Estas semanas están protagonizadas por los eventos políticos, anoche debate presidencial americano, este fin de semana primera vuelta de las elecciones francesas, la semana que viene elecciones en Inglaterra… Anoche en Estados Unidos fue el debate televisivo organizado por la CNN entre Biden y Trump, en el que se observó un candidato demócrata débil y en numerosas ocasiones perdido. De hecho, según el Financial Times, los demócratas piden al presidente que detenga su candidatura a la reelección. Por su parte, Trump se mostró agresivo acusando a China de «matarnos como país» y diciendo que los términos de Putin para poner fin a la guerra de Ucrania no son aceptables. Según una encuesta elaborada por la CNN, el 67% de los encuestados considera que Trump ganó el debate. La intención de voto a Biden se ha desplomado, y las probabilidades que dan las casas de análisis a que gane un segundo mandato han caído del 48% al 37%. (https://www.realclearpolling.com/betting-odds/2024/president).



El mercado da por descontado que Trump ganará las elecciones, y después del debate ha habido pocos movimientos en bolsas, bonos o divisa, el dólar sigue fuerte frente a la mayoría de divisas y cotizando en torno a 1,07 dólares por euro.

El consenso de analistas de mercado sigue esperando crecimientos de Beneficios Por Acción del S&P 500 superiores al 10% para 2024 y 2025 pero, con mucha dispersión por sectores (https://insight.factset.com/analysts-project-sp-500-to-report-double-digit-earnings-growth-for-2024-and-2025)



En Francia, Macron advertía esta semana que los partidos extremistas podrían desencadenar una «guerra civil». Por su parte, Tanguy, de Reagrupación Nacional (RN), reitera su compromiso de respetar los objetivos de déficit y añadió que Liz Truss «cavó su propia tumba». Por otra parte, nuevas encuestas de intención de voto elaboradas por Ifop y Harris recogen cómo el movimiento de Macron pierde terreno, mientras que RN y Nuevo Frente Popular ganan ligeramente. Según la última encuesta Ipsos del 22 de junio, el RN de Marine Le Pen-Bardella se mantiene a la cabeza de las encuestas (Rassemblement National 35,5%), seguida por la izquierda NPF (Nuevo Frente Popular 29,5%) y la coalición centrista de Macron (19,5%). Aunque se prevé que el RN consiga la mayoría, no se espera que ésta sea absoluta (289). En caso de cohabitación (Macron y primer ministro de otro partido), Macron sería responsable de Asuntos Exteriores y Defensa, mientras que sobre el primer ministro recaería la responsabilidad de la política doméstica. Según declaraciones de Tanguy, el más probable candidato a hacerse con el Ministerio de Finanzas en caso de victoria de Le Pen, apuntan a su compromiso con el respeto a las reglas fiscales europeas, intentando calmar a un mercado que teme una menor disciplina fiscal en caso de victoria tanto del RN como del NPF, a añadir a una situación fiscal ya de por sí complicada, en 2023, déficit público del 5,5%, deuda pública 111% y apertura de Procedimiento de Déficit Excesivo. En este contexto, la prima de riesgo francesa ha repuntado 30 puntos básicos, hasta niveles de 80 puntos, desde que Macron convocó elecciones anticipadas.


Varias gestoras grandes siguen muy positivas en la narrativa de Inteligencia Artificial, y por tanto en Bolsa americana, esta semana en su comentario semanal Blackrock (https://www.blackrock.com/corporate/literature/market-commentary/weekly-investment-commentary-en-us-20240624-sticking-with-us-tech-surge.pdf) dicen que sigue positivos en renta variable de Estados Unidos para los próximos 12 meses, desde un punto de vista táctico, y en Inteligencia Artificial como tema. Consideran que las compañías tecnológicas seguirán batiendo estimaciones en ingresos y seguirán liderando el mercado en términos de márgenes sobre beneficios.

Importante esta semana:
Varias noticias de la semana que han pasado desapercibidas pero que a mí me parece que tienen relevancia: El Banco Norinchukin, uno de los más antiguos de Japón, debe liquidar alrededor de 63 mil millones de dólares en bonos del Estado, una situación no muy conocida a pesar de su potencial perturbador, las ventas de autos eléctricos usados se desploman, mientras que los compradores se inclinan hacia los híbridos, los hábitos de consumo de los estadounidenses están cambiando, lo que podría llevar a una recesión y Bank of America prevé que el oro podría llegar a los 3000 dólares en 18 meses.
En Estados Unidos se frena la confianza de los consumidores. El índice de la Conference Board bajó en junio, aunque algo menos de lo esperado, en concreto, este indicador se situó en 100,4 desde el 101,3 anterior y ligeramente por encima del 100 previsto. Esta menor confianza vino principalmente explicada por el descenso del componente de expectativas (73 vs. 74,9 previo), dado que la lectura de la situación actual mejoró (141,5 vs. 140,8 previo).
Conference Board Consumer Confidence últimos 5 años.

Siguiendo en Estados Unidos, conocimos también el índice S&P Case-Shiller de evolución de los precios de la vivienda en las principales 20 ciudades del país que aumentaron un +0,4% mensual en abril, lo que sitúa el ritmo de crecimiento interanual en el +6,3%.

S&P Case-Shiller (línea azul) Vs S&P 500 (línea blanca) 2024.

Mary Daly, presidenta de la Fed de San Francisco, advierte que el mercado laboral se aproxima a un punto de inflexión, según ha indicado, hasta ahora el mercado laboral se ha ajustado lentamente y la tasa de desempleo ha subido poco a poco, pero Daly ha expresado su preocupación de que un resultado favorable podría ser menos probable. Así, considera que la inflación no es el único riesgo al que se enfrentan. Daly cree difícil saber si la economía realmente está en la trayectoria hacia la estabilidad de los precios, siendo necesaria una contracción de la demanda para devolver la inflación al objetivo del 2%.
También en Estados Unidos, la revisión final del PIB del 1T24 deja pocas novedades en término de la tasa general, que avanza un +1,4% trimestral anualizado, una décima por encima del dato preliminar. Lo más destacado vino por el lado de los componentes, con un consumo privado menos dinámico al crecer un +1,5% trimestral anualizado frente al +2% publicado anteriormente. Con este dato, la contribución del consumo privado al PIB se situó en un 1%, que si sumamos a la contribución de la inversión (1,2%) y del gasto público (0,3%), observamos que la demanda interna de la economía estadounidense aportaría un crecimiento del +2,5%. Por el lado negativo, los inventarios (-0,4 p.p.) y el sector exterior (-0,65 p.p.), fueron los componentes que detrajeron crecimiento e impidieron un mayor dinamismo del PIB en los primeros meses del año. Por otro lado, las peticiones de subsidio por desempleo publicadas ayer se situaron en la última semana en 233 mil desde las 239 mil previas, alcanzando las solicitudes continuas su mayor nivel desde 2021. También fueron débiles los pedidos de bienes duraderos que aumentaron un +0,1% mensual frente al +0,2% anterior (dato revisado a la baja) y, si retiramos los componentes más volátiles como gasto en defensa y aviones, los pedidos de bienes duraderos registraron una contracción inesperada al caer un -0,6% mensual. En el sector inmobiliario, las cifras de ventas pendientes de vivienda retrocedieron nuevamente en mayo al caer un -2,1% mensual, confirmando que los elevados tipos de interés hipotecarios están frenando las transacciones.
Olli Rehn, Gobernador del Banco de Finlandia, y miembro del Banco Central Europeo, hacía unas declaraciones esta semana en las que considera que las expectativas del mercado de 2 recortes adicionales en 2024 son «razonables», y que un nivel de llegada entre el 2,25-2,50% es «justo». Añadió que las acciones en materia de política monetaria deberían ser posibles en cualquier reunión
La representante alemana en el Comité Ejecutivo del BCE, Isabel Schnabel, ha minimizado esta semana la posibilidad de que la senda de tipos que emprenda el BCE y la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) diverjan de forma considerable y que, de hacerlo, sería una diferencia “ligera” y “temporal”.
“Hasta ahora esto no ha dado mucho de sí”, sostiene. “La macroeconomía no es tan parecida, pero, del lado de la inflación, en realidad no somos tan distintos”, añade. Según, Schnabel incluso aunque haya una cierta brecha entre las políticas monetarias de ambos institutos emisores, esta será solo “contenida” y “temporal”. En cualquier caso, la alemana no “está tan segura” de que finalmente se vaya a materializar, por lo que “no está muy preocupada”. Los mercados han apuntado a una posible disparidad de políticas monetarias a ambos lados del Atlántico, especialmente tras las últimas lecturas de inflación en Estados Unidos. De hecho, las previsiones del último dot plot de la Reserva Federal arroja un solo recorte de tipos de interés para este año. La mayoría de los inversores descuentan como mucho un movimiento más del precio del dinero en la eurozona este año, en septiembre o diciembre, tras la reducción de 25 puntos básicos acometida en junio.

Esta semana conocimos en Alemania que en junio el índice IFO de clima empresarial cayó inesperadamente al retroceder hasta 88,6 desde el 89,3 anterior y por debajo del 89,6 esperado por los analisyas. Un dato que apunta a un freno en las expectativas de mejora de la actividad y que señala que la reactivación de la economía germana será lenta. Por componentes, este retroceso se explicó por la caída del sub-índice de expectativas, 89 frente al 90,3 anterior, mientras que el sub-índice de situación actual se mantuvo sin cambios en niveles de 88,3.
En España, el martes se publicó la revisión del PIB del 1T24 que muestra un mayor dinamismo de la economía. En los tres primeros meses del año, la economía española creció un +0,8% trimestral, una décima por encima del dato publicado anteriormente. Con ello, el ritmo de crecimiento interanual se elevó hasta el +2,5%, por encima del +2,1% anterior. En este caso, la demanda nacional portó 2,3 puntos mientras que la demanda externa contribuyó con 0,2 puntos. Desde la óptica de la oferta, todos los grandes sectores de actividad presentaron tasas interanuales positivas, el valor añadido bruto de la industria fue del +2,3% y, dentro de las mismas, la industria manufacturera se incrementó un +3,4%. El valor añadido bruto de la construcción creció +3,3% respecto al mismo trimestre de 2023 y los servicios un +2,7%. Por su parte, las ramas primarias quedaron rezagadas con un crecimiento del +1%.

Esta mañana, también en España, hemos conocido el dato de inflación que se ha moderado en junio. Según el indicador adelantado del INE, el IPC registraría un crecimiento en junio del +3,4% interanual, dos décimas menos que en el mes previo. Aunque todavía no se han publicado los componentes, según adelanta el INE, esta evolución se explica principalmente por la bajada de los precios de los carburantes, frente a la subida de junio de 2023. También, el aumento de los precios de la alimentación fue menor que en el mismo mes del año pasado. En sentido contrario, destaca la influencia al alza de ocio y cultura, cuyos precios suben más que en junio del año pasado. Con todo ello, la tasa de inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) se mantiene en el +3% interanual, la misma que la registrada en mayo.
En China el bono a 10 años baja a su nivel más bajo en una década y alcanza el 2.2%. Las referencias de 20 y 50 años marcan también mínimos mostrando por tanto muchas reticencias y preocupaciones con la marcha de la economía y la falta de medidas de estímulo de las autoridades chinas. Las expectativas para los próximos meses son buenas no obstante pues el consumo privado sube a nivel global y eso debería estimular la demanda y producción de bienes de manera significativa.
Bono soberano chino a 10 años.

Esta semana hemos tenido en Francia debate político entre los tres principales partidos políticos, a cuatro días de la primera ronda de elecciones legislativas. El debate fue protagonizado por Gabriel Attal, primer ministro y representante del partido de centro, Jordan Bardella, perteneciente al partido de ultraderecha AN y Manuel Bompard, de la alianza de izquierdas NFP. Entre los temas a tratar, destacaron la edad de jubilación, la inmigración y los impuestos. En este sentido, Attal y Bardella se comprometieron a no subir los impuestos, mientras que Bompard dijo que se aumentarían los gravámenes para las personas que ganan más de 4.000 € al mes. Un motivo de disputa fue el controvertido aumento que implementó Macron en la edad de jubilación (de 62 a 64 años). Attal defendió la decisión, mientras que Bompard prometió revocarla y Bardella la modificará a 62 años. En las encuestas, todo apunta a una victoria de la ultraderecha, pero sin mayoría absoluta, seguida de la alianza de izquierdas y el partido de centro en tercer lugar.
Francia podría provocar la próxima crisis del euro. Gideon Rachman
“Europa es mortal, puede morir”, advertía Emmanuel Macron a finales de abril. Quién iba a decir que apenas unas semanas después el presidente de Francia se dispondría a poner a prueba sus declaraciones, convocando unas elecciones anticipadas que amenazan con sumir a toda la UE en una crisis potencialmente mortal. En estos momentos, la atención mundial se centra en la crisis política inmediata de Francia. La primera vuelta de las elecciones tendrá lugar el 30 de junio. La extrema derecha de Reagrupación Nacional lidera actualmente las encuestas. El Nuevo Frente Popular, una coalición dominada por la extrema izquierda, ocupa el segundo lugar.
En el mejor de los casos, un Parlamento dominado por los extremos políticos sumiría a Francia en un periodo de inestabilidad prolongada. En el peor, llevaría a la adopción de políticas derrochadoras y nacionalistas que desencadenarían en una crisis económica y social en Francia. La crisis francesa se convertiría rápidamente en un problema de la UE. Habría dos mecanismos principales de transmisión. El primero, a nivel fiscal y, el segundo, a nivel diplomático.
Francia tiene problemas financieros. La deuda pública asciende al 110% del PIB y el Gobierno actual registró un déficit presupuestario del 5,5% el año pasado. Tanto la ultraderecha como la extrema izquierda han prometido grandes aumentos del gasto y recortes fiscales que inflarían la deuda y el déficit, al tiempo que violarían las normas de la UE. Bruno Le Maire, ministro de Economía, ha advertido de que la victoria de cualquiera de los dos extremos podría provocar una crisis de la deuda en Francia y la supervisión de las finanzas del país por el FMI o la Comisión Europea. Le Maire ha recordado la reacción al mini presupuesto del Ejecutivo Truss en Reino Unido, para subrayar lo rápido que los mercados pueden volverse contra un gobierno imprudente con sus finanzas. En realidad, una crisis fiscal francesa podría ser peor que la aventura británica de Liz Truss. En Reino Unido, existía un mecanismo para destituir rápidamente a Truss y restablecer un gobierno racional. Esa tarea sería mucho más difícil en Francia, donde la extrema derecha y la extrema izquierda tienen liderazgos bien consolidados y no cuentan con políticos más prudentes y realistas.
La segunda gran complicación es que Francia es uno de los 20 países que utilizan la moneda única. ¿Qué pasaría si la prima de riesgo de los bonos franceses se disparara? La UE dispone de mecanismos para intervenir mediante la compra de bonos. Pero ¿estarían Bruselas o Berlín dispuestas a aceptar tal medida si la crisis hubiera sido provocada por un enorme nivel de gasto no financiado? El Gobierno alemán está haciendo esfuerzos por ahorrar miles de millones de dólares a nivel nacional. ¿Por qué iba a aprobar el rescate de una Francia dispuesta a derrochar?
La extrema derecha y la extrema izquierda francesas también son profundamente euroescépticas, y ya se están quejando de los dictados de Bruselas y expresando hostilidad hacia Alemania. El programa electoral de RN habla de una “divergencia profunda e irreconciliable” entre las visiones del mundo de Francia y Alemania. Jordan Bardella, que seguramente será el candidato de RN a primer ministro, amenazó hace poco con recortar la contribución de Francia al presupuesto de la UE en 2.000-3.000 millones de euros al año.
Durante la crisis de la deuda griega, que duró casi una década, el desafío de Atenas a la UE se vio superado en última instancia por la amenaza de expulsar a Grecia del euro, una medida que habría destruido el valor de los ahorros griegos. Pero expulsar a Francia del euro, o de la propia UE, es casi inconcebible. Todo el proyecto europeo se ha construido en torno al tándem franco-alemán desde la década de 1950. Es mucho más probable que Francia permanezca en la UE y en la moneda única, pero dando la lata. Eso acabaría con la cohesión y la estabilidad europeas, en un momento en que la UE intenta mostrar cohesión ante la amenaza de Rusia. A menos que Macron dimita (lo que parece poco probable), seguirá representando a Francia en las cumbres internacionales y las reuniones de la UE. Pero, salvo un vuelco de última hora en las encuestas, es probable que el presidente francés salga muy tocado de estas elecciones. Puede que algunos de los homólogos europeos de Macron disfruten en silencio del espectáculo de la humillación de Júpiter. Pero el impacto general en Europa de una Francia enfadada sería devastador. El instinto de RN sería plantar cara a Bruselas en nombre de la soberanía francesa. Sin embargo, los líderes de la extrema derecha han mostrado cierta conciencia en los últimos años de que el euroescepticismo de línea dura puede asustar y alienar a los votantes y a los mercados. Tras perder las elecciones presidenciales de 2017, el RN abandonó discretamente su discurso de abandonar el euro.
Una crisis económica –sumada a una confrontación con Bruselas y Berlín– podría llevar a RN a reafirmarse en sus instintos nacionalistas y de confrontación. Otra posibilidad es que la realidad del Gobierno le obligue a llegar a un acuerdo con la UE. Quienes tengan más edad y buena memoria recordarán la crisis económica de Francia a principios de los años ochenta, cuando un Ejecutivo socialista intentó aplicar un programa radical de izquierdas. Aquella crisis propició el ascenso de Jacques Delors, primero como ministro de Economía francés y luego como presidente de la Comisión Europea. En Bruselas, Delors impulsó avances espectaculares en la integración europea y el lanzamiento de la moneda única.
Aunque es poco probable que la historia se repita del mismo modo, décadas de experiencia sugieren que es un error apostar en contra de la capacidad de la UE para superar amenazas que parecen mortales.
La falta de sinceridad y las elecciones británicas. Martin Wolf. Financial Times.
Las elecciones generales son el acontecimiento político más importante de una democracia. Unas elecciones libres y justas dan lugar a un gobierno que el electorado acepta como legítimo. Permite a los votantes deshacerse de un gobierno que ha perdido su confianza, sin violencia, asegurando así la bendición de una sociedad pacífica y ordenada. Todos ellos son enormes beneficios de la democracia.
En todos estos aspectos, las elecciones generales británicas están ofreciendo lo que deberíamos desear. Después de ver cómo Donald Trump intentaba anular los resultados de las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos (EEUU), no deberíamos dar por sentadas estas bendiciones. Pero unas elecciones democráticas deberían ofrecer mucho más que esto, especialmente para un país en la difícil situación actual de Reino Unido: deberían iniciar un debate sobre las opciones a las que se enfrenta el país. La democracia debería ser algo más que un cínico ejercicio de relaciones públicas. Desde este punto de vista, estas elecciones son un fracaso.
La dificultad es evidente: seguir como hasta ahora no va a funcionar. Reino Unido se enfrenta a retos fundamentales. ¿Cómo puede reactivar el crecimiento? ¿Cómo va a hacer frente a las presiones fiscales de una sociedad que envejece y con unos servicios públicos ya bajo presión? ¿Cómo va a aumentar la inversión pública y privada y cómo va a generar los ahorros necesarios para financiarla? ¿Cómo va a llevar a cabo la transición ecológica? ¿Cómo va a financiar un mayor gasto en defensa? ¿Qué tipo de sistema fiscal necesita para financiar el gasto público de forma justa y eficaz?
Si las cosas fueran bien, no tendríamos que plantearnos estas cuestiones. Pero no es así. Así que tenemos que hacerlo.
La última evaluación de la economía llevada a cabo por el Fondo Monetario Internacional (FMI) pone de relieve dos hechos simples y deprimentes. En primer lugar, señala que “la caída del crecimiento de la productividad laboral, motor clave del nivel de vida, de alrededor del 2% [antes de la crisis financiera mundial] a alrededor del 0,5% después, ha sido notablemente mayor que en otras economías avanzadas”. Dicho sin rodeos, la economía de Reino Unido ya no es una economía de crecimiento.
En segundo lugar, las previsiones fiscales en las que se centran las elecciones son una fantasía o, como se dice en la jerga del FMI: “Sin un gran impulso al crecimiento potencial, estabilizar la deuda a medio plazo implicará probablemente algunas decisiones difíciles”. Sí, para estabilizar la deuda pública a medio plazo será necesaria alguna combinación de subida de impuestos, tasas a los usuarios y recortes en el gasto previsto. ¿Cómo afrontar estos retos, económicos y políticos? ¿Qué le puede pasar al país si el próximo Gobierno tampoco los aborda?
La propuesta laborista
El Partido Laborista es el gran favorito para hacerse con el poder en las elecciones. Así que, si las encuestas no se equivocan, pronto tendrá que abordar estas cuestiones. Su manifiesto tampoco es un documento terrible.
Tiene razón, por ejemplo, al insistir en la necesidad de estabilidad y de reformar la planificación. Los conservadores fracasaron en lo segundo y se han burlado de lo primero. Sería bueno que un Gobierno laborista pusiera remedio a estos fallos.
Pero tampoco sería ni de lejos suficiente. Para entender por qué, basta con leer la excelente “respuesta inicial” del Instituto de Estudios Fiscales sobre el manifiesto laborista. Llega a la conclusión de que, a pesar de reconocer tanto el estado calamitoso de los servicios públicos como la situación fiscal, los laboristas no tienen planes creíbles para hacer frente a ninguna de las dos cosas.
Merece la pena citar esta demoledora sentencia: “El aumento del gasto en servicios públicos prometido en la tabla de costes es minúsculo, casi trivial. Las subidas de impuestos, más allá de la inevitable reducción de la evasión fiscal, son aún más triviales. El mayor compromiso, el tan cacareado “plan de prosperidad verde”, no supera los 5.000 millones de libras (5.900 millones de euros) al año, financiados en parte con préstamos y en parte con “un impuesto extraordinario a los gigantes del petróleo y el gas”.
“Más allá de eso, casi nada en forma de promesas concretas sobre el gasto, a pesar de que los laboristas han diagnosticado problemas profundamente arraigados en la pobreza infantil, la falta de vivienda, la financiación de la educación superior, la atención social de adultos, las finanzas de los gobiernos locales, las pensiones y mucho más. Promesas concretas, pero de no hacer cosas. No aumentar la deuda al final de las previsiones. No aumentar los impuestos a los trabajadores. No aumentar los tipos del impuesto sobre la renta, la seguridad social, el IVA o el impuesto de sociedades”.
Esta es la política de la evasión. Detrás hay una teoría de la política democrática: no reconocer nunca la verdad. Como forma de ganar elecciones, puede tener sentido. Pero, como enfoque de gobierno, es un claro peligro, ya que no prepara a nadie para lo que hay que hacer. Como forma de tratar a la propia democracia, es aún peor. Al tratar a los votantes como meros niños, sólo puede garantizar un cinismo cada vez mayor sobre nuestra política. Si no podemos admitir ante los votantes las duras realidades a las que nos enfrentamos, desconfiarán cada vez más de los políticos y, por tanto, de nuestra propia democracia.
Buen fin de semana!!




















































































































































