puntos básicos (pb) a su tasa de política monetaria en diciembre, pero combinó esta decisión con revisiones de sus proyecciones económicas que implican preocupaciones reemergentes en torno a los riesgos de inflación y la confianza relativa en el mercado laboral. Como resultado, después de reducir la tasa de política monetaria en 100 puntos básicos en los últimos tres meses, la Fed señaló que el momento y el alcance de los recortes adicionales son ahora más inciertos.

Las perspectivas de la política fiscal alimentan esa incertidumbre, pero con los riesgos económicos a la baja más contenidos, la Fed tiene margen para esperar y observar los acontecimientos que se desarrollen en 2025 antes de cambiar aún más la política monetaria.

Las proyecciones de la Fed para la política monetaria se acercan bastante a nuestras perspectivas: con una economía estadounidense resistente en medio de una inflación algo pegajosa y una elevada incertidumbre sobre la política fiscal, es probable que se adopte un enfoque más gradual para nuevos recortes de tasas.

Sin embargo, los futuros de los fondos federales implican que el tipo de interés oficial terminará 2025 en torno al 4%, ligeramente por encima de la proyección revisada de la Fed. Si bien en nuestro escenario base esperamos que la economía de EEUU siga siendo resistente, también creemos que los mercados parecen estar infravalorando los riesgos de recesión y, por lo tanto, el riesgo de que la Reserva Federal tenga que recortar más agresivamente.

Equilibrio cambiante de riesgos

Si bien se esperaba el recorte de tasas de 25 puntos básicos, la Fed lo combinó con revisiones agresivas de las proyecciones económicas. La revisión más notable fue la perspectiva de la inflación, con la mediana de la proyección de los gastos de consumo personal (PCE) subyacente subiendo 30 puntos básicos en 2025. Esto es coherente con el estancamiento de los avances en materia de inflación en los últimos meses. En particular, los representantes de la Fed no solo anticipan una disminución más gradual de la inflación, sino que también revisaron al alza su opinión sobre el equilibrio de riesgos en torno a estas perspectivas.

El cambio de la Fed en el equilibrio de los riesgos de inflación probablemente refleja la creciente incertidumbre en torno a la escala y el alcance de los giros de política fiscal sugeridos por la Administración entrante de Trump. De hecho, en la conferencia de prensa, el presidente de la Fed, Jerome Powell, señaló que “algunos [representantes] identificaron la incertidumbre política como una de las razones por las que redujeron más incertidumbre en torno a la inflación” en sus proyecciones económicas.

Un camino más brumoso

La elevada incertidumbre de la política fiscal también es coherente con una trayectoria más incierta de la política de la Fed. Creemos que los posibles cambios en la política comercial de Estados Unidos presentan riesgos al alza para la inflación y a la baja para el crecimiento a corto plazo, lo que tendría implicaciones contradictorias para el doble mandato de la Fed (estabilidad de precios y máximo empleo).

Dado el aumento de la incertidumbre, tiene sentido que la Reserva Federal quiera reducir la velocidad para ver qué sucede. Powell dijo: “No es diferente a conducir en una noche de niebla o entrar en una habitación oscura llena de muebles. Simplemente vas más despacio”.

Creemos que las revisiones al alza de las proyecciones de la Fed reflejan la opinión de los funcionarios de que probablemente tengan más flexibilidad ahora que han recortado los tipos en 100 puntos básicos.

El rango actual de tasas de política monetaria de 4,25%–4,5% está más cerca del rango de estimaciones que las reglas de tipo Taylor sugieren que son apropiadas, lo que refuerza la capacidad de la Fed para moverse tan lenta o rápidamente como lo justifiquen las condiciones cambiantes.

Entramos en 2025 con una Fed más cautelosa y dependiente de los datos. Sin embargo, Powell reiteró que las subidas de tipos no están actualmente sobre la mesa, señalando que una economía resistente era coherente con un ritmo más lento de recortes o una pausa.


Feliz Nochebuena y Navidad.

Comentario de mercado viernes 13 de Diciembre del 2024.

Los eventos más importantes de la semana fue la publicación del IPC de Estados Unidos de Noviembre y la reunión del Banco Central Europeo de ayer. Ambos eventos sin muchas sorpresas, en línea con lo esperado por el mercado.

El acontecimiento más esperado de la semana en Europa, como digo, no deparó sorpresas y el BCE rebajó los tipos en 25 puntos básicos hasta el 3,0%, a pesar de que se discutió la posibilidad de recortar 50 puntos básicos, Christine Lagarde se mostró a favor de seguir bajándolos hasta llevarlos más cerca de la neutralidad (se estima cerca del 2,0%) sin hacer referencia el comunicado a mantener una política monetaria restrictiva. El BCE rebajó las previsiones de crecimiento para el 2024 hasta el 0,7% y para el 2025 hasta el 1,1% y de inflación hasta el 2,4% y 2,1% respectivamente.

El descenso de la inflación ha permitido a la autoridad monetaria olvidarse de las pausas entre los recortes de las tasas que se preveían al comienzo del proceso de normalización de su política y ya encadena tres reuniones consecutivas de ajustes en los tipos de interés. En total, la institución que preside Christine Lagarde ha recortado el precio del dinero hasta en cuatro ocasiones en este 2024. “El proceso de desinflación sigue avanzando”, aseguró el Consejo de Gobierno en el comunicado publicado ayer. El BCE confía en que, tras varios años de inflación muy por encima del objetivo, el crecimiento de los precios se estabilizará en la zona del 2% en el primer trimestre de 2025. Por este motivo, considera que ya no es necesario lastrar tanto la economía con elevados costes de financiación para conseguirlo. “No podemos cantar victoria, no podemos decir que la misión está cumplida, pero estamos cerca”, señaló la presidenta del BCE respecto a la inflación. Aunque se había llegado a especular, sobre todo a finales de octubre, con la posibilidad de un recorte mayor, de hasta 50 puntos básicos, el BCE optó finalmente por la prudencia tal y como anticipaba el consenso de mercado. Pese a que ahora se encadenan los ajustes de los tipos de interés, la autoridad monetaria considera aún que un ritmo gradual en la retirada de la restricción monetaria sigue siendo el camino apropiado para lidiar con la situación actual.

De cara al futuro de los tipos de interés, El Banco central sigue sin enseñar sus cartas. El BCE optó por mantener el enfoque dependiente de los datos que caracteriza sus decisiones desde hace meses y reiteró que decidirá reunión a reunión lo que hace con el precio del dinero sin comprometerse a un ritmo de recortes, por más que el camino sea a la baja. “Seguiremos decidiendo reunión a reunión sin tener un camino predeterminado. En los próximos meses se aclarará mucho el panorama”, insistió Lagarde. “El tipo neutral se debatirá más y mejor conforme nos acerquemos a ese nivel”, concluyó Lagarde.

Comenzamos la antepenúltima semana del año con nuevas incertidumbres geopolíticas debido a la situación en Siria y Corea del Sur. En Siria, el régimen de Bashar al-Asad ha sido derrocado por fuerzas islamistas tras 12 años de guerra civil, tanto Rusia como Irán, sus principales aliados, han decidido cesar cualquier tipo de apoyo al mandatario sirio. Este desenlace es visto como un nuevo factor de riesgo que podría exacerbar las tensiones en Oriente Medio.

La caída del régimen sirio plantea preguntas sobre lo que sucederá en Oriente Medio, la región sigue inmersa en un conflicto geopolítico con un impacto cada vez menor en los mercados energéticos globales. En cuanto a Corea del Sur, la crisis parece estar convirtiéndose en un proceso constituyente. Si bien hasta que no se restablezca el orden no volverá la confianza de los inversores. En comparación con estos eventos, el vacío político francés parece un asunto menor.

Los acontecimientos del fin de semana pasado han demostrado que la geopolítica siempre da sorpresas. Incluso los expertos más destacados se han extrañado al ver cómo el régimen de Asad caía en muy poco tiempo. La conclusión generalizada es que se trata de un golpe para Rusia e Irán y una victoria para Israel y Turquía en términos de influencia en la región. La estabilidad es otro tema, y ​​Siria podría seguir el camino de Irak o Libia, pero no juega ningún papel en los mercados energéticos globales. La reacción del mercado de petróleo ha sido muy moderada, los precios se han movido dentro del rango habitual, sin dejarse impresionar por lo sucedido en Siria. Los analistas de Julius Bäer publicaban esta semana un informe en el que siguen viendo el mercado con un exceso de oferta y creen que el precio del barril se moverá alrededor de los 65 dólares el barril.

Precio del barril de petróleo Brent últimos 12 meses.

Según conocimos la semana pasada, el empleo americano se recuperó en noviembre, con una creación de +227.000 empleaos frente a los 36.000 de Octubre, la tasa de paro repuntó ligeramente a 4,2% frente al dato del 4,1% de Octubre, y con ello ha aumentado la probabilidad de recorte de 25 puntos básicos por parte de la Fed el próximo 18 de Diciembre del 70% al 85%.

La Bolsa americana va camino de tener dos años de rentabilidades históricas, el S&P 500 parece que va a cerrar el año 2024 con una rentabilidad de más del 25% por segundo año consecutivo, algo que solo ha ocurrido en 6 ocasiones desde 1870. De las otras 5 veces que el S&P ha logrado ofrecer estos rendimientos en tres de ellas ha seguido con un repunte en el año posterior. Tanto en una como la otra dirección los movimientos han sido muy significativos. Y, a pesar de la fortaleza mostrada por el índice, en términos del ratio del S&P frente al precio del oro, el S&P sigue cotizando por debajo de máximos.

En Francia, la economía sigue mostrando signos de resistencia, impulsada por un renovado interés en el sector del lujo. Esta dinámica se ve fortalecida por los anuncios políticos en China, que prevé medidas fiscales y monetarias para 2025 con el objetivo de estimular el consumo interno. El politburó chino, en su reunión de esta semana, realizó un ajuste significativo en la política monetaria al pasar a una postura “moderadamente laxa” por primera vez desde 2011. Estas noticias han beneficiado a grandes empresas francesas como LVMH y Hermès, que registran aumentos significativos. Este fenómeno ilustra el impacto de las perspectivas chinas en los mercados europeos. Sun Lu, estratega de mercado, anticipa un rally de 40-50 puntos básicos para los tipos de interés de China en 2025, con un movimiento más acelerado a corto plazo, similar a 2008. Esto implica riesgos de empinamiento en la curva de tipos, mientras que las acciones chinas podrían extender su rally.

Después de que el gobierno francés perdiese la moción de censure el diferencial entre los bonos a 10 años de Francia y Alemania alcanzó inicialmente su nivel más amplio desde 2012 el lunes pasado, luego continuó cayendo durante el resto de la semana para cerrar en 77 puntos básicos. Curiosamente, los rendimientos de los bonos gubernamentales franceses y griegos son casi exactamente iguales ahora,

Prima de Riesgo Francia (Bono francés a 10 años Vs Bono alemán a 10 años) desde el 2022.

En cuanto a flujos de inversores en Noviembre destacó el flujo comprador (inflow) de 140 billones de dólares en ETFs de Renta Variable americana, lo que hace que Noviembre sea uno de los meses con mayor rotación de flujos por regiones de la historia, como se observa analizando la rotación de flujos a 3 meses entre Renta variable Americana y No Americana, con la mayor diferencia vista hasta ahora.

El sector de pequeñas compañías europeas (STOXX small caps) están cotizando al mayor descuento, frente a las grandes compañías europeas, desde la gran crisis financiera del 2008, las medianas compañías también están muy baratas en términos relativos frente a las grandes compañías en Europa, en sus niveles más bajos desde que se tiene registro.

Según las perspectivas 2025 de AXA Investment Managers la economía mundial se mantendrá estable en un contexto económico complejo. AXA IM espera que el crecimiento mundial se mantenga en el 3,2% en 2025, pero que se relaje hasta el 2,9% en 2026. La agenda política radical del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha alimentado cierta incertidumbre en los mercados financieros según los analistas de AXA, pero creen que las perspectivas macroeconómicas centrales siguen siendo favorables, por ahora, no esperan una desaceleración importante en 2025, lo que debería ayudar a generar retornos positivos de la renta variable, mientras que los mercados de crédito deberían ofrecer atractivas oportunidades de rentas. En última instancia, el crecimiento, la inflación estable y los tipos de interés más bajos deberían respaldar a los mercados.

El periodo de cinco días entre Acción de Gracias y el Cyber Monday en Estados Unidos, que incluye el Black Friday, un periodo de ventas clave para los minoristas que ofrecen grandes descuentos. Según Adobe Analytics, los consumidores gastaron 41.100 millones de dólares en compras por internet durante el periodo, lo que supone un aumento del 8,2% con respecto al mismo periodo del año pasado. Eso incluyó un gasto de 10.800 millones de dólares en el Black Friday (+10,2%) y de 13.300 millones de dólares en el Cyber Monday (+7,3%). Cabe destacar que, según el análisis, el 57% de las ventas online del Cyber Monday se realizaron a través de un dispositivo móvil, lo que representa un gasto de 7.600 millones de dólares y un aumento interanual del 13,3%.

Las altas valoraciones hacen que el mercado, especialmente la Bolsa de Estados Unidos, hacen que cualquier evento pueda hacer que tenga correcciones fuertes, a esas “pelotas liftadas o con efecto” (curveballs) que podrían cambiar la trayectoria de la economía y los mercados en 2025 dedican los analistas de Deutsche Bank un informe esta semana, donde en lugar de buscar ‘cisnes negros’ (acontecimientos totalmente inesperados), hablan de sorpresas con cierta probabilidad de ocurrir pero que los inversores no descuentan de momento. Quizá una de las bolas con una trayectoria más inesperada, especialmente después del dato de inflación comunicado ayer en Estados Unidos, sería un giro en la política de la Reserva Federal (Fed). Los mercados esperan que el organismo que lidera Jay Powell baje los tipos de interés en 2025, los analistas de Jefferies, por ejemplo, esperan un recorte de 25 puntos básicos la próxima semana, y otras cuatro bajadas similares a lo largo del próximo año. Esa relajación de los costes de financiación, unida a la expectativa de estímulos fiscales por parte de Donald Trump, siguen alimentando el rallydel S&P 500.

Pero, como advierte Deutsche Bank, “un factor común de los últimos años ha sido como los mercados no han descontado la política dura de la Fed, al mantener una mentalidad pre-Covid de tipos ultrabajos. Así que es posible que el mercado siga sin asumir que el mundo ha cambiado y los tipos y rentabilidades actuales son la norma, no lo sucedido la década pasada”. Esa decepción con la Fed no sería descabellada, en caso de que los aranceles que promete Trump mantengan elevada la inflación. Pero también hay bolas positivas para que el mercado las despeje. Deutsche no descarta un S&P 500 a 7.500 puntos en 2025 si sigue la euforia tecnológica. En todo caso, visto lo sucedido desde 2020, “lo más sorprendente sería que no hubiera sorpresas en 2025”, según el banco alemán.

Desde Bestinver me llega un resumen del objetivo que tienen diferentes bancos y casas de análisis para el S&P 500 el año que viene, aunque la pasada semana ya comentaba alguno de estos informes, actualmente el S&P 500 está en 6051,25 puntos:

UBS espera que cierre el 2025 en 6.400 puntos con 257 dólares de Beneficio Por Acción (a 18 de Noviembre del 2024).

Morgan Stanley espera que cierre el 2025 en 6.500 puntos en su scenario base con 271 dólares de BPA (a 18 de Noviembre del 2024).

Goldman Sachs también lo ve en 6.500 con 268 dólares de BPA (también a 18 de Noviembre).

JPMorgan tiene la misma prevision que MS y GS, en los 6.500 puntos con 270$ de BPA (a 27 de Noviembre).

CFRA espera 6.585. (a 20 de Noviembre).

RBC tiene una prevision de 6,600 puntos con 271$ de BPA (a 25 de Noviembre).

Barclays de 6.600 con 271$ de BPA (a 25 de Noviembre).

BofA de 6.666 con 275$ de BPA (a 26 de Noviembre).

BMO de 6.700 con los mismos 275$ de BPA (a 18 de Noviembre).

HSBC de 6.700 (a 6 de of Diciembre).

Deutsche Bank de 7.000 con 282$ de BPA (a 25 de Noviembre).

Yardeni Research también 7.000 con 290$ de BPA (a 10 de Noviembre).

Capital Economics en 7.000 (a 7 Noviembre).

Wells Fargo espera 7.007 con 274$ de BPA (a 3 Diciembre).

Estos precios objetivos hay que cogerlos con pinzas, si echamos la vista atrás hace un año, por estas mismas fechas JPMorgan y Morgan Stanley tenían objetivos para el S&P 500 de 4.200 y 4.500 puntos respectivamente (un 35% por debajo del nivel de mercado actual).

Los indicadores de sentimiento de mercado vuelven a estar en niveles muy elevados, lo cual es una señal de una posible corrección en el corto plazo del mercado, el sentimiento económico de Goldman Sachs está ahora en el nivel más alto desde julio de 2019:

Según el indicador de Bank of America el sentimiento de los inversores está en niveles de euforia.

Y el índice de Morgan Stanley Global Risk Demand vuelve a codicia (greed).

Importante esta semana:

El dato más importante de la semana en Estados Unidos fue el dato de IPC de Noviembre que conocimos el miércoles, el IPC estadounidense de Noviembre se saldó con una aceleración de una décima hasta el 2,70%, en línea con las estimaciones del consenso. Por otro lado la referencia subyacente se mantuvo estable en el 3,3%, igualmente en línea con las estimaciones. En términos mensuales el dato general se aceleró un 0,30%. El dato de Noviembre puso de manifiesto una desaceleración de la referencia de servicios de una décima hasta el 0,30%, con la partida de vivienda cayendo dos décimas hasta el 0,20%. En definitiva es un dato en línea con lo que esperaba el mercado y que tendrá poco impacto en las próximas decisiones de tipos de la Fed.

Trump, en una entrevista para la NBC concedida este lunes, habló de varios temas, de Jerome Powell, de aranceles, de la OTAN y de inmigración, entre otros. En primer lugar, el presidente electo declaró que no tiene planes de sustituir al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. El mandato del líder de la autoridad monetaria concluye en mayo de 2026 y, tras amenazas por parte de Trump de destituirlo, esta semana dio un paso atrás. En cuestión de aranceles, enfocó su discurso en México y Canadá al señalar que Estados Unidos está “subvencionando” estos países. Además, está convencido de que los aranceles son la solución para compensar los recortes en los impuestos y ayudar a reducir la deuda de 35 billones de dólares. Ante las consecuencias del aumento en los precios y los perjuicios sobre las familias estadounidenses, Trump señaló que “no puede garantizar nada”. Por otro lado, avisó que, si los países pertenecientes a la OTAN cumplen con sus cuotas, Estados Unidos permanecerá en la alianza militar. El objetivo de los países miembro es destinar un 2% del PIB a gasto en defensa. Cuando Trump tomó el cargo de la Casa Blanca en 2017, solo cinco países cumplían el 2% de referencia y amenazó en diversas ocasiones con abandonar la alianza. Hoy, el número de países que se espera que cumplan el criterio ha ascendido a 23. Por último, Trump defendió que en su primer día de mandato eliminará la posibilidad de adquirir la ciudadanía por nacimiento en territorio estadounidense.

Trump invitaba este miércoles al presidente chino, Xi, a su toma de posesión. Por otra parte, el senador republicano Mitch McConnell advirtió en contra de la política exterior aislacionista refiriéndose indirectamente a la política exterior de «America First» defendida por Trump, poniendo de manifiesto el enfrentamiento interno dentro del partido republicano. Aunque ayer Xi Jinping dijo que no acudirá.

La encuesta realizada por la Fed de Nueva York sobre expectativas de inflación del consumidor a 5 años, aumentan desde el 2,77% al 2,86%.

También en Estados Unidos, esta semana, el gobierno subía más la presión en la guerra comercial al anunciar un nuevo aumento de aranceles sobre importaciones chinas de energía limpia, con efecto a partir del 1 de enero de 2025. Concretamente, la administración de Biden ha duplicado las tarifas a 50% sobre las obleas y el polisilicio, además de subir del 0% al 25% las tasas sobre ciertos productos de tungteno. Las obleas y el polisilicio son elementos esenciales en las fases de proceso de manufactura de las células solares. El tungteno, se emplea en diversas aplicaciones industriales como armamento, chips y tubos de rayos X. El mandato de Biden no sólo ha conservado los aranceles impuestos por Trump sobre China, sino que ha endurecido las barreras comerciales sobre productos e industrias estratégicas, energías limpias y semiconductores. En mayo de este año, se anunció el despliegue de tarifas, 100% sobre los vehículos eléctricos y 50% sobre células fotovoltaicas y semiconductores, entre otras. La semana pasada, Estados Unidos lanzó el tercer paquete de restricciones de microchips y China respondió prohibiendo los envíos de galio, germanio, antimonio y grafito a territorio estadounidense. 

Ayer conocimos que repuntaron los costes de producción en Estados Unidos. El índice de precios de producción industrial se aceleró más de lo esperado en noviembre al aumentar a ritmos del +3% interanual, cuatro décimas por encima de lo previsto. Asimismo, también la tasa subyacente decepcionó al situar su ritmo de crecimiento en el +3,4% interanual, repitiendo niveles del mes previo, pero con unos datos de octubre que se han visto revisados.

Según Bloomberg, el BCE espera realizar una nueva bajada de 25 puntos básicos en enero y, probablemente, otra adicional en marzo a medida que la inflación se estabilice. Acciones de 50 puntos no se descartan, pero sólo bajo un contexto de emergencia. Por otro lado, según Reuters, algunos miembros del Consejo abogaron ayer por realizar un recorte mayor, ya que estaban preocupados por el impacto de los aranceles de Trump y porque se estimaba que las proyecciones de PIB estaban sobreestimando el crecimiento de la UME.

El canciller de Alemania, Olaf Scholz, presentó este lunes su petición al parlamento para solicitar una “moción de confianza”, que tendrá lugar el próximo 16 de diciembre. El pasado 7 de noviembre el dirigente alemán rompió la tripla del gobierno de coalición con el Partido Liberal (FDP), permaneciendo en minoría el Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes. Esta votación parlamentaria, que Scholz espera perder, conllevará la disolución del parlamento, tratándose de su estrategia para que se convoquen elecciones anticipadas el 23 de febrero, siete meses antes de lo previsto. 

En Alemania, según una encuesta de Insa/Bild el CDU/CSU y los Verdes o el CDU/CSU y el SPD tendrían mayoría para formar gobierno tras las elecciones de febrero, mientras que el FDP no alcanzaría el umbral del 5%.

Según el Financial Times la Unión Europea estaría trazando duras líneas rojas de cara a sus próximas negociaciones de «reinicio» con Reino Unido con relación al Brexit. Por su parte, la canciller de Hacienda de Reino Unido Reeves está preparada para impulsar el restablecimiento de las relaciones con la UE en la reunión del Eurogrupo de esta semana, que ha sido la primera a la que asiste un ministro de Finanzas británico desde el Brexit.

Donoheo, presidente del Eurogrupo, dijo que la Comisión Europea considera apropiada una postura fiscal ligeramente contractiva para 2025, con restricciones en el gasto corriente junto con una tendencia positiva en la inversión pública. En este sentido, el organismo sigue comprometido a ofrecer una senda gradual de consolidación presupuestaria a medio plazo.

En China, la balanza comercial aumenta a medida que las importaciones caen mucho más de lo esperado, 3,9% interanual frente al 0,9% estimado, mientras que las exportaciones aumentan menos de lo esperado por el consenso, 6,7% frente al 8,7% estimado.

Las autoridades chinas endurecen las restricciones a los suministros de drones a Estados Unidos y Europa. Las nuevas regulaciones buscan prevenir que drones civiles sean utilizados con fines militares, especialmente en conflictos internacionales, como el de Ucrania.


Sobre la japonización de China. Ignacio de la Torre. Economista jefe de Arcano Partners.

Se atribuye al economista Simon Kuznets la frase: “Existen cuatro tipos de países: los desarrollados, los subdesarrollados, Japón y Argentina”. Kuznets es muy conocido por haber elaborado en profundidad el concepto de PIB y su medición tras la Gran Depresión de 1929. Aunque se le otorgó el premio Nobel en 1971, sus décadas de observación de la evolución del PIB en diferentes economías le llevó a expresar estas acusadas diferencias entre los “cuatro tipos” de sistemas económicos.

Dejando aparte a Argentina, el modelo de crecimiento japonés, muy exitoso entre los años 1950 y 1970, aupado por un sector exportador pujante, adoleció en la década de 1980 de exceso de inversión, en especial inmobiliaria, lo que gestó una de las mayoras burbujas de la historia. Es famosa la anécdota de que, a finales de los ochenta, el valor del palacio imperial de Tokio, con 1,15 kilómetros cuadrados, era superior al de todas las casas de California. Tras la explosión de la crisis en 1991, la inversión se hundió, se generó una “recesión de balance” y el sector inmobiliario inundó de créditos fallidos al sistema bancario japonés. El país podía hacer dos cosas. La primera era limpiar el sistema bancario, reconociendo los créditos fallidos, inyectando capital en los bancos problemáticos y reemplazando equipos directivos responsables de la errónea política crediticia. La segunda consistía en aplicar el sistema denominado por los anglosajones delay and pray, traducido al español con el castizo “patada p’alante”: seguir reconociendo los créditos dudosos a su valor nominal y rezar para que el ciclo cambiara. Lamentablemente, se optó por la segunda opción, lo que explica el mejorable comportamiento de la economía nipona en los años 1990, la “década perdida”. Cuando se decidió cambiar al primer sistema de la limpieza bancaria ya en el siglo XXI, tras la llamada a la acción de Ben Bernanke, Japón afrontaba una profunda crisis demográfica (en la primera década del siglo XXI la población activa se contrajo en cinco millones de personas, lo que supuso una reducción anual del 0,6% y en consecuencia de las horas trabajadas), crisis que está detrás de los escuetos crecimientos de su economía desde entonces.

El extraordinario desarrollo económico de China desde la década de 1980, también impulsado por un gran éxito exportador, se tradujo en una inflación de precios de activos: en las principales ciudades del país las casas subieron un 250% desde 2009 hasta que estalló la burbuja inmobiliaria en 2021. Si a largo plazo las casas suelen tener un valor equivalente a unos nueve años de la renta disponible de una familia, hoy día las chinas “valen” cerca de 30 veces en ciudades como Pekín. Con un valor total teórico de casi 50 billones de dólares, estamos ante una de las mayores burbujas de la historia. La demanda se ha secado con la caída de los precios, y puede haber hasta 80 millones de casas vacías. La sobreoferta ante una demanda exigua está provocando caída de precios. La caída de los precios de las casas y del suelo finalista genera un problema de balance en el sector promotor, endeudado a su vez al 80% del valor de sus “activos” anticipando otra recesión de balance, recesión que tarde o temprano contagiará a la banca.

Perspectivas de crecimiento

Los paralelismos con Japón no se quedan ahí. Si la situación del sector inmobiliario-financiero chino se despejara a finales de esta década (y la duración dependerá de si optan por el sistema 1 o 2 de los descritos más arriba), tendremos que enfocarnos en perspectivas de crecimiento de medio plazo. Esta semana hemos conocido que los bonos a diez años de China cotizan a la rentabilidad más baja de sus últimos 22 años (2%), y los tipos a 30 años han pasado a cotizar a una rentabilidad inferior a la de sus homólogos japoneses. Los tipos de interés de largo plazo suelen estar directamente relacionados con la percepción que el mercado tiene sobre la capacidad de crecimiento nominal a largo plazo de una economía. El crecimiento nominal a su vez depende de tres factores: inflación esperada, horas trabajadas y productividad por hora trabajada. China actualmente presenta una inflación de un 0,3%, las horas trabajadas caerán a un ritmo de 0,7% desde 2030 debido a la calamitosa natalidad (un niño por mujer) y los incrementos de productividad han remitido posiblemente hasta un crecimiento anual en la horquilla del 1%-2%. No es de extrañar que los bonos a 30 coticen al 2%… El problema de generar un bajo crecimiento es hacer frente al pago de la deuda nacional (pública y privada), que en el caso de China excede de tres veces su PIB: uno de los niveles de deuda más elevados del mundo.

La diferencia fundamental entre Japón y China estriba en que el primer país atravesó su crisis con niveles de PIB per cápita cercanos a 30.000 dólares a valor actual. Sin embargo, el PIB per cápita chino alcanza hoy los 12.000. No se vive una crisis de igual forma con tal dispar renta per cápita. James Joyce escribió en Ulises: “Los errores son los portales del descubrimiento”. Ojalá que la experiencia japonesa permita a China evitar sus errores.


China relaja su postura en política monetaria. Joe Leahy/William Sandlund/ Ian Smith. Financial Times (10 de Diciembre).

Por primera vez en 14 años, los dirigentes chinos han cambiado su postura en política monetaria de “prudente” a “moderadamente flexible”, lo que ha hecho subir los precios de las acciones y los bonos, ya que los inversores apuestan por que los responsables políticos se están tomando la situación económica más en serio.

El anuncio realizado ayer (9 de Diciembre) por el politburó del Partido Comunista, presidido por Xi Jinping, se produce cuando los líderes se disponen a celebrar este mes una reunión anual en la que establecerán la agenda económica para el año que viene.

El politburó declaró que las autoridades “deben aplicar políticas fiscales más proactivas y políticas monetarias moderadamente laxas”.

Añadió que las autoridades deben “reforzar los ajustes anticíclicos extraordinarios e […] impulsar enérgicamente el consumo, mejorar la eficiencia de la inversión y expandir la demanda interna en todas las direcciones”.

El rendimiento del bono chino a 10 años cayó a un mínimo histórico del 1,92%, prolongando su repunte y desafiando las advertencias de una “burbuja” en los precios de la deuda pública. El rendimiento de los bonos evoluciona de forma inversa a los precios. El índice bursátil Hang Seng China Enterprises de Hong Kong cerró con una subida del 3,14% tras el anuncio.

Para salir del círculo vicioso de deuda y deflación, los responsables políticos chinos deben intensificar las medidas fiscales para impulsar el consumo”, afirman analistas de Brown Brothers Harriman. “En este sentido, el último anuncio del politburó es alentador”.

La última vez que China adoptó una postura “moderadamente laxa” fue a finales de 2008, tras la crisis financiera mundial, y puso fin a la misma a finales de 2010. El cambio de postura ha sido tomado por los inversores como una señal de que los dirigentes se están tomando más en serio los problemas económicos de China.

Economistas de Morgan Stanley señalan que es la primera vez que los dirigentes chinos añaden la palabra “más” a su descripción de su política fiscal proactiva desde la crisis provocada por el Covid en 2020. Afirman también que es la primera ocasión en que los dirigentes incorporan la palabra “extraordinario”, que Morgan Stanley traduce como “no convencional”, a su descripción de los necesarios “ajustes anticíclicos”. Señalan que esto sugiere que la prioridad para el próximo año será impulsar la demanda, especialmente el consumo.

La economía china sufre desde hace meses presiones deflacionistas por el hundimiento del sector inmobiliario, que llevó al Gobierno a anunciar estímulos monetarios en septiembre y medidas fiscales en noviembre, dirigidas principalmente a la deuda de los gobiernos locales.

La economía coqueteó con la deflación en noviembre, según muestran los datos publicados el lunes, aumentando la presión sobre los funcionarios del Partido Comunista para hacer más por reavivar el ánimo de los consumidores.

El índice de precios al consumo de China subió un 0,2% interanual, su nivel más bajo en cinco meses y por debajo de una encuesta de Reuters entre analistas que preveía un aumento del 0,5%. En términos intermensuales, los precios cayeron un 0,6% de octubre a noviembre.

El índice de precios del productor del país, que mide los precios de los bienes vendidos por los fabricantes chinos, descendió un 2,5% inter-anual, frente a las previsiones de los analistas de una caída del 2,8% y al descenso del 2,9% en octubre, continuando una racha de dos años de caída de los precios de fábrica.

El Partido Comunista celebrará en los próximos días una de sus reuniones anuales sobre política económica más importantes, la Conferencia Central de Trabajo Económico, y los analistas esperan con impaciencia cualquier señal de un impulso más concertado para reactivar el gasto de los hogares.


En busca del famoso tipo de interés neutral. Andrés Stumpf. Financial Times.

Los inversores, los economistas y los expertos en política monetaria tienen una obsesión: conocer el tipo de interés neutral de la economía europea. Esta tasa inmaterial, que establece el precio del dinero que no lastra ni alimenta el crecimiento económico ni la inflación, ha cobrado importancia desde las primeras bajadas de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) en este 2024. Ahora, a las puertas de 2025, amenaza con ir más allá y convertirse en el eje de todos los debates.

La razón es que el BCE se ha quitado ya el corsé que atenazaba sus bajadas de tipos. A pesar de haber recortado sus tasas hasta el 3%, hasta ayer conservaba en su comunicado el compromiso de mantener una política monetaria restrictiva hasta controlar la inflación. Ahora que eso ya no se considera necesario, avanza decidido hacia abajo con el destino, más pronto que tarde, de alcanzar la zona neutral.

Ese es, precisamente, el motivo por lo que los expertos consideran tan importante conocer cuál es ese tipo de interés mágico que equilibra todas las variables de la economía. No quieren hacer un estudio teórico de la situación de la zona euro, sino tratar de anticipar cuántos recortes más del precio del dinero tiene pensado afrontar el BCE en el próximo año por las implicaciones que esto pueda tener sobre sus activos, el crecimiento económico o los mercados financieros. Con un elemento tan importante e incierto en juego, cada casa de análisis ha lanzado ya sus pronósticos. El consenso apunta a una horquilla de entre el 2% y el 2,5%, pero realmente estas estimaciones sólo son un aperitivo.

La llave está en Fráncfort

La cifra realmente importante, coinciden todos los expertos, será aquella que los miembros del Consejo de Gobierno del BCE tengan en la cabeza, independientemente de su precisión. Será el nivel decidido en Fráncfort el que, como un faro en la noche, ayude al barco de la política monetaria a llegar al puerto de destino donde descansarán los tipos. Por el momento, los inversores no han recibido más que largas.

“Es un debate prematuro”, sentenció ayer Christine Lagarde, presidenta del BCE, quitándose de encima una cuestión que, aseguró, en esta última reunión “no se ha discutido”. Al margen de la patente incertidumbre que existe sobre el nivel exacto de la tasa neutral, las esquivas respuestas de la presidenta del BCE y de muchos de los miembros del Consejo de Gobierno esconden el deseo de mantener una flexibilidad total. A la vista de incertidumbres como la fuerza del crecimiento salarial, pero también de factores externos como potenciales aranceles de EEUU, los responsables de la política monetaria europea no tienen claro dónde quieren que los tipos de interés finalicen el ciclo a la baja iniciado el pasado junio.

Por ello, antes de pronunciarse y tener después que ajustar su camino, prefieren pecar de prudentes. Sin embargo, conforme las tasas bajan –y seguirán haciéndolo en los próximos meses salvo que los datos arrojen sorpresas muy negativas en el campo de la inflación– la cuestión centrará cada vez más el foco hasta el punto de que la autoridad monetaria no tendrá más remedio que afrontarlo para explicar el razonamiento detrás de sus decisiones.

Por ejemplo, si finalmente opta en algún momento por bajar los tipos 50 puntos básicos para frenar el debilitamiento de la economía, no será lo mismo comunicar al mercado que lo hace para estimular la demanda que simplemente señalar que ha acelerado el recorrido a la baja porque aún quedaba mucho camino por recorrer.

Ayer, Lagarde reconoció que los técnicos del BCE publicaron el año pasado un documento que, en sus diferentes escenarios, manejaban una horquilla de entre el 1,75% y el 2,5% para la tasa neutral. Si bien ese diferencial es demasiado amplio para que sirva para las estimaciones, el hecho de que la propia presidenta lo resaltara públicamente puede anticipar que servirá como referencia para trabajos futuros. A partir de ahí se buscará que la horquilla se estreche puede servir como referencia para seguir la búsqueda del tipo neutral.


Los productos financieros complejos, en niveles récord. Stephen Gandel y Eric Platt. Financial Times.

El apetito insaciable de los inversores por obtener mayores rendimientos ha dado lugar a un boom en Wall Street de productos financieros complejos que no se presenciaba desde el período previo a la crisis financiera de 2007.

El volumen global de operaciones de financiación estructurada ha alcanzado los 380.000 millones de dólares este año, según datos de LSEG, que excluyen los préstamos inmobiliarios y corporativos tradicionales.

La cifra es más de un 20% superior a la del mismo período del año anterior y se sitúa unos 1.000 millones de dólares por encima de la de todo 2021, que había sido el máximo registrado tras la crisis financiera.

El boom de las operaciones complejas (y a menudo más arriesgadas) pone de relieve cómo los mercados boyantes y la persistente fortaleza económica de EEUU están permitiendo a los banqueros vender productos más sofisticados a inversores deseosos de conseguir altos rendimientos fijos.

Las transacciones de este año han creado deuda respaldada por ingresos vinculados a los beneficios generados por negocios tan dispares como alitas de pollo picantes, centros de datos y catálogos de música.

Hemos vivido años excepcionales con un apetito insaciable de los inversores y eso es lo que está sucediendo ahora”, explica Jay Steiner, responsable de títulos respaldados por activos estadounidenses en Deutsche Bank.

Wall Street ha estado buscando nuevas fuentes de ofertas en rincones cada vez más recónditos del mercado a medida que aumenta la demanda de productos estructurados.

Las transacciones de las últimas semanas han estado vinculadas a los ingresos por comisiones de franquicia de la cadena de restaurantes estadounidense Wingstop, las ventas de petróleo de pozos financiados por ExxonMobil y la demanda de capacidad informática y espacio del operador de centros de datos CloudHQ.

El crecimiento de las operaciones estructuradas inquieta a algunos inversores porque los gestores de inversiones, repletos de liquidez, no tienen en cuenta el riesgo, y llaman despectivamente a algunos fondos de seguros “compradores programáticos” por comprar automáticamente las emisiones, sin gran escrutinio.

Aun así, los analistas aseguran que el tamaño del mercado es insuficiente como para suponer un posible riesgo sistémico.

Las finanzas estructuradas han sido una bendición para Wall Street en un momento en que otras partes del negocio de la banca de inversión siguen registrando poca actividad.

Suculentas comisiones

Aunque las comisiones se están recuperando, siguen siendo inferiores a las de hace unos años. Las comisiones de suscripción, como porcentaje del tamaño de la operación, para los productos estructurados tienden a ser más altas que las de la deuda pública y la deuda corporativa convencional.

Este tipo de operaciones también resultan atractivas para los inversores porque suelen ofrecer rendimientos más altos que los bonos tradicionales y, al mismo tiempo, garantizan la rentabilidad.

Mientras tanto, las compañías de seguros y otros inversores profesionales han buscado lugares donde invertir los activos procedentes de jubilados y otros inversores que buscan mayores rendimientos.

Otras emisiones recientes han obligado a los inversores a estudiar minuciosamente las finanzas de los propietarios de viviendas estadounidenses que han instalado paneles solares de Tesla y los catálogos musicales de Shakira, Bon Jovi y Fleetwood Mac, relacionados con los títulos que compran.

Las emisiones de deuda estructurada vinculadas a rincones más arcanos del mercado ya han aumentado un 50% este año en comparación con todo 2023, hasta los 63.000 millones de dólares, según JPMorgan Chase.

Y a medida que los Baby Boomers van cumpliendo años, aumenta la compra de rentas vitalicias o de transferencias de activos a inversiones que generan más ingresos.

Según Keith Ashton, codirector de crédito alternativo del grupo de inversión Ares Management, eso ha llevado a las aseguradoras que venden rentas vitalicias y a otros inversores profesionales a aumentar las compras de deuda estructurada.

En opinión de Peter Van Gelderen, gestor de cartera de TCW, la demanda de financiación estructurada entre inversores y aseguradoras ha sido tan fuerte, que los rendimientos adicionales que necesitan para participar en las partes más arriesgadas de estas operaciones en lugar de comprar deuda de riesgo ultrabajo se han desplomado este año.

Añade que la demanda de las porciones arriesgadas de las operaciones estructuradas se ha visto incrementada por la fuerte competencia para comprar tramos senior menos arriesgados.

La oferta por posiciones más arriesgadas es mayor que a principios de año. Pero la demanda de títulos senior es alta. Eso es lo que impulsa todas las nuevas emisiones”, concluye.


El occidente sovietizado. Tom Burns Marañón.

Ya quisiera Javier Millei tener lo que tiene el fundador del movimiento MAGA para poder cumplir con su sueño de Make Argentina Great Again, pero al menos el de la motosierra no está solo.

Quien dentro de un mes estará ocupando la Casa Blanca lo tiene fácil para dar la vuelta como un calcetín a conductas políticas y mentalidades ciudadanas. Donald Trump cuenta con todo un Elon Musk dirigiendo un Departamento de Eficiencia Gubernamental para impulsar una fenomenal sacudida a la burocracia federal. Y además con una Cámara de Representantes afín.

Se cree conocer suficientemente bien la monumental tarea que el putrefacto peronismo legó al capitalista libertario bonaerense. Lo que Milei tiene por delante es semejante a la labor que tuvo Hércules cuando se le mandó eliminar en un solo día las altas montañas de estiércol que ocupaban los establos, jamás limpiados, del ganado de rey Augías. A él le ha tocado higienizar el excremento acumulado por generaciones de cleptócratas que con impunidad practicaban el clientelismo y el despilfarro.

Puede, por el contrario, que no se aprecie debidamente la faena que afronta la Administración de Trump en su afán transformador. La reacción ante la mera mención de tal reto suele ser la de: ¿Problema? ¿Qué problema?

La economía de EEUU va como uno de los cohetes recuperables que el Space X de Musk lanza cada dos por tres al espacio. Esto, a diferencia de aquí, lo afirman gente con el pensamiento ordenado sin riesgo de hipérbole. Jamás han sido tan inventivas las empresas de la Unión, hay pleno empleo y un Wall Street pletórico bate récords.

Pero problema ha de haber cuando el muy trumpista Partido Republicano que controla el Congreso sostiene que se ha de actuar con contundencia para aprovechar “un momento histórico para el país”. Y cuando Trump, que aparentemente le ha dado plenos poderes a Musk, promete anunciar en los próximos días “reformas estructurales a gran escala”.

Si todo está a pedir de boca, ¿por qué se abraza el rupturismo social? ¿Por qué se ponen varias motosierras en manos del hombre más rico del mundo para que pueda recortar a diestra y siniestra con la herramienta que emplea Milei como un amenazante fetiche que sanará un estado fallido?

El historiador británico sir Niall Ferguson, intelectual público global, prolífico autor y profesor en las universidades que forman las elites de Estados Unidos, tiene una visión poco halagüeña de su país de adopción y puede que explique esta paradoja. Dice con el rigor del sabio que Estados Unidos no va bien.

En una reciente conferencia en Australia, que está fácilmente asequible en YouTube, Fergusson comenzó contando que, por primera vez en la historia, el coste de la deuda pública estadounidense superaba el gasto militar del gobierno federal. Este es un dato que avisa la irrupción de la decadencia. Se registró en la España de los Austrias, en la Francia de los Borbones, en el Imperio otomano y en el británico.

A continuación Ferguson expuso su tesis de que, en los 2020, Estados Unidos presenta los mismos síntomas de agotamiento social que la Unión Soviética en la década de los ochenta del pasado siglo. Lo dijo porque en Washington gobierna una gerontocracia igual que la que mandaba en Moscú y porque cada vez menos norteamericanos tienen fe en sus instituciones. Esto le recordaba a finales de la Guerra Fría cuando ningún ruso creía en el sistema soviético. El cinismo y el alcoholismo se habían extendido por las despobladas estepas como la helada invernal.

Ferguson mostró conclusiones espeluznantes que ofrecen encuestas recientes en EEUU. El porcentaje de estadounidenses que considera el patriotismo y la religión “muy importante” ha bajado en muy pocos años del 60% por ciento al 40% y sigue descendiendo. Los que consideran “muy importante” tener hijos han caído en picado del 60% al 20%.

Lo que ocultan los estupendos éxitos macroeconómicos USA es la evidencia de muchísimos individuos atrapados en la angustia. Ferguson considera que el deber del intelectual público es el de hostigar conciencias adormiladas y esto es lo que hace con las pruebas que utiliza. Dice que en occidente nos hemos vuelto “soviéticos”.

En los últimos diez años han muerto tantos estadounidenses por suicidio y sobredosis que los 1,2 millones que se llevó por delante el Covid-19. Abundan lo que Ferguson llama deaths of despair, muertes por desaliento, y la esperanza de vida en la sociedad más próspera del mundo se reduce inexorablemente. La confianza que los estadounidenses tienen en sus gobernantes no llega a dos dígitos.

Los trumpistas del mundo, motosierra en mano, creen que la Guerra Fría 2.0 ya ha comenzado. El “eje de la resistencia”, China, Corea, Irán y Rusia está más agresivo que nunca y han de actuar sin más demora para evitar que los demás nos “sovieticemos” del todo.


Buen fin de semana!!

Comentario de mercado viernes 29 de Noviembre del 2024.

Semana de mucha volatilidad en todos los mercados, Bolsa, renta fija, divisa y materias primas después tras la amenaza del martes de Trump de imponer aranceles adicionales a China (10%) y aranceles del 25% en todos los productos de México y Canadá con el fin de atacar el problema de entrada de drogas e inmigración ilegal. El comentario de Trump presionó a la baja a las tres divisas, el peso mexicano tocó mínimos de dos años y el dólar canadiense el mínimo de cuatro años, y supuso un claro contraste con la mayor tranquilidad que había aportado a los mercados financieros la elección de Bessent como Secretario del Tesoro, de un perfil más moderado que el presidente electo. Veremos si estamos ante un riesgo real de aranceles o una estrategia negociadora de Trump, teniendo en cuenta que la imposición de mayores aranceles sería también negativa para Estados Unidos, privándole de productos relevantes, como la energía que importa de Canadá, e incrementando sus costes.

El precio del petróleo cayó el lunes con fuerza, el Brent cayó un -3%, ante la posible tregua entre Israel y Líbano, a la que se sumó la propuesta de Bessent de que Estados Unidos incremente su producción diaria en más de un 20%, desde máximos de Octubre el precio del Brent ha caído casi un 10%

 Precio del barril de petróleo Brent durante el 2024.

La última publicación de indicadores de sentimiento apunta a una contracción de la actividad económica en Europa, Japón y Australia, mientras que la actividad en Estados Unidos crece. La contracción de la actividad industrial en la eurozona persiste, marcada por la escasez de nuevos pedidos, baja producción, poco empleo y la falta de acumulación de inventarios. Una mejor relación entre nuevos pedidos e inventarios sería un indicador adelantado de que la actividad económica se estabiliza. Esta vez los malos datos del sector manufacturero de la semana pasada no se vieron compensados por el crecimiento del sector servicios. Las expectativas para el empleo tampoco son buenas.

En Estados Unidos, la lectura del PMI compuesto apunta a un crecimiento sólido, aflojando algo la actividad manufacturera y creciendo con fuerza el sector servicios. La debilidad del PMI manufacturero en la eurozona, junto con la desaceleración de la inflación, sugieren que la necesidad de flexibilizar la política monetaria es mayor que en otras regiones. Los analistas esperan que el BCE recorte el tipo de interés en al menos 25 puntos básicos en cada una de sus próximas cuatro reuniones. La probabilidad de que el BCE recorte tipos de forma más rápida y agresiva, con 50 puntos básicos en la próxima reunión de diciembre, ha aumentado.

Debido a factores fundamentales, el yen japonés ha mostrado una tendencia bajista en las últimas semanas, perdiendo la mayor parte de lo que ganó en julio cuando se deshicieron las posiciones cortas. Este debilitamiento ha sido el resultado tanto de la desventaja cíclica como de la gran divergencia de las políticas monetarias de Japón y Estados Unidos. Los bajos tipos de interés en Japón han hecho que vuelva a utilizarse el yen para financiar operaciones de carry trade como muestran las posiciones cortas en el mercado de opciones.

Los precios del gas natural están subiendo por la expectativa de un invierno frío. Los temores de Europa por la falta de suministro son exagerados ya que los depósitos están lo suficientemente llenos como para absorber cualquier aumento repentino de la demanda. Mientras tanto, el episodio de precios bajos en Norteamérica probablemente esté llegando a su fin, ya que las exportaciones están repuntando con la entrada de nuevos operadores.

Precio del Futuro del Gas Natural (ICE Endex Dutch TTF Natural Gas Futures Contract) últimos 12 meses.

Como es habitual estas semanas los diferentes bancos y firmas de análisis están publicando sus previsiones para el próximo año, este lunes Deutsche Bank publicaba un informe en el que incrementaba sus previsiones para el S&P 500 a los 7.000 puntos para finales del 2025 (+17% desde el nivel de mercado actual), esta subida de las previsiones de los analistas de Deutsche Bank viene porque esperan un crecimiento de ingresos muy sólida para el próximo año. Barclays espera que el S&P 500 finalice el próximo año en 6.600 puntos, subiendo su pronóstico desde los 6.500 que preveía anteriormente. Los analistas de Barclays esperan que la Fed continúe con el ciclo de flexibilización monetaria. La semana pasada los analistas de Goldman Sachs, JPMorgan y de Morgan Stanley en sus informes de estrategia publicaban una mimas previsión para el S&P 500 de 6.500 puntos para final del 2025. El consenso de analistas de Bloomberg esperan que el S&P 500 termine el 2025 en 6.300 puntos (+5% desde el nivel de mercado de 5998,74 puntos actuales).

Además de los mencionados, otros bancos y casas de análisis que han publicado sus informes con sus perspectivas para el 2025 han sido Merrill Lynch, BNP Paribas, BlackRock, Schroders, Amundi, Invesco, HSBC, UBS e ING.

El consenso general para 2025 es una perspectiva económica global benigna con un crecimiento moderado y con políticas monetarias por partes de los Bancos Centrales que cambian para ser más acomodaticias. Si bien se espera que la economía mundial se debilite, probablemente será un aterrizaje suave en lugar de una recesión. Se prevé que la inflación seguirá moderándose, pero es posible que no alcance mínimos previos a la pandemia.

Los puntos clave, de acuerdo con los analistas, serán para el 2025:

El desempeño económico de Estados Unidos, se prevé que la economía americana se modere debido al enfriamiento del mercado laboral y de la demanda interna. A pesar de esto, Estados Unidos todavía prevé superar a la mayoría de los mercados desarrollados. Sin embargo, las previsiones de beneficios y las valoraciones parecen agresivas y los inversores ya han puesto en precio muchas buenas noticias. La incertidumbre en torno a la política estadounidense, en particular fundamentalmente en lo que respecta a las relaciones comerciales y la política fiscal, es probable que generen volatilidad.

Recuperación europea, se espera que Europa experimente una modesta recuperación impulsada por inversiones estratégicas y la implementación del plan Next Generation de la Unión Europea. Los analistas esperan factores adicionales que contribuyan a la recuperación, entre ellos figuran el impulso hacia la transición energética y los proyectos industriales que la UE pretende implementar.

Crecimiento de los mercados emergentes, se prevé que los mercados emergentes sigan teniendo un desempeño y un crecimiento superiores a los del resto de mercados desarrollados, con Asia sigue siendo un importante motor. India, en particular, se espera que experimente un fuerte crecimiento.

Cambio de política monetaria, se espera que los principales bancos centrales sigan recortando los tipos de interés conforme se vaya moderando la inflación, pero no se prevé que el ciclo de flexibilización alcance los mínimos previos a la pandemia. Se prevé que la Reserva Federal, por ejemplo, reduzca los tipos de interés en Estados Unidos hasta el 3,5% para el verano de 2025. El cambio hacia una política monetaria más acomodaticia beneficia a la Renta Fija y al crédito al impulsar su función generadora de ingresos, ya que, después de muchos años, comienzan a dar retornos más en línea con su media.

Tensiones geopolíticas, las tensiones geopolíticas, tales como las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China y el conflicto en Ucrania, se espera que continúen y potencialmente se intensifiquen, impactando en la evolución de la economía global y en las estrategias de inversión de los inversores institucionales.

Fuente: Santander

Inversión de capital, las inversiones significativas en inteligencia artificial, en infraestructura eléctrica y de energía, y en seguridad se están anticipando al ciclo, se espera que tanto el sector público como el privado sigan impulsando estas inversiones.

Importancia de la diversificación, dado el nivel de incertidumbre, la diversificación será fundamental para inversores en 2025. Esto incluye la diversificación entre clases de activos, geografías y sectores, según la mayoría de analistas.

Las diferentes casas de análisis sugieren unas perspectivas cautelosamente optimistas para 2025, caracterizadas por un crecimiento moderado, una desaceleración de la inflación y una política monetaria acomodaticia. Sin embargo, las incertidumbres derivadas de las tensiones geopolíticas, la política estadounidense y las posibles decepciones en materia de resultados empresariales resaltan la importancia de que los inversores sean cautos y diversifiquen sus inversiones. En resumen, lo de todos los finales de año, los analistas recomiendan “cautela” (siempre me ha sorprendido esta recomendación, porque es la mejor manera de no “mojarse”), y a mitad de año tendrán que decir por qué los índices bursátiles no alcanzaron sus objetivos, o no se cumplieron sus previsiones, porque habrá seguro una explicación…

El Gobierno francés avisaba este jueves del riesgo de una crisis política y financiera en el país, esta tensión política está impactando en el mercado de bonos soberanos. En las últimas sesiones, la prima de riesgo francesa, que mide el diferencial entre el interés que paga por su deuda a 10 años y el que paga Alemania, ha escalado hasta los 86 puntos básicos, su nivel más alto desde 2012. Las tensiones políticas que Francia lleva arrastrando desde las elecciones europeas de junio no han dejado que las condiciones de financiación se relajen al mismo ritmo que las de otras economías de la zona euro conforme el Banco Central Europeo (BCE) recortaba los tipos de interés. Francia paga algo más de un 3,02% por su deuda a 10 años, frente al 2,16% de Alemania o el 2,9% de España. La clave de la diferencia está en la debilidad del Gobierno, que genera muchas dudas sobre la capacidad del país de reducir su déficit y poner orden en unas cuentas públicas que ahora el mercado vigila de forma más estrecha. Ahora que el BCE no compra todos los bonos soberanos que se emiten, de hecho a finales de este año finalizará completamente incluso las recompras de los títulos que alcanzan su vencimiento, los inversores han vuelto a poner el foco en los fundamentales.

En cualquier caso, más que la comparativa con Alemania, los analistas valoran la situación de la deuda francesa con relación a los países que se vieron más golpeados por la crisis de deuda. En ese sentido, destaca especialmente que Grecia, el epicentro de la tormenta perfecta vivida entre 2011 y 2012, haya logrado que la rentabilidad de su deuda se sitúe al mismo nivel que la de los bonos galos. En la zona euro, en la actualidad, solo los bonos italianos, golpeados también por el elevado endeudamiento y la baja productividad del país, pagan más, el 3,41%. Pese a todo, los 90 puntos básicos de la prima de riesgo está muy lejos de los niveles alcanzados por cualquiera de los países tensionados durante la crisis de deuda, e incluso de los registros de la propia Francia en aquellos años. Sin estar en el disparadero, su prima de riesgo escaló por encima de los 140 puntos básicos.

El peor escenario dejaría a Francia sin capacidad de reducción presupuestaria, sin gobierno, a la espera de un sustituto propuesto por Macron pues las elecciones parlamentarias no se podrían convocar hasta después de un año de los comicios anteriores, e incumpliendo las normas fiscales comunitarias dado que se prorrogarían los presupuestos actuales. Como consecuencia, Moody´s y Fitch rebajarían el rating de la deuda soberana francesa y esto presionaría al diferencial francés, posiblemente convergiendo con el spread italiano que actualmente ronda los 125 puntos básicos, además, cabe señalar que la proporción de tenedores internacionales de bonos soberanos franceses alcanza el 50%, más alta que otros países como Italia (20%) o España (40%), lo que podría generar una mayor volatilidad en el corto plazo.   

En cuanto a los índices de sentimiento de mercado las señales están siendo mixtas. El índice Alcistas menos bajistas (Bulls minus Bears Index) vuelve a territorio neutral, sin embargo en la encuesta del Conference Board el porcentaje de americanos que espera subidas de bolsas está en máximos y el indicador NAAIM (Asociación de Gestión de Activos) también está en máximos.

AAII Bulls – Bears

NAAIM exposure index

Importante esta semana:

Según el Informe de Estabilidad de la Fed, la carga en materia de deuda del gobierno de Estados Unidos se considera ahora el mayor riesgo para la estabilidad financiera. Por otra parte, la Fed dice que la próxima revisión de su marco, cuyas discusiones comenzarán el 25 de enero, cubrirá la declaración del FOMC sobre los objetivos a largo plazo y la estrategia de política monetaria, así como la comunicación llevada a cabo por la Fed. En este sentido, el objetivo de inflación del 2% no será un foco.

Las Actas de la última reunión del FOMC muestran el apoyo del Consejo a un enfoque gradual con respecto a futuros recortes, señalando que la incertidumbre sobre el nivel del tipo neutral dificulta la evaluación de la restricción. En este sentido, los miembros del FOMC subrayan que los riesgos del mercado laboral «disminuyeron un poco», pero que la inflación subyacente sigue siendo elevada.

El debate sobre la inflación en Estados Unidos se intensificó tras la publicación del PCE, un indicador clave de la evolución de los precios. Aunque las cifras estuvieron en línea con las expectativas, muestran una leve aceleración de la inflación, con un aumento anual del 2,8% en el Core PCE. Esta tendencia, junto con el incremento simultáneo del IPC, IPP y PCE por primera vez desde 2022, alimenta el temor de que la política monetaria estadounidense, demasiado flexible, reactive las presiones inflacionarias. A pesar de ello, algunos expertos siguen pronosticando una reducción de los tipos de interés en diciembre, aunque crece el escepticismo ante estas previsiones.

Israel aprueba el alto el fuego de 60 días con Líbano, aunque promete atacar de nuevo si Hezbolá rompe el acuerdo. Los primeros ministros de Israel, el Líbano y Biden anunciaron el pacto que comenzó la madrugada del martes al miércoles de esta semana, redactado por Estados Unidos hace días y aprobado por el gabinete de seguridad de Israel en la tarde de ayer. Las motivaciones de Israel por alcanzar el alto al fuego se basan en centrarse en Irán, conceder un respiro a su armada y reponer existencias. Como parte de la tregua, las fuerzas de Hezbollah deberán desplazarse al norte del río Litani, a unos 30 kilómetros de la frontera con Israel. De este modo, la franja comprendida entre ambas delimitaciones deberá permanecer libre de todo personal armado, salvo el Ejército del Líbano, fuerza militar separada de Hezbollah, y la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano.

Trump nominaba el pasado fin de semana a Scott Bessent como secretario del Tesoro, quien es considerado un halcón fiscal. En este sentido, Bessent dice que su prioridad política será cumplir con las diversas promesas de recorte de impuestos de Trump, y aconseja al republicano que siga una política económica «3-3-3», que supone la reducción del déficit presupuestario al 3% para 2028, conseguir un crecimiento del PIB del 3% a través de la desregulación y la producción adicional de 3 millones de barriles diarios de petróleo. Trump elige al general retirado Keith Kellogg como enviado a la guerra en Ucrania. El mismo sugirió recortar la ayuda militar.

El martes en Estados Unidos conocimos que mejoró la confianza de los consumidores en Noviembre. El índice de la Conference Board repuntó en noviembre reflejando una mejora de las expectativas de los consumidores con el índice agregado elevándose en el mes 2,1 puntos hasta niveles de 111,7. Este comportamiento se vio favorecido por el giro del ejecutivo en las elecciones de inicio del mes de noviembre y por el positivo efecto riqueza de la subida de las bolsas y de los precios de la vivienda que está teniendo sobre los hogares estadounidense con mayor poder adquisitivo. De hecho, en esta encuesta, un número récord de consumidores apunta a que espera rentabilidades positivas de la bolsa en el próximo año (56,4%). Mirando los sub-índices, este incremento de la confianza se sostuvo principalmente por la lectura de la situación actual (+4,8 puntos hasta niveles de 140,9) que por las expectativas (+0,4 puntos hasta 92,3).

Según Reuters, la Unión Europea y China están cerca de un acuerdo sobre vehículos eléctricos sin aranceles, en el que China se compromete a vender vehículos eléctricos con la fijación de un precio mínimo.

En Francia, el Primer Ministro Barnier ve una tormenta en el mercado financiero si no se aprueba el presupuesto y reitera su objetivo de reducir el déficit al 5% del PIB. Por otra parte, los medios franceses informan que Macron cree que Barnier podría ser derrocado pronto por una moción de censura del Nuevo Frente Popular (NFP) y Reagrupación Nacional (RN). Barnier decía ayer que abandona los planes de incrementar los impuestos sobre la electricidad en los presupuestos de 2025. Esta decisión, que sería una concesión a las solicitudes del partido de Le Pen, no es suficiente. La Agrupación Nacional dispone de poder de negociación para que el gobierno atienda a sus peticiones, puesto que su voto sería decisivo en caso de una moción de censura. Ayer Barnier mostró un tono apaciguador, al declarar que está preparado para realizar ciertas concesiones y advirtió que la falta de aprobación de los presupuestos desembocaría en turbulencias sobre los mercados financieros. Por su parte, el partido de Le Pen también reclama que las pensiones se indexen a la inflación el 1 de enero y se reestructuren las contribuciones a la seguridad social de las empresas. El próximo lunes es un día determinante para el país galo, se publicará la decisión del parlamento sobre la financiación de la Seguridad Social de 2025. En caso de que se rechace, el gobierno se verá obligado a desplegar una aprobación forzosa sin el parlamento, a través del artículo 49,3 de la constitución. Tal y como indicó ayer Le Pen, votará a favor de la moción de censura si se aplica esta vía.

El lunes se publicó el dato de IFO alemán de noviembre que quedó por debajo de lo esperado, con estabilidad en el componente de expectativas, pero con la situación actual lastrada por la difícil situación económica, debilidad macro y riesgo adicional a la baja por las políticas comerciales de Trump, un 10% de las exportaciones alemanas van a Estados Unidos, principalmente automóviles, a la vez que la desregulación y bajada de impuestos de Trump podría restar competitividad a la industria alemana, y política, elecciones anticipadas el próximo 23 de febrero, del país. Un dato que sigue a unos muy débiles PMIs de noviembre, especialmente en el sector servicios.

Hoy se han publicado datos de inflación de la Unión Europea de Noviembre, el dato preliminar de Noviembre se saldó con una aceleración de la referencia general en tres décimas hasta el 2,30%, en línea con lo esperado por el consenso de mercado. La referencia subyacente se mantuvo anclada en el 2,7%, una décima por debajo de lo esperado. Se trata de un dato mejor de lo esperado, que no sorprende demasiado, después de conocer la publicación en Alemania y en Francia, con un comportamiento bastante similar. El sector servicios es el que plantea un mejor comportamiento, lo que puede servir al Banco Central Europeo a seguir defendiendo bajadas de tipos hasta niveles que impulsen el crecimiento tal y como comentaba el gobernador del banco central francés, Villeroy, ayer.

Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo, destacó este miércoles en una entrevista aBloomberg que los tipos de interés se están acercando ya a la zona neutral, esa que ni estimula ni restringe la economía, y apuntó que no se debería ir más allá. Su visión choca con la de otros representantes que consideran que podría ser necesario apoyar el crecimiento si la economía sigue deteriorándose. Una mayoría creciente de miembros del BCE está de acuerdo con retirar el compromiso de restricción monetaria del comunicado que hacen público después de cada reunión. Sin embargo, cada representante tiene una idea propia de cuánto más podrían bajar los tipos de interés hasta llegar a la zona neutral.

Nos estamos acercando al territorio neutral”, indicó la banquera central, reconociendo con ello que ve un margen limitado para seguir bajando las tasas, aunque el descenso puede proseguir “mientras los datos que vayan llegando confirmen nuestro escenario base [de inflación estable en el objetivo del 2%]”. Para Schnabel el tipo neutral se sitúa entre el 2% y el 3%, una amplísima banda que justifica por la “enorme incertidumbre que existe al respecto todavía” y lo variado de los datos según modelos que lo estiman. Con ello, teniendo en cuenta que el precio del dinero se encuentra ya en el 3,25% y que casi existe consenso para volver a recortar los tipos en diciembre hasta el 3%, apenas se podría esperar una o dos bajadas más. La banquera alemana vislumbra una tasa neutral más elevada que la que maneja el consenso compuesto por los expertos en política monetaria de las diferentes casas de análisis. En su caso, el terreno neutral se movería entre el 2% y el 2,5%, lo que abriría la puerta a más bajadas de tipos incluso aceptando no querer estimular la economía.

Ese es uno de los grandes puntos discursivos de Schnabel, que destaca que no hay motivos para que el BCE tenga que acelerar el ritmo de bajadas de los tipos de interés, y menos para tener que apostar por una política monetaria expansiva. A su juicio, las muestras de debilidad que ha manifestado la economía europea “son estructurales” y no se corregirían con costes de financiación más bajos. “Si las empresas no invierten por razones que no tienen que ver con la política monetaria, bajar los tipos por debajo de la tasa neutral tampoco elevará la inversión. Necesitas políticas estructurales para conseguir eso”, justificó Schnabel, que ya en el pasado ha defendido que no se debe ver a la política monetaria como todopoderosa. De hecho, la banquera central va más allá y sugiere que bajar los tipos de interés ante debilidades estructurales en el crecimiento sería algo contraproducente. Según señaló, “los costes de moverse a un nivel expansivo [en el precio del dinero] podrían ser más elevados que los beneficios”. Ni siquiera una bajada persistente de la inflación, a cuya estabilidad en el 2% el BCE está ligado por mandato, sería suficiente para hacer que Schnabel cambiara de opinión. Siempre que siguiera debiéndose a factores estructurales, la banquera alemana “mostraría su rechazo a una respuesta monetaria demasiado fuerte”. En ese sentido, y a la vista de un mayor número de shocks en este entorno incierto, Schnabel considera que el BCE debería dejar que la inflación se desvíe ligeramente del 2% tanto al alza como a la baja antes de reaccionar moviendo sus tasas.

En España ayer conocimos los datos de inflación, según la cifra preliminar del INE, el IPC se aceleró en noviembre hasta un avance del +2,4% interanual desde el +1,8% anterior, pero si miramos la tasa subyacente, sin energía ni alimentos, la inflación continuó en su senda de moderación al crecer un +2,4% interanual, una décima menos que en el mes anterior. Según explica el INE, este fuerte repunte de la tasa general que se aceleró seis décimas en noviembre se debe, principalmente, al aumento de los precios de la electricidad y de los carburantes, frente a la bajada en noviembre del año pasado


Contradicciones del Trumponomics y los aranceles. Alan Beattie. Financial Times.

Si disfruta viendo cómo se desintegran y vuelven a formarse las narrativas como cristales en una solución sobresaturada, le habrán encantado los últimos días en Washington. El sábado, Donald Trump designó al titán de los hedge fund Scott Bessent como secretario del Tesoro, y los mercados financieros respiraron aliviados por la elección de uno de ellos en lugar de, por ejemplo, el guerrero de los aranceles Robert Lighthizer, el representante de Comercio en el primer mandato de Trump. Este optimismo se vio alterado por la sorpresa que dio Trump el lunes por la noche al amenazar con imponer aranceles del 25% a México y Canadá (y un sorprendentemente modesto 10% adicional a China) para forzar una intervención contra la inmigración y el contrabando de fentanilo antes del día de la toma de posesión del cargo.

En teoría, la táctica Canadá-México-China podría encajar en la visión del mundo de Bessent. En un artículo que escribió hace dos semanas para Fox News, Bessent mencionó prudentemente el uso de herramientas económicas para poner freno al comercio de fentanilo. Pero se supone que es un gran partidario de los aranceles cuidadosamente calibrados y graduales dirigidos con precisión a los países según su alineamiento con EEUU. En una entrevista en octubre habló de clasificar a los gobiernos extranjeros en rojo, amarillo o verde según su nivel de simpatía hacia Washington y ajustar la política en consecuencia.

Una gran alteración del comercio con un aliado como Canadá no se ajusta exactamente a ese estilo. Para empezar, el plazo es absurdo: es poco probable que los tres países sean capaces de tomar medidas drásticas contra la inmigración y el comercio de fentanilo en menos de dos meses. Es mucho más probable que el anuncio haya sido inspirado por los elementos de línea dura en materia de seguridad e inmigración de la naciente Administración Trump, contra los que personajes como Bessent tendrán dificultades para oponerse.

Luego, el martes, Trump nombró como representante de Comercio a Jamieson Greer, protegido de Lighthizer. Su antiguo jefe tiene ideas más centradas en el uso de los aranceles como palanca para obligar a los socios comerciales a liberalizar y a comprar exportaciones de EEUU.

Y para director del Consejo Económico Nacional, Trump eligió a Kevin Hassett, un economista de libre mercado mucho más ortodoxo. Hassett defiende la Ley de Comercio Recíproco propuesta por Trump, que tendría como objetivo incentivar a los socios comerciales para que rebajen los aranceles a los niveles de los estadounidenses. No es el peor plan. Al menos empuja a los países en la dirección adecuada. Pero, aparte de que su aprobación en el Congreso dejando exentos los sectores sensibles requiere de una gran hipocresía, es directamente contradictoria con las ideas defendidas por otros de emplear los aranceles como palanca para todo.

El equipo económico y comercial será una pandilla de cortesanos rivales bajo un presidente errático motivado por instintos y prejuicios. Esto fue lo que tuvimos durante el primer mandato de Trump. Esta vez, su compulsión a escuchar voces fuera de ese círculo que le instan a deportar a trabajadores nacidos en el extranjero o a perseguir objetivos de seguridad aunque perjudiquen a la economía será aún mayor.

Es más productivo analizar qué poderes tiene la Administración y qué puede conseguir si lo intenta. Sus herramientas económicas coercitivas no son todopoderosas y su eficacia varía considerablemente. La influencia estadounidense es mayor en las finanzas mundiales y, en particular, en el sistema de pagos en dólares, que puede utilizarse para aislar a países hostiles como Rusia o Irán. Aun así, estas sanciones no han sido fatales para el esfuerzo bélico de Rusia, ni han forzado un cambio de régimen en Irán o han impedido que siga siendo una amenaza para la seguridad en la región.

El poder de EEUU para utilizar el comercio de mercancías como palanca es un arma algo menor. A pesar de ser la mayor economía por valor del mundo, está relativamente poco expuesta al comercio. Además, a menos que EEUU aplique aranceles de forma generalizada, es probable que se repita la desviación del comercio presenciada en el primer mandato, donde las exportaciones de países hostiles como China se desviaron a través de economías más amistosas como Vietnam.

La Administración Biden también ha empleado las restricciones de la tecnología para intentar frenar el dominio de China en industrias como los semiconductores. Los poderes en materia de seguridad y de tecnología pueden ser muy eficaces, pero será difícil calibrar esas actuaciones para conseguir otros objetivos.

La principal conclusión de esta semana es que nadie sabe nada. Puede apostarse que Trump utilizará los aranceles. Pero no está nada claro cómo podría hacerlo, y con qué fin, o qué otras herramientas económicas y financieras podrían emplearse también, o a quién escuchará en un momento dado. Esta semana es una advertencia para aquellos que piensen que saben todo sobre la Administración Trump. No es así.


La crisis económica en Alemania y la previsible victoria de Friedrich Merz. Rafael Pampillón Olmedo, Rafael Moneo Abreu. Universidad CEU San Pablo e IE Business School.

Todo lo acontecido en Alemania en este mes de noviembre recuerda a aquel decisivo septiembre de 1982. Entonces se dio el primer paso para que Helmut Kohl llegara a ser canciller: el ministro de Economía, el liberal Otto Graf Lambsdorff, presentaba un documento titulado: Un modelo de política para generar un mayor crecimiento y frenar el desempleo. Ese informe rompió la coalición compuesta por socialdemócratas y liberales, iniciada en 1969 por Willy Brandt y Walter Scheel. En aquel momento, los liberales exigían un cambio en la política económica. Y la reacción no se hizo esperar. En poco más de una semana, el canciller Helmut Schmidt acabó con el gobierno de coalición, provocando la dimisión de los ministros liberales (FDP). Las nuevas elecciones tuvieron lugar en marzo de 1983. Los paralelismos entre ambas coyunturas históricas son muy llamativos.

Efectivamente, el 1 de noviembre de 2024, el ministro de Finanzas, Christian Lindner (líder del FDP), presentó un documento similar al de Lamsbdorff: Concepto para reforzar el crecimiento económico y la justicia entre generaciones. Lindner abogaba por una estrategia económica radicalmente distinta a la del gobierno tripartito. Es decir, la coalición formada por socialistas (SPD), verdes y liberales. Tal propuesta significaba, que, si no se llegaba a un compromiso con el resto de los socios, Lindner ejecutaría un presupuesto de emergencia. Por ello, el 6 de noviembre, coincidiendo paradójicamente con la victoria de Donald Trump en las elecciones americanas, el canciller Olaf Scholz destituyó a Lindner. Tras las pertinentes negociaciones con la oposición (para ordenar las fechas del terremoto político), se acuerda el 16 de diciembre para que el canciller se someta a una moción de confianza. Y el 23 de febrero se convocan elecciones anticipadas.

El fracaso del tripartito

Los múltiples problemas, peleas y traiciones, que se han ido acumulando entre socialistas, verdes y liberales, tienen un origen claramente definido. El gobierno actual es, desgraciadamente, una continuación exacta de los errores garrafales cometidos por aquellos gobiernos presididos por Angela Merkel, en los años de la Gran Coalición, formada por la Democracia Cristiana (CDU) y el SPD. Tales disparates se resumen en tres problemas básicos: la política migratoria, el desastre energético y un intervencionismo salvaje en la economía. La política económica sólo podía salir adelante con un plan suicida de gasto público masivo del estado.

Los verdes y los liberales representan dos maneras opuestas de concebir la economía y la sociedad. Lamentablemente, ha dominado siempre el criterio y las imposiciones de verdes y socialdemócratas. Y se ha apostado por un modelo de economía intervenida y alimentada por estímulos estatales. Al final, el fracaso de tratar de imponer una transición energética no realista, ni en plazos ni en coste, ha hecho imposible que el aparato industrial productivo del país pueda adaptarse a la misma. Hasta el influyente Wall Street Journal afirmó, en un editorial, que la política energética alemana era la “más estúpida del mundo”.

La consecuencia práctica de un plan tan irreal es que muchas empresas han abandonado su sede en Alemania, o van a reducir su producción en este país durante los próximos años. Por ejemplo, el plan de salida del motor de explosión se gestó en la etapa Merkel. En aquel momento, el propio gobierno alemán sentenció, de antemano, que tal motor de tecnología avanzada no podía ser competitivo con el coche eléctrico. Es decir, una decisión sin un plan de recambio que está pagando Alemania destruyendo su propia industria. Volkswagen ya ha anunciado la reducción de miles de puestos de trabajo y el cierre de centros de producción en Alemania. Un hecho inédito en la historia del país.

Los ciudadanos están hartos

El enorme descontento del electorado, por un hundimiento económico sin precedentes desde el final de la Segunda Guerra Mundial, ha trastocado el panorama político del país. La confianza del consumidor ha caído un 19%, respecto al comienzo de la pandemia. Por ello, cualquier iniciativa, como la del ministro de Finanzas Linder, que suponga el fin de este gobierno, ha sido un alivio generalizado para la sociedad alemana.

Las encuestas actuales, a nivel federal, son un desastre para los partidos históricamente mayoritarios. La CDU roza el 30%, y dobla a su principal competidor, el Partido Socialdemócrata (SPD), que ronda el 14%. Una catástrofe electoral jamás conocida. La gestión de Scholz pasará a la historia como la peor de un canciller del SPD. Un político ajeno a la realidad, que se ha aferrado al poder hasta el último momento.

Scholz no es sólo responsable directo de la desastrosa gestión de este gobierno. También pesa sobre él su complicidad con el último gabinete de Merkel, en el que fue vicecanciller.

Los Verdes caen hasta el 11%. Se trata de un partido que, lamentablemente, sigue sin reconocer sus inmensos errores. Genera un rechazo general, excepto en aquellos sectores beneficiados por sus políticas clientelares. Como algunos cuerpos de funcionarios, empeñados en mantener el statu quo, el lobby energético, o asociaciones dedicadas a traer refugiados para aumentar el futuro censo electoral. Han resultado ser una auténtica desgracia para la gobernabilidad y el futuro industrial del país. Todo lo que proponen se basa en su fanática ideología. Y siguen presentando, curiosamente, al ministro Robert Habeck como candidato a canciller.

Como segunda fuerza política queda Alternativa por Alemania (AfD), con un 20% de apoyo en las encuestas, porcentaje muy superior, al de los socialdemócratas. Un verdadero terremoto, con su victoria en dos de los tres estados del este del país. Y no ha sido casualidad: el AfD ha crecido exclusivamente porque la CDU y los liberales, la base ideológica de su electorado, han descuidado temas clave como la inmigración, la seguridad y la economía.

Friedrich Merz

El gran favorito para alcanzar la cancillería es este político de raza, expulsado hace dos décadas por Merkel hacia el sector privado. Y que se enfrenta a un panorama realmente incierto. Fue un brillante portavoz parlamentario en el pasado. Y ha acabado haciéndose con el control del partido tras el ocaso de Merkel. Dentro de la CDU es el candidato más idóneo. Por lo menos, presenta un programa que evita errores anteriores. Y se muestra dispuesto a un programa que corrija de inmediato las malas políticas del tripartito. La alternativa a Merz, encarnada por el primer ministro de Baviera, el camaleón Markus Söder, no hubiera conseguido ningún éxito electoral. Más fácil lo tenía el también bávaro Edmund Stoiber, en las elecciones de 2002 frente a Schröder, y fracasó estrepitosamente.

La repetición de una gran coalición con el SPD, va a ser bastante difícil de justificar. Es un modelo ya quemado por Merkel, por el abuso del mismo, y que ha generado una enorme desconfianza en los partidos tradicionales. Una posible coalición con los Verdes (teniendo en cuenta su programa), es incompatible con sacar al país de esta situación crítica. Con los liberales del FDP, no se va a poder repetir la coalición de 1983, pues quizá no alcancen el mínimo de votos para conseguir escaños.

Otra posibilidad, para no repetir las coaliciones tradicionales, es llegar a un pacto con Alternativa para Alemania (AfD), que será la segunda fuerza en el Bundestag. ¿Se puede mantener el cordón sanitario con AfD, una fuerza política que obtiene una posición electoral tan decisiva? ¿Será Merz capaz de deshacer este nudo gordiano e integrar a un partido así en la gobernabilidad del país? Difícil respuesta, ya que meses después de las elecciones en tres Länder del Este del país, sigue sin resolverse la cuestión de la gobernabilidad.

En definitiva, una situación nueva para Alemania. Aunque con un cierto aroma de déjà vu. Es decir, una vuelta a los años 80, con un canciller democristiano llamado a resolver otra grave crisis. Una coyuntura que nos trae a la mente el concepto del eterno retorno del filósofo alemán Friedrich Nietzsche. La historia no sería lineal, sino cíclica. Y parece que, en Alemania, va a repetirse una vez más.


Buen fin de semana!!

Comentario de mercado viernes 22 de Noviembre del 2024.

Semana plana en las Bolsas marcada por la escalada de tensión entre Rusia y Ucrania, después de que las tropas ucranianas utilizasen misiles de largo alcance sobre territorio ruso, y por las implicaciones de la agenda de nombramientos de cargos públicos por parte de Donald Trump. Por el lado de los bancos centrales, destacaron que las Actas del BCE apuntaban a alcanzar el objetivo del 2% antes de lo esperado, cimentando el recorte de tipos para diciembre. También destacaron las declaraciones de Jerome Powell insistió en que no hay prisas para que la Fed recorte los tipos de interés. Los malos datos macroeconómicos en Europa, las posibles políticas proteccionistas de Trump y el hecho de que el Banco Central Europeo baje de manera más agresiva tipos en Diciembre (Los traders de mercado ya esperan un recorte de medio punto, 50 puntos básicos), frente a la pausa que pueda tomarse la Fed ante unos datos macro y un mercado laboral fuertes, que pueden volver a impulsar la inflación, han llevado al euro a mínimos de los últimos 2 años, no se veía el nivel de 1,04 dólares por euro desde finales del 2022.

Eurodólar desde Junio del 2022.

Es difícil calcular el impacto y magnitud de las políticas que finalmente implementará una vez electo Trump como presidente de los Estados Unidos, tras el agresivo tono mostrado en campaña. Asimismo, el impacto de las propuestas de Trump variará significativamente en función de la combinación de políticas que se apliquen y de cómo se estructure cada una de ellas. Como muestran las propias previsiones de la Tax Foundation de Estados Unidos, las estimaciones apuntan a que gran parte del impulso al crecimiento estadounidense a largo plazo de estos nuevos estímulos fiscales, se verían mermados si son financiados con mayores aranceles a las importaciones y los socios comerciales aplican represalias. El efecto neto será positivo para el crecimiento del PIB de Estados Unidos en los próximos trimestres, pero no debería ser de una magnitud tan alta que pueda cambiar la tendencia del ciclo económico. La combinación de mayores aranceles a la importación como medida compensatoria del coste de los recortes fiscales tiene importantes inconvenientes, dado que los aranceles son una forma de aumentar los ingresos que suelen tener elevados efectos distorsionadores y que conllevarán a represalias por parte de las otras potencias económicas mundiales.

Tras las elecciones americanas algunas de las nominaciones para los nuevos puestos clave del gabinete de Trump no han sido bien recibidas, no solo por el público en general sino también por los mercados, en particular, la nominación del Secretario de Salud ha generado cierto nerviosismo en las compañías relacionadas. Si bien es posible que no se materialice todo lo anunciado, la mera perspectiva hace que los inversores se abstengan de invertir en el sector salud en las próximas semanas.

También esta semana Trump anunció que está en conversaciones para crear un nuevo puesto en la Casa Blanca dedicado a la política de criptomonedas. Con esta noticia el precio del bitcoin superó ayer los 98.000 dólares, tras anotarse un 4%, nuevo máximo histórico. El Bitcoin cotiza hoy a 98.471$, lo que supone que, desde las elecciones del 5 de noviembre, se ha disparado un 40%, estableciendo una serie de récords. Trump promocionó enérgicamente las criptodivisas durante la campaña electoral, prometiendo convertir Estados Unidos en “la superpotencia mundial del bitcoin” y crear una “reserva estratégica” de la moneda. Su retórica ha entusiasmado a los inversores, que esperan que los activos digitales reciban una avalancha de dinero institucional.

El bitcoin ha recorrido en tiempo récord el camino hacia los 100.000 dólares, una cota que la conocida inversora Cathie Wood pronosticó para 2025 el pasado julio. Desde entonces, la divisa digital ha escalado un 50%. Los analistas corren detrás de los precios. Son varias las casas de análisis internacionales, como Bernstein, que vaticinan que el bitcoin llegará hasta los 200.000 dólares pronto.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. El rally reciente del bitcoin, avalado por la situación política y el apetito inversor, ha comenzado a arrojar algunas señales de alarma. Aunque a medio plazo confían en el mercado alcista desatado este mes, a corto plazo la volatilidad podría regresar. La primera de las señales de cautela está en el índice de codicia y miedo (Fear & Greed Index), uno de los indicadores más seguidos para tratar de percibir el sentimiento respecto a los activos digitales. En las últimas semanas, este índice ha alcanzado niveles de codicia extrema, una señal que debe interpretarse de forma contraria y tomarse como una alerta, pues el nivel es similar al que mostraba antes de su última gran corrección. A esto se le suma el renovado interés por parte de los inversores particulares. Si los últimos impulsos en el precio de las criptomonedas han llegado de la mano de los fondos cotizados y la entrada de grandes inversores institucionales al mundo de los activos digitales, el regreso de la euforia a los minoristas podría traer de nuevo la inestabilidad al precio.

Las familias han disparado recientemente su búsqueda de información en relativa al bitcoin en la web, hasta niveles máximos de los últimos años. Sólo en mayo de 2021 y en diciembre de 2017, los últimos dos criptoinviernos, el nivel de búsquedas para interesarse sobre cómo adquirir nuevos bitcoins alcanzó cotas superiores a las actuales. Por último, los mineros de bitcoin, que son los encargados de realizar los procesos computacionales que generan nuevas criptos y robustecen la red, están vendiendo los nuevos activos de su cartera para materializar las ganancias conforme sube el precio de la cripto, con un pico el pasado 12 de noviembre que superó los 2.000 millones de dólares. Esta actividad se suele tomar como un indicador de pausa en el ciclo alcista de las criptomonedas. Por otro lado, el principal acicate técnico para la continuidad del rally del bitcoin sigue siendo la entrada de nuevo dinero en los ETF estadounidenses, que acumulan suscripciones netas por valor de más de 5.000 millones de dólares en la última semana. Con ello, se han movido a un ritmo récord desde su creación, según datos de la plataforma de análisis de criptomonedas Coinglass. Esto demuestra que los inversores institucionales, menos volátiles, también apuestan con fuerza por el futuro alcista del bitcoin. Junto a ello, la ratio MVRV, un cálculo técnico que compara el valor de mercado de todas las monedas minadas con su valor realizado, es decir, el precio de venta más reciente de cada bitcoin en circulación se sitúa algo por encima de 2,7, muy lejos del umbral crítico relacionado con fuertes caídas y que se estima en los 3,7 puntos.

Precio del Bitcoin últimos 12 meses:

Bitcoin Fear & Greed Index últimos 12 meses.

La economía estadounidense sigue sorprendiendo positivamente. El repunte de la inflación en octubre es otro motivo por el que la Fed no debe apresurarse a llevar a cabo nuevos recortes de tipos. Tras haber flexibilizado ya la política monetaria reduciendo los tipos en un total de 75 puntos básicos desde un máximo del 5,5%, es probable que el ritmo se desacelere. Las ventas minoristas han sido más fuertes de lo esperado, contribuyendo también a la postura más hawkish de la Fed. El informe de inflación de octubre estuvo en línea con las expectativas del mercado, con una inflación más alta debido al efecto base. A medida que se estanca el descenso de la inflación, la urgencia por reducir el tipo de referencia disminuye, y la atención se ira desplazando hacia el mercado laboral y la actividad económica en general. El cambio de política monetaria que se avecina bajo el gobierno del presidente electo es probablemente otra razón para que el tono de la Fed sea más agresivo, lo que sugiere que habrá pocos recortes adicionales de tipos y que la Fed podría optar por hacer una pausa en su próxima reunión de diciembre. Esta semana los analistas de Julius Bäer mantenían su pronóstico de que la Fed reducirá el rango objetivo para los fondos federales al 4,25%–4,00% para marzo de 2025 y mantendrá una postura moderadamente restrictiva a partir de entonces.

En su anterior mandato Trump fue el segundo mayor desregulador desde Reagan, y para esta nueva etapa ha prometido reducir la regulación y la burocracia estatal, con ayuda del Departamento creado para Elon Musk (DOGE). Asimismo, el nuevo presidente será menos beligerante con las grandes empresas tecnológicas y los riesgos de falta de competencia en sectores estratégicos de la economía. Actualmente más del 40% de las empresas pertenecientes al S&P 500 están bajo investigación de las autoridades de competencia, una tendencia que previsiblemente se frenará bajo el mandato de Trump.

En la evolución bursátil de los Siete Magníficos, después de meses con Nvidia como principal motor de ese grupo de valores, tomó el relevo Meta, y ahora es Tesla la que está disparada, gracias a la estrecha relación entre Elon Musk y el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Algunos analistas creen que la dispar trayectoria y la variedad de perfiles de esas compañías hace absurdo aglutinarlas, pero otros lo consideran como un elemento positivo de diversificación para quien quiera tenerlas en cartera. El caso es que la capitalización bursátil de ese colectivo (formado por Microsoft, Apple, Amazon y Alphabet, Nvidia, Meta y Tesla) no ha dejado de crecer. Según cálculos de Berenberg Bank, el valor en Bolsa de esas firmas asciende a 16,8 billones de dólares (15,9 billones de euros), con lo que supera el de todos los parqués europeos. Lo más impresionante es que en 2016, cuando Trump accedió por primera vez a la Casa Blanca, esas empresas valían unos 2.000 millones de dólares, la sexta parte que las Bolsas de Europa. En sus previsiones de mercado para 2025, los estrategas de UBS creen que “hay que ser mucho más selectivo en el sector tecnológico”. Según UBS el beneficio por acción de los 6 magníficos tecnológicos (quitando a Tesla) va a crecer solo un 5% más que el resto de las empresas del S&P 500, frente al 60% de diferencial que alcanzó al final de 2023. Entre sus preferencias, UBS selecciona a Microsoft, Amazon y Meta dentro de los 7 magníficos, y a otras tecnológicas como Oracle, Infineon y TSMC. Pero Berenberg ve posible otro empujón al alza si se dispara el M&A con Trump en el poder, ya que “los 7 magníficos están muy bien situados para implicarse en cualquier rediseño del mundo corporativo”.

ROUNDHILL MAGNIFICENT SEVEN ETF desde su creación en 2023.

China vuelve a ser noticia al inicio de la semana, a pesar de los recientes anuncios de medidas de estímulo, las bolsas chinas no terminan de subir, el temor a un nuevo estancamiento regresa a los mercados, incluso después de la reunión de este pasado sábado entre Xi Jinping y Joe Biden, la última de esta legislatura para el mandatario estadounidense saliente. Durante el encuentro, Xi Jinping expresó al presidente estadounidense que China prefiere mantener lazos de amistad con Estados Unidos, aunque está preparada para una confrontación si fuese necesario. Este mensaje ha sido interpretado como una advertencia indirecta a Donald Trump. Además, el mandatario chino recordó las cuatro líneas rojas que Estados Unidos no debería cruzar para garantizar una buena relación bilateral, evitar acciones que socaven el poder del Partido Comunista Chino, no intentar empujar a China hacia un modelo democrático occidental, abstenerse de contener el éxito económico de China y no fomentar la independencia de Taiwán.

La delicada situación que atraviesan las cuentas públicas chinas reduce las posibilidades de mayores estímulos que provengan del plano fiscal. Debido a esto, y con el objetivo de paliar la difícil situación que atraviesan los gobiernos locales, el Gobierno chino ha anunciado recientemente un paquete de ayuda para que estos puedan refinanciar su deuda por el equivalente a 10 billones de yuanes (1,4 billones de dólares). La falta de estímulos contundentes se ve reflejada en la golpeada confianza del consumidor chino que continúa sin incrementar su demanda de crédito, el impulso al crédito lleva nueve meses en negativo.

Pese a este escenario el Banco Central de China aún tiene margen de maniobra. Mientras que otros Bancos Centrales como la Reserva Federal o el Banco Central Europeo expandieron considerablemente su balance con la llegada de la pandemia, el Banco Central Chino no ha incrementado sus activos desde la Covid, sino que los redujo, en términos relativos al PIB, el balance pasó del 38% en enero de 2020 al 34% actual.

Tras los estímulos de las autoridades chinas anunciados desde Septiembre los mercados necesitan una mayor concreción, principalmente desde el plano fiscal. Teniendo en cuenta los estímulos monetarios e inmobiliarios ya anunciados, las estimaciones de los analistas de Banca March señalan que los estímulos fiscales necesarios para equiparar al de 2008 2009 deberían rondar el 9,4% del PIB.

Ayer conocimos los números de Nvidia del tercer trimestre del año, que batieron las expectativas tanto en ingresos, en 35.100 millones de dólares frente a los 33.250 millones que esperaba el consenso de mercado, como en beneficio por acción (0,81$ por encima de los 0,74$ estimado por el mercado). La demanda del chip Hopper sorprendió al alza, impulsando los ingresos del negocio de centros de datos que representa el 85% del negocio del gigante californiano. Asimismo, se confirmó que la producción del nuevo chip Blackwell va dentro de lo previsto (tras el retraso anunciado en agosto) y comenzará a comercializarse en el siguiente trimestre. Sin embargo, las previsiones del equipo directivo sobre los ingresos del siguiente trimestre (37.500 millones de dólares) quedaron por debajo de lo esperado por el consenso. Por otro lado, buenas noticias desde el lado de los márgenes, que se mantienen en niveles elevados, por encima del 70% en el caso de margen bruto y del 50% en el margen neto. La dirección financiera espera mantenerse en estos niveles de cara a los próximos trimestres, incluso a pesar de que serán complejos, ya que se enfrentan a una transición entre dos generaciones de chips y un proceso de producción en fase de optimización.

Importante esta semana:

Trump considera la posibilidad de nombrar a Kevin Warsh, exmiembro de la Fed, como secretario del Tesoro y Scott Bessent, fundador de Key Square Group LP como director del Consejo Económico Nacional. Por otra parte, según New York Times, Trump admite que Gaetz, su polémico candidato fiscal general, podría no ser confirmado por el Senado. Además, elige al presentador de Fox News, Sean Duffy, como secretario de Transporte y confirma sus planes de usar al ejército para deportaciones masivas.

Putin parece abierto a conversaciones sobre un acuerdo de alto el fuego en Ucrania con Trump. Por su parte, Estados Unidos cierra su embajada en Kiev debido a «información específica sobre un posible ataque aéreo significativo».

Esta mañana hemos conocido datos de confianza empresarial de Noviembre (PMIs) en Europa bastante decepcionantes, esta tarde se publican en Estados Unidos. Las cifras en Alemania y Francia han decepcionado con niveles que indican contracción tanto en los servicios como en la industria. En Estados Unidos, se espera que el PMI de servicios apunté a niveles de expansión (55) y los PMIs industriales se recuperen levemente (48,9 esperado en Noviembre frente al. 48,5 de Octubre). El PMI Compuesto de la Zona euro de Noviembre cayó desde los 50 puntos de Octubre al dato de 48,1 de Noviembre, por debajo de lo que estimaba el consenso (50). El dato es peor de lo esperado principalmente como consecuencia del deterioro registrado por los servicios, que han entrado en contracción (49,2 frente al 51,6 estimado). Esto podría presionar al BCE a recortar tipos de manera más agresiva en Diciembre.

Según Times citando un estudio de EY, en Francia, casi la mitad de los inversores extranjeros han reducido sus inversiones debido a la incertidumbre política.

En Europa esta semana declaraciones del vicepresidente del Banco Central Europeo, De Guindos, que ve «buenas noticias» sobre la inflación y «no muy buenas» sobre el crecimiento. Dice que la incógnita en materia de precios se sigue encontrando en el componente de servicios. El jefe del DIW (Instituto Alemán de Investigación Económica), Fratscher, dijo que el BCE debe alejarse del objetivo de inflación para estabilizar la economía.

El Banco Central Europeo ha puesto el foco en la situación fiscal de los países de la zona euro. La autoridad monetaria, en la publicación de su último informe de estabilidad financiera, destaca que han aumentado las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda pública. Aunque el BCE celebra la reducción reciente y generalizada de la ratio de deuda sobre PIB, insiste en que la situación fiscal en algunos países “sigue siendo débil”. La advertencia llega en un momento en el que las perspectivas de estabilidad financiera se encuentran “nubladas por un aumento de la incertidumbre geopolítica y macrofinanciera junto con dudas sobre el comercio”, según indicó Luis de Guindos, vicepresidente del BCE y responsable de presentar el informe. La principal preocupación es que la vulnerabilidad fiscal pueda desencadenar episodios de tensión en el mercado, algo que vigila muy de cerca desde la crisis de deuda soberana de 2011-2012. A su juicio, “los niveles de deuda elevados y los altos déficits fiscales, unidos a unas perspectivas de débil crecimiento potencial a largo plazo y la incertidumbre económica, incrementan el riesgo de que se reaviven las dudas del mercado sobre la sostenibilidad de la deuda”. “Los problemas sobre el crecimiento derivados de factores como la débil productividad hacen más probable que la elevada deuda y los altos déficits presupuestarios reaviven los temores sobre la sostenibilidad de la deuda y eleven las primas de riesgo ante shocksmacrofinancieros”, alerta el banco central.

La vulnerabilidad general del mercado, con un excesivo optimismo de los inversores, tanto en las Bolsas como en los bonos, a juicio del BCE, contribuye a esta fragilidad generalizada. La incertidumbre política y respecto a los planes de contención fiscal pactados con la Comisión Europea ha comenzado a tener su eco en los mercados, que elevan las primas de riesgo de los países señalados en momentos de tensión. Por ahora, el BCE reconoce que los episodios han sido breves y sin contagio. “Las vulnerabilidades sobre la estabilidad financiera de la zona euro permanecen elevadas en un entorno volátil”, concluye el BCE que señala que, por más que los mercados financieros han probado su resistencia recientemente, “no hay margen para la complacencia”. El BCE considera que los países no deben relajarse por el hecho de que los tipos de interés oficiales hayan emprendido un camino a la baja. El BCE calcula que los costes de la deuda seguirán subiendo durante un tiempo, pues los bonos que alcanzan su vencimiento tienen todavía intereses más bajos que los que se logran con las nuevas emisiones, lo que seguirá elevando el coste medio.

España, según las proyecciones del BCE, se colocará como el tercer país con mayor coste de intereses de la deuda en términos de PIB, sólo por detrás de Italia y Francia. Espera que se eleve por encima del 3,5% en 2034, frente al 2,5% al que cerró 2023. “Los costes de los intereses subirán y pesarán sobre las finanzas de los gobiernos durante años, lo que eleva la necesidad de una consolidación fiscal”, explica el BCE. Pero la institución que preside Christine Lagarde no busca un ajuste total. Reconoce que la zona euro tiene problemas de competitividad y productividad y que estas cuestiones también tienen que abordarse si se quiere evitar “un círculo vicioso entre el bajo crecimiento y las dudas sobre la sostenibilidad de la deuda”. Por ese motivo, el BCE indica que “la consolidación de las finanzas públicas deberá diseñarse de manera que no perjudiquen en exceso el crecimiento”.

También en España el Congreso aprobó ayer un paquete fiscal, aún a falta de pasar por el Senado, impuesto a las multinacionales, gravámenes a la banca, aumento del IRPF a las rentas del capital elevadas y reducción del Impuesto de Sociedades a las pymes. Queda pendiente de acuerdo la prórroga al impuesto sobre las empresas energéticas y no se ha incluido la eliminación de los privilegios de las SOCIMIs. El proyecto de ley tiene como principal finalidad introducir un en el Impuesto de Sociedades un tipo mínimo del 15% a las empresas multinacionales con una cifra de negocios superior a los 750 millones de euros. Este paso responde al compromiso de España con la OCDE y se alinea con una directiva de la Unión Europea que, hasta ahora, no se había incorporado en la legislación nacional. Además, se han añadido otras medidas, como una subida de dos puntos (al 30%) en la tributación a las rentas de capital superiores a 300.000 euros. Las pymes con una facturación inferior a un millón de euros se verán beneficiadas de tipos impositivos más reducidos. Sin embargo, la prórroga al impuesto de empresas energéticas permanece fuera del proyecto ley, pendiente de consenso antes del 31 de diciembre. De lo contrario, el Gobierno se ha comprometido a aprobar un real decreto-ley con la prórroga del gravamen a las empresas energéticas para el año 2025.

Esta semana hemos conocido también que la inflación ha repuntado en la zona euro, pero se mantiene dentro de los objetivos del BCE y con una lectura de los componentes que sigue apuntando a que el proceso de desinflación continúa por la senda prevista. En concreto, el IPC de la región se aceleró hasta el +2% interanual, dos décimas más que el mes previo. Este incremento de la inflación se debió a un menor efecto base de los precios de la energía que en octubre cayeron a ritmos del -4,6% interanual frente a la caída del -6,1% de septiembre, y con ello retiraron cinco décimas a la inflación. Además, los precios de los alimentos también frenaron su tendencia de moderación y avanzaron un +2,9% interanual, aportando seis décimas al IPC. Por el lado de la tasa subyacente, los datos continúan sin grandes sorpresas, confirmando que el último tramo de moderación de la inflación necesitará tiempo, pero la tendencia sigue siendo la correcta. En concreto, la tasa de inflación subyacente repite niveles del +2,7% interanual, con los precios de los servicios avanzando a ritmos del +4% y aportando +1,7%, mientras que los bienes crecen a ritmos del +0,5% interanual y explican ya solo +0,1% de la inflación.

En materia bancaria, según el Financial Times, el BCE estaría sopesando la posibilidad de publicar una investigación sensible que muestre que los requisitos de capital para los grandes bancos de la UE aumentarían en un porcentaje de dos dígitos si tuvieran las mismas reglas que sus competidores estadounidenses.

En Japón el lunes tuvo lugar la primera comparecencia del gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, desde la victoria de Trump, sin grandes sorpresas, continuará con su normalización de tipos al alza, en base a los datos que se vayan publicando. El mercado descuenta que la próxima subida de tipos podría llegar entre diciembre y enero, y estima un nivel de llegada en torno a 0,65% en 2025 frente al nivel del 0,25% actual. Kazuo Ueda, observa con cautela la evolución del yen y los posibles impactos de la nueva administración Trump en temas de balanza de pagos principalmente.

El primer ministro japonés Shigeru Ishiba anunció ayer un paquete de 140.000 millones de dólares para abordar problemas locales como la inflación y el crecimiento salarial


Por qué la guerra comercial de Donald Trump sembrará el caos. Martin Wolf. Financial Times.

Se debe tomar a Donald Trump literalmente o en serio? Salena Zito planteó estas alternativas en una columna en The Atlantic publicada en septiembre de 2016. Hoy, antes de que obtenga el poder por segunda vez, a Trump se le debe tomar más en serio y de forma más literal que la última vez. La evidencia procede de sus nombramientos, sobre todo de Robert F. Kennedy Jr. en Sanidad, Pete Hegseth en Defensa, Tulsi Gabbard en Inteligencia Nacional y Matt Gaetz en Justicia. Estas personas muestran que Trump será mucho más radical. Además, la política comercial ha sido durante mucho tiempo el área en el que hay que tomarlo tanto en serio como de forma literal; el proteccionismo no es sólo una creencia personal de toda la vida, sino que ya se entregó a ella la última vez.

Por desgracia, el hecho de que haya que tomarse a Trump literalmente y en serio no significa que él (o los que están a su alrededor) entiendan la economía del comercio. Si está dispuesto a comprar el sinsentido “antivacunas” de Kennedy, ¿por qué debería preocuparle lo que piensan los economistas al respecto? Comete dos grandes errores: en primer lugar, no tiene indicios de una ventaja comparativa; en segundo lugar, y peor, no entiende que la balanza comercial está determinada por la oferta y la demanda agregadas, no por la suma de las balanzas bilaterales. Esa es la razón por la que la guerra de aranceles no reducirá los déficits comerciales de EEUU. Todo lo contrario, especialmente en el contexto actual, es más probable que derive en inflación, conflicto con la Reserva Federal y pérdida de confianza en el dólar.

Si se quiere producir más de algo (sustitutos de importaciones, por ejemplo, como desea Trump), los recursos tienen que venir de algún sitio. Las preguntas son “¿desde dónde?” y “¿cómo?”. La respuesta puede ser “de las exportaciones, a través de un dólar más fuerte”, ya que los aranceles reducen la demanda de divisas, con las que comprar importaciones. En este sentido, un impuesto a las importaciones termina siendo un impuesto a las exportaciones. La balanza comercial no mejorará.

En esencia, la macroeconomía siempre gana, como nos recuerda Richard Baldwin del IMD de Lausana en una nota para el Peterson Institute for International Economics. La balanza comercial es la diferencia entre los ingresos y el gasto agregados (o los ahorros y la inversión). Mientras esto no cambie, la balanza comercial tampoco cambiará. EEUU ha gastado apreciablemente más de lo que ha ingresado durante mucho tiempo. Esto se muestra en la consistente oferta neta de ahorro exterior, que promedió el 3,9% del PIB, entre el segundo trimestre de 2021 y 2024. Así pues, los sectores domésticos deben haber registrado en conjunto déficits de contrapartida. De hecho, el superávit de ahorro respecto a la inversión en el sector de los hogares fue de una media del 2,3% del PIB, y en el sector empresarial, del 0,5%.

En suma, sólo el Gobierno registró déficit, que ascendió a una enorme media del 6,7% del PIB. Si se quieren eliminar los déficits exteriores, los sectores domésticos deben ajustarse en la dirección contraria, hacia mayores superávits de ahorro, donde el mayor ajuste procedería seguramente de estos enormes déficits fiscales.

Sin embargo, como señala Olivier Blanchard en otro informe para el Peterson Institute, Trump ha prometido extender las rebajas fiscales aplicadas en 2017. Además, ha sugerido que las prestaciones y gratificaciones de la Seguridad Social pasen a no tributar, que se aumenten las deducciones fiscales estatales y locales, y que el tipo del impuesto de sociedades, que se rebajó del 35% al 21% en 2017, se reduzca aún más hasta el 15% para las empresas manufactureras. También ha sugerido la deportación masiva de unos 11 millones de inmigrantes indocumentados.

Reducir la oferta

En pocas palabras, planea reducir la oferta y estimular la demanda. Esto empeorará la balanza comercial, en lugar de mejorarla. Además, también creará presiones inflacionistas, que la Fed tendrá que contener. Por su parte, la deuda federal proseguirá su senda explosiva, lo que podría amenazar la confianza en el propio dólar.

En resumen, no hay posibilidad de reducir el déficit comercial global con las políticas que Trump propone. Reducir el déficit bilateral con China sólo aumentaría los déficits con otros países. Es algo inevitable, dadas las presiones macroeconómicas persistentes. Además, sus políticas comerciales discriminatorias, con aranceles del 60% a China y del 10% al 20% al resto, se extenderán. Trump y sus asistentes observarán cómo las exportaciones de otros países reemplazan a las de China mediante el transbordo, el ensamblaje en otros países, o la competencia directa. La respuesta será la imposición de “normas de origen”, con toda la burocracia que eso exige, o un aumento de los aranceles hacia el 60% a todas las importaciones de productos manufacturados. Entretanto, habrá, sin duda, represalias.

Es probable que esta propagación de altos aranceles en EEUU y en todo el mundo provoque un rápido descenso del comercio y la producción mundiales. El Instituto Nacional de Investigación Económica y Social de Reino Unido pronostica: “Acumulativamente, el PIB real de EEUU podría ser hasta un 4% inferior al que se habría registrado sin la imposición de aranceles”. Mi opinión es que esto es demasiado optimista, dada la incertidumbre que también se desataría. Aun así, es posible que el déficit exterior estadounidense no se reduzca. Eso dependería de que el gasto cayera aún más que la producción. Si fuera así, la balanza comercial mejoraría. Pero esto significaría también una profunda recesión.

La semana pasada señalé que es muy improbable que la política comercial invierta la caída a largo plazo del empleo en el sector manufacturero estadounidense. Esta semana, añado que los aranceles no apoyados por una reducción del gasto agregado en relación a la producción no eliminarán los déficits externos. Los aranceles solos, en especial los discriminatorios sobre un único país, provocarán un caos económico y político a medida que se extiendan como la mala hierba por todo el mundo.

Cuando el rey Canuto de Inglaterra se sentó supuestamente frente a la marea, lo hizo para demostrar que no podía mandar sobre el mar. Donald Trump cree que puede hacerlo. Quedará decepcionado. Por desgracia, nosotros también.


¿Qué pasa si Trump cumple con sus promesas? Kaushik Basu. Execonomista jefe del Banco Mundial y asesor económico jefe del gobierno de India, es profesor de Economía en la Universidad Cornell y miembro sénior no residente en la Brookings Institution.

A medida que se asienta la polvareda tras una de las elecciones presidenciales más turbulentas en la historia de Estados Unidos, muchos se preguntan si el presidente electo Donald Trump cumplirá con su programa económico y –suponiendo que cumpla con sus promesas de campaña– qué impacto tendrán sus políticas en Estados Unidos y en el resto del mundo.

Durante la campaña electoral, Trump prometió, en repetidas ocasiones, crear empleos en el sector manufacturero imponiendo un arancel del 10% a todas las importaciones y de hasta el 60% a los productos chinos. También prometió castigar a las empresas estadounidenses que producen bienes en el exterior, deportar a millones de inmigrantes indocumentados y dificultar la entrada de inmigrantes en el país para competir con los trabajadores estadounidenses.

A simple vista, la visión de Trump de un “renacimiento del sector manufacturero” puede parecer atractiva. Dado el resultado electoral, es evidente que ha calado entre los votantes. Los mercados financieros también reaccionaron de manera positiva: tras conocerse el resultado de las elecciones, el dólar aumentó frente a la mayoría de las principales divisas, y el S&P 500 registró su mayor alza semanal en un año.

Pero la realidad no es tan halagüeña como parece. El repunte bursátil se debe, principalmente, a las expectativas de importantes recortes fiscales y desregulación. Los planes para subir los impuestos a los superricos y a las grandes empresas –una pieza central de la campaña de la vicepresidenta Kamala Harris– serán archivados, al menos por ahora.

En lo que concierne a los planes de Trump de restringir los flujos de bienes y personas, los expertos son aún menos optimistas. Un documento reciente del Instituto Peterson de Kimberly Clausing y Mary Lovely examina las posibles consecuencias de las barreras comerciales propuestas por Trump, y advierte que sus aranceles a las importaciones provocarán aumentos de precios, mientras que la carga recaerá de forma desproporcionada en los hogares de bajos y medianos ingresos.

Impacto en los precios

Sin duda, algunos pueden decir que los aranceles de Trump no generarán una inflación sostenida, sino solo un repunte puntual de los precios. Según este punto de vista, los beneficios a largo plazo compensarían los costos a corto plazo.

Pero hay motivos para pensar que, en lugar de aportar beneficios económicos duraderos, las políticas comerciales que Trump favorece causarían graves daños. Esto se debe a que, si bien los consumidores indudablemente soportarían gran parte de la carga, ellos son solo una parte de la historia. Un muro arancelario en todo Estados Unidos haría subir los costes para los productores nacionales –un resultado que no sorprendería a nadie salvo a Trump–.

El defecto fundamental del plan arancelario de Trump es que los productores nacionales dependen marcadamente de insumos importados. Consideremos el caso del acero: Estados Unidos, el mayor importador de acero del mundo, se abastece en 80 países, entre ellos Brasil, Canadá, México y China. Un fuerte incremento de los aranceles sobre el acero, en consecuencia, haría subir el coste de los productos fabricados en Estados Unidos, erosionaría la competitividad económica del país y, en definitiva, minaría el objetivo declarado de Trump de recuperar empleos en el sector manufacturero.

El plan de Trump de limitar el uso de mano de obra extranjera exacerbaría el problema. India, por ejemplo, ha sido uno de los mayores proveedores de mano de obra a Estados Unidos desde las reformas económicas del país en 1991. En los últimos 30 años, la externalización ha sido beneficiosa tanto para India como para Estados Unidos, ya que la revolución digital permitió que las empresas norteamericanas sacaran ventaja de los menores costes laborales de India.

Impacto laboral

Restringir la externalización en nombre de la protección de los trabajadores estadounidenses no solo perjudicará a la economía india, sino que también hará subir los costos de producción en Estados Unidos. Además de reducir la competitividad, las restricciones propuestas por Trump podrían tener consecuencias geopolíticas de amplio alcance, minando potencialmente tres décadas de esfuerzos diplomáticos por parte de Estados Unidos para forjar lazos de seguridad más estrechos con India.

Asimismo, restringir el acceso a mano de obra barata les permitiría a otros países, especialmente China, ser más competitivos que las empresas norteamericanas en el mercado de productos. Mientras Estados Unidos se va aislando cada vez más, China se dedica a ampliar su presencia en África, Asia y América Latina. Su creciente presencia en estas regiones podría abrir nuevas vías de producción y abastecimiento, impulsando la productividad china y aumentando su influencia geopolítica.

Aunque el debate sobre la externalización en Estados Unido muchas veces se plantea como un simple conflicto entre trabajadores estadounidenses y extranjeros, lo que se suele pasar por alto es que la externalización hace subir las ganancias corporativas.

La solución no reside en restringir el acceso a mano de obra extranjera más barata, sino en usar la fiscalidad para redistribuir parte de las ganancias de los ricos a los pobres, garantizando que los beneficios del comercio global se distribuyan de manera más equitativa.

En la mayoría de las democracias, la principal preocupación después de una elección es que los ganadores no cumplan con sus promesas de campaña. Las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2024 son uno de esos casos raros en los que existe el miedo palpable –en Estados Unidos y todo el mundo– de que el ganador efectivamente cumpla con su palabra


Lo que Trump haga con China será clave para Europa. Alicia García Herrero. Economista jefe para Asia Pacífico en Natixis.

En China, la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos se ha recibido con nerviosismo, aunque oficialmente las declaraciones de las autoridades chinas quieran dar la impresión de indiferencia. A priori, una segunda Administración de Trump –tras una campaña con numerosos ataques a China– debería preocupar. Pero en realidad no tiene por qué ser peor para China que la Administración Biden. Todo dependerá de si Trump finalmente opta por un acercamiento con China o sigue presionando hacia la desvinculación (decoupling). El acercamiento sólo puede entenderse bajo el supuesto de un acuerdo con grandes ventajas para Estados Unidos como el que Trump alcanzó con China en diciembre de 2019.

Cuando Biden llegó al poder, el Gobierno chino esperaba que las relaciones entre China y Estados Unidos mejoraran, alejándose de la dura contención de Trump, pero Biden impuso aranceles adicionales a las importaciones chinas y, lo que es más importante, reforzó los controles a la exportación de tecnología estadounidense a China. Esto llevó a China a darse cuenta de que la competencia estratégica con Estados Unidos está aquí para quedarse, independientemente de quién esté en la Casa Blanca.

A pesar de la retórica, sin duda muy negativa, la nueva Administración Trump podría ofrecer algunas ventajas a China, por cuatro razones. En primer lugar, las posiciones de Trump pueden ser muy erráticas, pero siempre con un interés por llegar a un acuerdo. Esto es exactamente lo que sucedió en diciembre de 2019 cuando el entonces viceprimer ministro chino, Liu He, alcanzó el llamado acuerdo de la Fase Uno con la Administracion Trump. El objetivo era levantar al menos algunos de los aranceles estadounidenses a las exportaciones chinas a cambio de 600.000 millones de dólares en importaciones chinas desde Estados Unidos y el acceso preferencial al mercado chino para las empresas estadounidenses, especialmente en el sector financiero. Las negociaciones entre China y la UE sobre un Acuerdo Global sobre Inversiones se aceleraron justo después de la firma del acuerdo de la primera fase de Estados Unidos, lo que socavó los intereses europeos en China.

Agenda aislacionista

En segundo lugar, la agenda aislacionista de Trump beneficia a China en el sentido de que los aliados tradicionales de Estados Unidos, incluida la Unión Europea, tal vez no tengan otra opción que buscar otros apoyos. Esto podría implicar acercarse más a China, aunque hoy por hoy se ve difícil por el deterioro de las relaciones comerciales entre Europa y China, pero también el apoyo de China a Rusia en su agresión a Ucrania.

En tercer lugar, Trump ha sido claro sobre su intención de poner fin a la guerra en Ucrania tan pronto como se convierta en presidente. Una solución rápida a un conflicto aun abierto probablemente dé cabida a algunas –posiblemente muchas– de las solicitudes de Rusia, lo que es positivo para China. Además de la pérdida de credibilidad de Estados Unidos entre sus aliados, una Administración estadounidense que abandone Ucrania desalentará la creencia del gobierno taiwanés de que Estados Unidos les apoyará en caso de agresión desde el continente.

En cuarto lugar, y de manera más general, la victoria de Trump facilitará a los líderes chinos la difusión de la narrativa del declive de Estados Unidos y la decadencia de su democracia. La influencia de China sobre el Sur Global ha crecido enormemente desde el ataque militar de Israel a Gaza y, más recientemente, al Líbano, más allá de sus iniciativas de larga data, como la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y los BRICS. Se espera que Trump ofrezca a los socios internacionales menos incentivos para la cooperación y un enfoque más transaccional que la Administración Biden lo que debería acercar aún más al Sur Global a China.

Pese a los posibles espacios positivos anteriormente mencionados, el regreso de Trump también podría tener un alto coste económico para China. Durante la campaña ha anunciado aranceles adicionales del 60% a las exportaciones chinas a Estados Unidos y, en términos más generales, una mayor desvinculación de China. Durante el primer mandato de Trump, la inversión china en Estados Unidos se desplomó al endurecer los requisitos mediante una reforma del Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos. También se desalentó a las empresas chinas a recaudar fondos en las bolsas norteamericanas bajo amenaza de ser expulsadas de las mismas. Los intercambios entre personas también se hicieron más difíciles, especialmente para los estudiantes e investigadores en ámbitos científicos. Todas estas acciones podrían continuar, si no endurecerse en un segundo mandato, de no llegar a un acuerdo favorable a Estados Unidos. Por si esto fuera poco, a las autoridades chinas les queda poco margen para tomar represalias contra los aranceles de Trump, pues la situación económica china es cada vez más difícil.

Dadas las circunstancias, China tiene aún más motivos para negociar con Estados Unidos que los que tenía en 2019 y, de hacerlo, el gran perdedor podría ser Europa porque una gran parte de sus exportaciones a China compiten con las de Estados Unidos. El sector aeroespacial es un buen ejemplo, pero hay muchos otros. Por supuesto, las políticas de Trump tendrán un impacto directo en la Unión Europea que probablemente será mayor que el indirecto proveniente de lo que Trump decida hacer con China, pero lo que está claro es que un acuerdo comercial-inversión entre Estados Unidos y China podría empeorar aún más las cosas para Europa.

Para la UE podría ser incluso mejor que Trump siga presionando por la desvinculación de China en lugar de llegar a un segundo acuerdo con dicho país. Si bien las consecuencias de dicha desvinculación, a la que Europa se vería abocada también, son obviamente muy negativas en términos de una mayor fragmentación del comercio internacional, al menos habrá menos desvío del comercio chino de la UE hacia Estados Unidos que en un escenario de acercamiento entre Estados Unidos y China.


Buen fin de semana!!

Comentario de mercado viernes 15 de Noviembre del 2024.

El mercado está pendiente de la nueva presidencia de Trump, que tomará posesión en Enero, y si de verdad puede aplicar todas las medidas proteccionistas que anunció en su campaña. Cuando Trump asumió ocho años atrás, la deuda pública rondaba el 80% del PIB mientras que el déficit era de apenas el 2,9%, muy por debajo del 126% y 7% actual respectivamente. Más aún, la madurez que caracteriza al ciclo económico vigente, junto con unos tipos de interés oficiales más elevados limitan considerablemente el margen de maniobra de Trump en su vuelta al poder. Ayer se confirmó que el partido republicano llegaba a los 218 asientos en la House of Representatives, confirmando el control de las dos cámaras. Con esta mayoría, el partido podrá aplicar sus medidas sin necesidad de alcanzar acuerdos, aunque Trump tendrá que obtener apoyo suficiente dentro de su propio partido para implementar sus promesas electorales, algo que no está garantizado. Trump sigue nombrando miembros para su equipo de perfil hawkish mientras el euro y los mercados europeos y asiáticos siguen sufriendo. El partido demócrata tendrá una segunda oportunidad en las elecciones al congreso en 2026 (mid-term elections).

Federal Debt Total Public Debt as Pct of GDP Quarterly Seasonally Adjusted

Como digo, el dólar intensificaba tras la noticia su fortaleza situándose en 1,055 frente al euro y los índices chinos perdían ya la mitad de lo ganado en la subida impulsada por los estímulos monetarios por las expectativas de aranceles desde Estados Unidos.

La llegada de Donald Trump está llevando a los inversores a comprar activos de riesgo. El S&P 500 lograba esta semana superar los 6.000 puntos por primera vez en la historia, aunque ayer cerró en 5949, las subidas de las últimas semanas han hecho que el año 2024 sea el mejor año, en cuanto a rentabilidad, del siglo XXI para el índice americano, anteriormente superado por 2021. En la última semana se han incrementado en 58.000 millones de dólares las posiciones en los principales ETFs cotizados en la bolsa americana, principalmente los que replican el S&P 500, el Nasdaq 100 y el Russell 2000, aunque también se han producido entradas netas en el mercado de renta fija, lo que demuestra que la liquidez se está desplazando a otros activos a medida que las rentabilidades ofrecidas por el corto plazo comienzan a reducirse. Sectorialmente, el año sigue dominado por la tecnología, que ha aportado algo más de un tercio de la rentabilidad en el año, y también han sido reseñables las subidas en el sector financiero en las últimas semanas, cercanas al +10%.     

Otro de los activos que está siendo protagonista es la divisa, el dólar está subiendo con fuerza, desde la victoria de Trump el pasado martes, el índice DXY, que mide la evolución del dólar frente a una cesta compuesta por las principales divisas, sube cerca de un +4%. En el caso del cruce eurodólar, la cotización cede un -1% en el cómputo semanal hasta ubicarse en el entorno de los 1,05 dólares por euro.

Eurodólar en 2024.

En Europa Olaf Scholz y los socialdemócratas de su partido han acordado con los legisladores de la oposición celebrar elecciones anticipadas en Alemania el 23 de febrero, siete meses antes de lo previsto. Este acuerdo prepara un enfrentamiento entre el SPD y los conservadores liderados por Friedrich Merz. La decisión se produce tras la destitución del ministro de Finanzas, Christian Lindner, del Partido Democrático Libre, lo que provocó la ruptura de la coalición de gobierno de tres partidos y dejó al gobierno sin mayoría en el parlamento. Las tensiones políticas se agravan en el país teutón tras la relevante ralentización económica que sufre desde hace varios trimestres

El bitcoin superaba esta semana una nueva barrera clave. La criptomoneda superó este domingo los 80.000 dólares por primera vez en su historia, impulsado por el respaldo del presidente electo Donald Trump a los activos digitales y la posibilidad de un Congreso con legisladores procripto y esta semana ha superado los 90.000$.

El pasado domingo el Bitcoin subió alrededor de 5%, en la que era su sexta jornada consecutiva al alza. Trump ha apoyado al bitcoin durante toda la campaña presidencial, anunciando que convertiría al país americano en el mayor poseedor de este activo en caso de salir elegido y la designación de reguladores afines a los activos digitales. Su triunfo decisivo en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha provocado celebraciones en la industria cripto, que gastó más de 100 millones de dólares apoyando a una variedad de candidatos favorables a las criptomonedas durante los comicios.

El bitcoin gana alrededor del 110% en lo que va de 2024, impulsado por una fuerte demanda de fondos cotizados en bolsa (ETF) y los recortes de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal. El incremento de la mayor criptomoneda, que alcanzó nuevos récords tras la votación en Estados Unidos, supera los rendimientos de inversiones como las acciones y el oro. Los ETF, impulsados por el iShares Bitcoin Trust de BlackRock, con un valor de 35.000 millones, registraron un flujo neto diario récord de casi 1.400 millones el jueves, según datos recopilados por Bloomberg. Un día antes, el volumen de negociación del ETF de iShares alcanzó su máximo histórico, una señal de cómo la victoria de Trump está transformando el mercado cripto.

Precio del Bitcoin en dólares último mes (Máximo 93.090,58$).

Bitcoin durante el 2024:

Las Bolsas chinas han corregido con fuerza esta semana ante la expectativa de que el nuevo gobierno de Trump incluya a miembros de sesgo duro contra China, Marco Rubio como Secretario de Estado, Mike Waltz como Asesor de Seguridad Nacional, Lighthizer en Política Comercial, así como por la decepción respecto a los últimos estímulos anunciados por el gobierno chino el pasado viernes. 

Esta semana ha sido noticia que la OPEC+ que ha recortado sus previsiones de crecimiento de la demanda de petróleo para este año y el próximo por cuarto mes consecutivo. El recorte en previsiones supone un reconocimiento de la desaceleración en China, el principal consumidor de crudo del planeta en estos momentos. El consumo mundial de petróleo se estima que será de 1,8 millones de barriles por día en 2024, 107.000 barriles menos de lo previsto anteriormente. La OPEC+ ha reducido las proyecciones de crecimiento de la demanda para este año en casi una quinta parte desde el mes de julio, muy correlacionado con la caída de los precios del crudo. Sin embargo, las perspectivas del cartel siguen siendo más optimistas que las de la mayoría de analistas.

La temporada de resultados empresariales del Tercer Trimestre del año en Europa está siendo sorprendentemente buena en el STOXX 600 frente a las expectativas de mercado, el crecimiento de los Beneficios Por Acción se esperaba que fuese del +3% a finales de Octubre pero ya está casi en el 11% interanual.(https://lipperalpha.refinitiv.com/wp-content/uploads/2024/11/TRPR_83201_573.pdf).

Importante esta semana:

En Estados Unidos el miércoles se publicaron los datos de IPC del mes de octubre, en línea con las estimaciones de los inversores, tanto en tasa general mensual +0,2% en línea con el +0,2% esperado y anterior, e interanual +2,6% igual que el +2,6% esperado y +2,4% anterior, como subyacente, mensual +0,3% (+0,3% esperado y anterior) e interanual +3,3% (+3,3% esperado y anterior).

Los discursos de los oficiales de la Fed denotan incertidumbre y cautela. El gobernador de Kansas indicó que aún queda pendiente ver hasta qué punto rebajarán los tipos de interés.  La tasa neutral, nivel al que se mantiene una inflación estable y pleno empleo, es modelizada de manera recurrente por la Fed. Si bien están de acuerdo en que los tipos neutrales han aumentado desde la pandemia, necesitan más datos y tiempo para evaluarla. La homóloga de Dallas apuntó que la tasa neutral de tipos se sitúa entre el 2,74% y el 4,6%, un rango aún lejano de ser específico. Por su parte, el gobernador de Minneapolis señaló que tiene confianza en que la inflación se encamina en la dirección correcta, pero deben esperar. Y es que, si se diese un dato de inflación por encima de las expectativas de aquí a diciembre, defendería una pausa. El oficial de la Fed de San Luis mostró una postura semejante, al defender una política moderadamente restrictiva mientras los precios crezcan por encima del objetivo del 2%.

Ayer hubo comentarios del presidente de la Fed, Powell afirmó que la economía americana se mantiene sólida, lo que junto a unos precios a la producción por encima de lo esperado, repuntando en tasa general a +2,4% por encima del +2,3% esperado y +1,9% previo y en subyacente +3,1% frente al +3% esperado y +2,9% anterior, moderan la probabilidad de una rebaja de 25 puntos básicos en la reunión de la Fed del 18 de Diciembre al 60% cayendo desde la probabilidad que daba el mercado del 83% antes del dato, manteniendo como nivel de llegada 3,75% en 2026 por encima del 3,5% antes de las elecciones, a la espera de la implementación de las políticas inflacionistas del nuevo gobierno Trump. En función de los datos que conozcamos de aquí a la reunión de diciembre, el dato de empleo de noviembre se publica el 6 de Diciembre, y el de IPC de noviembre el 11 de Diciembre, podríamos llegar a ver una pausa de la Fed en la reunión de diciembre en su proceso de recorte de tipos.

Trump elige a Musk y al empresario Ramaswamy para encabezar el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental con el fin de despedir a miles de funcionarios y a hacer funcionar el Gobierno como una empresa. Por otra parte, nombra a Hegseth, presentador de Fox News, para encabezar el Pentágono. Además, Mike Huckabee, exgobernador de Arkansas, que afirmó en la campaña presidencial de 2008 que la identidad palestina era “una herramienta política para tratar de quitarle tierras a Israel” se convertirá en embajador en Israel.

Según DDHQ (organización de análisis electoral en Estados Unidos), los republicanos ganan la mayoría en la Cámara de Representantes. Por su parte, Trump elegirá a Waltz como Asesor Nacional de Seguridad y a Rubio como Secretario de Estado. Se trata de un senador conocido en la política nacional especialmente en temas de política exterior y relaciones con América Latina, muy crítico con el régimen de Cuba y Venezuela.

También en Estados Unidos esta semana hemos conocido que la confianza de las pymes repunta y los consumidores se muestran más confiados en una moderación de la inflación. Se publicaron datos de confianza de las pequeñas y medianas empresas estadounidenses que superaron las expectativas y en octubre se elevaron hasta niveles de 93,7 desde el 91,5 anterior. Con ello, las pymes dan señales de una aceleración de la actividad doméstica americana de cara a los próximos meses. Por otro lado, también se publicó la encuesta de la Fed de Nueva York sobre expectativas de inflación de los consumidores que, a un año vista, se moderaron hasta niveles de +2,9% desde el +3% anterior. Un dato alentador y que refleja unas expectativas de inflación contenidas en los hogares estadounidenses.

En la zona euro se confirma la aceleración del crecimiento en el tercer trimestre del año. El PIB de la región avanzó un +0,4% trimestral, lo que elevó el crecimiento interanual hasta el +0,9% interanual, el mayor crecimiento desde el primer trimestre del 2023. Por otro lado, la nota negativa vino por el lado de los datos mensuales de producción industrial, que cayeron en septiembre más de lo esperado y vuelven a confirmar la recesión del sector. En concreto, la actividad industrial en el conjunto de la zona euro retrocedió un -2% mensual, lo que intensificó la caída frente al mismo periodo del año pasado hasta el -2,8% frente al -0,1% previo. 

En Alemania, el canciller Scholz apunta a una moción de confianza antes de Navidad y posibles elecciones anticipadas en febrero tras el colapso de la coalición tripartita. Según el diario Bild, el borrador de presupuesto suplementario de 11.000 millones de euros para 2024 está amenazado por la actual crisis política. El vicecanciller Habeck dice que hay que celebrar nuevas elecciones «lo antes posible», pero al final es decisión del canciller. Por último, Merz, líder del CDU, dijo que si es canciller buscará firmar acuerdos con Trump y llama a Scholz «pato cojo»

Este martes se publicó el dato de Zew alemán de Noviembre, que fue peor de lo esperado afectado, probablemente, por la crisis política del país y por la elección de Trump en Estados Unidos que supondrá un incremento de aranceles a las exportaciones alemanas a Estados Unidos. El índice de confianza de los inversores alemanes ZEW registró un deterioro en Noviembre al pasar de 13,1 a 7,4, por debajo de las estimaciones del 13,2.

En España, Fitch elevó su perspectiva de deuda española a positiva desde estable (A-) por mejora en factores estructurales que aumenta el potencial de crecimiento del PIB.

Además, en España este miércoles se publicaron los datos finales de inflación de octubre que no han deparado sorpresas. Como había adelantado ya el INE, el crecimiento de los precios al consumo repuntó tres décimas y se situó en el +1,8% interanual, con una tasa subyacente que se sitúa en el +2,5% (una décima por encima del mes anterior). Por componentes, Vivienda fue uno de los grupos que más impulsó el aumento de la inflación, al situarse su variación anual en +4,2%, lo que supuso 1,3 puntos por encima de la del mes pasado. Este aumento se debió, en su mayor parte, a la subida de los precios de la electricidad y del gas, frente a la bajada en el mismo mes de 2023. Asimismo, también el grupo de Transporte repuntó como consecuencia de la subida de los precios de los carburantes y lubricantes para vehículos personales, frente a la bajada en octubre del año anterior.

Los inversores japoneses compraron 5.400 millones de euros netos en bonos alemanes en septiembre, la mayor cantidad desde 2018, y vendieron bonos soberanos por quinto mes consecutivo. Japón promete más de 10 billones de yenes en nuevo apoyo para el sector de los semiconductores y la inteligencia artificial.

Según fuentes de Bloomberg, China planea recortar el impuesto a la compra de viviendas dentro de su paquete de estímulos fiscales.

El IPC de China bajó en una décima hasta el 0,3% interanual en octubre (0,4% estimado), por lo que las cifras de inflación chinas de octubre siguen mostrando la debilidad de la demanda interna. El dato de IPC estuvo penalizado por la energía. No obstante, la inflación subyacente se mantienen en un bajo 0,2% interanual frente al 0,1% anterior, con una inflación de servicios en el +0,4% interanual. Del lado industrial, sus precios siguieron descendiendo por vigésimo quinto mes consecutivo (-2,9% interanual frente al -2,8% anterior) y no solo por la energía. Los bienes manufacturados descendieron de precio un -2,9% interanual.

La convención del partido comunista chino del pasado viernes puso de manifiesto que el consumo privado en el gigante asiático es más débil de lo que se esperaba. Las insuficientes medidas implementadas para descargar la deuda de gobiernos locales y el panorama que afronta la segunda potencia del mundo con Trump en la Casa Blanca son motivos de pesimismo y bolsas e índices empiezan a reflejar este sentimiento. La inversión extranjera no acaba de llegar y china ha de prepararse para una guerra comercial que muy probablemente se inicie a partir de 2025. Obviamente la volatilidad se va a ver afectada por todos estos factores y bancos como UBS ya rebajan la previsión de crecimiento para el 2025 en China hasta el 4% desde el actual 4,7%. La bajada será mayor en 2026 avisan desde el banco suizo.

Anoche se publicaron datos de actividad de octubre también en China con tono mixto, mejorando algo en consumo, pero no en manufacturas y con marcada debilidad en el sector inmobiliario, las ventas minoristas +4,8% frente al +3,8% esperado y +3,2% anterior, producción industrial +5,3% ligeramente por debajo del +5,6% esperado y +5,4% anterior, la inversión en propiedades cayó un -10,3% más del -9,9% esperado y -10,1% anterior, mientras que los precios de viviendas siguen cayendo, pero a menor ritmo, el precio de las viviendas nuevas cayó un -0,5% algo menos que el -0,7% del mes previo y usadas -0,5% frente al -0,9% anterior. Parecen necesarios estímulos adicionales para impulsar la economía del gigante asiático.

En el Reino Unido, se publicó la tasa de paro de Septiembre que repuntó más de lo previsto y se elevó hasta el 4,3%, un aumento de tres décimas que, unido al descenso de las vacantes disponibles refleja un menor dinamismo en la creación de empleo. Sin embargo, en términos de salarios, los datos conocidos apuntan a que las presiones al alza se mantienen, con un incremento de los salarios privados del +4,8% interanual.


Trump: una oportunidad para Europa. Rafael Pampillón Olmedo Rafael Moneo Abreu.

El republicano Donald Trump vuelve a la Presidencia de Estados Unidos de forma triunfal. Un hecho que se produjo cuando fue declarado ganador en el decisivo estado de Pensilvania en plena madrugada electoral. Actualmente, el resultado sigue abierto en 2 de los 50 estados. Podría llegar a los 312 delegados, si mantiene su ventaja actual en los mismos. El balance es inequívoco: ha ganado 32 estados, principalmente en el sur y el medio oeste. Mientras que Kamala Harris se anota 18, principalmente en el noreste y la costa oeste. Un resultado desastroso para los demócratas que asimismo pierden la mayoría en el Senado, una cámara que permite hacer nombramientos de altos funcionarios y jueces. En cambio, los republicanos, además de ganar el Senado, mantendrán también el Congreso, aunque con una diferencia ajustada. Una situación que significa vía libre para el presidente en sus decisiones de política interior y relaciones exteriores.

La idoneidad de los candidatos en las elecciones

¿Cómo explicar este “repentino” y holgado triunfo de Trump? Tampoco es tan inesperado, si analizamos los hechos previos y que en Europa se han interpretado desde una perspectiva bastante desenfocada. Desgraciado ha sido el hecho de presentar a una candidata demócrata poco apropiada, como Kamala Harris, que ha realizado una campaña muy desafortunada. No fue capaz de dar una respuesta a la preocupación del ciudadano por la grave situación económica y la inmigración irregular. Ofreciendo, en cambio, políticas ideológicas y morales del Partido Demócrata, que no han movilizado a su electorado.

En cambio, Trump ha mejorado su resultado significativamente respecto a 2020, tanto en zonas urbanas como en rurales. Y, según distintas encuestas, ganó especialmente entre los latinos, hombres negros y votantes jóvenes. El mayor argumento de Harris era su condición de mujer, que no tuvo el efecto deseado. Hablar de una posible misoginia en una parte del electorado americano es perder la noción de la realidad.

La política económica de Trump

La política económica que Trump anunció en la campaña se enfoca en varios frentes estratégicos. Su objetivo es proteger y fortalecer la economía estadounidense. Son medidas proteccionistas, de reducción de impuestos, y centradas en la autosuficiencia energética. Estos son los principales pilares de su enfoque económico:

  1. Endurecimiento de la política migratoria: Se prevé un aumento en las restricciones a la inmigración. A esto se unirá la expulsión masiva de indocumentados, lo que tendrá un impacto directo en el mercado laboral de Estados Unidos: subirán los salarios. La reducción de mano de obra migrante puede llevar a una escasez de trabajadores en ciertos sectores, especialmente en aquellos que tradicionalmente dependen de los inmigrantes, como la agricultura, la construcción y los servicios (hostelería, trabajo doméstico, recogida de basuras, transporte, etc.).
  2. Guerra comercial con China: Trump podría retomar la postura arancelaria agresiva de su primer mandato, imponiendo un arancel general del 20% a las importaciones a nivel global, muy por encima del promedio actual del 3%. Esta medida incluiría controles más estrictos sobre la exportación americana de tecnología y también un arancel específico del 60% sobre los productos chinos. Con la intención de reducir la dependencia de bienes esenciales provenientes de China. Sería una vuelta a los niveles arancelarios efectivos de Smoot-Hawley de la década de 1930 que fue uno de los factores que propició la Gran Depresión.
  3. Reducción de impuestos a las empresas y bajada del IRPF: Trump propone reducir el impuesto de sociedades al 15%, junto con una rebaja en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Estas medidas buscan incentivar la inversión y el consumo, aunque podrían tener consecuencias negativas sobre la estabilidad presupuestaria al reducir la recaudación fiscal.
  4. Ralentización de la transición energética: La administración Trump podría disminuir los esfuerzos para la transición hacia energías renovables, priorizando en cambio el impulso de la producción petrolera y gasística. Esto responde a su enfoque en la independencia energética y en la reducción de los costes energéticos para consumidores y empresas en Estados Unidos.

El día después

El electorado americano ha votado esa estrategia de política económica y ha dado la espalda al dúo Biden / Harris, que ha empeorado su nivel de vida y sus expectativas de futuro. La pregunta que se hace mucha gente, el día después, es si Trump puede cumplir las promesas electorales. Y también si puede rescatar a la economía americana de la burbuja de deuda, que crece a un ritmo superior al del PIB.

Curiosamente, para algunos, el crecimiento actual en Estados Unidos propiciado por el Partido Demócrata ha sido “robusto”. Hasta “un misil”, se ha llegado a decir. Si fuese así, no hubieran sido necesarios unos estímulos económicos que ocasionan un déficit público del 8% del PIB. Es un crecimiento débil, con un cuadro macro muy peligroso, cuya resolución será la tarea principal del programa económico de la nueva administración. De entrada, no será fácil. La repetición de gasto público expansivo, las rebajas de impuestos y la subida de aranceles, pueden aumentar el déficit y la inflación, en un mundo, que, en el periodo de la administración Biden, se ha vuelto a llenar de conflictos.

El interés de Europa

En relación con Europa, la tarea más importante para Trump será lograr una salida pactada al conflicto de Ucrania. Sería deseable debilitar a Putin. Pero, en algún momento, habrá que reconocer que Ucrania no va a poder mantener esta guerra de forma indefinida, alimentada con inyecciones (económicas y militares) permanentes de los gobiernos occidentales. Rusia no va a abandonar las zonas del este de Ucrania, ni Crimea. Y, si se la obliga a salir de ellas, el coste para Europa de un posible enfrentamiento con Rusia tendría consecuencias impensables. Brzezinski, asesor de seguridad de la Casa Blanca durante décadas, y uno de los más firmes partidarios de la línea dura con la antigua URSS, alertaba, ya en 2015, a los países occidentales de un peligro de guerra abierta con Rusia al “sobrepasar determinadas líneas rojas” en su trato con Ucrania.

Europa decidió hace dos décadas no invertir en seguridad militar frente al aumento masivo del gasto social. Y ahora es demasiado tarde para un rearme masivo. No hay recursos posibles sin una subida brutal de impuestos o amplísimos recortes de gastos en otras partidas. Es imprescindible un planteamiento más realista, con una solución de consenso a esta terrible guerra, que ha provocado ya cientos de miles de muertos. Tal pacto en Ucrania puede ser la ocasión idónea para recomponer la relación con Trump, un personaje más o menos agradable, pero que va a ser el próximo presidente de los EEUU. Porque ya no aporta nada pensar en lo que hubiera pasado en caso de una victoria de Harris. Ni tampoco ayudará el imaginarse escenarios apocalípticos, especulando con el fin de la democracia en Estados Unidos.

En conclusión, el programa de Trump busca dar un giro estratégico en la política exterior y proteger la economía estadounidense, así como fortalecer su posición en el escenario global.

Se atribuye a San Lupo de Troyes la frase “Si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él”. Hacía referencia a que salió al paso de Atila en el año 451 y preservó su ciudad de la posible desolación causada por el famoso general de los hunos. Posiblemente, los europeos podamos aprender esta lección de la historia. Y, aunque sigamos viendo a Trump como un “Atila”, deberíamos empezar desde ahora a cooperar con él.


Buen fin de semana!!

Comentario de mercado viernes 8 de Noviembre del 2024.

Donald Trump será de nuevo presidente de los Estados Unidos, con el control tanto del Senado, que recuperan los republicanos, como de la Cámara de Representantes. En base a su programa político, es de esperar más inflación, mayores aranceles, 10% general y 60% a China, restricciones a inmigración que presionarán los salarios al alza, mayor crecimiento económico a corto plazo, con un recorte de impuestos, aunque probablemente menor a medio plazo, por mayores aranceles, y menores recortes de tipos de la Fed.

Para los bienes importados de China Trump llegó a hablar de incrementar los aranceles al 60% y al 20% para el resto del mundo según Bloomberg Economics. Esto elevaría los impuestos estadounidenses un 20% de media, nivel no visto desde comienzos del siglo XX. Los países que serán más impactados por las medidas proteccionistas de Trump serán los vecinos Méjico y Canadá. Para el resto de los países el impacto será limitado, de acuerdo con un análisis publicado por Bloomberg Economics la mañana de las elecciones americanas. Méjico y Canadá verán rebajado su PIB un 2% para el 2028 si son implementadas las propuestas de Trump. Para el PIB Global tendrán un impacto del -0,50% para el 2028. No obstante, y esperemos que así sea, la capacidad para implementar estas medidas económicas es ciertamente limitada por la debilidad de las cuentas públicas y la madurez del ciclo. Trump asumió la presidencia en 2016 con una deuda del 76% sobre el PIB y un déficit de tan solo 2,9%, niveles considerablemente más manejables que el 99% actual y el 7%, respectivamente. Además, tendrá que manejar un desafío adicional, la madurez de un ciclo económico que ha experimentado ya su primera bajada de tipos de interés, aunque en niveles considerablemente más elevados que en aquella época. 

Bloomberg Economics hacía un análisis de cómo afectará a Europa la victoria de Donald Trump. Estados Unidos probablemente gastará más, lo que aumentará los costes de endeudamiento en todas partes a través de mercados de capital globales profundamente globalizados. Eso será un problema para países muy endeudados como Francia e Italia. La retórica de Trump en torno a Ucrania y la OTAN sugiere que las potencias europeas deberían estar preparadas para defenderse por sí mismas de las amenazas a la seguridad. Un mayor gasto en defensa necesariamente competiría con otras prioridades, presionando los presupuestos y aumentando los riesgos fiscales. Si Trump cumple con sus amenazas de aumentar los aranceles, algunos sectores europeos podrían verse muy afectados. Aún así, la oportunidad para que Trump lo haga sin exponer a los exportadores estadounidenses a los impactos de las medidas de represalia es limitada. Navegar en una economía global cada vez más dividida es una prioridad clave para Europa. Afrontar los desafíos que plantea una presidencia de Trump supone un riesgo de distraer a los políticos europeos en un momento en que se necesita desesperadamente determinación y concentración, según Bloomberg Economics. Como dice el viejo refrán, se hace campaña con poesía y se gobierna con prosa, las ideas más extremas de Trump pueden quedar en el camino. Aún así, sus propuestas están ahí y esto supone un desafío para Europa

Entre los ganadores de las últimas elecciones presidenciales de Estados Unidos, además de Donald Trump, hay que mencionar a los inversores que siguen las casas de apuestas. Mientras las encuestas previas a los comicios estaban muy igualadas entre el líder republicano y la demócrata Kamala Harris, las plataformas de juego llevaban dando varias semanas como claro favorito al expresidente.

Gracias a esa confianza en las apuestas, algunos operadores venían ejecutando el denominado Trump trade, al comprar los activos que pueden beneficiarse con el republicano como presidente, y vender los que pueden salir perjudicados. Este miércoles esos inversores vieron revalorizarse sus posiciones al confirmarse la victoria de Trump, la Bolsa de Nueva York escaló hasta marcar nuevos récords para el S&P 500, el dólar avanzó frente al euro y otras divisas, los bonos estadounidenses elevaron su coste, el petróleo sufrió caídas y las bolsas europeas pasaron una mala jornada. La cuestión ahora, enunciada por los analistas de Citigroup, es si todavía queda recorrido para exprimir el resultado electoral. Aunque el mercado empieza a descontar al nuevo presidente, los analistas de Citi recomendaban añadir algunos Trump Tradeya que el posicionamiento previo a las elecciones no era sustancial. En renta variable, Citi todavía ve recorrido al S&P 500 frente al Euro Stoxx, por lo que aconseja comprar el índice de la Bolsa estadounidense y vender el europeo. En divisas, apuesta por el dólar frente al euro y el renminbi chino, mientras que ya no ve mucho más recorrido a la baja a los bonos estadounidenses y recomienda vender el oro, ya que suele perder fuelle cuando el dólar está fuerte.

Parece que Bolsa y divisas son los mercados donde más se puede jugar todavía con el efecto de la presidencia de Trump. La tendencia que sale de unas elecciones suele durar varios días, especialmente para el S&P 500 y el dólar, pero menos para la renta fija, afirman en Citi.

  S&P 500 últimos 5 años:

Goldman Sachs, en una nota enviada este miércoles, se une al optimismo con la Bolsa y predice que el S&P 500, alcanzará los 6.015 puntos al final del año 2004, y el próximo ejercicio saltará hasta los 6.300 puntos. Junto a la resolución de la incertidumbre electoral, un crecimiento económico resistente y los recortes de tipos de la Fed respaldan una perspectiva saludable a corto plazo para las cotizadas estadounidenses, afirman los analistas de Goldman. En el mercado de divisas JPMorgan y Goldman ven posible que el dólar se aprecie hasta la paridad con el euro si Trump sigue adelante con su amenaza de tarifas. ING ve en los próximos días una caída a los 1,055 dólares.

 Eurodólar últimos 5 años:

En 2016, la anterior victoria de Donald Trump hizo que el S&P 500 saltara de 2.130 a 2.190 puntos en el mes de noviembre. El euro cayó de 1,11 a 1,05 dólares al final de ese año. Y el bono a diez años pasó del 1,85% al 2,4%. Con la rentabilidad ahora cerca del 4,5% y la Fed en pleno ciclo de bajada de tipos, los analistas ven menos opciones de hacer dinero vendiendo a corto la deuda americana.

La semana pasada conocimos en Estados Unidos respecto al mercado laboral que la creación de empleo ha dado un frenazo, que sugiere cierto enfriamiento acompañado del sesgo provocado por los huracanes Helen y Milton, así como la huelga de trabajadores de Boeing. No obstante, la tasa de desempleo se mantiene bastante fuerte en el 4,1%. El viernes pasado conocimos la Encuesta de Nóminas (Payroll Survey), que revelaba una reducción de creación de empleo de octubre, de hasta 12.000 empleos, muy inferior a los 100.000 esperados y los 223.000 anteriores, que fueron revisados a la baja. La industria se declara principal afectada, más sensible a la alteración del fenómeno meteorológico, con una destrucción de 46.000 empleos en las manufacturas, la mayor caída desde abril de 2020. La Payroll Survey, se basa en las respuestas de los negocios, de tal manera que, si un trabajador no asiste al trabajo, aunque sea por condiciones climáticas, en el período de pago semanal que incluye el día 12 del mes, se contabiliza como desempleado, aunque técnicamente conserva su trabajo, por el contrario, la tasa de desempleo se calcula a partir de la encuesta a los hogares (Household Survey) que considerarían a esa misma persona como empleada.

Inflación y precios de producción en Estados Unidos

Morgan Stanley actualizó esta semana su objetivo para el S&P 500 este año hasta los 6.100 puntos (cierre de ayer en el 5973,10), lo que implica un recorrido desde los niveles actuales del 1%. El índice concluiría el año con una revalorización del 26%. Los analistas de Morgan Stanley señalan que el alza adicional se explica por el miedo de los inversores a perder algo (FOMO). Las alzas más relevantes en el índice llegarán una vez los inversores asimilen los resultados de las elecciones de Estados Unidos.

El consenso de mercado de Bloomberg muestra que al S&P 500 no le queda más recorrido para el resto del año, pero, Goldman Sachs, BMO Capital Markets y Evercore ISI también ven al S&P 600 en los 6.000 puntos en diciembre. Las elecciones pueden generar una indigestión en la Bolsa si el rendimiento de los bonos aumenta, pero una economía fuerte debería limitar el riesgo de un mercado bajista, según Goldman Sachs.

En China, a la espera de si el Comité NPC (China National People’s Congress), cuya reunión finaliza hoy, anuncia nuevos estímulos que complementen los presentados hasta el momento, y que deberían poner el foco en recuperar la confianza consumidora y el consumo privado, la clave para realmente impulsar a la economía del gigante asiático. Estos nuevos estímulos parecen especialmente necesarios tras la “ola republicana” de Trump (propuesta de aranceles del 60% a China).

 Hang Seng Index últimos 12 meses (+22,02% durante el 2024).

Importante esta semana:

Ayer, como se esperaba la Fed, por unanimidad, recortó tipos en Estados Unidos 25 puntos básicos, hasta el 4,75%. Mantiene así la hoja de ruta prevista a pesar de la alta volatilidad en los mercados y tan solo 36 horas después de conocerse la victoria de Donald Trump en los comicios presidenciales de Estados Unidos. En cuanto al efecto de la elección de Trump en política monetaria, el Presidente de la Fed dijo que no renunciaría a su puesto si Trump se lo pidiese, y subrayó que la destitución de cualquier miembro del Consejo de la Fed «no está permitida por la ley». “A corto plazo, las elecciones no han tenido ningún efecto en nuestras últimas decisiones”, aclaró ayer el presidente de la Fed, Jerome Powell. En cuanto al futuro, fue muy cauteloso sobre las políticas de Trump: “No sabemos el efecto que tendrán sobre la economía”, entre otros motivos, porque todavía se desconoce cuáles se concretarán y cómo. “La Reserva Federal no especula”, apuntó para zanjar el tema. Las palabras de Powell no terminaron de arrojar luz sobre los temores del mercado. Los analistas especulan con la posibilidad de que la vuelta de Trump a la Casa Blanca obligue al banco central estadounidense a frenar en la desescalada del precio del dinero, con una pausa en diciembre, en lugar del cuarto de punto que se descontaba hasta que se conoció el resultado electoral. Powell insistió en que no hay nada escrito y que serán los datos que se conozcan los próximos meses los que determinen lo que ocurra en la próxima reunión. Lo que sí reconoció Powell es que “hay mucha incertidumbre” y se trata de un juego de equilibrio que complica el trabajo de los gobernadores de la Fed, que se debaten entre mantener controlada la inflación y no dañar en exceso el mercado laboral. La tasa de paro se mantuvo sin cambios el mes pasado, en el 4,1%, pero las cifras fueron especialmente negativas en el apartado de creación de nuevos puestos de trabajo, disparando las alarmas de los analistas. Powell le restó importancia, asegurando que, “en general, la economía de Estados Unidos sigue siendo fuerte”.

Además, el dato de la inflación sigue dando buenas noticias a la Fed. En septiembre, el dato de octubre se conocerá el próximo martes, el IPC se situó en el 2,4%, cerca del objetivo del 2% fijado por el organismo. Desde el verano, se confirma su tendencia a la moderación por debajo del 3%, cota que se ha tardado más de lo previsto en conquistar, tras un primer semestre en el que el IPC remontó en varias ocasiones.

Ahora, el regreso de Trump a la Casa Blanca añade más incertidumbre, ya que su programa económico, muy proteccionista en el capítulo comercial, viene acompañado de fuertes presiones inflacionistas, según los expertos.

Los mercados de renta fija prevén una caída de los tipos de interés estadounidenses hasta el 3% a finales de 2025. No todo el mundo está de acuerdo. Los economistas de Schroders creen que la Reserva Federal “actuará con más cautela y que los tipos de interés estadounidenses bajarán más lentamente”. Habrá que esperar hasta la reunión de diciembre no solo para ver si se concretan las predicciones de los analistas, sino también para conocer con precisión las nuevas previsiones que maneja el banco central, ya que en esta reunión no se han actualizado, la última vez fue en septiembre, coincidiendo con el cambio de ciclo en la política monetaria de Estados Unidos con un primer recorte de medio punto.

Powell dejó claro ayer que la Fed reducirá el ritmo cuando los tipos se aproximen a un nivel neutral. La gran duda es que el banco central todavía no sabe de qué umbral se trata. Antes de la gran crisis de 2008, se encontraba en el 4%. Tras la debacle de los mercados, se revisó a la baja hasta el 2%, pero con la pandemia, el escenario volvió a cambiar, añadiendo más incertidumbre. El presidente del banco central cree que la tasa neutral no estará “en niveles tan bajos” y se situará por encima del 2%. Aunque hay dudas con el ritmo, lo único seguro es que el 4,75% sigue siendo un nivel restrictivo de política monetaria y que la Fed prevé seguir recortando los tipos en los próximos meses.

En Estados Unidos se publicó el martes el ISM de servicios de octubre que superó ampliamente las estimaciones, en 56,0 frente al 53,8 esperado por el consenso y 54,9 del mes anterior, apoyado principalmente por el componente de empleo que se situó en 53,0 por encima del 48,0 esperado y 48,1 anterior, mientras que el componente de precios pagados estuvo prácticamente en línea con lo esperado (58,1 frente al 58,0 esperado y 59,4 anterior, y nuevos pedidos decepcionó ligeramente (57,4 frente al 58,0 esperado y 59,4 anterior. Asimismo, los datos finales de PMIs del mes de octubre fueron algo peor de lo esperado, servicios en 55 por debajo del 55,3 esperado y preliminar, y PMI compuesto en 54,1 frente al 54,3 esperado y preliminar.

También en Estados Unidos este lunes terminaba la huelga de los 33.000 trabajadores de Boeing al alcanzar un trato tras 53 días. Se estima que el parón ha supuesto un coste de 100 millones de dólares diarios en ingresos para la empresa, un 7% con respecto a los ingresos de 2023. El 59% ha votado a favor del pacto, que supondrá un aumento salarial del 38% en los próximos 4 años y mayores contribuciones al plan de pensiones. Mañana comenzarán a incorporarse los trabajadores en Washington, Oregón y California.

En Europa se publicaron los PMIs finales de octubre que fueron mejores a los preliminares tanto en la Eurozona (servicios 51,6 por encima del 51,2 esperado y preliminar frente al 51,4 anterior, PMI compuesto 50,0 mejor que el 49,7 esperado y preliminar y del 49,6 anterior) como en Francia (servicios 49,2 por encima del 48,3 esperado y preliminar aunque por debajo del 49,6 anterior, PMI compuesto 48,1 frente al 47,3 esperado y preliminar frente 48,6 anterior) y Alemania (PMI de servicios 51,6 ligeramente por encima del 51,4 esperado y preliminar y del 50,6 del mes anterior y PMI compuesto 48,6 frente al 48,4 esperado y preliminar y 47,5 anterior).

En Alemania, el gobierno se enfrenta a una profunda crisis presupuestaria que ha tensado la coalición liderada por el canciller Olaf Scholz. Lindner, del partido liberal FDP, ha propuesto un enfoque de austeridad, mientras que Habeck, de los Verdes, favorece mayores inversiones en áreas como la transición energética. Esta situación se ha visto incrementada por la discusión sobre el «impuesto de solidaridad«, implementado por primera vez en 1991 tras la reunificación del país y que se ha mantenido hasta la actualidad debido a su contribución significativa a las finanzas públicas alemanas. El 12 de noviembre, el Tribunal Constitucional Federal de Alemania decide si dicho impuesto es inconstitucional. De ser así, el gobierno podría tener que hacer frente a un déficit presupuestario de hasta 75.000 millones de euros (sólo en 2025 dicho impuesto supondría unos ingresos fiscales de 13.000 millones de euros).

En China, el lunes se publicó un dato que refleja que el sector servicios vuelve a expandirse (Caixin China PMI Services 52 por encima del 50,5 esperado), alcanzando su mejor nivel desde junio, mientras se anuncian más medidas para reducir la carga fiscal de los estamentos locales. Muchos analistas creen que las autoridades chinas han estado a la espera de conocer el resultado de las elecciones estadounidenses para implementar medidas de mayor alcance que se adapten a la nueva realidad.

El gobernador del Banco Popular de China se comprometía este miércoles a mantener una política acomodaticia y a intensificar los ajustes anticíclicos.

Y anoche, también en China, se publicaron unas fuertes cifras de comercio exterior. Las exportaciones rebotaron un +13% interanual con las importaciones cayendo un 2% ante la debilidad de la demanda interna que puede agravar las relaciones con la Casa Blanca.

La Comisión Europea plantea flexibilizar las reglas fiscales a España para paliar con los daños de la DANA. El vicepresidente del Ejecutivo comunitario anunció que las autoridades europeas están en contacto con las españolas para ayudar al país, mediante la posibilidad de reasignar fondos de cohesión o conceder mayor flexibilidad en materia de política fiscal. España ha solicitado financiación del Fondo de Solidaridad, su aprobación en el Parlamento y el Consejo Europeo puede durar meses, que tiene entre sus objetivos, prestar ayuda financiera a los estados miembros para hacer frente a los daños provocados por una catástrofe natural grave. Asimismo, España también ha pedido que se cree un nuevo reglamento que permita reprogramar los fondos de cohesión FEDER y Fondo Social Europeo.


Trump 2.0: Primeras consecuencias. Jesús Sánchez-Quiñones. Renta 4 Banco.

De confirmarse la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, estaríamos ante una abrumadora ola republicana, con la presidencia de Trump y el control del Senado y la Cámara de Representantes por parte del mismo partido, siendo la primera vez que se da esta situación desde Ronald Reagan.

Este control total sobre el poder ejecutivo (Gobierno) y el poder legislativo (Congreso) solo está garantizado por dos años. En 2026 tendrán lugar las elecciones de mid term, donde se elige un tercio del Senado y toda la Cámara de Representantes. Por lo tanto, es de esperar una avalancha de medidas legislativas para implementar la agenda republicana durante estos dos próximos años. Pasado dicho periodo, ni el presidente ni el partido republicano tendrán la certeza de contar con el respaldo del Congreso para sus nuevas medidas.

De acuerdo con los mensajes lanzados durante las últimas semanas, las prioridades de la nueva Administración Trump se centrarán en: extender las rebajas fiscales que vencen a finales de 2025 e introducir nuevas rebajas de impuestos, especialmente a las familias; poner coto a la inmigración ilegal; y relajar la regulación de numerosos sectores como el petrolero, financiero, autos y telecos; se revitalizarán y agilizarán las inversiones en energía nuclear, a la vez que se podrían limitar las actuales subvenciones a las energías renovables.

Una de las propuestas del partido republicano es la aprobación del Reciprocal Tariff Act (Ley de Aranceles Recíprocos), que pretende aplicar a los socios comerciales de Estados Unidos al menos los mismos aranceles que soportan los productos estadounidenses exportados a dichos países. De acuerdo con el análisis que acompaña a esta propuesta, los aranceles medios que soportan los bienes estadounidenses son del 6%, mientras que los aranceles medios aplicados a los productos importados son del 3%. En cualquier caso, la imposición de aranceles más elevados sobre determinados productos, como los autos europeos, se da por descontado.

La agresividad de los aranceles a China irá mucho más allá, hasta el 60%. Se considera que las inversiones chinas en sobreproducción de numerosos productos y materiales geopolíticamente relevantes, como el acero, suponen un riesgo de seguridad para los Estados Unidos. El partido republicano considera que la nueva Administración no puede permitir que China realice dumping en la venta de su acero, provocando el cierre de fábricas de acero alrededor del mundo y en Estados Unidos, cuando el acero es fundamental para la seguridad del país, especialmente para la industria militar.

La exigencia de un mayor gasto en defensa a los socios europeos de la OTAN está garantizada. El 2% del PIB en gasto en defensa para los miembros de la OTAN pasa a ser un mínimo inexcusable, siendo el objetivo superior al 3%.

La primera reacción de los distintos activos financieros refleja lo que están descontando los inversores:

– La fuerte subida inicial de las bolsas de EE. UU. descuenta menos impuestos, menos regulación en sectores y una política más amigable con las empresas. De hecho, el índice Russell 2000, que recoge a empresas medianas y pequeñas, subió más de un 5% el primer día tras la elección.

– Los tipos de interés de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 y 30 años han experimentado fuertes repuntes al alza, hasta 4,4% y 4,6%, respectivamente. Detrás de este movimiento se descuenta un mayor déficit público, al poder aprobar medidas de recortes de impuestos y de incremento de gasto sin oposición en el Congreso y una mayor previsión de inflación por la descontada imposición de aranceles a China del 60% y al resto del mundo de una cuantía sensiblemente inferior, así como medidas encaminadas a priorizar la producción local frente a las importaciones (America First).

– El dólar se ha fortalecido de forma sustancial. La explicación a este movimiento está en la previsión de un menor margen de maniobra de la Reserva Federal para bajar los tipos de interés en la cuantía que estaba descontado hasta antes de las elecciones. La previsible mayor inflación limitará la intensidad y el número de las bajadas de tipos de interés.

– El bitcoin alcanza máximos históricos. El pasado julio, Trump dijo en la conferencia anual de bitcoin en Nashville, que EE. UU. debería tener una reserva estratégica de bitcoin. Para ello, consideraba que no se deberían vender los bitcoins incautados, como sí han hecho otros países como Alemania o la propia Administración Biden.

– Aunque el oro inicialmente haya retrocedido tras el resultado electoral, se mantiene en niveles cercanos a los máximos históricos. El inevitable aumento de la deuda pública y la previsible monetización de parte de dicha deuda sirven de soporte de su precio. 

– Las automovilísticas europeas como BMW y Mercedes-Benz han sufrido fuertes caídas iniciales en sus cotizaciones ante la previsión de aranceles en EE. UU.

– Las energéticas con exposición a energías renovables en Estados Unidos, como Iberdrola o Acciona, también han sufrido fuertes descensos iniciales ante el temor de menos subvenciones al sector y un entorno regulatorio menos favorable.

Los mercados financieros suelen sobrerreaccionar, tanto al alza como a la baja, ante noticias sorpresivas, generando incluso buenas oportunidades de inversión. En cualquier caso, tras esta primera reacción, habrá que esperar a que se calmen los mercados para realizar una valoración más sosegada.

Entre el 5 de noviembre (día de las elecciones) y el 20 de enero (día de la toma de posesión del nuevo presidente) hay 76 días. En un mundo tan convulso como el actual, durante este periodo tan prolongado pueden surgir noticias y eventos, de carácter geopolítico o incluso judicial, que provoquen volatilidad adicional en los mercados financieros


Asia se prepara para aranceles altos a China en el nuevo mandato. J. Leahy, L. Lewis, H. Dempsey, E. White, T. Hale, K. Hille, K. Inagaki y S. Jung-a. Financial Times.

Asia se prepara para el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, después de que amenazase durante la campaña electoral con imponer aranceles generales a China y cuestionase los compromisos en materia de seguridad de Washington con Taiwán y con Corea del Sur y Japón, aliados de EEUU. El expresidente republicano ha propuesto aranceles generales de más del 60% sobre todas las importaciones chinas y acabar con el estatus comercial del país de nación comercial más favorecida, decisiones que afectarían a la vacilante economía de China y tendrían repercusiones en las cadenas de suministro mundiales.

El primer mandato de Trump desató una guerra comercial sin precedentes entre EEUU y China, provocando las prisas para trasladar las cadenas de suministro al sudeste de Asia, India y otras partes de la región. Su enfoque poco ortodoxo con respecto a la seguridad nacional también generó preocupación entre los aliados de EEUU en Asia por las garantías de defensa de Washington, lo que derivó en un fuerte aumento del gasto militar.

Si Trump implementase las medidas más duras contra China solicitadas por sus partidarios, como el exrepresentante de comercio estadounidense Robert Lighthizer, “eso crearía una situación muy difícil para las relaciones comerciales EEUU-China y las relaciones en general”, afirma Ma Wei, investigador asociado de la Academia de Ciencias Sociales china, un think tank gubernamental de Pekín.

Analistas de Citi estiman que en un escenario extremo, en el que Pekín no sea capaz de desviar parte de su actividad comercial a EEUU a través de otros países, los aranceles del 60% de Trump borrarían 2,4 puntos porcentuales del PIB chino.

Respeto de China

Los funcionarios chinos guardaron silencio el miércoles, y un portavoz del Ministerio de Exteriores declaró que China “respeta la elección del pueblo estadounidense”.

Las divisas asiáticas, en especial las de aquellos países que son fuertes exportadores a EEUU, cayeron frente al dólar tras la victoria de Trump. El yen japonés se dejó un 1,6%, el won surcoreano bajó un 1,2% y el dólar taiwanés perdió un 0,7%. El yuan offshorechino, para el que el Banco Popular de China no establece una banda fija de cotización diaria, cayó un 1,1%.

Alicia García-Herrero, economista jefe para Asia-Pacífico de Natixis, prevé que tras una ronda inicial de aranceles de represalia, Trump y Xi probablemente negocien un nuevo acuerdo comercial. Pero otras economías se verían “presionadas” por la negativa de Trump a que los flujos comerciales entre EEUU y China se desvíen a través de otros países como México y Vietnam. El fabricante de automóviles japonés Honda ha advertido de que la amenaza de Trump de introducir aranceles generalizados, que podrían superar el 100% sobre los coches importados de México, podría tener un “impacto extremadamente grande” en sus operaciones.

Shinji Aoyama, vicepresidente ejecutivo de Honda, dijo, en una rueda de prensa en Tokio, que, si se introducen unos aranceles duraderos, podrían obligar al fabricante de automóviles a “considerar el traslado de la producción a otro lugar… como a EEUU o a cualquier otro país”.

Los responsables políticos japoneses llevan dos años preparándose para una presidencia de Trump, según funcionarios del Gobierno. Durante el anterior mandato de Trump, el difunto primer ministro japonés Shinzo Abe estableció una sólida relación personal con el presidente. Pero esta vez, unas recientes elecciones generales han dejado una coalición gobernante debilitada bajo Shigeru Ishiba.

“La preocupación en Tokio es que Trump acelere el alejamiento de un mundo más liderado por EEUU”, explica Stephen Nagy, profesor de política y estudios internacionales en la Universidad Cristiana Internacional de Tokio.

Trump había acusado a aliados como Japón y Corea de “aprovecharse” del poderío militar estadounidense en Asia y se jactaba de obligarles a contribuir más al coste de acoger fuerzas estadounidenses en su suelo, una cuestión que tensó las relaciones en su momento.

“Trump exigirá claramente renegociaciones”, afirma Kim Jae-chun, profesor de la Universidad de Sogang y exasesor del Gobierno.

Los riesgos de una política exterior estadounidense más transaccional son aún mayores para Taiwán, que depende del apoyo de Washington para disuadir la agresión china.

Trump ha pedido a Taipei que pague a Washington por su defensa, afirmando que EEUU “no es diferente de una compañía de seguros” y quejándose de que Taiwán “no nos da nada”.

También ha acusado a las empresas taiwanesas de “robar” a la industria estadounidense de chips, y ha sugerido que TSMC, el mayor fabricante de semiconductores del mundo, que recibió miles de millones de dólares en subvenciones por sus grandes inversiones en EEUU, vuelva “a su país”.

Pero la mayoría de los funcionarios del Gobierno taiwanés creen que el consenso bipartidista en Washington contra Pekín apunta a un apoyo continuado a Taipei.

Creemos que EEUU mantendrá su enfoque actual de limitar a China y mostrarse amistoso con Taiwán”, declaró ayer al Parlamento Tsai Ming-yen, director general de la Oficina de Seguridad Nacional de Taiwán.

Para el sudeste asiático, la repatriación de la fabricación desde China durante la primera Administración Trump podría convertir ahora a los socios comerciales emergentes de EEUU en un objetivo.

“Es posible que se preste más atención a los desequilibrios comerciales con el sudeste asiático, y el gran superávit comercial de Vietnam con EEUU es un objetivo obvio”, afirma Peter Mumford, director para el sudeste asiático de Eurasia Group.

En una exposición anual de comercio internacional celebrada en Shanghái, que coincidió con las elecciones estadounidenses, el primer ministro Li Qiang trató de defender el comercio internacional, advirtiendo de que el “proteccionismo” estaba “en alza”.

Una de las asistentes, que se identificó con su apellido como Wu, aseguró que Trump “quiere asfixiarnos”. “Tal vez sea porque tiene miedo de que nuestra China supere a EEUU”, agregó. “Siempre con aranceles, aranceles y más aranceles”.


Sobre la recuperación económica de EEUU y de Europa tras el Covid. Ignacio de la Torre. Economista jefe de Arcano.

Afirmaba recientemente el presidente Macron que Europa “regulaba demasiado e invertía poco”, quizás reflexionando sobre la consabida cita: “Estados Unidos innova, China replica, Europa regula”. Cinco años después de la gran tragedia que supuso el Covid, conviene reflexionar sobre el comportamiento de las economías norteamericana y de la zona euro con el objetivo de entender las fundamentales diferencias entre ambas, y también de tejer algún esbozo sobre el futuro.

El crecimiento económico real entre diciembre de 2019 y diciembre de 2023 ha sido del 9,4% en Estados Unidos, y del 4,2% en la zona euro. Por lo tanto, si nos atenemos a la intensidad de crecimiento, el mejor comportamiento de la economía norteamericana no sólo es obvio, sino que marca una continuación de la tendencia lograda durante las últimas décadas, en las que la producción estadounidense ha crecido mucho más rápidamente que la europea.

El crecimiento estructural de una economía depende de dos factores, horas trabajadas y productividad por hora trabajada. El primer factor depende de la demografía (en su mayor parte, proporción de jóvenes que acceden al mercado laboral frente al de trabajadores que acceden a la jubilación, más menos inmigración neta). De ahí la frase de Comte: “La demografía es el destino”. El segundo factor, sobre todo, de la inversión en capital productivo y de los progresos tecnológicos. Si las horas trabajadas aumentan eso quiere decir que también suele hacerlo la población activa, y, por lo tanto, las mejoras de producción achacables a este factor podemos denominarlas “de cantidad”. La producción habrá aumentado, pero no tiene por qué hacerlo la producción per cápita, que a la postre es la que marca los estándares de vida. Esta última depende sobre todo de la productividad. Un crecimiento económico por mejoras de productividad podría denominarse “de calidad”.

Si nos centramos en analizar la “calidad” del crecimiento reseñado, en Estados Unidos un 70% proviene de la productividad por hora trabajada. Si analizamos el europeo, tan sólo un 14% proviene de productividad, el 86% restante de horas trabajadas, cantidades en general muy achacables a flujos migratorios positivos dado el hecho de que Europa pierde población activa nativa desde hace una década. La renta per cápita de los norteamericanos ha crecido significativamente más que la de los europeos.

Hemos escrito en el pasado sobre cómo la economía de Estados Unidos presenta una mejor dinámica de natalidad que la zona euro, y, sobre todo, cómo han sido capaces de desarrollar un ecosistema de inversión y de progresión tecnológica que no ha sido emulado en Europa, como señalaba el presidente francés. El informe Draghi ha señalado importantes carencias en el modelo de progresión tecnológica europeo, entre otras la menor capacidad de financiar el I+D, en parte achacable a una menor eficacia a la hora de movilizar el ahorro europeo hacia la industria del venture capital. Además, resalta cómo la confluencia de investigación militar, universitaria e industrial es clave para producir innovación, modelo que Estados Unidos ha desarrollado con gran éxito desde la Segunda Guerra Mundial. En Europa no sólo invertimos y financiamos menos la investigación y el desarrollo, sino que la atomización de esta actividad y la compartimentalización entre fuerzas armadas, universidades e industria lo aboca a resultados muy exiguos. La consecuencia es una emigración del talento innovador desde Europa a Estados Unidos, lo que acentúa la disparidad del crecimiento.

Déficit fiscal y deuda pública

Como contrapeso, señalaré dos factores más de carácter cíclico que, en mi opinión, justifican el mayor crecimiento reciente de Estados Unidos frente a Europa, y que deberían revertirse en los próximos trimestres. El primero es la política fiscal, mucho más agresiva en América que en Europa, lo que explica una parte del mayor crecimiento relativo. El déficit fiscal norteamericano (6,3% del PIB) casi duplica al europeo (3,6%) y, si no se toman medidas, su deuda pública podría ascender en pocos años al 132% del PIB frente al 89% de la zona euro, según datos del FMI. Posiblemente, gane quien gane las elecciones tendrá que incumplir promesas electorales y reducir el déficit, no aumentarlo, para estabilizar este boquete fiscal. La consecuencia será un menor crecimiento relativo de Estados Unidos.

Por otro lado, los consumidores norteamericanos han reducido su tasa de ahorro a niveles inferiores a los históricos, al contrario que los europeos, que han afrontado una crisis energética sin precedentes y mayor nivel de inflación relativo en forma de un ahorro muy superior al histórico. La normalización de ambas tasas de ahorro generará más crecimiento marginal del consumo europeo que del norteamericano. Con todo, la coyuntura no debe ofuscar la estructura: la economía norteamericana está asentada sobre bases de crecimiento estructural mucho más sólidas que la de la zona euro. Como afirmó el gran economista Hyman Minksy, “los innovadores siempre irán por delante de los reguladores”.


El chantaje presupuestario de Sánchez se basa en una falsedad. José María Rotellar. Profesor de Economía. Director del Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria.

La catástrofe producida en Valencia por el agresivo temporal que desbordó ríos y barrancos es terrible. Las imágenes son sobrecogedoras y la relación de los fallecidos, horrorosa. Sin duda, la pérdida de tantas vidas es angustioso y doloroso, a lo que se une la devastación de infraestructuras, viviendas y propiedades.

Por tanto, además de la catástrofe humana en forma de vidas perdidas, que es, insisto, lo peor de todo, porque es lo único que no es recuperable, más allá del consuelo de la Fe que nos queda a los creyentes, hay otra derivada de dicha catástrofe, que es la económica, que no deja de ser una catástrofe humana pues muchísimas personas han visto cómo perdían todo, desde sus casas a sus negocios, pasando por cualquier bien que pudiesen tener.

Ante esto, el Gobierno ha desperdiciado muchos días, demasiados, para movilizar al Ejército, para dotar las ayudas necesarias para restablecer cuanto antes la normalidad y paliar los gravísimos efectos, también económicos, que han provocado las inundaciones, y sigue haciéndolo.

Sánchez aprobó en el Consejo de Ministros ordinario, porque se negó a celebrar uno extraordinario, la declaración de zona catastrófica de los lugares afectados y, en principio, 10.600 millones de euros para ello, aunque no decreta el Estado de alarma que permitiese ser más eficientes en el empleo de los recursos bajo un mando único que otorgase más coordinación.

Sánchez llega tarde, llega mal, y llega con un chantaje basado en falsedades. Llega tarde, porque ha tenido que pasar casi una semana para que apruebe la declaración de zona catastrófica. Llega mal, porque no moviliza eficientemente todos los recursos humanos y materiales para acelerar la reconstrucción y el restablecimiento de la normalidad, dejando abandonados a los ciudadanos a su suerte, como si de un país subdesarrollado se tratase –y España no lo es, pero con Sánchez lo parece–. Y llega bajo forma de chantaje basado en falsedades, porque para poder otorgar más ayudas para reconstruir dichas zonas y devolver la normalidad, en todo lo que pueda volver a ser normal tras la desgracia sufrida, a la vida de las personas afectadas, no es necesario que haya unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) aprobados, pero Sánchez liga nuevas ayudas a tener aprobados los PGE, en un chantaje intolerable, repulsivo, basado en algo falso, como digo. 

Créditos extraordinarios

De hecho, tal es así que las ayudas aprobadas lo han sido mediante real decreto-ley (RDL), sin necesidad de que soportasen dicho gasto los PGE. Son créditos extraordinarios claramente, pues reúnen todos los requisitos para ello. No hay más que ver el artículo 55 de la Ley 47/2003, de 26 de noviembre, General Presupuestaria (https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2003-21614). En ella, se recoge claramente el procedimiento a seguir en casos como el actual, pudiendo articular todo mediante un RDL. De hecho, si este martes han podido movilizar 10.600 millones de euros mediante RDL, demuestra que pueden hacerlo también en el futuro.

Es decir, juega con una desgracia humana producida por una catástrofe natural para tratar de sacar rédito político, tal y como lleva haciendo desde el inicio de la tragedia, con su hiriente y vomitiva afirmación expresada de “si necesitan ayuda, que la pidan”, no movilizándola de oficio, mientras la zona afectada permanecía incomunicada para llevar alimentos, medicamentos, con riesgo de salubridad pública, con cadáveres sin localizar, con personas aisladas, con todo intransitable. 

Una actitud repetida en la visita en la que acompañó a los Reyes para tratar de escudarse tras la Corona, pero que al ver el enfado de los ciudadanos huyó, dejando solos a Don Felipe y Doña Letizia, en un acto no sólo de cobardía, sino de dejación de funciones. Ahora, con este chantaje, vuelve a repetirlo. Sánchez ha demostrado que carece de sentimientos, de valores, de moral. Con cada actuación suya, nos parece que no puede cometer otra peor, más carente de moralidad, de compasión, de ortodoxia, pero cuando vuelve a tener oportunidad, vuelve a hacerlo. Para él, no somos ciudadanos, sino más bien súbditos sin derechos, con los que puede mercadear para tratar de ganar votos. 

No se puede ceder ante este chantaje. La oposición ha de mantenerse firme y votar en contra de los PGE, al tiempo que ha de apoyar el RDL que debe ir en su lugar para procurar más ayudas. Para empezar, se pueden movilizar los recursos mediante la articulación, como digo, de créditos extraordinarios vía RDL. Para continuar, la urgencia no es sólo para los 10.600 millones de euros, sino para todo el importe necesario para reconstruir la zona afectada, para devolver, en todo lo que se pueda, la normalidad a la vida de aquellos compatriotas. Para terminar, la urgencia prima, y no se puede esperar a unos PGE para ello, pues volvería a perderse un tiempo precioso.

Por último, la UE ha anunciado que dará más margen a España, y la Ley de Estabilidad Presupuestaria (https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2012-5730), en su artículo 11.3 deja claro que podrá incurrirse en déficit estructural en el caso de que ocurran catástrofes naturales, acompañados de un plan de reequilibrio. 

En cualquier caso, con todo el gasto, déficit y deuda generados por Sánchez en el sexenio de su mandato, con ingente gasto improductivo, injustificado e innecesario, gasto que habría que eliminar, no puede escudarse ahora y ponerse exquisito en que con esto, precisamente con esto, tiene que tener cuidado para cumplir con los objetivos de estabilidad, que, además, la legislación nacional y la propia UE le dan un margen adicional. El problema no es este gasto, urgente y necesario, sino todo su despilfarro anterior. Con este chantaje, Sánchez parece llegar al cenit de la ignominia, que resulta ya repulsivo.


Buen fin de semana!!

Comentario de mercado jueves 31 de Octubre del 2024.

Esta semana se ha vuelto a poner de moda el “Trump trade”, el mercado empieza a poner en precio la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, que implicaría una reducción en los impuestos, mayores déficits fiscales, menor regulación y una mayor inflación debido a los nuevos aranceles. Dicha visión se traslada en forma de unos tipos de interés más altos, lo que está impulsando la prima de plazo en Estados Unidos hasta los niveles más altos desde 2022, para la referencia del bono 10 años frente al 2 años, y el tipo a 10 años estadounidense se eleva hasta los niveles más altos desde el inicio de julio. Asimismo, la bajada de impuestos está suponiendo un empuje para las bolsas, con el S&P 500 de nuevo cerca de máximos de todos los tiempos. Algunos sectores, como el de la energía verde, se han visto doblemente penalizados, con caídas del 10% desde el mes de septiembre. Por un lado, la subida de tipos a largo plazo afecta a sus negocios, especialmente apalancados. Por otro lado, la llegada de Trump supondría un recorte en el apoyo gubernamental a la transición energética. 

Rentabilidad del Bono a 10 años americano últimos 12 meses.

Las últimas encuestas a gestores de Fondos de Inversión muestran que los inversores profesionales mantienen niveles bajos de liquidez, lo que es también una señal optimista. Sin embargo, los datos que conocimos la semana pasada de sentimiento inversor mostraron el nivel más bajo de los últimos seis meses y parece que las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos mantienen a los inversores bastante cautos.  

Respecto a las elecciones en Estados Unidos el único problema sería un “no resultado”, es decir, esperar algunos días a tener el desenlace o que haya que volver a contabilizar el voto en algunos estados. Por un “no resultado” entendemos una situación en que no conozcamos quién gobernará durante semanas o meses, como sucedió con Al Gore y George W. Bush en 2000, cualquier cosa que pueda acercar a Estados Unidos a una crisis constitucional como sucedió entonces sería malo para los mercados

Tras 2.800 millones de dólares gastados en campaña, dos intentos de asesinato, la retirada de un presidente de su candidatura a la reelección, dos debates de gran repercusión y apoyos que van desde Taylor Swift a Hulk Hogan, los estadounidenses siguen divididos a partes iguales sobre quién debe ser su próximo líder. A falta de menos de una semana para el final de la carrera por la Casa Blanca más tumultuosa de la historia política moderna, Kamala Harris y Donald Trump parecen estar empatados, lo que evidencia una fractura fundamental en la política estadounidense o un colosal error de los encuestadores que sólo se conocerá una vez finalizada la votación el 5 de noviembre.

A nivel nacional, Harris aventaja a Trump por apenas un punto porcentual, según el seguimiento de las encuestas realizado por Financial Times. Pero los sondeos nacionales no son en absoluto decisivos en las elecciones presidenciales, ya que el ganador se decide en el Colegio Electoral. En 2016, Hillary Clinton obtuvo muchos más votos a nivel nacional que Trump, pero él consiguió más en los cruciales estados indecisos y, por tanto, la Casa Blanca.

La carrera está reñida en estos campos de batalla cruciales. Trump, gracias a las ganancias marginales obtenidas en los últimos sondeos, mantiene una ligera ventaja en seis de los siete estados, pero cuatro de las ventajas están en una horquilla de medio punto porcentual, dentro del margen de error.

El mayor premio es Pensilvania, el más poblado de los estados indecisos, con el mayor número de votos del Colegio Electoral en juego. En los últimos meses, ambos partidos han registrado y motivado a los votantes y han gastado un total de 388 millones de dólares en publicidad. Pero también está en el filo de la navaja y, según los modelos de predicción, el candidato que gane Pensilvania tendrá un 90% de posibilidades de ganar la presidencia.

Tres destacadas pronosticadores, FiveThirtyEight, The Economist y Silver Bulletin, dan a Trump como favorito con un 53% del apoyo. Los nuevos y populares mercados de predicción favorecen a Trump, con cerca del 60%, pero estos mercados se han visto influidos por un pequeño número de operadores de gran envergadura, según los datos analizados por FT.

En 2016 y 2020, Trump iba por detrás de sus oponentes Clinton y Joe Biden, respectivamente, por amplios márgenes antes del día de las elecciones, pero superó las encuestas nacionales en ambos casos. Este año, va por detrás por un margen mucho menor. La campaña de Harris sigue siendo optimista y cree que puede conseguir una victoria si no subestima el atractivo de Trump y hace campaña en todos los estados cruciales. Clinton apenas hizo campaña en Wisconsin, por ejemplo, y perdió el estado por muy poco. Harris también espera que las empresas demoscópicas que subestimaron el apoyo republicano ahora lo sobreestimen, como ocurrió en las elecciones de mitad de mandato de 2022, cuando los demócratas superaron a las encuestas. Esto se interpretó como una reacción a la decisión del Tribunal Supremo de anular el derecho al aborto y a la preocupación sobre los candidatos republicanos extremistas favorables a Trump. Es un tema sobre el que Harris persevera también esta vez. La vicepresidenta ha adoptado un enfoque diferente al de Clinton y Biden, con un claro llamamiento al centro político. No ha hecho hincapié en su potencial para hacer historia convirtiéndose en la primera mujer presidenta y comandante en jefe, como hizo Clinton. No propone nuevos programas de gasto público de gran envergadura de la escala que propuso Biden. También ha adoptado una postura más dura en materia de inmigración, tratando de neutralizar una de las líneas de ataque de Trump.

El tema más destacado de la campaña ha sido la economía, especialmente la inflación y el alto coste de la vida, que han sido citados constantemente por los votantes en la encuesta de FT-Michigan Ross durante el último año. En la última encuesta, realizada a mediados de octubre, Trump recuperó una ventaja marginal sobre Harris en la pregunta de en qué candidato confiaban más los votantes para gestionar la economía, con un 44% para el republicano y un 43% para la vicepresidenta demócrata.

Más de 40 millones de estadounidenses, probablemente una cuarta parte del voto total, ya han depositado su papeleta por correo y mediante los sistemas de voto anticipado. Esta cifra es muy inferior a la de las elecciones de 2020, pero va camino de superar la de 2016. En los estados que facilitan datos, el 40% de los votos anticipados han sido emitidos por demócratas registrados y el 36% por republicanos registrados, pero los expertos electorales advierten de que estos desgloses anticipados no son predictivos del resultado final.

Esta carrera será la campaña presidencial más cara de la historia, con un total de 3.800 millones de dólares recaudados hasta mediados de octubre, según un análisis de FT de los registros financieros. Los demócratas, incluidos los grupos proBiden y Harris, han recaudado más, 2.200 millones de dólares frente a los 1.800 millones de los grupos proTrump desde principios del año pasado. Los demócratas también se han beneficiado de una oleada récord de pequeños donantes, especialmente después de que Harris sustituyera a Biden en la candidatura en verano. Los multimillonarios han aportado más de un tercio del dinero donado a los grupos de Trump: sólo cuatro personas han donado 432 millones de dólares. Harris también ha gastado más en publicidad y en todos los estados indecisos. Estos anuncios seguirán cubriendo los estados más disputados en los días que quedan, mientras los candidatos presentan sus argumentos finales. A mediados de octubre, Harris contaba con 261 millones de dólares en efectivo y los grupos de Trump con 241 millones. Ambos siguen recaudando fondos, lo que les deja mucha potencia de fuego para gastar en los últimos siete días.

La tasa de ahorro en la eurozona ha alcanzado casi el 16%, su nivel más alto exceptuando la pandemia, mientras que los consumidores estadounidenses solo ahorran el 4,8% de su renta disponible, muy por debajo de la media histórica que es del 8,4%. El nivel de riqueza, creciente en Estados Unidos, y la pérdida de poder adquisitivo de los europeos explican en parte esta divergencia en los patrones de consumo.

Con poco más de una semana hasta las elecciones estadounidenses del 5 de noviembre, las encuestas favorecen cada vez más al candidato Trump. Harris no ha podido consolidar su antigua ventaja y los votantes indecisos tienden a irse con Trump. El dólar estadounidense se ha apreciado en octubre, a la vez que aumentaba la percepción de una probable victoria de Trump. Muchos analistas creen que han sido factores fundamentales los que justifican esta revalorización, datos económicos sorprendentemente buenos alejan los recortes de tipos de la Fed y hacen aumentar la rentabilidad de la deuda gubernamental estadounidenses, siendo la política un factor más coincidente.

Las preocupaciones sobre una inminente escalada militar en Oriente Medio se van apaciguando con lo que los precios del petróleo cayeron más de un 5% después de que la esperada represalia de Israel contra Irán resultara menos dura de lo que se temía. A medida que la geopolítica retrocede, la dinámica de oferta y demanda vuelve a cobrar protagonismo. La demanda de petróleo se está estancando en el mundo occidental, así como en China, mientras que la oferta aumenta gradualmente procedente de América Latina. Las naciones petroleras irán recuperando parte de su amplia capacidad disponible debido a su aversión a ceder cuota de mercado, pero este proceso de normalización podría no ser gradual. Se espera que el suministro de petróleo aumente el próximo año con riesgos políticos a la baja. Esta perspectiva se refleja en el estado de ánimo bajista del mercado. Aunque hoy continúa el repunte del precio del petróleo mientras el mercado vuelve a centrar su atención en Oriente Medio. Ante los rumores de que la OPEP no incrementaría su producción en el corto plazo, la referencia Brent mantiene su avance por segunda sesión consecutiva al negociarse por encima de 73 dólares por barril.

En Japón el PDL del Primer Ministro Ishiba, que ha estado en el poder casi ininterrumpidamente desde 1955, no logró obtener una mayoría absoluta en las elecciones anticipadas a la cámara baja que se convocaron poco después de que asumiera el cargo. Si bien es poco probable que el resultado de las elecciones provoque cambios significativos en la política fiscal y monetaria, el poder menguante de la coalición puede ejercer presión para aumentar el gasto fiscal, como proponen algunos partidos de la oposición. Estos incluyen transferencias de efectivo para los hogares de bajos ingresos, que Ishiba ya ha anunciado, y la ampliación de los subsidios para la electricidad y el gas. También podría considerarse una reducción del impuesto al consumo hasta que el crecimiento de los salarios reales sea más estable. En cuanto a la política monetaria, la postura del Banco de Japón de aumentar gradualmente los tipos de interés a medida que sube la inflación se mantendrá sin cambios.

En China esta semana vimos la mayor caída en el dato mensual de beneficios industriales (-27%) desde principios de 2020, lo que refleja que es necesario un mayor estímulo para reactivar la economía. (https://english.www.gov.cn/archive/statistics/202410/27/content_WS671dadccc6d0868f4e8ec5a3.html).

China Industrial Profits YoY

En cuanto a la temporada de resultados del Tercer trimestre del año ayer fue un día intenso. Destacó Reddit, que subió un +41,9%, tras presentar sus objetivos de crecimiento, y Alphabet, +2,8% al cierre, aunque en la sesión llegó a subir un +6%, que había presentado las cuentas en la sesión precedente al cierre de mercado. En el extremo contrario, hubo caídas para Visa (-2,9%), la farmacéutica Eli Lilly (-6,2%) y sobre todo Advanced Micro Devices (-10,6%), esta última tras ofrecer una estimación de ventas por debajo de los esperado por el mercado

Atención además en la sesión de hoy, a la acogida de las cifras de Microsoft y Meta, ambas publicadas ayer tras el cierre de mercado. La primera presentó cifras por encima de lo previsto, aunque los títulos caen un 4% en after hours. Similar comportamiento para Meta que cae un 3,1%, pese a presentar un crecimiento de ingresos del +19%.

Importante esta semana:

Según el último sondeo de Ipsos para Reuters, la ventaja de Harris sobre Trump se reduce al 44% a 43% del republicano.

Trump dijo este martes que, si gana las elecciones, Europa «pagará un alto precio» por no comprar suficientes exportaciones estadounidenses. Además, promete aprobar una ley de comercio recíproco. Por su parte, Harris dijo que el mayor desafío para la próxima administración será reducir los gastos. En este sentido, Musk reconoce que su plan de recortar 2 billones de dólares en el gasto de Estados Unidos podría traer turbulencias económicas.

Ayer se publicaron datos de crecimiento en Estados Unidos y en Europa, Estados Unidos mostró con su PIB del tercer trimestre del año que sigue creciendo a un ritmo sólido, +2,8%, en línea con el +2,9% esperado y +3% del mes anterior, apoyado por un consumo privado muy fuerte +3,7% frente al +3,3% esperado y +2,8% anterior, mientras que el ADP de empleo privado superó ampliamente las previsiones (223.000 frente a los 108.000 esperados).

El PIB del tercer trimestre de la Eurozona batió estimaciones, +0,4% frente al +0,2% esperado y del mes anterior, aunque con extraordinarios (JJ.OO. en Francia), Alemania evitando la recesión técnica (+0,2% frente al -0,1% esperado), pero a costa de revisar a la baja el dato del 2T24 (de -0,1% a -0,3%) y España destacando en positivo (mantiene ritmo de crecimiento del 2T24 +0,8% frente al crecimiento del +0,6% que se esperaba, apoyado por turismo y fondos NGEU).

Los datos conocidos ayer en la Eurozona, de forma conjunta, crecimiento no tan débil como el esperado en 3T24 y cierto repunte de la inflación en octubre, moderan las expectativas de recortes de tipos del BCE para el 12 de diciembre, la probabilidad que da el mercado a un recorte de 50 puntos básicos cae del 40% al 30%, y se mantienen un recorte de 100 puntos para el 2025, lo que se tradujo en un fuerte repunte de las rentabilidades de los bonos soberanos, el bono a 2 años alemán subió 12 puntos básicos hasta el 2,26%. Mientras tanto, en Estados Unidos la solidez del ciclo también podría suavizar las expectativas de rebajas de la Fed.

La Unión Europea ha impuesto aranceles a los vehículos eléctricos chinos, los cuales llegan hasta el 45%. Por su parte, el Ministro de Comercio de China dice que aún espera encontrar una solución aceptable.

La inflación sorprendía al alza en España y Alemania ayer. A la espera de conocer las cifras definitivas y el desglose por componentes, la lectura preliminar de precios correspondiente al mes de octubre traía consigo sorpresas que podrían poner un freno a los recortes de tipos llevado a cabo por el BCE. En concreto, en España los precios subieron un +1,8% interanual, una décima por encima de lo esperado y tres por encima del dato de septiembre. En términos intertrimestrales, el IPC se situó en el +0,6% frente al +0,7% previsto y a la caída del -0,6% previa. Por su parte, en Alemania el indicador de precios se situó en el +2% para el caso interanual frente al +1,8% estimado y el +1,6% correspondiente a septiembre.

Comenzamos la semana hablando del petróleo, cuyo precio bajó de los 73 dólares por barril en el caso del Brent y de los 68 del West Texas. La razón de esta caída fue que Israel no atacó objetivos petrolíferos en su respuesta a los ataques de Irán. En cambio, el ataque se centró más en infraestructuras civiles, militares y nucleares, y es visto por los observadores como una ofensiva «moderada» y de alcance limitado. Aunque ha recuperado entre ayer y hoy parte de la caída.

El vicepresidente del BCE, Luis De Guindos, mostraba esta semana una postura prudente y advierte de los riesgos potenciales que tuerzan el buen camino de la inflación. De Guindos ha hecho referencia al progreso de moderación de la inflación, pero aún no “se puede cantar victoria”. Entre los riesgos, ha enumerado los conflictos geopolíticos que amenazan a los costes de la energía y los fletes, el clima extremo y el crecimiento persistente de los salarios. En lo relativo al PIB, el BCE espera que la inercia de un tímido crecimiento económico favorezcan al consumo, la inversión y las exportaciones. Sin embargo, De Guindos advertía que una menor confianza puede evitar que estos componentes se recuperen al ritmo esperado. 

Hoy en China ya se han publicado los PMIs del mes de octubre algo mejor de lo esperado aunque sigue mostrando una economía débil necesitada de estímulos, PMI compuesto 50,8 (50,4 anterior), manufacturero 50,1 por encima del 49,9 esperado por el mercado y del 49,8 del mes anterior) y no manufacturero 50,2 algo por debajo del 50,3 esperado y 50,0 anterior.

En Japón el gobierno de coalición liderado por Shigeru Ishiba se enfrenta a serios problemas para lograr mayorías parlamentarias, hecho este, que podría llevar al Banco de Japón a adoptar una postura algo menos «hawkish» en sus próximos movimientos, de hecho hoy el BOJ mantuvo tipos de interés en 0,25% (0,25% esperado y anterior). El yen alcanzaba esta semana su nivel más bajo en tres meses (153yenes por dólar), un yen más débil facilita las exportaciones en un país que depende en gran medida de estas.


Recta final para los mercados antes de las elecciones en EEUU. Nicolas Bickel. Responsable de inversión en Edmond de Rothschild Banca Privada.

A pesar de una rentabilidad mensual histórica negativa del -2,3% de media en los últimos diez años para el S&P500, los mercados de renta variable superaron septiembre sin demasiados daños. La renta variable estadounidense siguió superando a sus homólogas europeas, y el índice insignia registró un rendimiento del +2,02%, frente al -0,41% del Eurostoxx 600. Los diez valores de mayor capitalización estadounidenses han aportado algo menos de la mitad de la rentabilidad del índice desde principios de año, frente a dos tercios en 2023.

Los mercados de renta fija siguieron su ejemplo, con rendimientos de entre el 1% y el 2% para las distintas clases de activos a lo largo del mes, que se vieron fuertemente respaldados por los primeros recortes de los tipos de interés estadounidenses y las (¿demasiado?) fuertes expectativas de nuevos recortes.

La mayoría de las señales parecen indicar un repunte a finales de año. Una sucesión de publicaciones económicas en Estados Unidos refuerza el escenario de aterrizaje suave favorable a la renta variable. Asimismo, la creación de empleo en el sector privado estadounidense ha superado las expectativas y las nóminas no agrícolas se revisaron al alza en agosto. En septiembre, la economía estadounidense creó casi 147.000 empleos más de lo previsto, con 254.000 nuevos puestos de trabajo. Por su parte, la tasa de desempleo bajó al 4,1%, volviendo a los niveles del pasado mes de junio, y la actividad de los servicios estadounidenses (ISM) repuntó con fuerza en septiembre, hasta 54,9 desde el 51,7 estimado. Esto calmó los temores de principios de agosto de que el mercado laboral estadounidense se estuviera ralentizando demasiado deprisa. Por otra parte, la actividad manufacturera sigue siendo débil, debido principalmente a la deflación de los precios de las exportaciones chinas.

El fantasma de la recesión se aleja con esta serie de buenas publicaciones económicas. Es probable que la Fed revise el ritmo de sus recortes de tipos, y le resultará difícil justificar un nuevo recorte de 75 pb de aquí a finales de año, como esperaban los mercados. Un nuevo recorte del 0,5% en noviembre, el día después de las elecciones presidenciales en EEUU, parece ahora muy improbable.

Por último, el último trimestre es históricamente muy bueno para los mercados de renta variable, con una rentabilidad media del S&P500 del 4,9% desde 1990 e incluso del 6,1% desde 2010. Es más, si nos fijamos en los años desde 1950 en los que el índice registró una rentabilidad superior al 20% en los nueve primeros meses del año, la rentabilidad media del último trimestre es del +4,1%. Todas estas son estadísticas interesantes a principios de octubre.

Sin embargo, existe el riesgo de volatilidad en las próximas semanas. Aunque los mercados aún no han reaccionado con fuerza a la escalada de conflictos en Oriente Próximo, existe incertidumbre en torno a la magnitud de la respuesta de Israel a los recientes ataques con misiles balísticos de Irán contra Israel. El impacto en los mercados podría ser mucho mayor en caso de ataques dirigidos contra las instalaciones petrolíferas o nucleares de Irán, al menos a corto plazo.

Además, el importe de las recompras de acciones, cerca de su nivel más alto desde 2018, ha contribuido al fuerte apoyo de este repunte desde principios de año. Sin embargo, las expectativas para el último trimestre son más bajas, principalmente debido al impuesto del 4% propuesto sobre las recompras de acciones en el programa de Kamala Harris. Cualquier incertidumbre sobre este punto se resolverá al día siguiente del nombramiento del nuevo presidente. Octubre es también un mes en el que los gestores de fondos se preparan para el escaparate saliendo de sus posiciones más bajistas de cara al final del año.

En cuanto al resultado de las próximas elecciones estadounidenses, los programas de los candidatos están cada vez más claros, y podrían dar lugar a rendimientos variables en función de las exposiciones sectoriales de los inversores. Más allá de las expectativas sectoriales en función de la elección de uno u otro candidato y de los resultados en el Congreso, seguimos prefiriendo la renta variable estadounidense. Esto se debe a una economía dinámica y resistente, y también a la mayor capacidad de las empresas para lograr un crecimiento de los beneficios y una expansión de los márgenes. Estos factores siguen siendo válidos con independencia de quién sea elegido presidente, al igual que el mayor recurso al déficit público en EEUU que en Europa y los tipos de interés más bajos.

Una vez resueltas las incertidumbres vinculadas a las elecciones presidenciales, los mercados tendrán vía libre para preparar un rally de fin de año. Los amantes del riesgo no querrán perderse el último repunte del año y reorientarán sus inversiones monetarias hacia acciones y obligaciones de alta calidad. El oro también podría beneficiarse de las próximas bajadas de tipos y de las compras masivas de los bancos centrales de los países emergentes, que buscan reducir su dependencia del dólar, en un contexto de tensiones geopolíticas mundiales. El actual ciclo de relajación monetaria está haciendo definitivamente más atractivas las carteras diversificadas en términos de riesgo/rentabilidad, en detrimento del efectivo.


Buen fin de semana!!

Comentario de mercado viernes 25 de Octubre del 2024.

Los mercados siguen sin encontrar un punto de equilibrio a pesar de que la volatilidad, aunque todavía elevada, ha retrocedido, esta semana hemos conocido unos débiles datos adelantados de actividad en la eurozona que acentúan el debate sobre si el BCE debe ser más agresivo en el proceso de bajada de tipos, en contraste con el debate en Estados Unidos, donde los favorables datos macro sesgan la discusión justo en sentido inverso. Ayer la publicación de los datos de PMI adelantados mostrando una clara divergencia entre Europa y Estados Unidos. En la economía europea se consolida un escenario de estancamiento, con un dato de PMI de 49,7 frente al 49,6 anterior. Si bien el sector industrial europeo frena su caída, el sector servicios reduce su ritmo de expansión. De esta forma, se acentúa la pérdida de empleo y cae la intención de subir precios de las empresas ante la debilidad de la demanda. Por países, una ligera recuperación de la economía alemana, que sigue recesión, se ve frenada por el deterioro de la economía francesa, que profundiza en el ritmo de contracción. En Estados Unidos, en cambio, los PMIs volvieron a marcar un buen nivel de expansión, con el sector servicios como principal vector de crecimiento. Vino acompañado de la caída de las peticiones semanales de subsidios de desempleo, aunque el dato hay que seguir matizándolo por el efecto de los huracanes sufridos a primeros de mes.

El mercado de bonos empieza a poner en precio la llegada de Trump, ante la recuperación en las encuestas y el súbito aumento en las probabilidades implícitas en las casas de apuestas (59% Trump frente al 46% de Harris), Polymarket ya da una probabilidad del 64% a que gane Trump. La llegada del candidato republicano traería mayores déficits fiscales y nuevas presiones inflacionistas en forma de tarifas y restricciones comerciales. Por ello, las bajadas de tipos oficiales implícitas en los futuros siguen disminuyendo, entre 5 o 6 bajadas para 2025 frente a las 10 de finales de agosto, y la curva soberana gana pendiente ante unas expectativas de mayores presiones sobre los precios al consumidor, como muestra el aumento de 30 puntos básicos en la inflación implícita en los bonos desde el mes de septiembre, situándose en niveles del 2,3%.

Rentabilidad del Bono a 10 años americano-últimos 12 meses:

El tono más cauto de Lagarde durante su comparecencia de la semana pasada dejó en claro que, con una inflación viajando a ritmos del 1,7% en la zona euro, la principal preocupación de la entidad está virando ahora hacia el crecimiento. A pesar de que, a diferencia de la Fed, el BCE no tiene como objetivo alcanzar el pleno empleo y la estabilidad de precios de manera simultánea, los recientes malos datos económicos sirvieron para justificar una nueva bajada por parte de la autoridad. Asimismo, Christine Lagarde señaló que el escenario base sigue siendo el de un aterrizaje suave. Parece que con una inflación por debajo del +2% tanto para la zona euro como para las principales economías, el BCE tiene ahora más margen para actuar y evitar un deterioro abrupto de la actividad que deprima los precios más de lo deseado. En este sentido, Lagarde mantuvo su tónica habitual al apuntar que no garantiza nuevos recortes y que la decisión de diciembre dependerá de los datos entrantes.

En Asia, las buenas noticias provenían desde China tras unas cifras de crecimiento, ventas minoristas y producción industrial por encima de las expectativas. El gigante asiático presentó una de las mayores sorpresas de la semana al crecer un +4,6% interanual en el 3T, una décima por encima de lo esperado. En el acumulado del año, la segunda mayor economía escala a ritmos del +4,8% interanual, por lo que, por el momento, resulta difícil alcanzar el +5% perseguido por las autoridades. Consideramos que se necesitan de mayores estímulos que apunten a mejorar la confianza del consumidor chino, permitiéndole retomar su nivel de crecimiento observado antes de la pandemia.

Crecimiento interanual del PIB de China desde 1999.

Las elecciones en Estados Unidos llevan el oro a otro récord histórico. El precio del oro batió esta semana un nuevo récord histórico, algo que el mercado atribuye a las rebajas de tipos de interés y a la tensión geopolítica global. La onza tocó los 2.739 dólares (actualmente cotiza a 2720$), con lo que acumula una revalorización del 32% en lo que va de 2024. En este rally, para sorpresa de algunos analistas, el oro también sube durante las jornadas en que otros activos como la Bolsa o los bonos descuentan inferiores expectativas de descensos en las tasas de la Reserva Federal o un descenso de la tensión en Oriente Próximo.

Según los analistas de Bank of America, de hecho, está rota la tradicional relación inversa entre el precio del oro y los costes de financiación del Tesoro estadounidense. Cuando la rentabilidad del bono baja, es verdad que las onzas avanzan como es habitual, al ganar atractivo frente a la renta fija, pero también cuando los tipos se mantienen o suben, el precio del oro aguanta su valoración. Desde que la Fed bajara tipos en 50 puntos básicos el pasado 18 de septiembre, la rentabilidad del bono de Estados Unidos ha repuntado del 3,79% al 4,17%, sin afectar la escalada del oro. El motivo de este giro en esa relación histórica es, según BofA, el temor a que una gran subida del déficit público en Estados Unidos dispare la volatilidad y coste de sus bonos, dejando el oro como “el último refugio seguro para los inversores, lo que incentiva su compra por traders y bancos centrales”. Bank of America estima que un Gobierno de Kamala Harris elevará en 3,5 billones de dólares la deuda pública de su país, mientras que Donald Trump lo haría en 7,5 billones. Precisamente, otros analistas apuntan a que, en los últimos días, el incremento de probabilidades de victoria de Trump justifica el ascenso del oro. BofA, que prevé un oro a 3.000 dólares por onza, concluye que “los mayores tipos reales de interés no meten presión al oro. Esto refleja la preocupación por que la política fiscal en Estados Unidos y en otros países no sea sostenible”.

Israel discute un ataque contra Irán después de las filtraciones de documentos del Pentágono y el fracaso del intento de asesinato de Hezbolá contra Netanyahu.

Los flujos en Bolsa china siguen recuperando y ya han igualado a los flujos que llevaba en el año la Renta Variable India que era la bolsa que mayores flujos llevaba en el 2024 en Asia. Esta semana en su informe de estrategia semanal Kepler seguía positivo en Bolsa china, diciendo que a pesar del rebote que lleva en las últimas semanas, impulsada por los anuncios de estímulos, sigue cotizando a valoraciones muy razonables.

Esta semana un informe de Kepler analizaba las compañías europeas con mayor exposición a China medida por si correlación con el MSCI China, un análisis que me ha parecido muy interesante. Los analistas de Kepler cogen los días de fuerte caída en MSCI China y sacan los valores  europeos que más se ven afectados.

Otros de los catalizadores positivos de la bolsa china es la fuerte actividad que están teniendo las compañías en recompra de acciones, con máximos de recompras de acciones en el país (https://www.ft.com/content/a7ea387b-05f0-4fb8-95cf-bc6722bb7fda). En lo que llevamos de año ha habido recompra de acciones de compañías cotizadas chinas por valor de 33 billones de dólares (235 billones de reminbis), más del doble que el año pasado, síntoma de lo baratas que ven las propias compañías la cotización de su acción, es una manera de retribuir al accionista que en Europa no se estila mucho pero sí en Estados Unidos. Más de 20 compañías chinas, incluida el grupo petrolífero participado por el gobierno Sinopec, han anunciado programas de recompras de acciones después de los últimos estímulos publicados por las autoridades chinas.

En su informe de estrategia Julius Bäer asigna una probabilidad del 45 % a que los Republicanos arrasen en las elecciones americanas y Trump gane en las dos Cámaras (Congreso y Senado), además los analistas de Julius Bäer esperan cierta volatilidad preelectoral. El mensaje “mayor crecimiento, mayor inflación, mayor rentabilidad de la deuda” también va calando, si los republicanos tienen el control total, se espera que arrojen más leña al fuego de la economía. En el caso de que Trump gane, habrá que ver lo que sucede al día siguiente, según Julius Bäer si se anunciaran nuevas medidas de estímulo, no les sorprendería que la preocupación sobre la sostenibilidad de la deuda produjera un cambio repentino en el comportamiento del dólar y se debilitase frente al resto de divisas.

La temporada de resultados empresariales del tercer trimestre del año está mostrando una brecha significativa entre Estados Unidos y Europa. Parte puede achacarse a las elecciones americanas ya que los responsables políticos suelen ser bastante hábiles a la hora de impulsar la economía en periodos preelectorales y tener a los electores contentos cuando van a votar. Pero la mejor evolución de Estados Unidos comenzó mucho antes del periodo electoral, se trata de algo estructural. Como digo, en Estados Unidos la temporada de resultados ha arrancado de forma brillante habiendo presentado ya resultados el 14% de las empresas del S&P 500. Un 79% de estas empresas han superado las previsiones, lo que es un dato superior a la media de los últimos diez años (74%). Las empresas del sector financiero y tecnología de la información lideran las sorpresas al alza, mientras que las empresas de materias primas son las que menos están batiendo expectativas. En conjunto, los beneficios del S&P 500 están siendo un 6,1% mejor de lo esperado, ligeramente inferior al promedio de los últimos diez años (6,8%).

En Europa, la situación es muy diferente ya que sólo un 40% de las empresas ha superado las previsiones de beneficios. La debilidad actual de China ha sido el argumento más citado como causa de los malos resultados.

Las próximas dos semanas van a ser cruciales, ya que cerca del 60% de las empresas del S&P 500 presentarán resultados. Entre ellas, seis de las “siete magníficas” lo que nos dará una idea del estado del ciclo de inversión en inteligencia artificial. Los inversores prestarán mucha atención a ver si el sector tecnológico puede mantener su dominio y ofrecer otra razón más para seguir siendo optimistas respecto a las acciones estadounidenses.

Importante esta semana:

El miércoles se publicó el Libro Beige de la Fed que recogía que 9 de los 12 distritos en los que hay sedes de la Fed han registrado una actividad económica llana o una modesta bajada desde septiembre. Esto contrasta con las recientes publicaciones nacionales sobre el crecimiento del empleo, los precios al consumidor y las ventas minoristas de septiembre. Asimismo, el Libro Beige presenta un empleo con un leve crecimiento y despidos limitados. En cuanto a la inflación, continúa moderándose, aunque con aumentos en los costes de los seguros y la salud. 

También el miércoles en Estados Unidos se publicaron las ventas de viviendas de segunda mano retrocedían a mínimos de 14 años en septiembre. Con una caída del -1% mensual, las cifras del sector inmobiliario estadounidense decepcionaban al mercado que estimaba un avance del +0,5%. En términos anualizados, las unidades vendidas se situaron en 3,84 millones, ligeramente por debajo de los 3,88 millones previstos. Este mal momento que atraviesa el sector viene explicado, entre otras cosas, por el hecho de que los compradores optan por esperar a que los tipos hipotecarios retrocedan de la mano de los recortes llevados a cabo por la Reserva Federal y ante la incertidumbre electoral. No obstante, teniendo en cuenta que casi el 90% de las hipotecas en Estados Unidos son a tipo fijo, no parece ser un motivo de alarma en el corto plazo

Este martes el Fondo Monetario Internacional publicó su última edición de su informe Perspectivas Económicas Mundiales (WEO), que mantiene sus previsiones de crecimiento del PIB global 2024 en 3,2% y revisó a la baja 2025, hasta +3,2%, rebajando una décima sus previsiones de julio, en un contexto de riesgos al alza (conflictos bélicos, proteccionismo comercial) que podrían a su vez dificultar las bajadas de tipos de los principales bancos centrales. Se amplía la brecha de crecimiento entre Europa y Estados Unidos, este año Europa crecería al 0,80% y el año que viene al 1,20% frente a los crecimientos estadounidenses del 2,80% en 2024 y del 2,2% en 2025.

Según el FMI la economía española crecerá este año un 2,9%, subiendo medio punto porcentual respecto a las cifras que manejaba al inicio del verano tras reconocer su “sorpresa” ante su buena evolución en el segundo trimestre del año gracias al turismo, a principios de año el FMI esperaba que el PIB español creciese un 1,5%. Estados Unidos avanzará a un ritmo del 2,8% este año (tras una mejora de dos décimas).

Las únicas dudas que tiene el organismo respecto a España es si será capaz de mantener el ritmo en 2025, cuando según sus estimaciones terminará el ejercicio apuntándose un 2,1%. Esta cifra no ha sido actualizada por el FMI (ni ahora ni en julio) y se mantiene estable, a la espera de que se disipen algunas de las nubes que planean en el horizonte. La tasa de paro, según el FMI, podría terminar este año en el 11,6%. Es prácticamente el doble que la media de los países de su entorno, que se sitúa en el 6%. Las asignaturas pendientes no han cambiado, debilidad de la inversión privada, temor a un repunte en los precios de la energía, incremento de los costes laborales y la baja productividad. Compensa la balanza el dinamismo en las exportaciones y especialmente en el turismo, que este año ha marcado un nuevo récord histórico. “Detectamos una disparidad clara en la eurozona: las economías que dependen de la producción están sufriendo más, mientras que las que dependen de los servicios, entre los que si incluye el turismo, como es el caso de España, crecen más”, según el informe del FMI.

En este último informe el FMI dibuja un entorno internacional de máxima incertidumbre, con revisiones a la baja en algunas de las grandes economías mundiales, como Alemania, que lastra la zona euro, o Japón.

En la eurozona, el organismo ha recortado en una décima su previsión, hasta una media del 0,8% para 2024. Aun así, es el doble que en 2023 y, si se cumplen los pronósticos, el PIB de los países del euro seguirá mejorando hasta el 1,2% el próximo año.

El FMI también ha dado un toque a China al rebajar dos décimas sus estimaciones de crecimiento, hasta el 4,8% para 2024, y mantener en el 4,5% la de 2025. Aun así, desde el organismo destacaron “que las reformas emprendidas van por el buen camino” para superar la crisis inmobiliaria que ha lastrado la economía del gigante asiático.

Según el FMI, Latinoamérica crecerá de media un 2,1% este año, tres décimas por encima de lo esperado. Brasil es el gran motor, con una revisión al alza de un punto porcentual, hasta el 3%. Por el contrario, México da muestras de debilidad, con una revisión a la baja de siete décimas, hasta el 1,5%, por la debilidad de la demanda interna.

En general, hay cautela generalizada en las previsiones para los mercados emergentes, que se mantienen sin cambios. Crecimiento medio del 4,2% para este año, la misma cifra que se espera en 2025, con India como el motor económico de la región, con un avance del 7% este año.

Los números mejoran para Rusia, que crecerá cuatro décimas por encima de lo previsto, hasta el 3,6%, tanto por un impacto más limitado del que se esperaba de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y Europa tras la invasión de Ucrania, como por su capacidad de estrechar lazos comerciales en Asia y otras regiones.

También Funcas subía esta semana su previsión del PIB español al 3%, pero alerta de un desfase fiscal de 8.000 millones. A comienzos de año, el grueso de los servicios de estudios de los principales organismos nacionales e internacionales veían una economía en desaceleración bajo el influjo del enfriamiento europeo, un mercado laboral resistiendo, pero avanzando al ralentí y una inflación que, si bien se había moderado, aún amenazaba con deparar nuevos sustos. Como resultado de ese cóctel, la inmensa mayoría de los economistas atisbaba entonces un crecimiento del PIB español inferior al 2%. El buen comportamiento de la economía en la primera mitad del año, con un aumento del PIB del 0,8% en el primer trimestre y del 0,9% en el segundo, junto a las revisiones estadísticas al alza efectuadas por el INE en los datos de la segunda parte de 2023, dieron el pistoletazo de salida a un carrusel de revisiones positivas en las perspectivas de la economía nacional. Un proceso de ajuste que ha ido en ascenso en las últimas semanas, hasta situar el PIB a las puertas del 3%, frontera que esta semana alcanzó Funcas. El think tank revisó al alza en 5 décimas su pronóstico de crecimiento, hasta situarlo en el 3% para este año, y en tres décimas el correspondiente a 2025, hasta auparlo al 2,1%. Las causas de la fuerte revisión al alza para 2024, que supera el 2,9% vaticinado recientemente por BBVA Research, el 2,8% del Banco de España o la OCDE, y el 2,7% del propio Gobierno, hay que buscarlas, sobre todo, en el tirón del sector turístico y en la fortaleza de las exportaciones de bienes y servicios, pese a la atonía de los mercados europeos, factores que, unidos al consumo público, “se mantendrán como los principales motores del crecimiento” en el conjunto de 2024, con tasas de aumento superiores al 3% (un 3,8% en el caso del gasto de las Administraciones Públicas y del 3,3% en el de las exportaciones). Mientras, el consumo de los hogares crecerá un 2,7%, aunque no tanto por el empleo, que en cualquier caso está teniendo “un buen comportamiento”, sino por la mejora de los salarios, que “han crecido algo más de lo que se había anticipado”, según Funcas. Pero Funcas prevé una debilidad de la inversión, primero porque inversión empresarial, esencial para espolear la actividad y la creación de empleo, “mantiene su senda de relativa debilidad”, con niveles inferiores todavía a los de 2019, un estancamiento que, según Funcas, “resulta inquietante” a largo plazo. Y segundo, porque a los dos grandes pulmones de la economía española, las exportaciones turísticas y el gasto público, no les queda demasiado fuelle, “Tienen poco recorrido”. Las primeras porque es difícil “que sigan creciendo a este ritmo”. Y el gasto público, porque no se puede mantener si se aspira a cumplir con las reglas fiscales de la UE, en un contexto en el que “el tirón del gasto en consumo (público) ha neutralizado el plus de recaudación procedente del vigoroso crecimiento de la economía”.

De hecho, Funcas estima que el déficit público se situará en el 3,1% este año y en el 3% en 2025. Esto es, duda de que el Gobierno logre rebajar al 2,5% el desfase entre ingresos y gastos el año que viene, como ha prometido a Bruselas en su plan fiscal estructural. Para lograrlo, el think tank avisa de que sería necesario un ajuste de unos 8.000 millones de euros por la vía del gasto y/o de los ingresos. En este sentido, Funcas cree que en materia de impuestos “hay margen” de maniobra, pero no tanto para subir los tributos sino para retocar un sistema “muy generoso” en bonificaciones y en “trato diferencial para distintos tipos de contribuyentes”.

Esta semana hemos tenido declaraciones de varios miembros del Banco Central Europeo siguieron mostrando el sesgo dovish que lleva prevaleciendo en las últimas jornadas. De hecho, Centeno volvió a sugerir que un recorte de 50 puntos básicos está sobre la mesa en diciembre, mientras que Villeroy, que suele tener un sesgo mucho más moderado en este apartado, también hizo hincapié en que se mantienen todas las opciones abiertas de cara a la próxima reunión. De esta forma, los futuros de tipos de interés incrementaron la probabilidad de ver un recorte de medio punto en diciembre, alcanzando el 40%. Ayer Lane, miembro del Consejo del BCE, confía en que la inflación de los servicios se moderará en los próximos meses. La desaceleración esperada en el crecimiento salarial de 2025 apunta a una moderación de la inflación de los servicios. Por otro lado, Nagel, el gobernador del Bundesbank advertía que la autoridad monetaria no debería apresurar a rebajar los tipos de interés. El miércoles, Lagarde avisaba que la se espera una subida de los precios por encima del 2%. Con esto, Nagel ha confirmado la seguridad de que se alcanzará el objetivo para mediados del próximo año. 

Como decía al comienzo del mail ayer se publicaron datos de PMI en Europa, el PMI Composite de la Zona Euro de octubre se saldó con una ligera subida hasta niveles de 49,7 (desde 49,6 del mes anterior), lo que supone un escenario compatible con un estancamiento de la economía, en el que existe una clara debilidad del sector manufacturero y una expansión moderada de la actividad en los servicios.

En Japón, el Gobernador del Banco Central de Japón, Ueda, señala que no habrá subida la próxima semana y cree que «tenemos tiempo suficiente» para examinar los datos, además hemos conocido que el IPC subyacente de Tokio cayó menos de lo esperado en octubre. Por otra parte, el Ministro de Finanzas de Japón habló de tipo de cambio con Yellen.


Por qué Occidente debe prestar más atención a la subida del oro. Mohamed El-Erian.

Algo extraño le ha ocurrido al precio del oro en el último año. Al establecer un récord tras otro, parece haberse desvinculado de sus factores influyentes históricos tradicionales, como los tipos de interés, la inflación y el dólar.

La característica “permanente” (all-weather) del oro indica algo que trasciende la economía, la política y los acontecimientos geopolíticos de mayor frecuencia. Capta una tendencia de comportamiento cada vez más persistente entre China, las “potencias medias” y otros. Y es una tendencia a la que Occidente debería prestar más atención.

En los últimos 12 meses, el precio de la onza de oro en los mercados internacionales ha pasado de 1.947 dólares a 2.715 dólares, con una subida de casi el 40%. Curiosamente, esta subida ha sido relativamente lineal, y cualquier retroceso ha atraído a más compradores. Se ha producido a pesar de las fuertes oscilaciones en las previsiones sobre los tipos de interés oficiales, una amplia banda de fluctuación de los rendimientos de referencia en EEUU, la caída de la inflación y la volatilidad de las divisas.

Se puede tener la tentación de restar importancia al rendimiento del oro como parte de un alza más general de los precios de los activos. Sin embargo, esta correlación es inusual. Otros lo atribuyen al riesgo procedente de los conflictos militares. Pero la evolución de los precios sugiere que puede haber muchos más factores en juego.

Las compras constantes de los bancos centrales han sido un motor importante de la fortaleza del oro. Estas compras no sólo parecen estar relacionadas con el deseo de muchos de diversificar gradualmente sus reservas, alejándolas del dominio significativo del dólar a pesar del “excepcionalismo económico” de EEUU. También hay interés en explorar posibles alternativas al sistema de pagos basado en el dólar que ha sido el núcleo de la arquitectura internacional durante unos 80 años.

Desconfianza

Si pregunta por qué está ocurriendo esto, normalmente obtendrá una respuesta que menciona una pérdida general de confianza en la gestión estadounidense del orden mundial y dos acontecimientos concretos. Se hablará del uso como arma de los aranceles comerciales y las sanciones a la inversión por parte de EEUU, así como de su menor interés por el sistema multilateral cooperativo y basado en normas. También de la capacidad de Rusia para seguir comerciando y haciendo crecer su economía a pesar de que algunos de sus bancos fueron expulsados en 2022 del sistema internacional de pagos SWIFT. Para ello, ha creado un torpe sistema alternativo de comercio y pagos en el que participa otro puñado de países. Aunque ineficiente y costoso, esto permitió a Rusia eludir el dólar y mantener un conjunto básico de relaciones económicas y financieras internacionales.

Luego está el aspecto relacionado con el conflicto de Oriente Próximo, en el que EEUU es visto por muchos como un defensor incoherente de los derechos humanos y la aplicación del derecho internacional. Esta percepción se ha visto amplificada por la forma en que EEUU ha protegido a su principal aliado de una respuesta a acciones ampliamente condenadas en la comunidad internacional.

Está en juego un cambio gradual en el funcionamiento del sistema mundial. Ninguna otra moneda o sistema de pago puede y quiere desplazar al dólar en el núcleo del sistema, y la diversificación de las reservas tiene un límite práctico. Pero se está construyendo un número creciente de pequeños conductos para rodear este núcleo; y un número en aumento de países están interesados y cada vez más implicados.

Lo que ha ocurrido con el precio del oro no es sólo inusual en términos de influencias económicas y financieras tradicionales. Va más allá de las estrictas influencias geopolíticas para captar un fenómeno más amplio que está cobrando un impulso secular. A medida que arraiga más profundamente, corre el riesgo de fragmentar materialmente el sistema mundial y erosionar la influencia internacional del dólar y del sistema financiero de EEUU. Ello repercutiría en la capacidad de EEUU para conformar e influir en los resultados, y socavaría su seguridad nacional.

Es un fenómeno al que los gobiernos occidentales deberían prestar más atención, y en el que aún hay tiempo para corregir el rumbo, aunque no tanto como algunos quisieran.


La economía global ha demostrado ser sorprendentemente resiliente. Martin Wolf. Financial Times.

Una pandemia que ocurre una vez cada siglo, el estallido de conflictos geopolíticos y fenómenos meteorológicos extremos han afectado a las cadenas de suministro, provocado crisis energéticas y alimentarias y llevado a los gobiernos a adoptar medidas sin precedentes para proteger vidas y medios de subsistencia”. Así se describen en el último informe Perspectivas de la economía mundial (WEO, por sus siglas en inglés) del FMI los acontecimientos económicos desde principios de 2020.

En general, la economía mundial ha demostrado resiliencia. Sin embargo, lamentablemente, pero como era de prever, los países de altos ingresos, con un mayor margen de maniobra para las políticas, han demostrado más, mientras que los países en desarrollo han mostrado menos. En resumen, “mientras que los primeros han recuperado la actividad y la inflación registradas antes de la pandemia, los segundos tardan más en salir del bache”.

Un hecho notable, sin embargo, es que el aumento en gran medida inesperado de la inflación ha remitido a un bajo costo en términos de producción y empleo. Sin embargo, la inflación básica también ha estado mostrando signos de rigidez, señala el FMI. Un aspecto crucial es que “la inflación de los precios básicos de los servicios, que se sitúa en el 4,2%, es aproximadamente un 50% más alta que antes de la pandemia en las principales economías avanzadas y de mercados emergentes (excluido EEUU)”. La presión para que los salarios vuelvan a estar en línea con los precios es el principal impulsor de la robusta inflación básica en los servicios. Pero, a medida que se cierren las brechas de producción, el FMI confía en que esta presión salarial también ceda.

Tanto el aumento repentino de la inflación como su caída sin las temidas consecuencias necesitan explicaciones. Entre ellas, sostiene el WEO, figuran una caída más rápida de lo esperado de los precios de la energía y un fuerte repunte de la oferta laboral, impulsado por aumentos inesperados (aunque tan impopulares) de la inmigración.

Una explicación más sutil del comportamiento de la inflación es que la interacción de la creciente demanda pospandemia con las limitaciones de la oferta hizo que la relación entre la holgura económica y la inflación (conocida como curva de Phillips) fuera más pronunciada (o, en la jerga de los economistas, “menos elástica”). Así, la inflación aumentó más de lo esperado cuando creció la demanda, pero cayó más rápido de lo esperado cuando la oferta y la demanda coincidieron. La política monetaria cumplió una función en ambas direcciones, estimulando y luego restringiendo la demanda, pero también, reforzando la credibilidad de los objetivos de inflación.

Una característica notable desde 2020 ha sido la cambiante relación entre la política monetaria y fiscal. Durante la pandemia, ambas fueron ultra laxas. Pero, después de 2021, la política monetaria se endureció, mientras que la política fiscal se mantuvo laxa, sobre todo en EEUU. Los tipos de interés más altos aumentan los déficits fiscales. Sin embargo, existe una gran divergencia entre EEUU y la eurozona en cuanto a las perspectivas fiscales: según las proyecciones del FMI, la deuda pública estadounidense aumentará a casi el 134% del producto interno bruto para 2029; en cambio, en la eurozona, se espera que la relación entre la deuda pública y el PIB se estabilice en alrededor del 88% en 2024, aunque con grandes diferencias entre países. Otra característica importante de la economía mundial es que, desde la invasión de Rusia a Ucrania en febrero de 2022, el nivel de crecimiento del comercio entre “bloques” ha caído más que el del comercio dentro de los “bloques”, con uno centrado en EEUU y Europa y el otro, en China y Rusia.

El FMI no ha cambiado mucho sus perspectivas y proyecta un crecimiento global cercano al 3%. Esto da por hecho que no habrá grandes impactos negativos, que el comercio crecerá en línea con la producción, que la inflación se estabilizará, que las políticas monetarias se relajarán y que las políticas fiscales se endurecerán. Sus proyecciones muestran que el crecimiento de Estados Unidos de cuarto trimestre a cuarto trimestre caerá del 2,5% en 2024 al 1,9% en 2025, mientras que aumentará ligeramente, al 1,3%, en la eurozona. Durante el último período, se proyecta que el crecimiento de Asia en desarrollo será del 5%, el de China del 4,7% y el de India del 6,5%.

Por desgracia, los riesgos a la baja son abundantes. La política monetaria del pasado podría ser más rígida de lo que se espera ahora, tal vez provocando recesiones. Si la inflación es más robusta de lo esperado, la política monetaria sería más restrictiva de lo previsto, lo que podría afectar la estabilidad financiera. El impacto de las subidas de los tipos de interés en la sostenibilidad de la deuda podría resultar mayor de lo esperado, sobre todo en los países emergentes y en desarrollo. Los problemas macroeconómicos de China podrían resultar mayores de lo que se espera ahora, ya que sus reducciones en el sector inmobiliario y las medidas de política compensatorias siguen siendo demasiado limitadas. Si Donald Trump es elegido presidente de EEUU y lanza sus medidas comerciales, las probabilidades de una guerra comercial abierta también aumentarán, con consecuencias impredecibles para la economía mundial y las relaciones internacionales.

Materias primas

Además, ¿se aceptará pacíficamente el resultado de las elecciones estadounidenses? También es posible que se agraven los actuales conflictos o que estallen otras guerras. Tales eventos podrían conducir a nuevos aumentos del precio de las materias primas, posiblemente (o incluso probablemente) agravados por cambios rápidos en el clima global.

Todo esto resulta aterrador, pero también vale la pena señalar los posibles efectos positivos. La reforma y la confianza renovada podrían llevar a un aumento de la inversión. La inteligencia artificial y la revolución energética podrían impulsar la inversión y el crecimiento. Incluso es posible que la humanidad decida que tiene mejores cosas que hacer que aumentar la hostilidad y la estupidez a niveles cada vez más altos.

El FMI subraya la necesidad de asegurar un aterrizaje suave de la inflación y la política monetaria. También destaca la necesidad de estabilizar las finanzas públicas, al tiempo que se promueve el crecimiento y se reduce la desigualdad. A medio plazo, espera una reforma estructural más fuerte, que incluya mejorar el acceso a la educación, reducir la rigidez del mercado laboral, aumentar la participación en la fuerza laboral, reducir las barreras a la competencia, apoyar a las start up y avanzar en la digitalización. No menos importante, desea acelerar la transición verde y mejorar la cooperación multilateral. Ojalá una divinidad obligara a la humanidad a ser tan sensata. En la práctica, como siempre, depende de nosotros.


Pekín y el mar de China Meridional: una amenaza creciente para la estabilidad global. Bjorn Beam. Experto en geopolítica, Arcano Research

El mar de China Meridional no es sólo una extensa masa de agua: es una arteria crítica para el comercio y las comunicaciones mundiales, por el que se calcula que cada año transitan cargamentos valorados en 3,4 billones de dólares, lo que la sitúa entre las vías navegables más importantes del mundo desde el punto de vista económico. Bajo su superficie se encuentran ricos caladeros que sustentan a millones de personas y reservas sin explotar de petróleo y gas natural valoradas en aproximadamente 2,5 billones de dólares. Sin embargo, esta región vital se enfrenta a una amenaza creciente que podría alterar no sólo la armonía regional, sino la estabilidad mundial.

La agresividad de las acciones chinas en el mar de China Meridional ha dejado de ser una preocupación meramente regional para convertirse en un desafío global. Al tratar de controlar casi toda la vía fluvial, Pekín está poniendo en peligro las normas internacionales y la economía mundial, además de amenazar la soberanía de otras naciones. Los cortes de cables submarinos de fibra óptica, las líneas vitales de nuestra era digital, son alarmantes. Se trata de una red que se ha ido manteniendo y ampliando durante décadas sin mayor problema. Pero China está haciendo todo lo posible para obstaculizar la conservación y desarrollo de estas infraestructuras esenciales.

En un inquietante incidente, una embarcación que se encontraba reparando cables dentro de la zona económica exclusiva de Vietnam fue hostigada por un buque de la guardia costera china, en lo que constituye una más de las muchas acciones de este tipo que ponen en peligro a las tripulaciones y comprometen la conectividad global. Este tipo de incidentes provocan tensiones en las telecomunicaciones y una reducción de la velocidad de Internet en los países afectados. Los retrasos en la reparación de los cables han obligado a países como Vietnam a desviar el tráfico a través de otros menos eficientes, afectando a las actividades económicas que dependen de Internet de alta velocidad.

Las actividades militares de China se han intensificado a un ritmo alarmante mientras el mundo está pendiente del conflicto de Oriente Próximo, la guerra de Ucrania y las actividades de China en torno a Taiwán en su búsqueda de la reunificación. El reciente despliegue del Grupo de Ataque del Portaaviones Liaoning en el mar de China Meridional, tras realizar un simulacro de cerco y bloqueo de Taiwán, es una clara demostración de asertividad militar. Taipei denunció que más de 100 aviones chinos cruzaron la línea media del estrecho de Taiwán, elevando las tensiones a niveles sin precedentes.

Los vecinos de China son quienes más están sufriendo estas tácticas. Se han producido colisiones entre buques chinos y barcos vietnamitas, filipinos y malayos, interrumpiendo sus intentos legítimos de explotar valiosas reservas de petróleo y gas dentro de sus propias zonas económicas exclusivas. Malasia ha prometido no ceder a las exigencias chinas de detener las prospecciones frente a sus costas. Vietnam se ha enfrentado a presiones similares, cancelando contratos con empresas petroleras extranjeras bajo coacción y sufriendo importantes pérdidas económicas. Filipinas ha adoptado una campaña de “transparencia asertiva” para denunciar las acciones hostiles de China, pero se arriesga a una nueva escalada.

Ventajas estratégicas

Para China, el control del mar de China Meridional ofrece ventajas estratégicas: dominio sobre una importante ruta comercial, mayor seguridad energética y la posibilidad de denegar el acceso a fuerzas militares extranjeras, en particular de Estados Unidos. Pero esta ambiciosa expansión tiene un coste global. Las interrupciones en esta ruta pueden tener un efecto dominó en la economía mundial, afectando a las cadenas de suministro, aumentando los costes de transporte y creando incertidumbre en los mercados. El desvío de los cables submarinos da lugar a rutas más largas y costosas que dificultan la conectividad mundial y la eficiencia económica.

La comunidad internacional no puede quedarse de brazos cruzados. Es crucial defender el derecho internacional, en particular la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Las naciones deben unirse para conminar a China a respetar las sentencias internacionales, como el fallo del tribunal de La Haya de 2016 que invalidó sus amplias reivindicaciones territoriales marcadas por la “línea de los nueve puntos”. Deben intensificarse los esfuerzos diplomáticos para que Pekín rinda cuentas por acciones que violan el derecho internacional y amenazan la estabilidad regional.

Los países del Sudeste Asiático deberían reforzar la cooperación regional a través de organizaciones como la Asean. Una postura cohesionada permite una negociación más eficaz con China y la resistencia a las acciones unilaterales. Las patrullas marítimas conjuntas y políticas coordinadas pueden mejorar la seguridad y defender la libertad de navegación. Los países afectados deben incrementar la transparencia y hacer públicos los incidentes de acoso o violaciones para atraer la atención internacional.

Los esfuerzos diplomáticos de las principales potencias mundiales –incluidos Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y Australia– deben ser proactivos. Es crucial centrarse en la mediación y el respaldo a los países afectados, y en promover un diálogo abierto. Las sanciones económicas dirigidas a entidades involucradas en actos de agresión pueden servir como poderosos elementos disuasorios sin provocar una escalada de las tensiones militares. Invertir en rutas y tecnologías de comunicación alternativas puede reducir la dependencia de las vías vulnerables, mejorando la resistencia de la conectividad global. Cumpliendo con el derecho internacional, reforzando las alianzas y empleando diversas herramientas diplomáticas, económicas y estratégicas, podemos contrarrestar la conducta agresiva de China y salvaguardar los recursos comunes globales.


Buen fin de semana!!

Comentario de mercado viernes 18 de Octubre del 2024.

Ayer como se esperaba y con el respaldo unánime de sus miembros, el Banco Central Europeo bajó los tipos de referencia 25 puntos básicos, como es costumbre Lagarde no quiso comprometerse a una senda predeterminadas de bajadas (data depende, pero sí comentó que los riesgos de inflación están algo más sesgados a la baja a pesar de la fortaleza de servicios. También considera que el proceso de convergencia entre salarios e inflación está muy avanzado. Por otra parte, aunque la presidenta del BCE sigue confiada en una recuperación de la economía de la Eurozona, reconoció que persiste el riesgo a la baja en las estimaciones. El euro no sufrió una recogida de beneficios tras la corrección del de las últimas tres semanas y prolongó su tendencia bajista de las últimas semanas hacia la zona del 1,0810. El movimiento a la en la curva de tipos europea, en especial en la parte corta ayudaba a reforzar el movimiento. No obstante, el mercado le da una probabilidad cercana al 40% de un recorte de 50 puntos básicos en diciembre, escenario que se antoja muy poco probable a no ser que tengamos un deterioro muy significativo del contexto macro. Tras la publicación de los datos del IPC, en línea con la opinión del banco central, muchos economistas esperan que tanto la inflación general como la subyacente se aceleren debido a los efectos de base, los precios de las materias primas y los factores del tipo de cambio. Esto debería evitar que el BCE sea demasiado agresivo en el futuro, lo que debería reforzar los soportes del euro y mantener los tipos swap por encima de los mínimos alcanzados a principios de mes. El precio del oro ha marcado un nuevo máximo histórico (2.714,10 dólares la onza) ante la intensificación de expectativas de bajadas de tipos tras la reunión del BCE de ayer y los crecientes riesgos políticos, con las elecciones americanas del 5 de noviembre como evento próximo, y riesgos geopolíticos, ayer se confirmó la muerte del líder de Hamas que inició el conflicto en Gaza.

Eurodólar último mes:

Precio del oro durante el 2024:

Floja semana en Bolsa que ha estado impactada a nivel global por resultados de compañías, ASML y LVMH ha publicado peores resultados de lo esperado por el mercado, además la caída fuerte del petróleo ha traído correcciones fuertes de los índices. El martes ASML rebajó las previsiones del 3T24 (pedidos sólo la mitad de lo previsto) y revisó a la baja la guía para el 2025 ante la desaceleración de la demanda de semiconductores. La guía revisada se sitúa un 13% por debajo del punto medio de estimaciones de consenso. La cotización de ASML cayó el martes con fuerza (-16%), su mayor caída en 26 años, contagiando a otras compañías del sector (Nvidia cayó en Estados Unidos un -4,5%), ésta última también afectada por la posible limitación de ventas de semis a ciertos países. El miércoles fue LVMH quien decepción con unos resultados del 3T24 por debajo de lo esperado, sus ventas cayeron un 4% en el 3T24 frente al +1% que esperaba el mercado, la acción cae más de un 20% en el año. Las ventas de LVMH han caído por primera vez en un trimestre desde el 2009 (excluyendo la pandemia). La caída en ventas de LVMH se explica por un fuerte deterioro del consumo en China, ante una confianza del consumidor en mínimos de la pandemia, afectando al segmento más aspiracional, que lleva a registrar caídas por parte de este cliente en Moda&Piel de un dígito simple, frente a crecimientos de un dígito medio en 2T24. Del resto de negocios, Vinos y Licores, continúa registrando fuertes caídas penalizado por la debilidad del consumo en China. De cara al resto del ejercicio la compañía no aportó indicaciones concretas e indican que seguirán con su estrategia de invertir en innovación y red de distribución mientras que mantienen costes bajo control en la medida de lo posible para adaptarse a las condiciones de mercado. También apuntan a que no realizarán ajustes drásticos en la oferta para hacer frente a la menor demanda aspiracional con una visión de corto plazo. Por otra parte, confían en la recuperación del sector a futuro, basado en una mayor clase media china y en la mejora de la confianza del consumidor.

El petróleo cayó un 4% el martes después de que el Washington Post filtrara que Netanyahu se comprometía a no atacar instalaciones energéticas iranies, además, la AIE también revisó a la baja su previsión de demanda de crudo, señalando que el mercado se encuentra sobre abastecido.

Trump sigue avanzando en las encuestas y, en una entrevista de esta semana con Bloomberg, defendió su programa económico, afirmando que el incremento de aranceles impulsará el crecimiento y no supondrá disrupciones en las cadenas de suministro ni elevará la inflación. Reitera su intención de imponer aranceles a México y la Unión Europea a menos que los fabricantes de coches lleven su producción a Estados Unidos. En materia de déficit fiscal, espera que la reducción de impuestos se vea compensada por mayores ingresos fiscales (aranceles, mayor crecimiento económico). Defiende asimismo su derecho a decidir sobre los tipos de intervención de la Fed. En materia corporativa, mostró su oposición a dividir Google, pero sí es partidario de bloquear la oferta de Nippon Steel sobre US Steel. La victoria de Trump sería el resultado más positivo para el dólar, especialmente frente al euro, pero también frente a otras divisas del G10 y la victoria de Harris sería lo opuesto. Con menos de 3 semanas por delante, el foco en las elecciones está empezando a volverse más importante que los datos publicados. Igual el mercado subestima el impacto de Trump para el dólar, con el peso que puedan tener los aranceles en la fortaleza del dólar. El dólar se encuentra en niveles de sobrecompra que no veíamos desde Septiembre del 2023.

Después de que Goldman Sachs subiese sus estimaciones para la bolsa americana esta semana fue UBS el que volvió a mejorar ayer su previsión para el S&P 500. Los analistas de UBS creen que el índice americano subiría el 9,2% el año que viene, hasta los 6.400 puntos, tras elevar su pronóstico para este año hasta los 5.850 puntos, lo que implica que el S&P 500 habría agotado ya su recorrido hasta diciembre, después de anotarse un 20% desde enero. UBS defiende su pronóstico por la fortaleza de los beneficios de las compañías, aunque entiende que aún existen riesgos al alza, como la inflación o los recortes de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos. UBS es optimista, pero reconoce que “la incertidumbre de la política fiscal y monetaria y el próximo resultado electoral, hacen que los retornos de 2025 puedan estar lejos de ser seguros. El S&P 500 puede hacer frente a estas incertidumbres gracias a la deflación, la bajada del precio del dinero, una mejor actividad empresarial y un crecimiento del gasto, según el análisis del banco. Los analistas de UBS entienden que el mayor peligro puede venir de un estímulo fiscal y monetario que provoque que la inflación se acelere de nuevo y obligue al banco central estadounidense a poner fin al ciclo de recortes de los tipos de interés. UBS estima que el beneficio por acción medio para el S&P 500 este año será de 240 dólares, el 9,1% más que en 2023. Llegaría hasta los 257 dólares en 2025, el 7,1% superior, y hasta los 275 dólares en 2026, un 7% más.

La mayoría de los inversores siguen esperando que la economía estadounidense experimente un aterrizaje suave en el que la Reserva Federal pueda reducir la inflación sin causar una desaceleración económica significativa o una recesión, según muestra la última encuesta de Bank of America a 231 gestores de fondos con un patrimonio conjunto superior a los 574.000 millones de dólares realizada durante la semana pasada. Alrededor del 76% de los inversores espera un aterrizaje suave de la economía americana en la encuesta de octubre, en comparación con el 79% en la encuesta de septiembre. Un aterrizaje sin aterrizaje, en el que la economía continúa creciendo lo suficiente como para mantener la inflación elevada y limitar el margen de la Reserva Federal para recortar los tipos de interés, se considera el principal escenario alternativo con un 14%, frente al 7% en septiembre. La proporción de inversores que esperan un aterrizaje forzoso, o una marcada desaceleración económica, es del 8%, frente al 11% del mes anterior. Los grandes inversores muestran gran optimismo para encarar la recta final de año. Los recortes de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal, las nuevas promesas de estímulo en China y las cada vez mayores expectativas de un aterrizaje suave para la economía en Estados Unidos han llevado el optimismo de los gestores de fondos globales a dar su mayor salto desde junio de 2020. En el último mes, los grandes fondos de inversión han elevado su posición en Bolsa al mayor ritmo desde junio de 2020 y hasta representar un 31% de las carteras, lo que supone prácticamente multiplicar por tres la cantidad invertida hace solamente un mes, han reducido la liquidez del 4,2% al 3,9% y han recortado considerablemente la inversión en renta fija, hasta el 15% del patrimonio.

La inversión en Bolsa aumenta, pese a que la tendencia alcista de las acciones globales se extiende en el tiempo y algunos índices, como MSCI All-Country World o el S&P 500 siguen desbancando sus propios máximos históricos.  La fuerte subida de las Bolsas, sin embargo, ha provocado una severa rotación en las carteras de los inversores institucionales, tratando de buscar los segmentos del mercado con mayor recorrido al alza. Por sectores, las carteras han rotado de manera palpable hacia acciones y materias primas de mercados emergentes, desde bonos de gobierno, acciones relacionadas con servicios públicos y acciones japonesas. En todo caso, pese a que el mercado se mueve en busca de nuevos sectores ganadores en Bolsa, la inversión favorita de los gestores sigue siendo la de los llamados Siete MagníficosTras los siete gigantes tecnológicos, los mercados más concurridos son el oro y las acciones chinas. Las tres principales amenazas para el mercado son, según los gestores de fondos, la geopolítica, la inflación y una posible recesión estadounidense. Por otra parte, aunque los gestores no hablan de ellas como un riesgo, las elecciones de a la presidencia de Estados Unidos se encuentran en el punto de mira de la inversión. Muchos inversores recelan de tratar de jugar a elegir ganadores y perdedores de los comicios, pero lo cierto es que el acontecimiento marca las agendas de todas las gestoras. Los fondos creen que las elecciones probablemente tendrán un impacto mayor en la política comercial, en la geopolítica y en los impuestos. Un tercio de los inversores encuestados reconocen estar preparados para aumentar coberturas antes de las elecciones que enfrentan a Donald Trump y Kamala Harris.

Una señal de complacencia del mercado es que el ratio PUT/CALL en la Bolsa americana está muy cerca de mínimos de 2023. Es decir, los inversores no están comprando coberturas.

US Equity Put/Call Ratio

En España las perspectivas de la economía en el corto plazo parecen cada vez más positivas, pero no logran despejar las dudas que se ciernen en el largo plazo. Durante las últimas semanas, numerosos analistas han revisado al alza las previsiones del crecimiento de la actividad este año siguiendo la estela del Ejecutivo, que en septiembre elevó sus pronósticos de PIB hasta el 2,7%, pero hay algunos expertos que van incluso más allá, como es el caso de BBVA Research, que hoy eleva sus expectativas cuatro décimas, al 2,9%. Este avance viene sustentado sobre la revisión al alza de las cifras del PIB por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE) y la rebaja de la inflación, que han insuflado aire al consumo privado, aunque al mismo tiempo hay numerosos cuellos de botella que frenarán el crecimiento a medio y largo plazo, como el exceso de ahorro, la falta de mano de obra, la debilidad de la inversión, la ralentización de la productividad, los límites al avance del turismo, la necesaria corrección del déficit público y la escasez de vivienda, que dispara el coste de la vida.

El servicio de estudios de BBVA revisó este lunes al alza sus previsiones de PIB para este año en medio punto, hasta el 2,9% en su informe Situación España. Esta mejoría se debe en buena medida a la revisión al nuevo cálculo de la actividad por parte del INE, que ha dado un impulso de cuatro décimas al PIB. En segundo lugar, la ralentización de la inflación en los últimos meses también está sirviendo de estímulo a la economía, sumando otras cuatro décimas, ya que no solo apuntala la capacidad de compra de las familias españolas, sino que también facilita próximas rebajas de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, lo que a su vez influye en la carga hipotecaria. Todo ello hará que, a pesar de la debilidad de la economía europea, España mantenga el tirón en la segunda mitad del año, con un crecimiento del 0,7% entre julio y septiembre seguido de un avance del 0,6% en el cuarto trimestre. Pero “para que este crecimiento se mantenga en el futuro deberíamos ver mas inversión productiva y aumentos de la productividad”, explicaba Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico de BBVA Research. Y eso es algo que no se produce, ya que precisamente la ralentización de las inversiones ha llevado a restar 3 décimas a estas proyecciones lo que, junto con otros elementos, llevará a que el PIB no supere la cota del 3% este año.

Importante esta semana:

Según fuentes de Bloomberg, ayer, los miembros del Consejo del BCE no debatieron sobre la posibilidad de recortar 50 puntos básicos, aunque sí ven muy probable el recorte de diciembre, con un objetivo del 2% que se espera que se cumpla en el primer o segundo trimestre de 2025, mucho antes de lo que sugieren las últimas proyecciones.

Ayer conocimos también datos de inflación europeos, en la eurozona, la lectura definitiva de precios de septiembre confirma que los precios suben a ritmos inferiores al +2%, nivel objetivo del BCE. A modo de antesala de la reunión del BCE, confirmamos que el índice general se situó en el +1,7%, una décima por debajo de la cifra preliminar. Por su parte, la inflación subyacente registró un avance del +2,7%, en línea con el dato preliminar. Este buen comportamiento del índice general viene explicado en gran parte por el efecto favorable de la energía que quitó un -0,6% el pasado mes, mientras que los bienes apenas aportaron +0,1% y los alimentos +0,5%. Al igual que en los últimos meses, el principal desafío proviene de los servicios, más ligados a los salarios, y que crecen a ritmos del +3,9%, aportando por sí solos un +1,7% al dato de septiembre.

Scott Bessent, asesor económico de Trump, desmiente que el expresidente debilitará el dólar si es reelegido, ya que quiere que la divisa estadounidense siga siendo la moneda de reserva mundial.

La estimación de PIB de la Fed de Nueva York descendió en una décima hasta el 2,75% en el cuarto trimestre del 2024. Por su parte, el modelo de Saint Louis prevé un crecimiento para el 3T24 del 1,7%.

La Unión Europea ha preparado esta semana una lista de productos estadounidenses a los que podría imponer aranceles si Trump ganara las elecciones y sigue adelante con sus planes arancelarios.

En Italia, Meloni estima que recaudará 3.500 millones de euros en nuevos impuestos a bancos y aseguradoras. En este sentido, dijo que no habrá nuevos impuestos para los ciudadanos.

La agencia Fitch rebajó la perspectiva crediticia de Francia a AA-/Negativa, citando, entre otros, «una política fiscal difícil por delante» y un «desliz fiscal en 2024».

Esta noche hemos conocido que en Japón la inflación de septiembre se moderó gracias a la reinstauración de subsidios a la energía, creció un 2,50% por debajo del 3% del mes anterior.

También esta noche hemos conocido el PIB del tercer trimestre del año en China, que creció ligeramente hasta el 4,80%, algo menos de lo esperado en tasa trimestral (se esperaba un crecimiento del 4,90%), aunque la producción industrial, las ventas al por menor y la inversión en activos fijos de septiembre crecieron más de lo previsto, la producción industrial creció un 5,4%. Por otro lado, los precios de la vivienda acentuaron su ritmo de caída hasta el -5,8% interanual mientras que el Gobernador del Banco Central Chino anunció que se bajará el coeficiente de reserva entre 25 y 50 puntos antes de final de año y lanza 2 nuevos programas de fondos por 110.000 millones de dólares para estimular las recompras de acciones y estabilizar la bolsa.

El sábado pasado, en una comparecencia muy esperaba por el mercado, el Ministro de Finanzas de China anuncia un paquete de estímulo que permite al gobierno local comprar viviendas sin vender con el fin de estabilizar el mercado inmobiliario. Además, promete los mayores esfuerzos de los últimos años para aliviar la carga de la deuda de las autoridades locales. No se plantean cifras concretas para ninguna de las dos medidas.


Las políticas económicas de Donald Trump y Kamala Harris. Federico Steinberg. Real Instituto Elcano y Universidad Autónoma de Madrid.

La demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump se disputarán el 5 de noviembre una de las elecciones más trascendentales de la historia de Estados Unidos. La carrera hacia la Casa Blanca está muy abierta. Todas las encuestas coinciden en que, aunque Harris ganará el voto popular, la elección la decidirán un puñado de votos en Pensilvania, Georgia, Nevada, Wisconsin, Michigan y Arizona.

Harris y Trump representan dos modelos de país, que compiten en un ambiente de polarización extrema en el que cada “tribu” considera a la otra como el enemigo. Para el partido demócrata, que suelen ganar sin problemas en los estados más ricos de ambas costas, Trump supone una amenaza para la democracia y los avances sociales de las últimas décadas, en particular los de las mujeres. Creen que intentará socavar la separación de poderes, reducir las competencias del gobierno federal y utilizar el Departamento de Justicia para vengarse de sus adversarios. Además, temen que, si pierde por un margen estrecho, no acepte el resultado y vuelva a incitar a la violencia, como ocurrió en 2021, en un país en el que hay más armas de fuego que habitantes.

Para el partido republicano, que domina en los estados del interior y que ha sufrido una profunda transformación por la que la tradicional influencia de los liberales promercado y los defensores de que Estados Unidos sea un guardián de la democracia en el mundo prácticamente ha desaparecido, Harris representa políticas de extrema izquierda. Proclives a creer en bulos y teorías conspirativas, consideran que Harris permitirá la entrada masiva de inmigrantes ilegales, aumentará los impuestos, incrementará la regulación y fortalecerá el gobierno federal a expensas de los gobiernos de los estados. Esta visión remite a una reedición de las luchas entre federalistas y antifederalistas en los primeros años del país, una tensión que también se refleja hoy en la relación entre Bruselas y los Estados Miembro en la Unión Europea.

La economía en el centro del debate

Como suele ser habitual, la economía ocupa un lugar central en las preocupaciones de los votantes. Aunque los números macroeconómicos son envidiables (crecimiento en torno al 3%, inflación de 2,5% y desempleo del 4,2%), las rápidas subidas de precios de los últimos dos años y el alto coste de la vivienda, las hipotecas, la sanidad, las guarderías y lo que en España llamamos “dependencia” ha vuelto a los votantes críticos con la gestión económica de Biden. Además, la reciente escalada en los precios del petróleo causada por la guerra en Oriente Próximo amenaza con traducirse en nuevas subidas en el precio de la gasolina, que es el indicador económico al que más atención prestan los estadounidenses.

Harris está intentando distanciarse de las políticas económicas adoptadas por la Administración Biden (en la que es vicepresidenta) durante los últimos cuatro años. Aunque la economía no es su fuerte, ha hecho esfuerzos diseñar una batería de propuestas pragmáticas y moderadas que define como la “economía de las oportunidades” (recordemos que es una progresista de California, hija de un profesor de economía de Stanford de izquierdas y que en Estados Unidos todo lo que tenga que ver con la radicalidad económica izquierdista asusta, sobre todo si quien lo plantea es una mujer negra).

Trump, por su parte, insiste en que Harris debería haber hecho todo lo que promete ahora como vicepresidenta, y repite incansablemente que todos los problemas económicos se resolverán estableciendo aranceles y cerrando la frontera con México. Aunque las encuestas son bastante volátiles, los mensajes de Harris están logrando reducir la ventaja que Trump tenía en gestión económica. De hecho, en el tema de la vivienda, los votantes ya parecen fiarse más de Harris.

China y la globalización como amenaza

Solamente hay dos temas en los que Trump y Harris coinciden. Primero, que la globalización ha sido perjudicial para la clase media americana y ha generado desindustrialización, lo que justifica políticas proteccionistas, subsidios a la industria y dar la espada tanto a los acuerdos comerciales bilaterales como a la Organización Mundial del Comercio (OMC). Segundo, que China es una amenaza existencial para Estados Unidos, lo que requiere un desacoplamiento de ambas economías para evitar que China pueda usar el comercio y las inversiones como arma arrojadiza, así como colocar la seguridad económica en el centro de la política comercial e industrial. Pero, aunque coincidan en el diagnóstico, las políticas que plantean para enfrentar ambos retos son distintas. Trump prefiere el unilateralismo agresivo y los aranceles indiscriminados. Harris, por su parte, aboga por una política comercial más quirúrgica y estratégica que combine los aranceles (e incluso sanciones) a los enemigos –China, Rusia, Irán y Corea del Norte– al tiempo que mantiene buenas relaciones con los aliados tradicionales para “acorralar” a China. Además, es firme defensora de los subsidios a la producción nacional (que en muchos casos son incompatibles con la normativa de la OMC), pero con un fuerte componente de inversiones verdes que disgustan a Trump, que sigue negando el cambio climático.

De hecho, los demócratas consideran que han sido mucho más eficaces a la hora de combinar la seguridad económica (en relación a las dependencias de China) con la política de reindustrialización que la primera presidencia de Trump (2017-2021), que impuso aranceles a todo tipo de productos, pero no incluyó controles a la exportación (o a las inversiones americanas en China) en sectores estratégicos.

Además, los demócratas están orgullosos de haber utilizado las subvenciones de la nueva política industrial para elevar salarios, dar prestaciones a los trabajadores y facilitar la transición energética. Harris, por tanto, mantendría la política de inversión y apoyos públicos a los semiconductores y otros productos sensibles para ganar la carrera tecnológica a China al tiempo que intentaría reducir todavía más las dependencias de China produciendo más en territorio nacional o en países aliados, aún a costa de que los productos sean más caros para el consumidor estadounidense.

Trump, por su parte, ya dejó claro durante su primer mandato que es, como él mismo dice, un “tariff man” (un hombre de aranceles). Ha prometido aranceles del 60% sobre todas las importaciones chinas (y más para los coches eléctricos), además de aranceles del 10% o 20% para todas las importaciones del resto de países (incluida la Unión Europea) y del 100% para las de los países “que dejen de usar el dólar”. Esto iniciaría una guerra comercial con aliados y adversarios de peligrosas consecuencias globales. Aunque pretende que la recaudación arancelaria sustituya al impuesto sobre la renta –como pasaba antes de que los países adoptaran sistemas fiscales modernos hace más de cien años– , esto es poco probable que ocurra (el Peterson Institute estima que recaudaría unos 225.000 millones de dólares al año, mucho menos que los 1.700 billones de déficit público del año pasado). Además, no está claro cómo se sostendrían los aranceles sin incrementar la inflación. En todo caso, según Trump la recaudación de los aranceles serviría para financiar guarderías y la creación de un fondo soberano, aunque estas propuestas no están demasiado definidas.

En política energética, la retórica de ambos candidatos es muy diferente, pero las políticas no están demasiado alejadas. Harris subraya la importancia de la transición verde frente a apoyo a los combustibles fósiles. Pero, a pesar de que en el pasado se opuso al fracking, bajo la Administración Biden-Harris la producción de petróleo y gas ha roto todos los récords, y seguramente lo seguirá haciendo durante los próximos años. Trump apoya retóricamente el sector de hidrocarburos, pero hay consenso en que no retirará todas las enormes subvenciones verdes de la Inflation Reduction Act de 2022 una vez que muchos estados republicanos las están recibiendo. En realidad, la cuestión principal que afecta al sector es que hay que reformar los procesos de concesión de licencias para puesta en marcha de infraestructuras energéticas, porque son lentos e inciertos y obstaculizan las inversiones en el sector, algo parecido a lo que sucede en Europa.

Diferencias fiscales

En política fiscal, las diferencias son significativas. Más allá de que la próxima administración mantendrá una política fiscal expansiva que seguiría elevando el déficit y la deuda pública (algo menos con Harris), en el resto de los temas las propuestas son radicalmente opuestas. En 2017, con Trump como presidente, se aprobaron recortes impositivos que caducan a finales de 2025. Trump los quiere mantener y Harris eliminarlos para las rentas mayores de 400.000 dólares. Harris, además, pretende elevar otros impuestos, así como establecer el Pilar II para la imposición mínima global del impuesto de sociedades acordado en la OCDE en 2022 y no implementado todavía en Estados Unidos.

Las posiciones sobre el Obamacare, que ha permitido a casi 45 millones de estadounidenses tener seguro médico, también son opuestas. Harris pretende mantener el complemento a la subvención del Obamacare que proporciona seguro médico a unos 5 millones de personas que caducará en 2025 mientras que Trump dijo en el debate presidencial que tiene “una idea sobre un plan” para rediseñar toda la política de salud pública. Asimismo, Trump quiere eliminar los impuestos que pagan las personas mayores en beneficios de la Seguridad Social y desregular la normativa financiera y de criptoactivos. Estas medidas, unidas a los aranceles y la deportación de inmigrantes seguramente elevaría la inflación. Y mayores precios podrían llevar a la Reserva Federal a tener que subir los tipos de interés en 2025, lo que no sería buena para el crecimiento económico mundial.

Como parte de la “economía de las oportunidades”, Harris quiere recuperar (y hacer permanente) la deducción fiscal por hijo para combatir la pobreza infantil que estuvo vigente durante la pandemia, pero los republicanos no mantuvieron, y elevarla hasta 6.000 dólares al año por hijo. También propone subvenciones a la construcción de vivienda y a la compra de primera vivienda (25.000 dólares en deducción fiscal), así como un incremento en las deducciones fiscales para nuevas empresas y para las pymes de 5.000 a 50.000 dólares por empresa. Trump, por su parte, pretende rebajar el impuesto de sociedades del 21% a 15%.

Por último, un abismo separa a los dos candidatos en su visión sobre la política monetaria, la inflación, el nivel de precios y el desempleo. A pesar de los buenos datos macroeconómicos, Trump considera que la situación económica es de crisis. Harris quiere prohibir la especulación de precios en bienes de primera necesidad, sin aclarar en qué canales ni qué ley utilizaría, mientras que Trump quiere recortar la independencia de la Reserva Federal, lo que sería peligroso para la credibilidad del dólar.

Gobierno dividido

Aunque las propuestas económicas de los dos candidatos son opuestas, es muy posible que en la práctica las políticas económicas de los próximos años no sean tan diferentes. Dado el sistema de pesos y contrapesos estadounidense, a lo hora de aprobar legislación es clave quién controla tanto el Senado como la Cámara de Representantes.

El 5 de noviembre, además de al tique presidente/vicepresidente, los estadounidenses eligen a los 435 escaños de la Cámara de Representantes y a 34 de los 100 senadores (también eligen a gobernadores de 13 estados y territorios, fiscales generales de 10 estados y alcaldes de ciudades tan importantes como Huston, Los Ángeles o San Francisco). Por el momento, y aunque aquí también hay mucha incertidumbre, las encuestas apuntan a que los demócratas perderán el Senado, pero podrían lograr la mayoría en la Cámara de Representantes.

Un “gobierno dividido” (Casa Blanca de un color y una o dos de las cámaras de otro) requiere una compleja gestión, pero no es necesariamente sinónimo de parálisis. El mandato de Biden-Harris ha tenido una considerable producción legislativa con apoyo de ambos partidos, coma la IRA, la Chips Act o el último paquete de ayuda a Ucrania e Israel. Nada impide que esto pueda seguir ocurriendo en el futuro, sobre todo en parte de la normativa económica. La clave será el peso que tengan los republicanos radicales, que son los menos proclives a negociar y alcanzar acuerdos con una Casa Blanca demócrata. Y ahí el mayor riesgo global es que, como ha venido sucediendo, no se apruebe el techo de deuda y EEUU pueda entrar en default, lo que sería desastroso para la economía mundial.

En cualquier caso, el panorama es poco alentador para Europa y para España. Aunque Trump sería más divisivo y peligroso para la Unión Europea —especialmente por su desinterés en seguir apoyando a Ucrania y su intención de imponer aranceles a las importaciones europeas—, parece cada vez más evidente que Biden será el último presidente estadounidense genuinamente preocupado por la relación transatlántica.


La importancia de las instituciones en el desarrollo económico. Rafael Pampillón. IE Business School y Universidad CEU-San Pablo.

El Premio Nobel de Economía 2024 ha sido otorgado a Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson, en reconocimiento a sus investigaciones sobre cómo las instituciones influyen en la prosperidad de las naciones. La Real Academia Sueca de Ciencias destacó que sus estudios han mejorado la comprensión sobre la formación de las instituciones y sus efectos en el crecimiento económico y la desigualdad, lo que es fundamental para entender lo que pasa en países con altos niveles de corrupción y gobiernos autoritarios. 

¿Por qué unos países prosperan y otros no? 

El eje central de las investigaciones de Acemoglu, Johnson y Robinson es que las instituciones explican por qué algunos países son ricos mientras otros permanecen en la pobreza. Las instituciones —el conjunto de reglas, normas y organizaciones que estructuran la vida económica y política— determinan el comportamiento de individuos y empresas, siendo clave para el crecimiento económico sostenido. 

Sus estudios demuestran que la confianza en las instituciones, su funcionamiento adecuado y su independencia son esenciales para el desarrollo. Los sistemas democráticos, los mercados de libre competencia, la libertad de prensa, el Estado de Derecho, y la protección de la propiedad son componentes necesarios para el éxito económico. Por el contrario, la corrupción, la falta de libertad política y la perpetuación de élites en el poder limitan el desarrollo económico. 

Las naciones desarrolladas son ricas porque han construido instituciones fuertes que garantizan independencia, transparencia y rendición de cuentas. Muchos países en desarrollo, en cambio, permanecen atrapados en la pobreza debido a instituciones débiles o manipuladas para beneficio de unos pocos. 

Instituciones inclusivas y extractivas 

Los galardonados argumentan que las instituciones inclusivas son aquellas que fomentan la participación amplia y permiten que personas y empresas prosperen en un entorno de igualdad de oportunidades. Estas instituciones promueven la innovación, el emprendimiento y la movilidad social. Por el contrario, las instituciones extractivas limitan el acceso a oportunidades y concentran el poder y la riqueza en unos pocos, perpetuando la pobreza y la desigualdad: Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Nicaragua, etc. 

En el libro Por qué fracasan los países, Acemoglu y Robinson explican cómo la calidad de las instituciones determina el desarrollo. Un ejemplo claro es la comparación entre Corea del Norte y Corea del Sur. A pesar de compartir historia, idioma, cultura y geografía, sus destinos económicos son radicalmente distintos debido a la naturaleza de sus instituciones. Mientras que Corea del Sur ha implementado instituciones inclusivas que fomentan el crecimiento, Corea del Norte mantiene un sistema extractivo que limita la libertad y el desarrollo. 

La relación entre economía y política 

Los economistas subrayan la conexión entre las instituciones económicas y políticas. Las instituciones políticas inclusivas, como la democracia y la separación de poderes, son fundamentales para crear instituciones económicas que fomenten el desarrollo. Cuando los ciudadanos tienen poder para exigir cambios, es más probable que se establezcan instituciones que promuevan el bienestar general. En cambio, si el poder se concentra en unas pocas élites, estas tienden a moldear las instituciones para proteger sus intereses, limitando el acceso a los recursos para la mayoría. 

Sus investigaciones también abordan cómo ciertos momentos críticos en la Historia, como revoluciones o crisis económicas, pueden abrir oportunidades para cambios institucionales. Por ejemplo, la Revolución Gloriosa en Inglaterra (1688) permitió crear instituciones políticas inclusivas que impulsaron el crecimiento económico. Desgraciadamente, en otros países, las crisis han fortalecido las instituciones extractivas, consolidando el poder de las élites. 

Implicaciones de política económica 

El trabajo de Acemoglu, Johnson y Robinson tiene importantes implicaciones para el diseño de políticas públicas. Subrayan que las reformas económicas deben acompañarse de reformas institucionales para ser efectivas. Las políticas que buscan mejorar la productividad, atraer inversiones o aumentar el empleo no lograrán sus objetivos si no se abordan las deficiencias institucionales y se promueve la participación inclusiva. 

Los tres economistas insisten en limitar el poder de las élites y asegurar que las instituciones políticas sean democráticas y transparentes. Es una condición necesaria para crear un entorno donde la innovación y el emprendimiento prosperen, impulsando el desarrollo económico y la reducción de la pobreza. 

Conclusión 

El Premio Nobel de Economía 2024 reconoce la importancia de las investigaciones de Acemoglu, Johnson y Robinson sobre el papel de las instituciones en el desarrollo. Su trabajo ha demostrado que la calidad de las instituciones determina no solo la prosperidad de las naciones, sino también la distribución del poder y las oportunidades. Destacan la necesidad de crear instituciones inclusivas y promover la igualdad de acceso a los servicios sociales para construir economías más justas y sostenibles. 

El galardón es un recordatorio de que el desarrollo económico no puede entenderse sin considerar las instituciones que lo sustentan. La tarea para los responsables de políticas públicas es fortalecer las instituciones, garantizar su independencia y asegurar que todos los ciudadanos se beneficien de las oportunidades económicas. En última instancia, son las instituciones inclusivas las que permiten que una sociedad alcance su verdadero potencial.


Spanish Graft Probe Heaps Pressure on Embattled Prime Minister By Rodrigo Orihuela. Bloomberg

Pedro Sanchez is facing the biggest corruption scandal in his six years as Spanish prime minister, raising questions about how long he’ll be able to maintain his grip on power.


At the center of his problems is a report by Spain’s most important security force, the Civil Guard, that alleges a criminal network was operating inside the transportation ministry in 2020 and 2021, when it was run by one of Sanchez’s closest allies, Jose Luis Abalos. Abalos was a top party official and then transport minister under Sanchez, but he was kicked out of the party caucus earlier this year as a result of the probe. 


The alleged racket funneled cash from public coffers into different businesses, according to an 87-page report by the Civil Guard, which was seen by Bloomberg News. The probe was first made public by newspaper El Mundo last week.  The Spanish press has also reported that public money was used to pay a stipend to a woman who had a relationship with Abalos — although he has said no money was involved in the relationship. Abalos himself has not been accused of any wrongdoing. He did not respond to text and voice messages seeking comment. 


The graft allegations touching Sanchez’s inner circle have put the prime minister up against the ropes, with the opposition People’s Party, the largest group in parliament, filing a criminal complaint against his party on Monday. 


Sanchez was already on the backfoot over his wife’s business dealings. Begona Gomez is being investigated for possible influence peddling over her relationship with two universities. Sanchez has said his wife has done nothing wrong and the probe is politically motivated.


In April, the pressure on his wife prompted Sanchez to step back from his duties for five days to consider his future before ultimately deciding to continue.  Corruption is a particularly sensitive issue for Sanchez because he came to power in 2018 by denouncing the graft in the PP government under his predecessor Mariano Rajoy. 


The 52-year-old Socialist has survived in power since then at the head of a series of increasingly perilous coalitions and currently needs the backing of at least eight different parties to pass legislation. 


Los males económicos de China son graves, pero no incurables. Martin Wolf. Financial Times.

Tiene China que convertirse necesariamente en Japón? No. ¿Podría convertirse en Japón? Sí. Además, cuanto más espere para atajar sus problemas, más probabilidades tendrá de caer gravemente enferma, con un crecimiento lento y una presión deflacionista crónica. Algunos analistas externos creen que esto es inevitable. Pero querer creer algo no lo convierte en verdad. La enfermedad de China no es incurable. Pero es grave.

Es vital distinguir las causas de los síntomas, antes de buscar la cura. Como los responsables políticos chinos se han negado a reconocer la naturaleza de la enfermedad, no la están curando. Con el tiempo, la han empeorado recurriendo a paliativos temporales. Eso le ocurrió a Japón en los años ochenta y noventa y le ha venido ocurriendo a China en las dos últimas décadas. Pero China conserva importantes fortalezas. Todavía puede evitar el estancamiento.

El Gobierno chino ha anunciado ahora estímulos monetarios y fiscales. Era previsible. Es lo que, caprichosamente, tuvo que hacer Japón. También es la razón por la que Japón ha tenido tipos de interés cercanos a cero durante tres décadas y su deuda pública neta es del 159% del PIB. Al igual que ocurre ahora con las políticas chinas, esto fue el resultado de una situación subyacente de “infraconsumo”, o demanda estructuralmente deficiente. Dada esta situación, es necesario estimular la demanda. Las enormes burbujas inmobiliarias son una característica de este tipo de economías, no un defecto, como lo es la necesidad desesperada de intervenir de manera irreflexiva cuando estallan.

Entre 2000 y 2024, el ahorro nacional bruto de China alcanzó una media del 45% del PIB y el de Japón una media del 28%. Mientras tanto, el de EEUU sólo llegó a una media del 18%. Cuando las oportunidades de inversión son magníficas, estas elevadas tasas de ahorro pueden financiar un crecimiento superrápido. En China, como en Japón, las elevadas tasas de ahorro financiaron un crecimiento increíblemente rápido hasta principios de la década de 2000. Sin embargo, tras un largo periodo de crecimiento, la oferta de inversiones de alto rendimiento disminuye inevitablemente. Así que la inversión se debilita, al igual que la demanda. Lo que era una fortaleza se convierte en una debilidad.

Superávit por cuenta corriente

Una solución, adoptada tanto por Japón como por China, fue registrar un enorme superávit por cuenta corriente, junto con la elevada inversión. Pero, en ambos casos, esto encontró resistencia externa, especialmente por parte de EEUU: en la década de 1980 en el caso de Japón, y en la de 2010 en el caso de China. En ambos casos, se relajó la política monetaria, se disparó el crédito y se desencadenó un enorme boom inmobiliario, de nuevo en la década de 1980 en Japón y en la de 2010 en China. Este rápido crecimiento de la inversión inmobiliaria impulsada por el crédito se convirtió en el nuevo motor de la demanda. Según un reciente artículo para China Leadership Monitor de Logan Wright, de Rhodium Group: “La construcción de viviendas representó en torno al 23-27% del PIB entre 2011 y 2021”. De ser así, absorbió cerca de la mitad del ahorro chino.

El gran defecto de la solución de “creemos una burbuja inmobiliaria” para el exceso de ahorro es que su estallido deja un residuo de caída de los precios de los activos, deuda impagable, finanzas dañadas y gente descontenta. Peor aún, también deja una demanda aún más débil, ya que el impacto del colapso socava aún más la inversión y agrava así el exceso de ahorro. Si no se adoptan medidas políticas contundentes, es casi seguro que esto último desemboque en una profunda depresión.

Analíticamente, las soluciones son tres: impulsos temporales de la demanda, para evitar la depresión; saneamiento del sistema financiero (que, en el caso de China, incluye a los gobiernos locales); y, sobre todo, una nueva fuente de demanda, potente y a largo plazo. Al final, las autoridades chinas harán las dos primeras cosas, aunque eso signifique aparcar mucha deuda en el balance del Gobierno (cosa que odiarán). Pero, por desgracia, están equivocadas en cuanto a la tercera.

Minxin Pei, editor de China Leadership Monitor, sostiene que los dirigentes chinos creen que la solución a largo plazo pasa por nuevas “fuerzas productivas de alta calidad”. Es cierto que la modernización tecnológica es una condición necesaria para un crecimiento rápido. También es cierto que, dado que China sigue siendo un país relativamente pobre, con un PIB real per cápita de aproximadamente un tercio del de EEUU, tiene un buen potencial de crecimiento. 

También es cierto que, aunque su población está envejeciendo, la calidad de su fuerza laboral mejorará y sigue existiendo una reserva de mano de obra rural. También se puede aumentar la edad de jubilación. Una vez más, pueden invertirse los recientes ataques al sector privado. En resumen, hay razones para creer que el potencial de la economía en relación a la oferta sigue siendo decente, con las políticas adecuadas.

Debilidad de la demanda

Pero el gran problema no es el potencial de la oferta. Es la debilidad de la demanda. Una economía cuya tasa de crecimiento potencial es del 5% como máximo no invertirá más del 40% del PIB de manera productiva. El crecimiento generado por un determinado nivel de inversión, o de expansión del crédito, ya ha colapsado. China es demasiado grande para esperar que la inversión en nuevas manufacturas, una parte significativa de las cuales se volcaría en los mercados mundiales, pueda, o se le permita, sustituir a las gigantescas inversiones en bienes inmuebles de la pasada década. En este punto, el análisis de Wright es convincente.

El boom inmobiliario fue, sencillamente, la última tirada de dados de la economía de ahorro ultraelevado. Esa economía va a ofrecer ahora una demanda crónicamente débil. Según Wright, el peso de la renta de los hogares en el PIB es sólo del 61%. La baja cuota de consumo resultante es demasiado pequeña para absorber la producción potencial de China. Pero el resto del mundo no compensará la diferencia. En cambio, tratar de invertir el 40% del PIB conducirá sin duda al despilfarro y a montañas aún mayores de deuda incobrable.

China necesita un mayor consumo. Pero esta realidad plantea un reto a los dirigentes chinos. Parecen creer que la inversión y la producción son virtuosas, mientras que el consumo y la redistribución de la renta son frívolos. Sin embargo, como escribió Adam Smith, “el consumo es el único fin y propósito de toda producción”. Xi Jinping debe aceptar esta verdad.


Buen fin de semana!!

Comentario de mercado viernes 11 de Octubre del 2024.

Hoy comienza la temporada de resultados empresariales del 3T24. La expectativa del consenso, en el caso estadounidense, es de un crecimiento a dígito sencillo medio tanto en beneficios como ingresos. Hoy han publicado cifras JP Morgan, Wells Fargo y Blackrock, con expectativa de caídas en un entorno de tipos algo más bajos, aunque los tres han publicado mejores cifras de lo esperado por el consenso de analistas:

Estimaciones del consenso de Beneficio Por Acción del S&P 500 para el 3T24 (60,99$ +1,19% de crecimiento anual).

Estimaciones del consenso de Beneficio Por Acción del europeo Stoxx Europe 600 para el 3T24 (9,28€ +0,73% de crecimiento anual).

El dato de empleo americano del viernes pasado sorprendió al alza y apuntó a un mercado laboral sólido, en línea con la idea de la mayoría de los analistas que apuntan a una desaceleración de la economía americana contenida y los inversores apuestan por un escenario de bajada de tipos menos agresiva. Los sectores cíclicos (construcción y hostelería, entre otros), siguen empujando la creación del empleo distando de un escenario de recesión, en el que meses antes tienden a destruir vacantes. Ese mismo viernes, la Encuesta de Hogares (Household Survey) publicaba un retroceso de una décima en la tasa de paro (de 4,2% a 4,1%) por segundo mes consecutivo. La próxima reunión de noviembre no está claro si la Fed bajará 25 o 50 puntos básicos. Han bajado las expectativas, puesto que hemos pasado de que el mercado asignaba una probabilidad del 50% a que haya dos recortes en noviembre, a una actual que no pone totalmente en precio una bajada de 25 puntos. Lo lógico es pensar que la Fed siga recortando tipos a pesar de una actividad relativamente positiva y que el empleo sorprendiera positivamente la semana pasada. Las Actas de la Fed de septiembre publicadas este miércoles mostraron que una mayoría sustancial de los miembros apoyó el recorte de tipos de 50 p. b. y casi todos coincidieron en que los riesgos alcistas para la inflación habían disminuido, y apuntaron a que la economía se mantenga sólida, no obstante, las decisiones que se tomen a futuro seguirán siendo data-dependientes, confirmado a su vez en declaraciones de Jefferson, uno de sus principales miembros, y Collins. Tras los últimos buenos datos de empleo publicados, más allá de los camios de probabilidades del más corto plazo ya comentados, de cara al próximo año el mercado ha pasado de descontar 10 bajadas de tipos a 5,5 bajadas actualmente

Puntos básicos de bajada de tipos puestos en precio desde ahora a cada una de las dos siguientes reuniones de la FED

US Unemployment Rate Total in Labor Force Seasonally Adjusted since 2000. 

Algunos analistas temen que se de una segunda ola, como ha sucedido históricamente, que vuelva a traer incrementos de inflación:

La rentabilidad del bono a 10 años americano ha vuelto a situarse por encima del 4%, y mantiene una fuerte resistencia en el 4,20%:

En cuanto a las elecciones estadounidenses de Noviembre las estimaciones vuelven a situar a Trump a la cabeza con un 55,5% de los votos (https://polymarket.com/elections). Como en 2020, la carrera se reduce de nuevo a los 77 votos del colegio electoral que se reparten entre los seis estados bisagra clave: Arizona, Georgia, Nevada, Pensilvania, Michigan y Wisconsin. El valor predictivo de los sondeos aumenta cuanto más se acerca la fecha de las elecciones presidenciales y, puesto que faltan unos dos meses, los sondeos podrían ser más significativos en las próximas dos semanas. Sin embargo, la probabilidad de predecir los resultados electorales es cada vez más difícil, dado que las contiendas por el Congreso y la presidencia se ganan por unos márgenes justos.

En el pasado, los mercados bursátiles se han dejado influir poco a medio plazo por quién se traslada a la Casa Blanca, lo que confirma el viejo dicho bursátil de que, en las bolsas, la política tiene poco recorrido. Las elecciones tienen poca repercusión en el entorno macroeconómico actual e inmediato, pero pueden tener un fuerte impacto en el entorno económico futuro.

Este lunes Inverseguros publicaba un informe en el que se preguntaba si la bajada de 50 puntos básicos de la Fed de septiembre pudo ser un error, ya que, si por aquel momento las condiciones macro no se ajustaban a ese paso, ahora se podría concluir que mucho menos. En este sentido, desde su punto de vista abordar este debate ya resulta un tanto estéril, siendo mucho más provechoso valorar lo que hay por delante y, en este apartado en concreto, lo que parece bastante evidente es que, al menos hoy, las perspectivas de recortes que había puesto el mercado en precio resultaban demasiado agresivas y, por lo tanto, merecen una revisión.

Según los analistas de Inverseguros las perspectivas de recesión en la Unión Europea también están jugando un papel relevante a la hora de contener las métricas de mercado y, por lo tanto, probablemente sea necesario ver algún tipo de elementos adicional que cambie el panorama en mayor medida. Donde sí se aprecian algunos cambios es en las perspectivas de bajada de tipos por parte del BCE para 2025, el nivel de llegada para el final del 2025 ya se situaría más o menos en línea con un 2,0%, lo que evidencia un cierto cambio de percepción respecto a la necesidad de adoptar una política monetaria expansiva.

Goldman Sachs publicaba esta semana un informe en el que subía sus objetivos para el índice americano S&P 500, su nueva previsión para final del 2024 es que el S&P cierre en 6000 puntos, frente al 5600 de objetivo anterior, y esperan que a 12 meses el S&P llegue a los 6.300 puntos, suben su estimación de Beneficio Por Acción del S&P 500 para 2025 a 268$, lo que supone un crecimiento de BPA del 11% anual frente al +6% previo, e introducen una nueva previsión para 2026 de BPA de 288$ para el S&P 500 (+7%). Para el 2024 mantienen su previsión de BPA de 241$ (+8%).

Esta semana sigo analizando el mercado chino, por los datos de flujos en Fondos y ETFs, sigue entrando mucho dinero en los ETFs de Bolsa China que compran los inversores domésticos, en este caso el gobierno Chino. Los dos principales ETFs tienen 37 billones y 17,65 billones de dólares de patrimonio bajo gestión respectivamente.

Número de participaciones 510310 CH  y 510500 CH

Aunque este martes se vivió el mayor flujo diario vendedor en bolsa china de los últimos años, el índice Shenzhen retrocedió un 8,15% mientras que el tecnológico ChiNext cayó un 10,59%, después de las decepcionantes intenciones del NDRC (National Development and Reform Commission) del martes. Según escribía el economista jefe de Andbank esta semana, Alex Fusté, Pekín deberá hacer más esfuerzos, como elevar el presupuesto fiscal en relación con el PIB por encima del 3% para alcanzar un estímulo de entre 1 y 3 billones de yuanes. Pero eso requeriría la aprobación del Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular en la segunda mitad de octubre. Según un informe de Goldman Sachs de ayer muchos Hedge Funds americanos vendieron posiciones en Bolsa China, pero no sólo para cerrar sus posiciones cortas sino para ponerse cortos. Hedge funds not only unwound their long positions but added shorts to their books as well, with long sells being double the amount of short sells”.

Además las perspectivas de las principales gestoras de fondos sigue mejorando respecto a la Renta variable china, esta semana Janus Henderson, UBS y JPMorgan Asset Management publicaban informes muy positivos en bolsa china.

Janus Henderson cree que es una gran oportunidad de invertir en China por el soporte monetario y fiscal de las autoridades chinas, por la atractiva valoración a la que cotiza las acciones chinas (EL MSCI China Index cotiza a 10,3x P/E 12m Forward, su múltiplo más barato respecto al resto de mercados), además Janus Henders cree que la Bolsa china es un activo muy poco correlacionado al resto de bolsas y sirve para diversificar las carteras, además según Janus China es una excelente oportunidad de inversión a largo plazo (China’s bazooka stimulus: A turning point for economic growth and investor confidence? – Janus Henderson Investors)

UBS considera que los inversores han subestimado al Gobierno Chino respecto a las medidas de estímulo que podría aplicar, y después de los recientes anuncios de medidas de estímulos creen que hay que tomar posición en la bolsa china. Según los analistas de UBS algo ha cambiado en la mentalidad de Xi Jinping y ha hecho que se eviten riesgos deflacionistas y ha parado la burbuja inmobiliaria, lo que ha hecho que la economía china vuelva a normalizar su consumo interno. ((1) Xi’s Magic Trick | LinkedIn).

JPMorgan Asset Management cree que la tendencia ha variado, y en el corto plazo los inversores deben estar pendientes en 4 eventos:

1. Cifras de turismo y consumo del Día Nacional para tener un dato adelantado de si el sentimiento del consumidor chino ha mejorado.

2. Más anuncios en el lado fiscal, especialmente centrados en el lado de la demanda más que en el de la oferta.

3. Medidas políticas adicionales para hacer frente a los obstáculos estructurales (no sólo cíclicos) para la economía de China, y

4. Efectos de contagio sobre el comercio y los flujos de capital derivados de las elecciones estadounidenses.

Según JP el rally del mercado chino de las últimas semanas ha mostrado lo deprimidas que estaban las valoraciones de los mercados chinos y la baja exposición que había en las carteras globales de los inversores y que han entrado a comprar Bolsa china estas semanas. Desde el 2022 la Bolsa china ha tenido dos rallies importantes, uno del 60% entre Octubre del 2022 y Enero del 2023, y otro del 33% entre Enero y Mayo del 2024. El PER de la Bolsa china ha pasado de cotiza a 9,1x a 11x que cotiza actualmente, en línea con la media de los últimos 20 años. Desde este punto, según JP, los datos económicos y los resultados empresariales necesitarán mejorar para que China vuelva a ser una posición estructural en las carteras de los inversores y no una mera apuesta táctica. (Will China’s stimulus move the needle this time? | J.P. Morgan Asset Management (jpmorgan.com))

MSCI China Index P/E Estimated Earnings (12,44x) last 10 years.

Las caídas en Bolsa de agosto por el temor a una recesión mostraron a los inversores que la volatilidad puede aparecer en cualquier momento, aunque el escenario general parezca benigno. El arbitraje con divisas (carry trade) que tumbó la Bolsa de Japón y se extendió por el resto de los parqués mundiales fue una lección de cómo los inversores pueden ver en pocas horas cómo se diluyen sus beneficios.

Las firmas de inversión insisten en que la volatilidad puede volver a jugar malas pasadas en la recta final del año. El martes el Hang Seng de Hong Kong cayó el 9,41% después de una impecable racha alcista al sentirse los inversores decepcionados por las medidas de estímulo de Pekín. En cambio, el índice chino CSI 300 rebotó el 5,93% tras algo más de una semana cerrado por la fiesta nacional. Schroders considera que hay que tener presentes cinco claves (beneficios y riesgos) para operar ahora en Bolsa teniendo en cuenta la volatilidad, en un contexto económico resistente y con crecimientos de los beneficios empresariales, que crearán oportunidades de compra.

La primera es que las valoraciones globales “siguen siendo favorables para los mercados fuera de Estados Unidos”, según Schroders. El peso de las grandes tecnológicas ha elevado el PER estimado del S&P 500 hasta 24 veces, lo que deja la puerta abierta a entrar en otros mercados como Reino Unido, “uno de los más atractivos del mundo por su historial a largo plazo”, según los analistas de Schroders.

La segunda pasa porque el foco de los grandes inversores ha estado en las grandes tecnológicas, lo que ha reducido la amplitud del mercado, unido a resultados récord en estas cotizadas. Ahora, los mercados más pequeños piden paso de la mano de los recortes en el precio del dinero. “Las economías europeas serán más sensibles a las bajadas de tipos. Sus ciudadanos están más expuestos a las hipotecas variables y podrán incrementar el consumo”.

Japón es un mercado infravalorado para Schroders y la tercera clave a vigilar. Cree que sus cotizadas pueden escribir un capítulo aparte gracias a las políticas de retribución a los accionistas tras “tres décadas de deflación que han llevado a las empresas a acumular efectivo y ahora, con una política monetaria laxa, pueden poner la atención en la retribución al accionista, la inversión y el gasto de capital”, Schroders también pone en valor el apoyo a la divisa y la relajación fiscal.

El cuarto punto son las elecciones de Estados Unidos, en las que el inversor, a juicio de la gestora, no debería posicionar sus carteras pensando cuál será el ganador, “porque casi siempre es una estrategia perdedora y es mejor centrarse en la economía, los tipos, las valoraciones y los beneficios”.

Por último, Schroders apunta que se debe vigilar de cerca la monetización de la inteligencia artificial (IA).Los ingresos procedentes la IA se acercan a un nivel que se estima 10 veces inferior a la cantidad de gasto de capital que se está invirtiendo actualmente”. La firma focaliza su análisis en los valores relacionados con las infraestructuras para la IA porque “existen dudas sobre su capacidad para rentabilizar su gasto en IA y si habrá suficientes ingresos futuros para justificar el nivel actual de construcción de infraestructuras”.

Los indicadores de sentimiento inversor están en niveles de euforia:

El sentimiento inversor se aproxima al de extrema codicia en el último dato del índice miedo/codicia de la CNN (Fear & Greed index) (https://edition.cnn.com/markets/fear-and-greed).

La actualización semanal del índice Alcistas menos Bajistas (Bulls minus Bears Index) también vuelve a la parte alta del rango

AAII Bulls minus Bears Index

Los bajistas están en mínimos de los últimos años:

Importante esta semana:

Ayer conocimos el dato más importante de la semana en Estados Unidos con la publicación de los datos de IPC de Septiembre, que se situaron por encima de lo esperado, la tasa general interanual +2,4% frente al +2,3% esperado por el consenso de mercado y +2,5% del mes anterior, y mensual +0,2% una décima por encima del +0,1% esperado por el mercado y +0,2% del mes anterior, y la tasa subyacente interanual +3,3% frente al +3,2% esperado y anterior, y mensual +0,3% frente al +0,2% esperado y +0,3% anterior. Y como cada semana, conocimos las cifras de las peticiones de subsidio por desempleo que se situaron por encima de lo previsto en 258 mil por encimas de los 230 mil estimados y 225 mil del dato anterior.

El miércoles también en Estados Unidos se publicaron las Actas de la última reunión de la Fed que mostraron un intenso debate sobre el alcance la bajada de tipos, finalmente acordado por amplia mayoría en un recorte de 50 puntos básicos, pero subrayando que no establece un compromiso de futuros recortes, reforzando la idea de que dependerá de cómo evolucionen los datos, en un contexto en el que se mantiene la visión de que el crecimiento sigue saludable a medida que baja la inflación. Además, las Actas de la Fed revelaron que por primera vez desde 2005, la decisión no fue unánime. Michelle Bowman, gobernadora de la Fed de Kansas, votó en contra del recorte de -50 puntos, al preferir una bajada más prudente de 0,25%. Tal y como recoge el documento, su preocupación radicaba en que pudiese crear un sentimiento prematuro de victoria sobre la estabilidad de los precios, en un contexto de inflación subyacente por encima de los objetivos del Comité. 

Esta semana hemos conocido en Europa unos datos macroeconómicos muy decepcionantes, las ventas minoristas de la eurozona publicadas el lunes dejaron señales mixtas en agosto. En números, las ventas al por menor avanzaron un +0,2% en la comparativa mes a mes, en línea con lo esperado y por encima del crecimiento nulo del mes previo. En términos interanuales, estas aumentaron un +0,8%, dos décimas por debajo de lo previsto. Además conocimos que se mantiene el pesimismo entre los inversores. El índice Sentix que mide la confianza de los inversores de la región retrocedió ligeramente menos de lo esperado al situarse en niveles del -13,8, aunque ya acumula cuatro meses en territorio negativo. Por su parte, en Alemania, los pedidos a fábrica vuelven al terreno negativo. En concreto, los pedidos cayeron un -3,9% interanual en agosto, un dato peor al -1,6% estimado y al +4,6% correspondiente al mes anterior.

Ha habido varias declaraciones esta semana por parte de miembros del BCE, tanto Nagel (Presidente del Bundesbank) como Elderson (Miembro del Consejo del BCE)se han mostrado abiertos a nuevas bajadas de tipos en la reunión de este mes de octubre ante la materialización de los riesgos respecto al crecimiento de la economía europea, lo que ha llevado a la probabilidad de una bajada de tipos de 25 puntos básicos en dicha reunión a niveles por encima del 90%. Los avances en materia de inflación, el debilitamiento de los PMI, las perspectivas de crecimiento salarial más débiles, los obstáculos a la transición energética y el hecho de que siete países de la UE en procedimientos de déficit excesivo apuntan a que hay margen para una flexibilización de las políticas. De cara al medio plazo, el riesgo podría estar en que el BCE no se comprometa previamente con una trayectoria definida de tipos de interés y que los mercados puedan ser demasiado agresivos a la hora de descontar la flexibilización de las políticas.

Una encuesta elaborada por Bloomberg a 50 economistas pone de manifiesto que los encuestados esperan un descenso del tipo depo hasta el 2,5% en marzo y hasta el 2% en diciembre de 2025. La mayoría ve riesgos a la baja tanto para el PIB de 2024 y 2025 como de las proyecciones de inflación.

En Alemania, según el diario Spiegel, Lindner quiere aumentar el déficit presupuestario de 2025 en 5.000 millones de euros hasta los 56.500 millones de euros, lo que no debería de extrañar después de la rebaja en materia de crecimiento anunciada esta semana, con un PIB 2024 descendiendo desde el +0,3% hasta 0,2%.

El Ministro de Finanzas Chino anunció este miércoles una sesión informativa este sábado sobre la intensificación del ajuste de la política fiscal.

Además esta semana conocimos que China planea imponer aranceles sobre el brandy europeo, y valora aplicar tarifas sobre los coches, la industria porcina y los lácteos. El país asiático ha optado por tomar represalias, después de que el viernes pasado los estados miembros de la Unión Europea votasen a favor de establecer gravámenes de hasta el 45% sobre los vehículos eléctricos de origen chino. Las medidas tomadas por China sobre el aguardiente ascienden hasta un 39%, con entrada en vigor el viernes 11 de octubre. El principal país afectado será Francia, donde en el 99% de las exportaciones de esta bebida, su socio comercial fue China. La UE ya anunciado que escalará el desacuerdo a la Organización Mundial del Comercio. España tiene más que perder si los aranceles se extienden a la industria porcina (1.223 millones de euros en exportaciones al gigante asiático). 

El gobierno alemán revisó este miércoles a la baja su previsión de PIB 2024 a -0,2%, algo ya esperado a la luz de la reciente debilidad de los indicadores más adelantados de ciclo y sin impacto relevante en los mercados, que siguen otorgando una probabilidad del 95% a -25 puntos básicos en la reunión del 17 de Octubre del BCE. En este sentido, hemos visto como Villeroy, y el Gobernador del banco de Grecia, Stournaras, consideran muy probable una bajada de tipos en la mencionada reunión, aunque, como en el caso de la Fed, mantienen que las decisiones futuras serán data-dependientes. Además, consideran que los posibles obstáculos derivados de los resultados de las elecciones estadounidenses, en particular en lo que respecta a las políticas comerciales propuestas por Trump, podrían complicar el camino del BCE.

Esta semana Bloomberg Economics publicaba un informe sobre la economía española y lo rápido que se ha recuperado de la pandemia. Recientemente el INE ha revisado el crecimiento del PIB del 2021, 2022 y 2023 al alza, lo que ha añadido un crecimiento adicional del 0,70%. La conclusión de estos datos es que la economía española se ha recuperado de la etapa de la pandemia más rápido de lo que se pensaba inicialmente. El problema, según Bloomberg Economics, es que este rápido crecimiento ha venido, fundamentalmente por el gasto gubernamental (gasto público con su consecuente incremento del déficit) y del espectacular rebote del sector servicios por el turismo, pero el gasto de los hogares y la partida de inversión, por el contrario, han subido muy poco, lo que le da a este crecimiento muy poca estabilidad a medio plazo.


¿Puede Europa crear una economía de innovación? Philippe Aghion, Mathias Dewatripont y Jean Tirole. Philippe Aghion, profesor del College de France, Insead y London School of Economics. Mathias Dewatripont, profesor de Economía en la Universidad Libre de Bruselas. Jean Tirole, premio Nobel de Economía, profesor de la Escuela de Economía de Toulouse.

En las tres décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, Europa occidental se puso a la par de Estados Unidos en términos de PIB per cápita. Pero desde mediados de los años 1990 esta tendencia se ha revertido y Estados Unidos crece dos veces más rápido que Europa.

¿Qué fue lo que pasó? La explicación es simple: durante los Trente Glorieuses (los 30 años previos a 1975) las políticas de Europa occidental favorecieron un modelo de crecimiento basado en la imitación y la acumulación. Estos países intentaban recuperar el terreno perdido, y el proceso se vio facilitado por un acceso ilimitado a combustibles fósiles (hasta el primer shock petrolero de 1973-74), el Plan Marshall de Estados Unidos que ayudó a los europeos occidentales a reconstituir su stock de capital, y los sistemas educativos que favorecían la absorción de nuevas tecnologías provenientes de Estados Unidos.

Pero llega un momento en que el potencial de crecimiento de la imitación y la acumulación se agota. Una vez que uno se ha acercado lo suficiente a la frontera tecnológica, la innovación necesariamente se convierte en el principal motor del crecimiento. Eso es lo que ha sucedido en Estados Unidos, donde la revolución de la tecnología de la información, y ahora la revolución de la inteligencia artificial, se desarrollaron de manera espectacular. En Europa, en cambio, los responsables de las políticas no supieron adoptar las instituciones y políticas para promover una innovación disruptiva.

Como resultado, la inversión del sector privado de Europa en investigación y desarrollo es apenas la mitad de la de Estados Unidos. Esto se debe principalmente a un efecto de composición. La I+D europea está concentrada en la gama media de la tecnología, que absorbe más del 50% de la I+D privada, y donde la industria del automóvil representa aproximadamente una tercera parte, aunque genera pocas innovaciones novedosas. Por el contrario, el 85% de la I+D privada en Estados Unidos está en áreas más intensivas en I+D y, de paso, de mayor rentabilidad como la biotecnología, el software, el hardware y la IA.

La I+D privada en Europa también sufre a consecuencia de la fragmentación de la UE. En los 27 Estados Miembros hay 27 leyes laborales, conjuntos de normas de contratación (muy poca concesión pública está centralizada a nivel de la UE, a diferencia de la contratación federal en Estados Unidos), reguladores de valores, reguladores de electricidad y productos farmacéuticos, y demás; todos diferentes.

Por otra parte, las start up europeas sufren la inexistencia de una verdadera unión de los mercados de capital. Europa no tiene nada comparable al Nasdaq, carece de la densa red de inversores de capital riesgo de Estados Unidos para financiar nuevos proyectos innovadores y, salvo algunas pocas excepciones (Suecia, Dinamarca y Países Bajos), sus inversores institucionales (fondos de pensiones y de inversión) están menos dispuestos a asumir riesgos asociados con una innovación radical. Si bien los ahorros de los hogares europeos son abundantes, se canalizan, sobre todo, hacia proyectos de bajo riesgo o valores públicos.

Regulación vs presupuesto

El respaldo del sector público europeo de la innovación también deja mucho que desear. En Estados Unidos, la financiación de la I+D pública está concentrada a nivel federal, mientras que en la UE se produce, en su mayoría, a nivel del Estado Miembro. Como es bien sabido, la Unión Europea es un gigante regulatorio, pero un enano presupuestario (con un presupuesto total de alrededor del 1% del PIB del bloque). Dada la magnitud de los desafíos de hoy, que requieren transiciones verdes y digitales a nivel de toda la economía, es una deficiencia enorme.

Por otra parte, en lo que concierne a las instituciones públicas, nada en Europa se asemeja a las Agencias de Proyectos de Investigación Avanzada (Arpa, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. Al delegar la toma de decisiones y la gestión de proyectos a científicos prominentes, han ayudado al gobierno de Estados Unidos a estimular continuamente la innovación disruptiva en sectores estratégicos. Entre los logros famosos asociados con esta estrategia están el GPS, Internet (derivada de Arpanet) y el desarrollo de las vacunas ARNm contra el Covid-19.

Las vacunas ARNm son un excelente ejemplo de “política industrial amigable con la competencia”. Cuando estalló la pandemia, la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado (Barda) concentró su financiación en tres tecnologías, con dos proyectos (uno estadounidense y otro europeo) por tecnología. Los seis terminaron siendo aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos y por la Autoridad Europea de Medicamentos en tiempo récord.

Lo interesante es que los dos principales ganadores, la empresa norteamericana Moderna y la firma alemana BioNTech, eran compañías biotecnológicas pequeñas, y solo un proyecto se originó en un líder global prepandémico en las vacunas (una alianza de Sanofi-GSK).

Este ejemplo ofrece un modelo de una política industrial europea exitosa. El modelo estadounidense delega la toma de decisiones científicas en científicos prominentes, no pretende saber qué tecnologías funcionarán y no ofrece ninguna ventaja particular. Estas características lo convierten en un remedio promisorio para muchas de las deficiencias graves del ecosistema de innovación europeo que el expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi destacó en su reciente informe sobre competitividad de la Unión Europea.

Draghi propone inversiones públicas y privadas gigantescas en investigación fundamental y tecnologías disruptivas, así como reformas de la gobernanza de la Unión Europea destinadas a agilizar la toma de decisiones, relajar las restricciones regulatorias y poner a cargo a los científicos y a los empresarios.

Europa necesita con urgencia crear las condiciones para que surjan nuevos innovadores prometedores. Sin un cambio en su doctrina económica –según la cual la regulación se impone en gran medida a la inversión–, Europa corre el riesgo de sufrir una caída irremediable.

El informe de Draghi muestra la salida de esta espiral de muerte económica. Pero primero debe asimilarse plenamente su mensaje sobre la gobernanza.


Los aranceles que defiende Donald Trump perjudicarían al mundo. Martin Wolf. Financial Times.

Donald Trump cree que los aranceles tienen propiedades mágicas. Incluso afirmó en su discurso en el Club Económico de Nueva York el mes pasado que “frené guerras con la amenaza de los aranceles”. Y añadió que “detuve guerras con dos países que importaban mucho”. Hasta tal punto llega su fe en los aranceles que ha propuesto aumentarlos al 60% sobre las importaciones procedentes de China y hasta el 20% sobre las del resto del mundo. Incluso ha sugerido imponer un arancel del 100% a las importaciones de países que amenazan con abandonar el dólar como divisa mundial.

¿Se pueden defender políticas tan perturbadoras? En un artículo publicado en The Atlantic el 25 de septiembre, Oren Cass, director ejecutivo de American Compass y colaborador de Financial Times, sostiene que los economistas que critican las propuestas de Trump ignoran los beneficios. En concreto, ignoran una importante “externalidad”, a saber, que los consumidores que compran productos extranjeros “seguramente no tendrán en cuenta la importancia que tiene fabricar cosas en Estados Unidos”. Los aranceles pueden combatir esta externalidad convenciendo a la gente para que compre productos estadounidenses y ofrezca empleo a los estadounidenses.

Sin embargo, como escriben Kimberly Clausing y Maurice Obstfeld en un contundente artículo para el Peterson Institute for International Economics, no basta con argumentar que podrían obtenerse algunos beneficios. Para justificar las propuestas de Trump hay que evaluar los costes de las medidas propuestas, la magnitud de los supuestos beneficios y, sobre todo, si estas medidas serían la mejor manera de alcanzar los objetivos deseados. Por desgracia, los costes son enormes, los beneficios dudosos y las medidas son inferiores a las opciones alternativas.

Los aranceles son un impuesto sobre las importaciones. Trump parece creer que el impuesto lo pagarán los extranjeros. Algunos de sus partidarios argumentan que es imposible identificar los efectos inflacionistas de los aranceles de Trump. Eso es muy discutible. En cualquier caso, las últimas propuestas de Trump, en palabras de Clausing y Obstfeld, “se aplicarían a más de ocho veces más importaciones que su última ronda (unos 3,1 billones de dólares, según datos de 2023)”. Esto tendría un impacto mucho mayor en los precios que el relativamente modesto proteccionismo del primer mandato de Trump.

Además, si el coste del arancel recayera efectivamente en los proveedores extranjeros, el precio para los consumidores estadounidenses no se vería afectado. Si es así, ¿por qué debería el arancel causar un renacimiento de las empresas estadounidenses que compiten con las importaciones?

Reducir beneficios y salarios

Lo único que conseguiría entonces sería reducir los beneficios y los salarios de los proveedores extranjeros. Sólo en el caso de que los aranceles aumenten los precios pueden producir la regeneración industrial que buscan los proteccionistas.

¿Y qué hay de los beneficios? El periodista francés experto en economía del siglo XIX, Frédéric Bastiat, hablaba de “lo que se ve y lo que no se ve”. En política comercial, esta distinción es vital. Un impuesto sobre las importaciones es, fundamentalmente, también un impuesto a las exportaciones. Esto se debe en parte a que los aranceles son una carga para los exportadores que dependen de insumos importables. También se debe a que la demanda de divisas caerá y el tipo de cambio del dólar subirá si los aranceles reducen las importaciones, como se espera. Eso hará que las exportaciones sean menos competitivas.

Así, los aranceles propuestos por Trump tenderán a expandir las industrias menos competitivas que sustituyen importaciones, pero perjudicarán a las altamente competitivas que exportan. Eso parece ser un error terrible para la economía. Las represalias extranjeras contra las exportaciones estadounidenses agravarían este daño.

Desplazamiento de mano de obra

Es fundamental recordar que la economía estadounidense está ahora cerca del pleno empleo. Por tanto, cualquier desplazamiento de mano de obra hacia la industria de sustitución de importaciones se producirá a expensas de otras actividades. De hecho, esta es una de las diferencias más importantes con el arancel McKinley de 1890 que tanto alaba Trump. Después de 1880, la población rural estadounidense se trasladó a las zonas urbanas a medida que se expandía la industria. Además, entre 1880 y 1900, casi 9 millones de inmigrantes entraron en Estados Unidos, algo menos de un 20% de la población inicial. Esto equivale a 60 millones de inmigrantes en los veinte años siguientes. Ni que decir tiene que ahora no existe tal oferta de mano de obra. Por el contrario, Trump propone expulsar a millones de inmigrantes.

El propio Trump parece creer que los aranceles elevados y la reducción de las importaciones mejorarán los déficits externos de Estados Unidos. Pero esto último es, en parte, el reflejo de la entrada de capital en Estados Unidos.

Una de las razones de esta afluencia es que los extranjeros quieren usar (y, por tanto, mantener) el dólar, algo que Trump intenta defender a toda costa. Otra razón es el exceso de demanda interna, hoy en día en gran medida la contrapartida del déficit fiscal, que también pretende mantener. De hecho, las entradas de ahorro extranjero y los déficits fiscales son posiblemente las causas dominantes de los persistentes déficits externos que Trump detesta.

Por último, lo más importante son los supuestos beneficios de estos aranceles elevados para la clase trabajadora. Una de las propuestas de Trump es que los ingresos arancelarios podrían sustituir al impuesto sobre la renta. Eso no tiene sentido. Si se intentara, podría ser el fin de programas tan importantes para los estadounidenses de a pie como Medicare.

Según otro documento de Clausing y Obstfeld, el arancel máximo de ingresos del 50% sólo aportaría 780.000 millones de dólares, menos del 40% de los ingresos del impuesto sobre la renta. Peor aún, como impuesto sobre las ventas de bienes importados, los aranceles son muy regresivos. Los ricos gastan relativamente poco de sus ingresos en esos productos.

Los aranceles de Trump son, en suma, una idea grotesca: ayudarán a los sectores menos competitivos de la economía, al tiempo que perjudicarán a las partes más competitivas; perjudicarán a muchos de sus propios partidarios, e infligirán un grave daño al comercio internacional, a la economía mundial y a las relaciones internacionales.

Sí, hay argumentos a favor de intervenciones industriales selectivas. Pero los muros arancelarios de Trump son precisamente lo contrario. Serían mucho más recomendables las ayudas específicas y transparentes. Esperemos que esta nueva guerra comercial ni siquiera llegue a empezar.


Buen fin de semana!!