Comentario de mercado viernes 4 de Octubre del 2024.

El incremento del riesgo geopolítico esta semana ha dejado en un segundo plano la publicación de unos datos macro en Estados Unidos que trasladaron un sesgo un tanto mixto, pero destilando un mayor enfriamiento del mercado laboral, tras la fuerte caída registrada en el número de renuncias y, sobre todo, un componente de empleo del ISM manufacturero que descendió hasta la zona de los 43 puntos. El ataque de Irán sobre Israel tuvo efectos bastante importantes en los mercados, al menos en un inicio, el flujo inversor buscó refugio en la deuda pública, vendiendo los activos de riesgo y, sobre todo, se notó con una fuerte subida del precio del petróleo que llegó a subir un 3,0% en las primeras fases del conflicto. El martes a las 8 de la tarde Irán lanzó 180 misiles sobre Israel. Todo el mercado está pendiente de si se trata de un gesto superficial como en ocasiones anteriores o si es algo más serio. El precio del petróleo ha estado muy presionado al alza esta semana ante este conflicto, cualquier posicionamiento orientado a retirar de la producción los 3,3 millones de barriles que bombea Irán en la actualidad, ya sea total o parcialmente, tendría la capacidad de cambiar las reglas del juego que se intuyen para el año que viene. En este sentido, conviene tener presente que, derivado de las señales macro de debilidad, especialmente en la economía China, la AIE planteó para el 2025 un incremento de la demanda de petróleo de tan sólo 900.000 barriles, lo que trasladaría un escenario de leve sobreoferta. Sin embargo, una alteración en la aportación de Irán bien podría justificar un contexto contrario, lo que trasladaría valoraciones bastante por encima de las actuales.

En el nuevo y turbulento escenario geopolítico todo es posible, incluso anticipar pública y abiertamente cuál puede ser la reacción de Israel al ataque perpetrado por Irán el pasado martes, soslayando que las palabras de un dirigente mundial pueden influir, y mucho, en los mercados, ya de por sí nerviosos y tensos ante la delicada evolución de los acontecimientos en Oriente Próximo. El miedo a que una escalada bélica en la región pueda interrumpir, o al menos estrechar, los flujos de petróleo en la zona se vio ayer alimentado por el mismísimo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien, en un insólito reconocimiento, admitió la posibilidad de que la respuesta israelí a los casi 200 misiles lanzados por Irán sea un ataque a las instalaciones petrolíferas de la república islámica, miembro fundador de la OPEP, uno de los mayores exportadores de crudo del cartel, a pesar de que su industria está lastrada por las sanciones internacionales, y uno de los países con mayores reservas del planeta, por detrás de Arabia Saudí o Venezuela. Al ser preguntado sobre si Estados Unidos respaldaría un ataque de Israel a las infraestructuras petroleras de Irán, Biden admitió que “estamos discutiendo eso”, frase que los mercados interpretaron como una puerta abierta a esa represalia. El resultado, un nuevo rally del petróleo, que ayer se disparó un 5% y superó los 77 dólares por barril, su cota más alta desde finales de agosto

La cotización del Brent encadena así su quinta jornada consecutiva al alza, enjugando parte de las pérdidas acumuladas en el último trimestre y dejando en positivo el contador en lo que va de año, ya que en 2023 cerró en el entorno de los 75 dólares. Las palabras del mandatario estadounidense, admitiendo que la industria petrolera iraní podría estar en el punto de mira de la anunciada revancha del Gobierno de Benjamin Netanyahu, desbordaron el dique de contención levantado la víspera por la OPEP+, que, en medio de la creciente tensión en Oriente Próximo, decidió mantener sus planes de aumentar la producción de crudo a partir de diciembre para evitar seguir perdiendo cuota de mercado frente a otros productores mundiales, anuncio que el miércoles atemperó, y mucho, la subida del Brent.

El aviso a navegantes de Biden, fuera o no un lapsus, se produjo en un contexto en el que también se conjeturaba con un hipotético ataque a instalaciones nucleares iraníes, lo que encendió las sirenas de alarma de la Administración estadounidense, para la que esa es una línea roja que Tel Aviv no debe traspasar. El propio presidente estadounidense advirtió el miércoles al Gobierno de Netanyahu que no apoyará un posible ataque a ese tipo de infraestructuras energéticas. “Discutiremos con los israelíes lo que van a hacer”, afirmó Biden, quien, no obstante, dejó claro que Israel “tiene la necesidad de responder”.

Sobre hasta qué punto pesan el apoyo y los deseos de Washington en las decisiones del Gobierno hebreo, Biden subrayó ayer que “nosotros no permitimos nada a Israel; aconsejamos a Israel”, sugiriendo al tiempo que la represalia no será inmediata:

“No va a pasar nada hoy” (por ayer). La cautela con la que Biden se conduce a la hora de pedir prudencia al Ejecutivo israelí, cuya incursión terrestre en el Líbano ha disparado la tensión en la zona, tiene mucho que ver con el ciclo electoral. Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, la actual Administración de Estados Unid, gobernada por el Partido Demócrata, no quiere incomodar al importante voto judío estadounidense, y menos en un contexto en el que, según sondeos recientes, este parece inclinarse por la candidata demócrata Kamala Harris en detrimento de Donald Trump.

La prometida réplica de Israel ha relegado temporalmente las otras grandes preocupaciones del mercado petrolero, la debilidad de la demanda global y, sobre todo de China, cuya economía, según la OCDE, dibuja una curva descendente en 2024 y 2025. Ahora, el foco está centrado en el alcance de esa represalia, si ésta se produce efectivamente sobre la industria petrolera iraní, y cómo podría afectar ello al suministro de crudo, cuyo principal damnificado sería precisamente China. Se estima que Irán exporta entre 1,6 y 1,8 millones de barriles diarios de petróleo, de los que el grueso, 1,5 millones, tienen como destino el gigante asiático. 

En este agitado contexto, Libia anunció ayer que en breve reanudará la explotación de sus pozos petrolíferos bloqueados por la crisis política del país, lo que podría contribuir a paliar esa posible pérdida de suministro en Irán, ya que Libia podrá recuperar los 1,2 millones de barriles diarios que extraía antes de esas crisis y que se vieron reducidos a 400.000.

Esta semana ha cerrado el tercer trimestre del 2024 en el que las bolsas globales han cerrado un trimestre positivo y mucho más repartido que la primera mitad de año. La recuperación de beneficios más extendida en Estados Unidos junto con las buenas perspectivas de crecimiento en las empresas medianas y pequeñas europeas han permitido que las subidas en los índices sean acompañadas por un mayor número de compañías. Asimismo, la presión regulatoria sobre algunos nombres como Alphabet y unos resultados buenos, pero no sorprendentes por parte de Nvidia han frenado los explosivos avances en las siete magníficas. Finalmente, cabe destacar la acelerada recuperación en China tras los sorpresivos estímulos de la semana pasada. En España, el índice Ibex cerró su tercer mejor mes del año (+4,1%), encadenando tres meses de subidas (+8,5%), algo que no lograba en más de tres años.

Esta semana Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE) apuntó a una nueva bajada de los tipos de interés en la cumbre del 17 de octubre que se celebrará en Liubliana, capital de Eslovenia y que este año acoge la tradicional cita externa del banco central, la única fuera de su cuartel general de Fráncfort. En su discurso ante el Comité de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, Lagarde destacó que “los últimos acontecimientos fortalecen nuestra confianza en que la inflación volverá a alcanzar su objetivo de manera oportuna. Lo tendremos en cuenta en nuestra próxima reunión de política monetaria en octubre”. Los recientes datos de inflación parecen haber cambiado el rumbo adoptado por la autoridad monetaria. Aunque se esperaban descensos en la inflación por debajo del objetivo del 2% que marca la estabilidad de precios, las lecturas resultaron mucho más bajas de lo anticipado. En Francia el crecimiento de los precios se ha relajado hasta el 1,2%, mientras que en España se ha moderado hasta el 1,5% y en Alemania hasta el 1,6%, lo que apunta a una inflación en la zona euro también mucho más reducida. Hasta hace una semana, una mayoría de miembros en el Consejo de Gobierno del BCE veía con buenos ojos acometer una rebaja de los tipos de interés por trimestre, coincidiendo con la publicación de nuevos datos macroeconómicos. El BCE cuenta con un mandato de estabilidad de precios simétrico, lo implica que es tan negativo alejarse del 2% por abajo que por arriba. En ese sentido, una desviación grande debería obligar a la autoridad monetaria a acelerar el paso de la relajación monetaria igual que en 2022 la fuerte escalada de los precios le llevó a subir los tipos de interés sin ambages. El hecho de que Lagarde, que se ha caracterizado por lograr amplios consensos en el Consejo de Gobierno, haya apuntado directamente a la reunión de octubre para un potencial nuevo recorte de los tipos de interés avanza que al menos una parte importante de los representantes considera que los últimos datos de inflación tienen relevancia suficiente como para acelerar los recortes. La actividad económica también apremia. Aunque el BCE espera un crecimiento del 0,8% este año y 1,3% en 2025, Lagarde admitió ante los europarlamentarios que “la recuperación está experimentando vientos en contra”, lo que también podría ejercer presión para acelerar el ritmo de las bajadas de los tipos. La autoridad monetaria, a diferencia de la Reserva Federal de Estados Unidos, no tiene un doble mandato que incluya la preservación del empleo o el crecimiento. Sin embargo, el Banco Central Europeo no quiere causar daño innecesario a la economía con sus elevados tipos de interés y diferentes miembros de su órgano de decisión han repetido que el riesgo de ser demasiado duros es ahora tan relevante para sus decisiones como el de quedarse cortos en la lucha contra la inflación. Por el momento, los futuros sobre el precio del dinero en la zona euro descuentan con una probabilidad superior al 90% un nuevo recorte en la cita de octubre, cuando antes de la intervención de Lagarde se situaban en el 80% que alcanzaron tras los recientes datos de inflación.

Por su parte el presidente de la Fed, Jerome Powell, comentó este lunes que continuará bajando los tipos de interés en un periodo determinado de tiempo, pero que no tiene prisa por hacerlo, ya que esperará a que se den las condiciones adecuadas. Para él, es importante que la senda hacia una inflación del 2% se cumpla, pero también que el empleo y el consumo privado muestren crecimientos estables antes de que la Fed adopte de nuevo una postura neutral.

Otra noticia que me ha llamado la atención esta semana, y que es significativo del momento en el que se encuentra el mercado es que la recompra de acciones está comenzando a perder su brillo y las cifras están cayendo. El volumen actual apunta a que el año 2024 será incluso peor que 2020, cuando el Covid relegó esta práctica por la necesidad de acopiar todo el dinero posible para protegerse ante imprevistos. Ahora queda menos dinero en las arcas y las cotizaciones al alza restan atractivo a la adquisición de acciones propias.  Así lo indican los 146.520 millones de euros que han destinado a recompras en lo que va de año las empresas y los bancos de las principales bolsas del mundo, según los datos de S&P Global Market Intelligence. Ese volumen representa una caída del 35% sobre el acumulado en el mismo periodo del año pasado, pero lo más llamativo es que está por debajo de los 159.900 millones que se movilizaron entre enero y septiembre de 2020. Si la tendencia se mantiene, 2024 arrebatará al año de la pandemia el mínimo de los últimos tiempos y se quedará muy lejos de los casi 400.000 millones que se destinaron a recompras en el ejercicio récord de 2022. La parte positiva es que cada vez más entidades se lanzan a adquirir títulos propios. La moda ha calado, los fondos son partidarios de esta práctica y las empresas y los bancos se resisten a aparcarla. Las operaciones en lo que va de año ascienden a 983, más que en el mismo plazo del año pasado y el máximo desde al menos 2019. Pero cada vez lo hacen por menos dinero. La subida más drástica y rápida de los tipos de interés tiene mucho que ver con ello, aunque solo afecta a una parte de los protagonistas de las recompras. Los bancos han disparado sus beneficios gracias a unos créditos más caros, pero las empresas han visto encarecerse su coste de financiación y están comenzando a agotar las reservas de caja que acumularon durante el Covid y que en buena parte han devuelto al mercado con las adquisiciones. A eso se une la inflación, que afecta a todos por igual y que eleva los costes, y un horizonte de menores beneficios para los bancos por los recortes de los tipos, que vendrán acompañados por mayores cargas de capital que presionarán la solvencia y harán que haya menos para repartir.

También la evolución en Bolsa es un factor importante. Las recompras tienen mucho atractivo cuando las cotizaciones son bajas y las acciones se adquieren a precios de ganga, pero la situación cambia cuando los títulos están en máximos, como pasa ahora en buena parte de las bolsas mundiales. Un ejemplo es el de la banca, que en Europa ha estado haciéndose con sus títulos muy por debajo de su valor en libros, o de muchas empresas, que han estado invirtiendo a una ratio de precio de las acciones sobre beneficios (PER) deprimida. Ya no es así. Las brechas se han reducido. BBVA y CaixaBank han superado su valor contable o están cerca de hacerlo y en Estados Unidos las compañías del S&P 500 están cotizando a un precio sobre beneficios muy por encima de la media de los últimos 10 años.

S&P también ha detectado que el frenazo en la recompra de acciones es muy reciente, al menos en las empresas estadounidenses. Los cuatro primeros meses del año mantuvieron el ritmo. Ha sido desde mayo y sobre todo en los meses de verano cuando el volumen se ha desplomado, coincidiendo con las mayores dudas sobre un aterrizaje suave de la economía tras la restricción monetaria.

Esta semana Blackrock publicaba su informe semanal en que subía exposición a la Renta Variable China (Overweight) tras el estímulo anunciado la semana pasada, y daban un mensaje más constructivo sobre el mercado inmobiliario global (https://www.blackrock.com/us/individual/insights/blackrock-investment-institute/weekly-commentary).

Además, la semana pasada se produjo el mayor flujo comprador de Hedge Funds en bolsa china en mucho tiempo.

La fuerte subida de las bolsas durante este 2024 es puesta a prueba de vez en cuando ante la aparición de riesgos geopolíticos, monetarios o económicos que hacen preguntarse a los inversores si las valoraciones han ido demasiado lejos. A comienzos de agosto se produjo una tormenta por el miedo a un brusco frenazo de la actividad en Estados Unidos y a las subidas de tipos en Japón, todo volvió a la normalidad con las bajadas de tipos de la Reserva Federal y los estímulos en China y ahora la situación en Oriente Medio pone de nuevo en alerta a los mercados.

De aquí a fin de año, los analistas de TS Lombard apuntan a cinco riesgos clave para la escalada tradicional que las bolsas suelen vivir en otoño.

El primero es la posibilidad de una escalada militar en Oriente Medio, en caso de que Israel entre en una confrontación directa con Irán. La principal vía de transmisión de este conflicto es el precio del petróleo, y TS Lombard recuerda lo sucedido en 2022 cuando la invasión de Ucrania encareció la energía y daño acciones y bonos. En opinión de esta firma, sin embargo, “el escenario más probable” en el mercado del crudo es lo sucedido con el shock de Libia en 2013, que elevó el precio del barril un 15%. Para los analistas de UBS, “en el peor caso de una guerra en varios frentes, los precios del petróleo serían una correa clave de trasmisión del conflicto a los mercados globales. Aunque Irán tiene interés en mantener los flujos de energía sin obstrucciones en la región, por su dependencia de las exportaciones, cualquier impedimento a esos envíos, problemas en la ruta del estrecho de Ormuz o daños a infraestructuras críticas podría llevar el barril por encima de los 100 dólares durante varias semanas”. A su vez, ese golpe inflacionista podría llevar a nuevas dudas en la senda bajista de los tipos de interés, lo que explica la importancia del flujo petrolero para los mercados.

En segundo lugar, TS Lombard apunta a los datos de empleo que Estados Unidos que se publican hoy. Aquí, los inversores pueden encontrarse ante dos escenarios negativos, si el paro ha subido mucho, puede implicar que el país está en recesión. Si no es así, significa que la economía sigue fuerte y entonces no hace falta que la Reserva Federal recorte tanto como se preveía. “Nuestra apuesta va por el segundo escenario”, apunta la firma de análisis.

El tercer riesgo, según TS Lombard, serán los datos de consumo en China que se publican la semana que viene. “Los números serán débiles, pero asumimos que esto provocará nuevas actuaciones de Pekín [para estimular la economía]”.

El cuarto riesgo, ligado a la situación también en China, es la previsión de crecimiento del país para 2025 que dará el Gobierno chino en los próximos meses. “Las autoridades deberían mantenerla alrededor del 5%, lo que sería una señal para el mantenimiento de los estímulos”, indica el informe.

Y el quinto gran peligro de este otoño caliente para los mercados es, por supuesto, la celebración de las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos en noviembre. Una victoria de Donald Trump, especialmente si va acompañada de un dominio republicano del Congreso, podría ser inflacionista al imponer tarifas a todas las importaciones que llegan al país.

TS Lombard admite que las valoraciones de Bolsa son muy altas para el entorno geopolítico actual, “pero la crisis de Oriente Próximo no es el conflicto que las va a reducir”. Y, además, según UBS, desde 1941 el S&P ha subido en los doce meses posteriores a una crisis geopolítica en dos terceras partes de los casos. Pero a corto plazo, la Bolsa afronta toda una carrera de obstáculos para cerrar el año en máximos.

Importante esta semana:

En Estados Unidos ayer se suspendió la huelga de estibadores que tenía en jaque a los principales puertos de la Costa Este de Estados Unidos y Golfo de México. El impacto estimado de esta paralización era de unos 1.000-5.000 millones de dólares diarios y ejercía gran presión sobre la Casa Blanca al crear agitación a falta de un mes para las elecciones. Las asociaciones han extendido los contratos en vigor hasta el 15 de enero, para reiniciar las negociaciones hacia subidas en los salarios del +61,5% en los próximos seis meses y obtener mayor protección ante los avances en automoción. 

También en Estados Unidos ayer se publicó el dato de ISM de servicios que sorprendió al alza desde 51,5 a 54,9 (51,7 estimado). Destacó un componente de empleo situándose en terreno de contracción al pasar de 50,2 a 48,1 (50,0 estimado).

Los datos preliminares de inflación de España y Francia que se publicaron la semana pasada salieron por debajo de lo esperado y fueron el empujón que quedaba para que los mercados se decidiesen por descontar de manera mucho más indisimulada una nueva rebaja de tipos por parte del BCE para la próxima reunión de octubre, ya el 80% de los analistas de Bloomberg esperan una rebaja de tipos.

Parece que el endurecimiento de la política monetaria en la eurozona ha cumplido su objetivo, doblegar la curva de la inflación o, si se prefiere, enfriar la escalada de los precios que durante dos años ha tenido en jaque a las economías del Viejo Continente, castigando el poder adquisitivo de empresas y familias. El problema es que toda terapia de choque tiene efectos secundarios y estos se plasman en un fuerte resfriado de la actividad industrial que amenaza con ralentizar, e incluso estancar, al conjunto de la economía del bloque. El IPC armonizado en la zona euro se moderó hasta el 1,8% interanual en septiembre, según avanzó ayer Eurostat. Son 4 décimas menos que en agosto y su nivel más bajo desde abril de 2021, cuando la inflación se situó en el 1,6%, antes de que la reapertura de la economía tras el Covid y los desajustes entre oferta y demanda que provocó espolearan el peor shockinflacionario en décadas.

Estos datos de inflación, como digo, allanan el camino al BCE para profundizar en su giro hacia una gradual relajación de los tipos de interés para evitar un mayor deterioro de la economía. De momento, la autoridad monetaria europea ha efectuado dos recortes en el precio del dinero desde junio, el último el 12 de septiembre, cuando situó la tasa de depósito en el 3,5%. Y todo apunta a que este mes de octubre tendrá lugar el tercero. “Los últimos acontecimientos fortalecen nuestra confianza en que la inflación volverá a alcanzar su objetivo de manera oportuna. Lo tendremos en cuenta en nuestra próxima reunión de política monetaria en octubre”, afirmó el lunes la presidenta del BCE, Christine Lagarde, abriendo la puerta a una nueva rebaja en la reunión que la entidad mantendrá a mediados de mes.

Sin embargo, aunque el fuego esté controlado quizás aún sea pronto para darlo completamente por extinguido, dada la persistencia de presiones inflacionistas en el sector servicios. De hecho, el freno en la escalada de los precios en septiembre se debió fundamentalmente al fuerte abaratamiento de la energía, que cayó un 6%, ya que en el resto de la cesta de la compra de los europeos las alzas fueron, con mayor o menor intensidad, la nota dominante, con los servicios a la cabeza, que se encarecieron un 4%. El sector encadena cinco meses con incrementos similares, lo que evidencia que la inflación se ha atrincherado ahí. Hace apenas quince días, la propia Lagarde advertía de que “la inflación del sector servicios se está mostrando resistente y persistente”.

A ello se añade que la inflación de los alimentos frescos repuntó hasta el 1,5% en septiembre, frente al 1% del mes anterior, mientras que los precios de los alimentos procesados, el alcohol y el tabaco subieron un 2,7% por cuarto mes consecutivo. Por contra, los bienes industriales no energéticos se encarecieron un 0,4%, prosiguiendo la tendencia a la moderación de los últimos meses. Tampoco la inflación subyacente (excluyendo energía y alimentos frescos) acaba de dar su brazo a torcer, con un alza del 2,7%, solo una décima menos que en agosto. En cualquier caso, ante el temor a un mayor enfriamiento económico (“la recuperación está experimentando vientos en contra”, admitió Lagarde el lunes), el BCE parece inclinar la balanza del lado de una relajación más rápida de su política monetaria, aprovechando el buen dato de septiembre y el hecho de que en 12 de los 20 países del euro el IPC armonizado se encuentra ya por debajo del 2% (ver información adjunta), objetivo de referencia de la entidad, cuyo mandato, en sentido estricto, es el control y estabilidad de los precios.

En Reino Unido el PIB final del 2T24 se revisó a la baja hasta el 0,5% intertrimestral por el peor comportamiento del gasto público y del sector exterior.

Esta semana en China hemos conocido la confianza de los empresarios, el PMI compuesto privado elaborado por Caixin se situó en 50,3, ligeramente por debajo del 51,2 previo, aunque todavía en terreno de expansión. Por componentes, los servicios decepcionaron al ubicarse en 50,3 frente el 51,6 estimado, mientras que el de manufacturas se posicionó en 49,3, por debajo del 50,5 previsto, volviendo a terreno de contracción.

En España este martes conocimos que el empleo alcanzó nuevos máximos. Los datos de afiliación a la Seguridad Social resultaron alentadores, en septiembre, el empleo aumentó en 22,2 mil trabajadores, alcanzando así un total de 21,2 millones de afiliados, ambos datos ajustados por estacionalidad. Por otro lado, el paro sube en 3.164 personas, muy por debajo del incremento de 19.768 personas en septiembre de 2023.


Israel e Irán se cuelan en la campaña electoral de EEUU. Gideon Rachman. Financial Times.

Durante el último año, la Administración Biden se ha esforzado por evitar una guerra regional en Oriente Próximo, temiendo que pudiera arrastrar a EEUU o causar estragos en la economía mundial. Esta política está a punto de fracasar. Por segunda vez este año, Irán ha disparado misiles contra Israel, y EEUU ha ayudado a Tel Aviv a derribarlos. Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, ha prometido que habrá “graves consecuencias” para Irán y ha prometido que EEUU colaborará con Israel para garantizar que así sea. Esto suena como una amenaza de acción militar conjunta de EEUU e Israel contra Irán. En abril, se convenció a Israel de que limitara sus represalias a un nivel que los iraníes pudieran aceptar tácitamente y el intercambio de represalias se detuvo. Esta vez, parece mucho menos probable que se pueda evitar una escalada del conflicto entre Irán e Israel. Israel acaba de abrir un segundo frente en su guerra con sus enemigos regionales, con una incursión terrestre en Líbano que sigue a los devastadores golpes que ya ha asestado a Hezbolá, la milicia respaldada por Irán. Es posible que el gobierno de Benjamín Netanyahu quiera devolver el golpe a Irán, con la esperanza de causar un daño duradero a la república islámica y quizás a su temido programa nuclear.

Los iraníes habrán comprendido los riesgos de una respuesta israelí, y algunos en Teherán pueden temer estar cayendo en una trampa al volver a disparar misiles contra Israel. Pero no responder a los ataques de Israel contra Hezbolá –que siguen al asesinato en julio de Ismail Haniyeh, líder de Hamás, en Teherán– también habrá parecido un grave riesgo para Irán. La sombría lógica de la guerra y la disuasión hace pensar que una potencia que es incapaz de defender a sus aliados, o de responder a ataques en su capital, proyecta una imagen de debilidad. Y esta imagen puede dar lugar a nuevos ataques, al tiempo que conduce a una pérdida de influencia y prestigio. Detrás de su contundente discurso, es posible que la Casa Blanca siga instando a Israel a calibrar su respuesta y a no tomar represalias con tanta dureza que Irán se sienta obligado a escalar en su respuesta.

Tras retirarse de Afganistán, la Administración Biden no desea verse arrastrada a un conflicto en Oriente Próximo. Ahora que el ejército israelí combate en Gaza y Líbano, es probable que el Gobierno de Netanyahu tenga sus propias razones para no intensificar el conflicto directo con Irán. Pero si los israelíes deciden emprender una acción directa mucho más dura, ya han demostrado que están dispuestos a ignorar los llamamientos a la moderación de la Administración Biden. Es posible que la Casa Blanca espere que, si colabora con Israel, pueda ejercer más influencia sobre su respuesta.

EEUU llevaba muchos meses instando a Israel a que no lanzara un ataque contra Hezbolá. Después de que Israel iniciara las hostilidades el mes pasado, la Administración Biden se unió a Reino Unido, Francia y otros países para exigir un alto el fuego inmediato en Líbano. Una vez más, se le hizo caso omiso.

La disposición del Gobierno de Netanyahu a ignorar los deseos de su aliado más cercano y garante de la seguridad se deriva de una paradoja en el corazón de la política estadounidense. La Administración Biden puede instar a Israel a mostrar moderación en Gaza y Líbano, y de hecho lo hace. Pero también protegerá a Israel de las consecuencias de una escalada, mencionando el compromiso de defenderlo de Irán y de sus otros enemigos regionales. En consecuencia, Tel Aviv entiende que desafiar a la Administración Biden está prácticamente exento de riesgos. De hecho, incluso podría obtener algunos beneficios si consigue que Estados Unidos despliegue su poderío militar contra Irán.

Las posibilidades de que EEUU se niegue a respaldar a Israel en una crisis –siempre escasas– se reducen aún más por el hecho de que falta poco más de un mes para las elecciones presidenciales estadounidenses. Kamala Harris ha insinuado la posibilidad de adoptar una línea más dura con Netanyahu en Gaza. Pero también querrá proyectar una imagen de apoyo inequívoco a Israel en un momento de peligro. Y no puede arriesgarse a parecer blanda con Irán, con el que Estados Unidos tiene una larga historia de antagonismo que se remonta a la crisis de los rehenes de 1979-1981.

No obstante, la situación actual podría perjudicar a Harris. A Donald Trump le gusta afirmar que el mundo estaba en paz durante su presidencia, pero que la debilidad de la administración Biden ha provocado guerras en Europa y Oriente Próximo. Esta última escalada se ajusta perfectamente a su narrativa. Cada vez que se celebran elecciones presidenciales en EEUU, se especula sobre una posible “sorpresa de octubre” que dé un vuelco a la carrera a pocas semanas de la votación. Israel e Irán acaban de dar la sorpresa de octubre de estas elecciones, y Trump puede salir beneficiado.


Adjunto un artículo que leí este verano y con el que estoy muy de acuerdo:

Por qué India llegará a ser una superpotencia. Martin Wolf. Financial Times.

“Tengo la firme convicción de que, en 2047, cuando celebremos los 100 años de independencia, mi país será una India desarrollada”. Así se dirigió el primer ministro Narendra Modi a su población el Día de la Independencia en 2023. ¿Es factible su aspiración? Sí. ¿Es plausible? No. Pero sigue siendo probable que India sea una superpotencia para entonces, con una economía, en cierta medida, tan grande como la de Estados Unidos. ¿Cómo lo conseguirá? ¿A qué retos se enfrentará? ¿Qué significará para el mundo?

La semana pasada abordé el tema del futuro económico de India en una serie de conferencias en el Consejo Nacional de Investigación Económica Aplicada y en la Sociedad de Confianza y Unidad del Consumidor de Nueva Delhi. Ilustré el reto de que llegara a ser un país de renta alta comparando a India con el país más pobre considerado como “avanzado” por el FMI, Grecia.

En 2023, el PIB per cápita de India en términos de paridad de poder adquisitivo (PPA) era algo menos de la cuarta parte que Grecia. Si el PIB per cápita griego creciera sólo un 0,6% (su tendencia en 1990-2029, según las previsiones del FMI) y el de India un 4,8% (su tendencia en 1990-2029), el PIB per cápita de India sería sólo el 60% del de Grecia en 2047. Para que igualara al de Grecia, la tasa de crecimiento del PIB per cápita tendría que aumentar al 7,5% anual. Esa cifra no estaría muy por debajo de la de China entre 1990 y 2012, cuando alcanzó la asombrosa tasa del 9%.

El panorama del tamaño agregado es bastante diferente. Las previsiones de la ONU indican que en 2050 la población de India será de 1.670 millones de habitantes, frente a los 1.320 millones de China y 380 millones de Estados Unidos. Con más del cuádruple de población, no será difícil para India igualar la producción económica total estadounidense. Si el PIB de India creciera sólo el 5% anual hasta 2047 (muy por debajo de su tendencia en 1990-2029 del 6,3%) y el de Estados Unidos un 2,3% (su tendencia en 1990-2029), su economía (en PPA) igualaría a la norteamericana.

Estados Unidos seguiría estando más avanzado tecnológicamente y tendría una tasa de productividad mucho mayor. Además, es improbable que la destreza manufacturera de India llegue a igualar la de China: el porcentaje que representa su sector industrial en el PIB no sólo es mucho menor que el de China, sino que ya está en declive. Sin embargo, el tamaño importa: con su enorme población y una gran economía, India sería una superpotencia, no totalmente equiparable a China o Estados Unidos, pero sin duda una gran potencia.

¿Qué podría impedirlo? Una razón podría ser la ralentización del crecimiento económico mundial señalada en las Perspectivas de la Economía Mundial del FMI publicadas en abril. El impacto y el alcance de esta ralentización estructural (junto con la desaceleración de China y los cambios demográficos) podrían empeorar por un gran aumento del proteccionismo desencadenado por la posible reelección de Donald Trump. A más largo plazo, la crisis climática podría afectar al crecimiento económico, así como al bienestar humano en general, tal como argumenté la semana pasada. Tampoco es inconcebible una guerra entre superpotencias. Frente a esto, algunos esperan que la inteligencia artificial reactive el crecimiento económico. Pero eso es cuestionable.

Crecimiento y exportaciones

Un punto crucial es que los indios necesitarán que su economía crezca al menos el doble que la media mundial. Esto significa que sus exportaciones también tendrán que crecer al menos el doble para que el coeficiente comercial no caiga: de lo contrario, la economía sería cada vez más cerrada. En un reciente artículo, Shoumitro Chatterjee y Arvind Subramanian argumentan en contra de cualquier aversión al comercio. Señalan la creencia generalizada de que “India es un gran país con un gran mercado”. Pero el verdadero tamaño del mercado de bienes y servicios comercializables representa entre el 15% y el 45% del PIB, dada la pobreza generalizada.

Por otra parte, algunos argumentan que “las exportaciones no han sido importantes para el crecimiento indio”. Pero de hecho, las exportaciones han sido cruciales, entre otras cosas porque pagan las importaciones necesarias, incrementan la competencia y ofrecen acceso a los conocimientos técnicos mundiales. Por último, se argumenta que “las oportunidades globales están desapareciendo”. Pero la cuota de India en las exportaciones mundiales de mercancías (excluido el comercio intracomunitario en la UE) fue de apenas el 2,2% en 2022, frente al 17,6% de China. Incluso sus exportaciones de servicios comerciales sólo representaron el 4,4% del total mundial, muy por debajo del 12,8% de Estados Unidos y el 6% de China.

Además, y lo que es muy importante, India tiene puntos fuertes. Es un “más uno” obvio en un mundo de “China más uno”. India mantiene buenas relaciones con Occidente, para quien es estratégicamente importante. Pero también es lo bastante importante como para importar a todos los demás países. Podría ser lo que el FMI llama un “país conector” en la economía mundial. De hecho, puede y debería liderar la liberalización del comercio, a nivel nacional y mundial. India también cuenta con la ventaja de su diáspora, que tiene una enorme influencia, especialmente en Estados Unidos. Por último, sus grandes recursos humanos le dan la capacidad de diversificar y mejorar su economía con el tiempo. Debe aprovecharlo. En resumen, el tamaño da peso al país. India no sólo no está limitada por el mundo: puede y debe configurarlo.

Sin embargo, lo más importante es cómo se gestione a sí misma. Sus mayores retos son internos: mantener la estabilidad, mejorar la educación, defender el Estado de Derecho, modernizar las infraestructuras, proporcionar un entorno favorable para la inversión, fomentar la inversión extranjera y acelerar su cambio hacia las energías renovables. Las recientes elecciones me han hecho ser más optimista. El país debería seguir teniendo un Gobierno estable. Pero el partido BJP de Modi ha sido humillado. Espero que esto le persuada de centrar sus esfuerzos en la economía y el bienestar de la población, en lugar de en las guerras culturales internas del país. India puede ser una fuerza estabilizadora influyente e inmensamente importante en el mundo. Esperemos que esté a la altura de las circunstancias.


Mérito frente a diversidad. Ignacio De la Torre. Economista Jefe de Arcano

Las políticas denominadas diversity, equity and inclusión o DEI –diversidad, igualdad e inclusión– crecieron en paralelo al movimiento que las impulsaba, el denominado woke, sobre todo desde 2016 en EEUU. Muchas empresas adoptaron estas prácticas, que suponían la discriminación positiva de ciertos colectivos en procesos de selección y promoción, algo que solo puede producirse mediante la discriminación negativa de otros. Además, se intensificaron los programas de formación para reforzar el enfoque en la diversidad. En 2019, la junta directiva de la Business Roundtable, un think-tank de empresarios de máximo prestigio en los EEUU, adoptó además el principio de que el propósito de la empresa no debía limitarse a maximizar beneficios, sino que también había de tener en cuenta los intereses de otros stakeholders, relacionados en general con el personal y su alineación con las políticas DEI. Harvard analizó el comportamiento de los directivos que firmaron la declaración del BRT y obtuvo las siguientes conclusiones: i) prácticamente ninguna de las empresas había modificado sus objetivos de gobierno corporativo en los 18 meses posteriores a la firma de la política; ii) la mayoría seguía centrándose en maximizar el valor de los accionistas y sin hacer referencia a los stakeholders; iii) ninguna afirmaba tratar a estos últimos de forma diferente; y iv) las empresas firmantes afirmaron que no suponía un cambio substancial en su estrategia. En otras palabras, Harvard separó el grano de la paja. Harvard también analizó en 2012 el impacto de políticas de formación sobre diversidad aplicadas durante 31 años en 829 empresas. Concluyó que no funcionan, algo refrendado por otra publicación de 2016 (Dobbin, Kalev).

Durante los siguientes años se produjeron varios hechos importantes. Por un lado, el Tribunal Supremo de los EEUU declaró inconstitucional la discriminación positiva de ciertas razas aplicada por los departamentos de admisión de unas cuantas universidades, política que en general había supuesto la discriminación negativa de otras razas, sobre todo de la de estudiantes norteamericanos de origen asiático. Por otro, consumidores y ciertos líderes de opinión lanzaron campañas de boicot contra empresas woke, como la efectuada contra la cerveza Budweisser. Por último, nueve Estados pusieron en marcha legislaciones destinadas a penalizar la discriminación negativa resultante y amparada por políticas DEI en la contratación de personal.

Asociado a estos cambios subyace un elevado hastío de muchos ciudadanos ante el movimiento DEI. Una encuesta entre afroamericanos (efectuada por The Economist/You Gov) arrojó un sorprendente resultado: la mayoría apoya la decisión del Supremo de terminar con la discriminación racial positiva/negativa en la admisión de estudiantes. Además, el porcentaje de consumidores que opina que las empresas deben postularse en estos temas es cada vez más menguante. Por último, el mundo académico, en su inmensa mayoría, ha mostrado cómo apenas existe relación entre diversidad y rentabilidad de las empresas, y ha desenmascarado los estudios de consultoras que afirmaban lo contrario, señalando errores de bulto en estas últimas publicaciones (Green, Hand, Universidad de Carolina del Norte).

En este contexto, muchas empresas han ido desmantelando sus departamentos DEI. Por un lado, temen los riesgos legales de que la decisión del Supremo sobre universidades sea aplicable en ámbitos como la selección de personal. Por otro, buscan evitar ser expuestas a boicots de consumidores (algo a lo que alude el reciente libro Go Woke, go Broke). Por último, va permeando la objetividad de las publicaciones científicas.

Si todo esto es cierto, ¿a qué se debe entonces la vigencia del DEI? En un documental reciente titulado Am I a Racist? se entrevistaba a “consultores de diversidad”, que en algunos casos llegaban a cobrar honorarios de 7.500 dólares la hora. La expresidenta de Harvard, que difícilmente debió ser nombrada en base a su discreto historial de publicaciones (sobre diversidad) y que tuvo que dimitir por su vergonzosa actuación asociada a los estudiantes judíos, acordó mantener su salario de un millón de dólares tras su abandonar su puesto. Ahí tenemos posibles motivos para seguir creando una necesidad.

Frente al DEI, Callum Borchers, de The Wall Street Journal, ha señalado que Alexandr Wang, CEO de Scale AI, ha propuesto el movimiento MEI, acrónimo de “mérito, excelencia e inteligencia”, o sea, una vuelta a los criterios que deberían ser clave en la selección y promoción de la plantilla. En mi opinión, debemos volver a poner al MEI en valor frente al DEI, y preguntarnos qué es mejor para nuestra sociedad, para nuestras empresas y para el futuro profesional de nuestros hijos.

El semanario The Economist ha intentado mostrar cómo lo peor de la ola woke está quedando atrás. Para ello analiza factores como menciones en medios de comunicación, nivel de actividad woke en las empresas o número de académicos “censurados” (valga el oxímoron). Cuando este episodio termine del todo, muchos tendremos que afrontar nuestras conciencias, y preguntarnos si alguna vez fuimos partícipes de discriminar profesional o académicamente a una persona de mérito por el demérito de no ser diverso; entre otros, muchos varones jóvenes que no tenían vela en este entierro. Quizás en este diálogo con nosotros mismos acabe imperando una “E” más poderosa que la del DEI o la del MEI.


Buen fin de semana!!

Comentario de mercado viernes 27 de Octubre del 2024.

Esta semana la noticia ha venido desde China con las Bolsas subiendo con fuerza después de que el Banco Central (PBoC) anunciara una serie de medidas para estimular la economía entre las que destaca la reducción del ratio de reservas en casi 100 puntos básicos hasta finales de año, recortar el tipo repo a 7 días en 20 puntos básicos hasta el 1,5%, bajar el tipo hipotecario en 50 puntos, rebajar el pago inicial para comprar vivienda al 15% desde el 25% y permitir a fondos y brokers acceder a fondos del Banco Central chino (PBoC) para comprar acciones, ayer el gobierno planeó emitir hasta 248.000 millones de dólares bajo el fondo soberano especial para incentivar el consumo y la inversión en equipamiento y también para apoyar las finanzas de los gobiernos locales. Todas estas medidas en conjunto podrían suponer más de 200.000 millones de dólares, lo que supone cerca del 2,0% del PIB del país. Estas son buenas noticias para el consumo en China, y así lo han reflejado las bolsas, pero para muchos analistas estas medidas ya estaban descontadas por los mercados y no resuelven los tres grandes problemas de China, como son el alto inventario de bienes inmuebles sin destino, la falta de demanda interna que aún no ha alcanzado los niveles prepandemia, y la presión deflacionista que atraviesa el país. Muchos analistas ven factible que se anuncien más medidas, esta vez en el ámbito fiscal, encaminadas a estabilizar la crisis inmobiliaria. En el año el índice chino Hang Seng lleva una subida del 19,50%, que es prácticamente lo que lleva de subida desde el 11 de Septiembre, cuando empezó a hablarse de las medidas de estímulo que las autoridades chinas iban a tomar para incentivar la economía.

Las medidas de estímulo chinas han impulsado el resto de las bolsas y en lo que llevamos de semana el Eurostoxx 50 ha subido un 2%, el Nikkei un 6,60% y e S&P 500 un 0,56%. Las compañías que más han subido han sido las compañías de lujo, esperando que el consumo en China se incremente, LMVH ha subido un 16% en las 4 sesiones de esta semana, Kering un 15,50%, Hermés casi un 17%…. también han subido con fuerza las materias primas y las compañías mineras, el oro está en máximos históricos, por encima de los 2.600$ la onza (2.667$ actual), ha subido un 2% en esta semana y el precio del cobre ha subido un 6% en la semana y se ha vuelto a situar por encima de los 10.000$.

LVMH último mes.

Hermés último mes.

HANG SENG Index en 2024.

Precio del cobre últimos 12 meses.

Chinese historical real GDP growth and IMF forecast

Source: ABG Sundal Collier, IMF

Los fondos internacionales tienen 1,4 billones de euros invertidos en activos en España, según una investigación publicada esta semana en Expansión que pone números. Esa cantidad, repartida entre acciones, bonos y otros activos, equivale casi exactamente al Producto Interior Bruto (PIB) anual de España.

La investigación, a partir de datos de distintos organismos oficiales españoles, asociaciones sectoriales, empresas y de los propios fondos, revela que en los últimos diez años se ha vivido una verdadera explosión de estas entidades en España, al elevar un 75% el volumen de sus posiciones, tanto por sus nuevas inversiones como por la revalorización de sus activos.

Gestoras de fondos de Bolsa y renta fija como BlackRock (que suma 63.000 millones de euros en España), Vanguard, Fidelity o Pimco, fondos soberanos como Mubadala, Qatar Investment Authority, el saudí PIF o Norges Bank Investment Management, planes de pensiones como CPPIB o APG, fondos de capital riesgo como CVC, Cinven, EQT y Blackstone, hedge fund como TCI, Millenium Partners o Flat Footed, inversores inmobiliarios como Nuveen o Castlelake y firmas globales de activos como Macquarie o Brookfield se han convertido en dueños de una parte muy significativa de la economía española a través de compras tanto en mercados cotizados como a través de transacciones privadas.

Un 40% de la deuda del Tesoro español, un 62% de los bonos corporativos y bancarios, el 45% de las acciones de Bolsa y un 5% del capital de las empresas no cotizadas está en manos de esos inversores internacionales.

Según un informe reciente del Banco de España “en 2023, la posición de inversión internacional neta deudora de la economía española continuó corrigiéndose, hasta situarse en el 52,8% del PIB, lo que supone el nivel más bajo desde 2004. Sin embargo, este nivel es todavía elevado en comparación con la zona del euro y sobrepasa el umbral de alerta del procedimiento de desequilibrios macroeconómicos que establece la Comisión Europea”. Al final de 2023, la inversión extranjera total en España ascendía a 3 billones de euros, cantidad que incluye, además de las citadas posiciones de los fondos, los activos de las multinacionales foráneas y los préstamos o depósitos mantenidos por bancos internacionales. Es decir, los fondos supondrían casi la mitad de las posiciones inversoras totales. Los fondos CVC y GIP suman un 40% del capital de Naturgy, Mubadala y Carlyle son los dueños de la petrolera Cepsa, BlackRock tiene participaciones de alrededor del 5% en grandes cotizadas como Telefónica, Sabadell o Iberdrola, TCI está presente en Aena, Ferrovial y Cellnex, Blackstone controla el operador del sector de juego Cirsa y Cinven está en proceso de adquirir Idealista. En total, el valor de las acciones cotizadas y no cotizadas de los inversores ronda los 450.000 millones de euros. Esta cifra sigue subiendo en 2024, con operaciones como la oferta pública de adquisición de I Squared y TDR sobre el operador de ITVs Applus y la potencial adquisición de Grifols por parte de Brookfield.

Pero es por el lado de la deuda donde más exposición a España tienen los fondos internacionales, al estimarse que sus carteras de bonos rondan los 950.000 millones de euros. La mayor parte corresponde a la deuda pública, ya que los “no residentes” tienen 578.000 millones en emisiones de las administraciones públicas. La firma californiana Pimco, filial de Allianz, el fondo soberano de Japón, el de Noruega y gestoras de pensiones de Canadá o Estados Unidos figuran entre los inversores que acuden habitualmente a las subastas del Tesoro.

BlackRock, por ejemplo, es el principal prestamista de Job & Talent, y MV Credit, vehículo de Natixis, ha tomado una participación en Pronovias al canjear deuda por acciones. En total, los fondos cuentan con unos 400.000 millones de deuda corporativa y bancaria.

Una de las nuevas tendencias en el sector de los fondos con consecuencias para el mapa empresarial español es el proceso de concentración que se inició hace unos meses. Las principales gestoras van adquiriendo rivales más pequeños, sobre todo en nichos como las infraestructuras o el crédito, lo que va a reforzar su peso e influencia. Ejemplo de estas operaciones son la adquisición de GIP (socio de Naturgy) por parte de BlackRock, la de DIF Capital Partners (dueño de varios hospitales y autovías españoles) por CVC, la de ECP (comprador de Atlántica Renovables) por Bridgepoint, la del 50% de Corsair (accionista de Itínere) por Investcorp o la de MV Credit (prestamista de Monbake y la Universidad Europea) por Clearlake Capital. Como resultado de estas operaciones, los gigantes de la inversión van acumulando más activos bajo gestión y más influencia.

Según el último informe de estrategia de Julius Bäer ahora que parece más probable un aterrizaje suave de la economía, los tipos de interés a largo plazo deberían subir ligeramente, los analistas de JB esperan que el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años alcance el 4,0% a finales de año. Las divisas también sentirán el impacto. El agresivo recorte de tipos de la Fed erosionará la ventaja del dólar en cuanto a tipos de interés, pero no esperan una fuerte caída de la moneda estadounidense, los analistas de Julius Bäer esperan que el dólar se mantenga dentro de un rango, y que el tipo de cambio eurodólar volverá a subir hasta 1,08 en los próximos meses.

El Banco de Inglaterra (BoE) mantuvo los tipos de interés en el 5,00%, considerando que aún es necesaria una postura restrictiva para que los riesgos inflacionarios se disipen por completo. Como la inflación de los precios de los servicios sigue siendo elevada, es probable que el ritmo del Banco de Inglaterra al que flexibilizará su política monetaria sea mucho más gradual que la llevada a cabo por otros bancos centrales. Esto daría lugar a que el BoE mantuviera el tipo de interés oficial más alto entre las economías del G10 a finales de este año con lo que el cambio euro/libra podría alcanzar niveles de 0,83 en un corto plazo.

El indicador de sentimiento de mercado de la CNN de miedo/codicia (fear/greed Index) vuelve a situarse en niveles de euforia o codicia (https://edition.cnn.com/markets/fear-and-greed).

Importante esta semana:

Comenzamos las semana con la publicación de unos PMIs preliminares de septiembre por debajo de lo esperado por el mercado, en la Eurozona se publicó un PMI compuesto de 48,9 (frente al 50,5 esperado y 51,0 anterior), PMI manufacturero 44,8 (frente al 45,7 esperado y 45,8 anterior), y de servicios 50,5 (muy por debajo del 52,3 esperado y 52,9 anterior), en Alemania, compuesto 47,2 por debajo del 48,2 esperado y 48,4 anterior, manufacturero 40,3 igualmente peor que el 42,3 esperado y 42,4 anterior, y de servicios 50,6 (frente al 51 esperado y 51,2 anterior), en Francia un PMI compuesto en 47,4 decepcionó al 51,5 esperado y 53,1 anterior, manufacturero 44 (frente al 44,2 esperado y 43,9 anterior), y de servicios 48,3 (frente al 53,1 esperado y 55,0 anterior) y en Reino Unido, compuesto 52,9 (por debajo del 53,5 esperado y 53,8 anterior, manufacturero 51,5 (frente al 52,2 esperado y 52,5 anterior), y de servicios 52,8 (vs 53,5e y 53,7 anterior).

Mientras que en el caso de Estados Unidos los PMIs preliminares de septiembre tanto el dato compuesto 54,4 (frente al 54,3 esperado y 54,6 anterior) como el de servicios 55,4 (frente al 55,2 esperado y 55,7 anterior) mejoraron ligeramente las previsiones, con el componente manufacturero continuando con el deterioro de los últimos meses mostrando un peor comportamiento respecto a las expectativas 47 por debajo del 48,6 esperado y 47,9 anterior.

Siguiendo con datos macroeconómicos publicados esta semana en Estados Unidos se publicó el martes la confianza del consumidor que retrocedía inesperadamente en agosto ante un deterioro tanto de las expectativas como del indicador de condiciones actuales. El indicador elaborado por la Conference Board se situó en 98,7 el mes pasado frente al 104 estimado y el 105,6 previo (revisado al alza). Por el lado de las expectativas, estas cedieron hasta niveles del 81,7 desde el 86,3 anterior, mientras que el componente de situación actual se posicionó en 124,3 vs. el 134,6 previo. De manera similar, en Alemania, la confianza de los empresarios decepcionaba en julio. El índice IFO de clima empresarial volvió a caer hasta el 85,4 desde el 86,6 previo y por debajo del 86 previsto. Por componentes, este comportamiento estuvo explicado principalmente por la caída del sub-índice de situación actual (84,4 vs. 86 estimado) y, en segundo lugar, por el de expectativas (86,3 vs. 86,4 previsto). En conjunto, estos datos apuntan a una recuperación más lenta por parte de la economía germana.

Este martes conocíamos que Estados Unidos planea la prohibición de vehículos de origen chino por temor al sabotaje y potenciales riesgos a la seguridad nacional. El departamento de Comercio del Gobierno americano ha propuesto el veto a todo vehículo con conexión a internet que disponga de software o hardware procedente de China. La medida se justifica ante la creciente preocupación de que los automóviles puedan ser manipulados de manera remota o recolectar información de los conductores y de las infraestructuras estadounidenses. Tal y como indicaba el consejero de seguridad nacional, con millones de vehículos durante 10 o 15 años de vida útil, el riesgo de sabotaje “aumenta dramáticamente”. Este plan es el resultado de una investigación que se inició en febrero para determinar los potenciales riesgos de los coches chinos en circulación y representa un paso adicional en el proceso de intervención, que ya ha establecido aranceles de hasta el 100% sobre este tipo de productos este año. Sobre el vehículo eléctrico recomiendo este vídeo de Patrick Boyle, en el que menciona cómo en China han pasado de comprar el 64% de vehículos extranjeros a que sea en torno al 30%, https://www.youtube.com/watch?v=Zjuj1xB_Ze8.

El FMI dice que Estados Unidos está en camino de un aterrizaje suave y reconoce que la Fed «acertó» al mantener los tipos estables.

Trump ofrece a Alemania un acuerdo automovilístico con «impuestos más bajos, costes de energía más bajos y una carga regulatoria más baja además de acceso gratuito al mejor y más grande mercado del planeta, pero solo si fabrica su producto aquí en Estados Unidos».

El lunes las declaraciones de varios oficiales de la Fed defienden el primer recorte “agresivo” en los tipos de interés de 50 puntos básicos que tuvo lugar la semana pasada. En primer lugar, Kashkari, presidente de la Fed de Minneapolis, espera bajadas de 25 puntos en las próximas dos reuniones de noviembre y diciembre. Además, ve la tasa del dinero en niveles del 3,4% a finales de 2025 y de 2,9% en 2026. Por su parte, Goolsbee, presidente de la Fed de Chicago, no detalló una senda específica, pero hizo énfasis en rebajar significativamente los tipos en lo sucesivo para proteger el mercado laboral y dar soporte a la economía. Asimismo, señaló que la tasa de desempleo actual del 4,2%, se podría considerar acorde con el pleno empleo. 

Lagarde, en un discurso en el FMI, dijo que habría que reflexionar sobre cómo la política monetaria incorpora la evaluación de riesgos, ya que la efectividad de la misma está estrechamente relacionada con la estructura de la economía que como consecuencia de «múltiples shocks” ha experimentado cambios.

En Alemania, las elecciones regionales de Brandeburgo del domingo pasado han dado la victoria al partido del canciller Olaf Scholz, frenando momentáneamente el ascenso de la extrema derecha, que sigue ganando terreno en otras regiones.

En el marco del paquete de medidas anunciadas por el Banco Central Chino (PBoC) el martes, la Autoridad Monetaria anunció el miércoles un recorte de 30 puntos básicos en el tipo que cobra por sus préstamos a 1 año hasta el 2%, lo que supone el movimiento a la baja más grande desde que el Banco empezó a usar esta herramienta. Además, el PBoC retiró 291.000 millones de renminbis netos a través de la facilidad de préstamos a medio plazo (MLF), el mayor descenso desde diciembre de 2021.

En Japón, es noticia el Banco de Japón (BOJ) tras las declaraciones de su gobernador, Kazuo Ueda, la semana pasada, en las que afirmó que subir los tipos de interés en el país es una prioridad. Aunque la subida en octubre parece menos probable, es casi seguro que ocurrirá antes de enero. Y este martes Ueda dijo que los riesgos de inflación al alza han disminuido y que los tipos subirán si se materializan las perspectivas económicas.

En línea con lo esperado, el Banco central de Australia ha mantenido tipos en 4,35% ante los riesgos inflacionistas, no espera alcanzar el objetivo de inflación de forma sostenible hasta 2026, especialmente derivados de la vivienda, un mercado laboral tensionado y el estímulo fiscal.


El dinero, causa de la inflación. Pedro Schwartz. Académico de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.

Sólo un pequeño grupo de economistas dispersos por el mundo nos atrevemos a proclamarnos de acuerdo con Milton Friedman cuando dijo que “la inflación siempre y en todo lugar es un fenómeno monetario”. Digo “pequeño grupo”. La mayoría de la profesión, sobre todo quienes gobiernan los bancos centrales, cree que la inflación tiene causas distintas de un exceso de creación de dinero. Esas explicaciones equivocadas, como son la caída de la producción de bienes por la guerra de Ucrania y la epidemia del Covid, convierten la política monetaria en un puro juego azar.

Bien recuerdo cómo, en 2021, al comienzo de la presente inflación, el vicepresidente del Banco Central Europeo Luis de Guindos se burló paternal y cariñosamente de mí porque yo explicaba la inflación que empezábamos a sufrir fijándome en el crecimiento de la oferta monetaria. “Estás pasado de moda, eres un cuantitativista. Los profesores, que no vivís la realidad económica, no veis que esta inflación se debe a tensiones temporales de oferta. Pronto la doblegaremos”. Las autoridades nunca confiesan que se han equivocado.

Parece de sentido común atribuir el aumento general del nivel de precios que llamamos inflación a una caída de la oferta agregada de bienes y servicios mientras la demanda se mantiene. Esto parece una sencilla aplicación de “la ley de la oferta y la demanda”. Pues no, aunque lo dijera Keynes, cuando algún accidente inesperado reduce la oferta de determinados bienes, como el trigo de Ucrania, o los cruceros turísticos en el Mediterráneo, estos precios y los de sus sustitutos aumentan, pero caen los de sus complementos, como podría ser la mantequilla para untar en el pan o los viajes en avión. Los aumentos o reducciones de precios relativos concretos no son lo mismo que los cambios del nivel general de precios.

Ya en 1556 Martín de Azpilicueta explicó en su Manual de Confessores cómo el oro y la plata venidos de las Indias traían inflación: “En las tierras do hay gran falta de dinero, todas las cosas vendibles, y aun las manos y trabajos de los hombres, se dan por menos dinero que do ay abundancia del”. Además, explicó que con el aumento excesivo de la oferta monetaria también se devalúa el cambio de la moneda.

La formulación de cómo la oferta monetaria excesiva repercute en alzas del nivel general de precios se concreta hoy en día en la conocida ecuación (M·V = Y·P), según la que la oferta monetaria M, multiplicada por una velocidad de circulación V en principio tendente a la estabilidad, causa un aumento del producto nominal Y·P (o producción real Y multiplicada por el nivel general de precios) P. En un primer momento, el aumento de la oferta monetaria causa la expansión del producto nominal en su conjunto, especialmente de la parte real del mismo Y. Por eso los banqueros centrales fomentan el incremento de M esperando lleve a un aumento del empleo, aunque sea mínimo y breve. Empero, muy pronto el público se da cuenta de que el aumento del producto nominal Y·P causado por la expansión de M es un engaño. Primero se refugia en la compra de inmuebles y valores en Bolsa. Acumula, si puede, monedas más firmes que la nacional. Y luego todo lo traslada a precios y salarios más altos. Así, el aumento de M termina recayendo todo sobre el nivel general de precios P.

Atender a la oferta monetaria

Los directivos de la Reserva Federal, el Banco Central Europeo y el de Inglaterra (no los del Banco del Japón o de Suiza) hace veinte años que han dejado de atender a la oferta monetaria M en sentido amplio de su distrito financiero. Como neo-keynesianos que son, sostienen que la inflación ocurre cuando la economía está “recalentada” porque la demanda de bienes y servicios reales es mayor que la oferta. Un error. Como remedio elevan el tipo de interés al que prestan dinero a la banca comercial, en vez de mantener estable la oferta monetaria de la economía. El tipo de descuento del banco central es un indicador ambiguo y, por tanto, un mal instrumento de política monetaria. Primero, la autoridad monetaria de hecho no puede gobernar los intereses a medio y largo plazo del sistema financiero; y segundo, los intereses financieros unas veces se elevan al haber mucha demanda de crédito y otras por estar agobiado el sistema por falta de liquidez. Puede ocurrir como ahora que, pese a la reducción de los intereses anunciada por esos bancos centrales, estemos encaminándonos hacia una recesión, lo que no se remedia con reducciones del tipo de descuento del banco central. Deberían fijarse en la evolución de la oferta monetaria en sentido amplio, que puede caer al tiempo que los intereses.

Las tensiones sociales causadas por el mal remediado episodio inflacionista presente nos recuerdan que Lenin dijo con acierto que la inflación destruye la sociedad burguesa. La ceguera de los bancos centrales puede tener consecuencias graves.


La economía española: ¿auge o decadencia? Francisco Cabrillo.

 Las últimas revisiones al alza de la tasa de crecimiento del PIB han sido utilizadas estos días para tratar de ofrecer una imagen muy positiva de la economía española, que, en algunas variables, supera a las de los principales países europeos. Pero hay otros datos, de mucha mayor relevancia, que no invitan precisamente al optimismo. La cuestión importante no es si hemos crecido unas décimas más o menos en los dos últimos años, sino cuál ha sido la evolución de la renta y la riqueza del país en el medio plazo y qué es previsible que ocurra en el futuro. Y todos los estudios que han abordado estos temas ofrecen una visión bastante negativa de nuestra economía.

La reciente publicación de la última edición del informe de UBS sobre la riqueza en el mundo (Global Wealth Report, 2024) ha sacado a la luz, de nuevo, la mediocre evolución de la economía española a lo largo de los últimos quince años. Conocíamos ya los datos sobre el crecimiento –absoluto y relativo– del PIB per capita en este periodo de tiempo. España es un país que antes de la crisis de 2008 llegó a estar por encima de la media del PIB per capita de la Unión Europea. Pero ya en 2019 esta magnitud había caído al 89% de la media europea; cifra que se redujo al 85% en 2020 tras la pandemia del Covid; y apenas había recuperado un punto en 2022. Por otra parte, son ya al menos cuatro los países de la antigua Europa del Este que nos han superado en renta per capita.

El informe de UBS complementa estos datos al analizar la evolución de la riqueza en una muestra de 35 países de todo el mundo a lo largo del período 2010-2023. Calcula la riqueza en la forma habitual en estos estudios: sumando el valor de los activos financieros y no financieros, siendo estos últimos, principalmente, los inmobiliarios. Los resultados no sorprenderán a nadie que haya seguido la evolución de la economía mundial en las dos últimas décadas. Como era previsible, Estados Unidos y los países emergentes incluidos en la muestra obtienen resultados significativamente mejores que los europeos, cuyo peso económico internacional está en franco retroceso. Pero si nos fijamos en la Unión Europea, vemos que sólo hay en ella tres naciones que han experimentado una reducción de su riqueza en este período: Grecia, Italia y España. En el caso de nuestro país, esto supone un cambio notable con respecto a la década anterior, ya que los datos de España del período 2000-2010 fueron significativamente mejores que los del resto de Europa. Las cifras confirman, por tanto, que a partir de la crisis de 2008 es cuando la economía española empieza a perder posiciones frente a otros países europeos, en un proceso que, claramente, continúa.

Desigualdad en la distribución de la riqueza

Un dato más positivo para nosotros que se presenta en este informe es el que indica que España es uno de los países europeos con menor desigualdad en la distribución de la riqueza. Es sabido que la distribución de la riqueza refleja siempre mayores niveles de desigualdad que la de la renta, ya que mucha gente con ingresos que le permiten mantener un buen nivel de vida carece de patrimonio. El hecho de que España tenga menos desigualdad en la distribución de la riqueza que naciones como Alemania, Francia o Reino Unido se debe, principalmente, a que, en nuestro caso, el número de personas que son propietarias de su propia vivienda es significativamente más elevado que en aquellos países.

Menos favorable para España es, en cambio, el dato que muestra que la desigualdad –aun partiendo de niveles inferiores– ha crecido más en España que en el resto de Europa entre 2008 y 2023. En concreto, el valor del índice de Gini (el indicador más utilizado en los cálculos sobre desigualdad) aumenta en nuestro país casi un 20% en estos años.

Pero el resultado más importante es, sin duda, el antes apuntado: confirma la decadencia económica relativa de España a lo largo de los últimos quince años. Y ésta es una cuestión a la que deberíamos prestar especial atención. Ha llegado el momento de estudiar seriamente las razones de esta mediocre evolución de nuestra economía en el medio plazo. Son, sin duda, varias las causas que pueden explicar tal hecho. Pero muchos analistas ponen el énfasis –acertadamente, en mi opinión– en la pobre evolución de nuestra productividad, que se va alejando de la de otros países europeos; y, especialmente, de la norteamericana. Y la productividad es una variable muy compleja, que sabemos cómo medir, pero que no siempre resulta fácil de explicar. Sin un diagnóstico adecuado de lo que está ocurriendo será difícil encontrar la solución al que es, seguramente, el principal problema ahora de la economía española.


Buen fin de semana!!

Comentario de mercado viernes 20 de Septiembre del 2024.

Las Bolsas americanas han vuelto a los niveles de máximos históricos después de la bajada de tipos de la Fed, el Nasdaq lleva una subida de casi un 2% en la semana, y una subida en el año del 20% (ayer subió un 2,51%), el S&P 500 un 1,56% en la semana y lleva un +19,79% en el año (ayer subió un 1,70%) cerrando en un nuevo máximo histórico.

S&P 500 desde el 2010.

El miércoles la Reserva Federal sorprendió a la mayoría del mercado y decidió de forma no unánime, Bowman estuvo en contra, recortar el tipo de referencia hasta el rango 4,75%-5,0% frente al 5,0%-5,25% esperado por el consenso. Además, espera tipos más bajos para el período 2024-26 hasta el 4,4%, 3,4% y 2,9%, lo que implicaría un recorte de 50 puntos básicos más en 2024, 100 puntos básicos en 2025 y otro recorte de 50 puntos en 2026, frente al 5,1%, 4,1% y 3,1% anterior. A pesar de lo anterior sigue estando unos 50 puntos básicos por encima del mercado en 2025 y ambos se alinean en 2026 cuando la Fed alcanzaría el tipo de largo plazo que ahora estima en el 2,9% frente al 2,8% anterior. Según el escenario de la Fed se alcanzarían tipos reales del +1,5% en 2025 y del +1,0% en 2026. El comunicado reconoce los progresos de inflación y la debilidad del mercado laboral, pero Jerome Powell se mostró confiado en la fortaleza de la economía y advirtió que las bajadas pueden espaciarse o incluso interrumpirse si es necesario. Trump utilizó la bajada electoral como baza electoral y dijo que el recorte de la Fed muestra que o la economía está muy mal «o que están jugando a la política». En cuanto a las elecciones, una nueva encuesta nacional de FoxNews ve a Harris ligeramente por delante de Trump (50% vs 48%), mientras que una encuesta de Quinnipiac ve a Harris liderando en Pensilvania y Michigan, pero, dentro del margen de error, empatada en Wisconsin.

De acuerdo con una encuesta a inversores de Bank of America la mayoría de inversores americanos no esperan que ocurra una recesión en el corto plazo, en su última encuesta de Septiembre el porcentaje de inversores que no ve una recesión en los próximos 18 meses se ha incrementado desde Julio y Agosto hasta superar ese nivel del 50%. Sólo un 8% de los inversores encuestados ve una recesión en la segunda mitad del 2024.

El oro sube en el año más de un 26% y encara su mejor curso desde que en 2010 avanzase el 29,57%. El precio del oro ha marcado hoy un nuevo máximo por encima de los 2.600 dólares por onza (2.607,07$) al calor de la bajada del dólar contra las principales divisas mundiales por las perspectivas de recortes de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal, pero no son los únicos apoyos con los que cuenta. El oro encadena media docena de récords desde enero gracias al incremento de reservas de los bancos centrales, sobre todo los países emergentes, la elevada demanda de oro físico, de lingotes y monedas, por parte del mercado asiático, y las compras de joyas, una fórmula que no deja de crecer. Los datos del Consejo Mundial del Oro reflejan que los bancos centrales elevarán más sus tenencias de oro este año para diversificarse ante la presión que sufre el dólar porque entienden que la moneda estadounidense seguirá a la baja durante los próximos cinco años. Jupiter Asset Management comenta que los bancos centrales han sido compradores constantes de oro desde 2010 y han añadido 7.800 toneladas a sus reservas en este tiempo. La debilidad del dólar unida al escenario de tipos de interés a la baja y con un marco de cierta debilidad en las principales economías del mundo también ayudan al oro. Las expectativas sobre tipos de interés moderadamente bajos parecen suficientes para sostener los precios en torno a los niveles actuales, al menos corto plazo, según los analistas de Julius Baer. Sin embargo, según Julius Baer es necesaria una recesión económica, con unas bajadas del precio del dinero más agresivas, para que el oro suba más y este es un escenario que el mercado no contempla. La clave está en que China, tanto su banco central como los inversores del país, vuelva a comprar oro. Pese a ello, desde Julius Baer creen que ese momento llegará más pronto que tarde y empujará los precios al alza a largo plazo.

La plata también se beneficia del escenario actual, con una revalorización del 31% desde enero, hasta los 31,18 dólares por onza. Se sitúa en precios no vistos desde 2012 porque se ha visto sin impulsada por sus rasgos industriales, que añade que ha estado en déficit de oferta todos los años desde 2021, y espera que la demanda supere a la oferta.

Precio del Oro en 2024.

Un informe de estrategia de Apollo rebaja las probabilidades de recesión tanto en Estados Unidos como en Europa. Después de que la curva de tipos americana ha dejado de estar invertida las probabilidades de recesión han caído.

Se está amplía el diferencial de la intención de voto entre Kamala Harris y Donald Trump, y ya es de casi 5 puntos. (https://www.realclearpolling.com/betting-odds/2024/president).

La actualización semanal del índice de sentimiento inversor alcistas menos bajistas (Bulls minus Bears) vuelve a la parte alta del rango.

AAII Bull – Bears Index

Importante esta semana:

Ayer Trump calificó el recorte de 50 puntos básicos como un «movimiento político», y también dice que Powell «pasó por alto la inflación». En contraposición, Biden dijo que los recortes deberían reforzar la confianza en la economía y que «nunca ha hablado» con Powell desde que se convirtió en presidente. Por su parte, Yellen dice que el recorte muestra que los riesgos de inflación han «disminuido significativamente», siendo la «preocupación primordial» ahora que el mercado laboral «sigue siendo fuerte». Por último, Summers argumenta que los mercados sobreestiman los recortes futuros.

En cuanto a datos macroeconómicos de Estados Unidos esta semana sorprendió positivamente tanto la evolución de las ventas minoristas, ajustadas +3,9% interanual frente al +3,6% del mes anterior, como la producción industrial (+0,8% intertrimestral), dando argumentos al escenario de un aterrizaje suave de la economía.

En Europa esta semana destacó el desplome de la confianza de los analistas e inversores alemanes (ZEW) en lo que apunta a que la economía alemana ha podido volver a recesión y en todo caso, su recuperación va a ser más lenta de lo que se esperaba.

La Unión Europea y China según comunicaron ayer intensificarán las conversaciones para evitar aranceles a los vehículos eléctricos chinos, en este sentido, la UE dice que continuará la investigación sobre subsidios injustos.

La automovilística Mercedes recorta sus perspectivas y espera ahora un EBITDA «significativamente inferior» al de 2023 citando un «mayor deterioro» del entorno macroeconómico «principalmente en China».

En Francia, el primer ministro Barnier, entregó ayer una propuesta de gabinete a Macron y calificó las conversaciones de «constructivas».

En Reino Unido, el Banco Central mantiene tipos en el 5% con una amplia mayoría (8 a 1), además deja claro que las bajadas que comenzaron el pasado agosto llegarán de forma gradual, esperando un recorte adicional este año para alcanzar el 3% en 2025. La Autoridad Monetaria dijo, además, que reducirá su balance en los próximos 12 meses en 100.000 millones de libras esterlinas, el mismo ritmo que en el último año.

Por otro lado, en España el INE publico la evolución de los costes laborales del 2T24. Frenaron su ritmo de avanza, pero se mantienen en un elevado +4,3% interanual frente al 4,6% del mes anterior, y explica en gran medida la resistencia de inflación de servicios a frenar.

El Banco de Francia espera que la inflación interna caiga hasta el 1,5% el próximo año, lo que supone un 0,2% menos de lo anticipado en la previsión anterior (1,7%). En materia de crecimiento deja las cifras sin cambios en el 1,2%.

En China, según Shanghai Securities News, 42 bancos nacionales cotizados registraron un total de 6,73 billones de yuanes en nuevos depósitos en el primer semestre, lo que supone 9,67 billones de yuanes menos que en el primer semestre de 2023.

En Japón, el déficit comercial ajustado de agosto cae mucho menos de lo esperado debido a unas exportaciones e importaciones menores de lo esperado.


La Fed, por detrás de la curva. Juan Pedro Marín Arrese.

El recorte king size en los tipos aprobado por la Fed equivale a reconocer, siquiera de forma implícita, el retraso en relajar su enfoque en exceso restrictivo. Más relevante que este ajuste fue el anuncio de Jerome Powell de proseguir la desescalada hasta alcanzar niveles neutrales. Por más que se esforzara en negar la mayor durante la rueda de prensa, acabó admitiendo que este giro refleja el firme propósito de no situarse por detrás de la curva. El cambio de rumbo se ha demorado más de la cuenta, aunque el repunte de la inflación a comienzos de año restara margen para iniciar el camino que ahora emprende. Si los tipos en términos reales se mantuvieron ampliamente negativos durante la fase más crítica de la ola inflacionista, hace tiempo que cambiaron de signo alcanzando en la actualidad crecientes registros positivos. Hace un año la inflación permitía trasladar el encarecimiento del crédito a los precios de venta en la mayoría de los sectores. Ahora esta facilidad de transferir costes se ha agotado. Al moderarse los precios, los tipos gravitan con superior intensidad sobre la economía. Un cambio de escenario que no ha tardado en afectar al mercado laboral, con su corolario de crecientes dudas sobre la fortaleza de la actividad. No en balde, el deterioro del empleo constituye el indicativo anunciador por excelencia de toda desaceleración. Por más que Powell justificara el ajuste de tipos por el equilibrio en la balanza de riesgos, ante un práctico dominio de la inflación y la vuelta a la normalidad del mercado de trabajo tras la fase de agudo recalentamiento, la Fed se ha visto obligada a compensar su diletante actitud antes del verano con un golpe de efecto.

La Fed entra, pues, en un nuevo ciclo con la intención de alcanzar lo antes posible un signo neutral. Aunque Powell se cuidó de enfatizar que se descenderá cada peldaño en función de la evolución de la inflación y el empleo, mero recordatorio de la independencia que debe preservar toda autoridad monetaria, la rebaja de tipos se antoja imparable. Sólo su ritmo queda sujeto al criterio de la Fed. En la práctica, casi todo dependerá de cómo se desenvuelva el mercado laboral. Parte de una situación de bonanza excepcional. Hace un año, registraba un ritmo trepidante de creación de puestos de trabajo, un paro de 3,5% en mínimos históricos y una oferta de empleo que doblaba la demanda. En apenas seis meses el panorama ha experimentado un sensible cambio. Todavía preserva un envidiable equilibrio, pero la tasa de desempleo se ha incrementado en tres cuartos de punto. Un deterioro que, de proseguir, no tardará en acentuar la desaceleración de la actividad. Es el temor que ha provocado acusadas turbulencias en las Bolsas este verano. Con su movimiento, la Fed reconoce que no cabe descartar este riesgo. De ahí el énfasis otorgado a mostrar su determinación de relajar sin demora la política monetaria hasta alcanzar cotas más compatibles con la actual fase de consolidación. El recorrido se efectuará pausadamente sin que previsiblemente los tipos perforen la frontera del 3% hasta dentro de un par de años. La Fed otorga prioridad a disponer de suficiente potencia de fuego para atajar eventuales shocks futuros. Caja de resistencia que activaría, de inmediato, ante un marcado deterioro del empleo y la economía.

Aterrizaje suave

La Fed pronostica el mantenimiento de un ritmo de crecimiento similar al actual, una progresiva convergencia de la inflación con el objetivo a medio plazo del 2% y tan sólo un leve repunte del paro, en niveles próximos al pleno empleo. Habría, así, conseguido doblegar la llamarada de precios asegurando a la par un aterrizaje suave de la economía. Éxito que Powell achacó a la estrategia de política monetaria practicada. Sin restarle méritos, han jugado también en el resultado poderosos contrapesos. La inflación de costes espoleada por la incertidumbre que siguió a la invasión de Ucrania se desactivó sola al cambiar de signo la especulación. Los efectos de segunda ronda, derivados en gran parte de la estrechez del mercado laboral, se han amortiguado al recobrar éste la normalidad. Y el giro ampliamente expansivo de la política fiscal ha compensado en buena medida las restricciones monetarias al impulsar la demanda y el gasto globales. Por no hablar del moderado celo de la Fed al drenar la plétora de liquidez acumulada, por temor a avivar tensiones financieras que pudiesen desembocar en un credit crunch. En suma, los elevados tipos han apretado a la economía menos de lo que se piensa.


¿Logrará el plan de Draghi el impulso necesario?. Ben Hall. Financial Times.

“Es el momento de hacerlo o será una lenta agonía”. Mario Draghi no se anduvo con rodeos la semana pasada al presentar su plan de acción para impulsar la competitividad europea y rescatar a la economía de la UE de un doloroso declive. No es sólo el nivel de vida lo que está en juego, dijo el ex primer ministro italiano, sino la viabilidad de todo el proyecto europeo. “Es un reto existencial”, sentenció.

La estrategia de productividad de Draghi ha sido la comidilla del mundo de la política económica de la UE en los últimos días. En resumen, aboga por una política industrial revitalizada con una mejor coordinación y financiación centrales.

La verdad es que no aporta muchas cosas nuevas o sorprendentemente originales. Pero el informe es refrescantemente franco sobre la magnitud del reto al que se enfrenta el bloque. Combina objetivos estratégicos coherentes con numerosas propuestas concretas que podrían aplicarse con bastante rapidez. Con una prosa nítida, transmite toda la autoridad del expresidente del Banco Central Europeo.

Plan para la recuperación industrial

El análisis de Draghi ha encantado a los expertos en política. Es “sorprendentemente bueno y contiene pocas sandeces”, concluye Lucas Guttenberg, asesor económico de Bertelsmann Stiftung. “El diagnóstico es difícil de rebatir”, escribe Sander Tordoir, economista jefe del Centro para la Reforma Europea, en un excelente hilo en X. Tordoir afirma que el plan “canaliza aspectos del pensamiento de Jean Monnet (integración de la defensa de la UE), Jacques Delors (mercado único de la UE) y el Bidenomics (tecnología limpia/seguridad económica), pero sobre todo, la propia visión de Draghi”.

Simone Tagliapietra, socia senior de Bruegel, un think-tank de Bruselas, describe el informe como un “plan maestro para una nueva estrategia industrial europea” con la descarbonización como núcleo. “El plan de Draghi tiene lo que cualquier política industrial moderna debería tener: una combinación de acciones horizontales para establecer las condiciones marco adecuadas para la inversión, y acciones verticales para solucionar los problemas específicos de cada sector”.

Los puntos fuertes del plan de Draghi, según Tagliapietra y otros analistas, son las soluciones específicas que propone. Por ejemplo, Draghi sostiene que tiene sentido permitir las importaciones baratas de paneles solares chinos, subvencionados a costa de los contribuyentes, porque Europa se ha retirado en gran medida de este sector, mientras que en turbinas eólicas tiene una gran ventaja comparativa, por lo que la UE debe apoyar al sector, incluso mediante normas de contratación pública.

La elaboración del informe le fue encargada a Draghi por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Pero es sorprendentemente implacable en sus críticas a la política de la UE y, explícita o implícitamente, a la Comisión. La UE no se centra en los objetivos estratégicos más importantes, crea demasiada legislación y ha acumulado trámites burocráticos innecesarios para las empresas europeas.

Fredrik Erixon, del Centro Europeo de Economía Política Internacional, se centra en esta última crítica: “Este punto de los informes de Draghi molestará a muchos, especialmente a los que han estado en las barricadas para que Europa vaya con más fuerza, más rapidez y más profundidad que otras economías comparables en políticas restrictivas para las empresas y la innovación. Nos hemos convertido en el Silicon Valley de la regulación”. El primer mandato de Ursula von der Leyen al timón se convirtió en el “reinado de la burocracia”. “¡Basta! Ahora debe prevalecer el análisis económico. Europa necesita una mejor regulación”, concluye.

También llama la atención la advertencia de Draghi sobre los riesgos que corre Europa si persigue la descarbonización más rápido que el resto del mundo sin una estrategia industrial coordinada que le permita cosechar los beneficios económicos. Por ejemplo, la UE ha abandonado el principio de neutralidad tecnológica al prohibir la venta de coches nuevos de gasolina y diésel para 2035, pero sin un “impulso sincronizado para convertir la cadena de suministro” y establecer una infraestructura de recarga adecuada.

‘Nein, nein, nein’

El plan de Volkswagen de cerrar una o más de sus plantas en Alemania por primera vez en su historia ha causado conmoción en el país. Los males de los fabricantes de automóviles reflejan el problema general de competitividad del país. Alemania necesita urgentemente un relanzamiento industrial.

Draghi ha elaborado un plan para toda la UE, pero abordar las debilidades de Alemania es, al menos implícitamente, el núcleo del mismo. Incluso para alguien acostumbrado a combatir la ortodoxia económica alemana, como hizo en el BCE, la reacción negativa instantánea de los políticos alemanes a su informe debió de ser desalentadora.

El economista italiano apenas había terminado de presentar su estrategia cuando el ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, rechazó la sugerencia de Draghi de que la UE podría necesitar más deuda común para financiar la innovación y otros “bienes públicos” europeos, como las interconexiones de redes.

“Cada Estado miembro de la UE debe seguir siendo responsable de sus propias finanzas públicas”, dijo Lindner. “La responsabilidad no es sólo un instrumento importante en el sector privado para evitar riesgos irresponsables, sino que lo mismo se aplica entre naciones”.

Unos días más tarde Friedrich Merz, líder de la oposición de centro-derecha, mostró la misma intransigencia en su intervención en el Bundestag: “Haré todo lo posible para evitar que Europa siga ese camino”.

El ministro de Economía y político verde Robert Habeck se mostró más positivo. Sin embargo, dado el estancamiento de la economía alemana y la crisis industrial, cabía esperar que el Gobierno y los políticos del país estuvieran más abiertos a nuevas ideas.

Reducir el informe de Draghi a un argumento sobre las ventajas de la emisión de nuevos bonos de la UE sería un error. Abarca mucho más que eso. Pero, como dice Draghi, se necesitará algo de dinero público para incentivar parte de los 800.000 millones de euros anuales de inversión adicional que serán necesarios para cumplir los objetivos de los planes. La discusión sobre el dinero es inevitable.

Draghi también exige una especie de revolución en la forma de hacer política de la UE, con decisiones más rápidas, una legislación más ágil y más coordinación para garantizar que las políticas y las autoridades empujen en la misma dirección. Pero cualquier paso hacia una mayor toma de decisiones por mayoría será probablemente un gran motivo de discordia.

¿Un gran salto adelante?

Dado lo mucho que está en juego para que la UE logre un salto adelante en productividad, el crecimiento debería ser “la preocupación obsesiva de la política europea tanto en Bruselas como a nivel nacional”, afirma Adam Tooze. De momento hay pocos indicios de ello. En la mayoría de las capitales, el informe de Draghi suscitó poco más que indiferencia. Esto dice mucho del vacío de liderazgo que existe actualmente en la UE. París está absorto en la formación de un gobierno inevitablemente débil. En Berlín, la cuestión es cuánto durará una coalición disfuncional.

¿Podrá Von der Leyen dar al plan maestro de Draghi el impulso que necesita? Se mostró prudente en su lanzamiento, al tiempo que afirmaba que el pensamiento del italiano ya había nutrido sus planes para un segundo mandato. Esta semana, Von der Leyen desvelará su equipo de comisarios y sus cartas de misión individuales, lo que debería darnos las primeras indicaciones adecuadas.


Draghi quiere salvar a Europa de sí misma. Martin Wolf.

Dentro de nuestro mandato, el BCE está dispuesto a hacer lo que sea necesario para preservar el euro. Y créanme, será suficiente”. Estas palabras pronunciadas por Mario Draghi, cuando era presidente del Banco Central Europeo (BCE) en julio de 2012, lograron aplacar el pánico en plena crisis del euro. La semana pasada, el mismo hombre publicó 393 páginas sobre el Futuro de la Competitividad Europea.

Como presidente del BCE, Draghi afrontó una crisis con las herramientas que tenía a su disposición. Hoy, sin embargo, está aconsejando a políticos y burócratas asediados y a un público desencantado sobre por qué y cómo llevar a cabo un gran esfuerzo. El objetivo es, una vez más, salvar el proyecto europeo que tanto le apasiona de lo que él considera un “desafío existencial”.

Según se explica en su informe, “si Europa no puede volverse más productiva, nos veremos obligados a elegir. No podremos convertirnos de inmediato en un líder en nuevas tecnologías, un faro de responsabilidad climática y un actor independiente en la escena mundial. No podremos financiar nuestro modelo social. Tendremos que renunciar a algunas, si no a todas, nuestras ambiciones”. En resumen, la UE corre el riesgo de fracasar.

El mundo actual, señala el informe, es especialmente perjudicial para la UE. La era del comercio dinámico y el multilateralismo está llegando a su fin. El bloque ha perdido a su proveedor más importante de energía barata, Rusia. Sobre todo, está entrando en una era de conflicto geopolítico en la que las dependencias económicas corren el riesgo de convertirse en vulnerabilidades.

Y, lo que es peor, la UE está entrando en este nuevo mundo con muchas fragilidades.

Ingresos disponibles

Según el informe, “el ingreso disponible real [per cápita] ha crecido casi el doble en EEUU que en la UE desde 2000”. Una gran parte de la razón es que la UE se ha quedado muy por detrás de EEUU (e incluso de China) en la revolución digital. Solo cuatro de las 50 principales empresas tecnológicas del mundo son europeas. Los precios de la energía en la UE son relativamente altos, en particular en comparación con los de EEUU. La situación demográfica de la UE también es preocupante. Por lo tanto, “si la UE mantuviera su tasa media de crecimiento de la productividad desde 2015, sólo sería suficiente para mantener el PIB constante hasta 2050”. Y, por último, los europeos no pueden protegerse a sí mismos, como lo ha demostrado la guerra en Ucrania.

La UE no puede cambiar el mundo, pero puede –y debe– cambiarse a sí misma para afrontarlo. Lo que se desprende con mayor claridad de este informe son los hilos conductores que conectan estos diversos males. Los más importantes son la fragmentación, la regulación excesiva, la regulación inadecuada, el gasto insuficiente y el conservadurismo excesivo. De ellos, la fragmentación es el más perjudicial.

Estos males aparecen repetidamente en el informe. En sus páginas se señala que “Europa está atrapada en una estructura industrial estática en la que surgen pocas empresas nuevas que modifiquen las industrias existentes o desarrollen nuevos motores de crecimiento. De hecho, no hay ninguna empresa de la UE con una capitalización de mercado superior a los 100.000 millones de euros que se haya creado desde cero en los últimos 50 años, mientras que las seis empresas estadounidenses con una valoración superior al billón de euros se han creado en este período”. En consecuencia, la lista de los tres principales inversores en investigación e innovación (I+I) ha estado dominada por las empresas automovilísticas durante 20 años. Europa corre el riesgo de convertirse en un museo industrial.

¿Por qué? La fragmentación es la respuesta principal. Así, el mercado único no existe realmente, en términos de productos o insumos, especialmente de capital. El sector universitario también está fragmentado, al igual que las ayudas públicas al I+D. La falta de escala y de toma de riesgos significa que las fuentes de financiación de Estados Unidos son mucho mayores que las de la UE. Como resultado, “muchos empresarios europeos prefieren buscar financiación de firmas de capital riesgo estadounidenses y crecer en el mercado estadounidense”.

El exceso de regulación también es un gran problema. Esto se debe en parte a un conservadurismo excesivo, pero también a la tendencia de los Estados miembros a sumar sus propias regulaciones a las de la UE.

La fragmentación también afecta a la política energética y de seguridad. Por ejemplo, no existe un mercado energético totalmente integrado. La UE tampoco ha logrado integrar sus industrias de defensa ni su adquisición de equipos militares. Esto multiplica los costes y reduce la eficiencia. Esa fragmentación es inasequible, sobre todo cuando se cuestiona la credibilidad del compromiso de defensa de EEUU.

Intervencionismo

Inevitablemente y con razón, se está prestando atención a la mesurada y sofisticada adopción por parte de Draghi de políticas comerciales e industriales más intervencionistas. Una justificación es la preocupación por la seguridad. Otra es que la UE cuenta de todos modos con una política industrial, pero está fragmentada y el gasto en ella está dominado por los grandes países miembros. 

La última es que sabemos que, si se hace correctamente, la política industrial puede mejorar tanto la competencia como el bienestar global. ¿Quién piensa ahora que crear Airbus fue un error? Seguramente haya sido un triunfo. La lección es que esas grandes intervenciones deben hacerse en común, a gran escala y con objetivos claros. Estos requisitos serán necesarios para crear un nuevo sistema energético de carbono cero. También la creación de un sector de defensa eficaz.

Por desgracia, las explicaciones de muchos de los problemas que describe Draghi, en concreto la fragmentación y el conservadurismo, son también las razones por las que es poco probable que se adopten sus propuestas radicales. Como señala, “las políticas industriales exitosas hoy requieren estrategias que abarquen la inversión, los impuestos, la educación, el acceso a la financiación, la regulación, el comercio y la política exterior, unidas en torno a un objetivo estratégico consensuado”. Para que la UE logre esto, serán necesarias reformas radicales.

El aumento del nacionalismo hará que la puesta en marcha de estas reformas sea aún más difícil. Los europeos corren el riesgo de olvidar las lecciones de su pasado: solo si actúan juntos pueden tener la esperanza de dar forma a su futuro. Los británicos lo olvidaron. ¿Pueden los demás recordarlo y actuar?


Buen fin de semana!!

Comentario de mercado 13 de Septiembre del 2024.

El importante dato de empleo en Estados Unidos del pasado viernes puso de manifiesto la ralentización y el enfriamiento del mercado laboral en Estados Unidos, y falló a la hora de trasladar cierta confianza al mercado respecto a la salud del mercado laboral y, por extensión, en la corrección de las expectativas más agresivas en cuanto a la política monetaria (dovish) que se han venido construyendo a lo largo de las últimas semanas. En este sentido, el hecho de que la creación neta de puestos de trabajo resultase un tanto tibia, con una fuerte revisión a la baja del dato anterior y, además, respaldase una ralentización en su media móvil fue suficiente para que los inversores se viesen ratificados en sus perspectivas. Los datos de Estados Unidos de Non-Farm Payrolls fueron más débiles de lo esperado y, para muchos, esta es la pieza que faltaba para prever una posible bajada de tipos por parte de la Reserva Federal. El miedo a una ralentización excesiva en la economía estadounidense ha tenido a muchas bolsas del planeta en jaque. Tanto el S&P500 como los 7 Magníficos, al igual que muchos otros valores, han pasado por sesiones muy complicadas de mucha volatilidad, aunque las Bolsas americanas han recuperado parte de las caídas y tanto el S&P 500 como el Nasdaq llevan una subida en el año del 17%.

Los datos de nóminas no agrícolas publicadas el viernes pasado no respondió a la pregunta de si Estados Unidos estaba entrando en recesión y si el próximo recorte de los tipos de interés estadounidenses sería de 25 o 50 puntos básicos. El número de nuevos puestos de trabajo creados fue de 142 mil y se revisó a la baja de la publicación del mes anterior de 114 mil a 89 mil. Los datos fueron insuficientes para impulsar aún más el repunte del mercado, ya que las valoraciones de los bonos del Tesoro de Estados Unidos parecían cada vez más ricas. En el espacio de dos semanas, los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años han caído 30 puntos básicos hasta el 3,65% actual, lo que hizo que las valoraciones parecieran elevadas y vulnerables a cualquier cambio en el sentimiento del mercado

Todo hace indicar que la Reserva Federal estadounidense aprobará la próxima semana el primer recorte de tipos de interés de un nuevo ciclo monetario, dando por cerrado el agresivo periodo de alzas del precio del dinero vivido en 2022 y 2023. Los analistas, más que hablar sobre la conveniencia o no de esa rebaja, discuten sobre si el movimiento será de 25 o 50 puntos básicos, en función del grado de estímulo a la economía que vea necesario el organismo que preside Jerome Powell. El mercado ha aumentado la probabilidad de que la rebaja sea de -50 puntos básicos al 44% tras las palabras de ayer de Dudley, expresidente de la Fed de Nueva York, afirmando que hay más riesgos para el empleo. De aquí a esa decisión la búsqueda de equilibrio entre la situación macro y la política monetaria va a dominar la evolución de las Bolsas, que llevan varias semanas moviéndose al vaivén de los temores a un fuerte frenazo económico. JPMorgan ha elevado sus previsiones de recesión global al 35% de aquí al final de 2024 y al 45% en 2025. Es decir, Powell debe hilar fino para asegurar un “aterrizaje suave”. Esa relación entre la política monetaria y el crecimiento económico va a ser clave para los mercados. Según un análisis de Barclays, la Bolsa puede comportarse de dos maneras radicalmente distintas después de un primer recorte de la Fed. Cuando después de esta maniobra monetaria las economías siguen creciendo, el índice MSCI World ha ganado de media un 20% en el año posterior. Por el contrario, si después de la rebaja hay una recesión, la Bolsa pierde un 4% en los doce meses siguientes, caída a la que hay que añadir el retroceso que suele producirse antes de esa decisión (de media, las cotizadas europeas bajan un 33% en una fase de retroceso económico). La historia dice que las cotizadas lo pasan mal alrededor del primer recorte de la Fed, según los analistas de Barclays, entonces, rebotan rápidamente si no hay recesión, pero caen más si se produce. En las últimas semanas, muchos inversores parecen adoptar una visión precavida, comprando bonos y sectores defensivos.

De JPMorgan me ha gustado mucho un informe en el que analiza cuáles son los activos que descuentan una mayor probabilidad de recesión. Destacan los precios de las materias primas y metales.

En el mail de hoy quería hablar de la Bolsa japonesa, que durante el primer semestre del año fue la protagonista con una subida del 30% desde finales del 2023, y en Agosto llegó a caer un 25% desde los máximos de Julio, debido al famoso “yen carry trade” de la primera semana de Agosto. Es probable que el Banco Central de Japón permanezca en compás de espera ante las señales económicas mixtas y el inicio de un nuevo ciclo de relajación por parte de la Fed. Dada la respuesta del gobierno a la última subida de tipos de interés del Banco de Japón y la actual sustitución del primer ministro Fumio Kishida, la preferencia podría ser por la estabilidad de tipos, sin arriesgarse a una repetición de la reciente volatilidad. Las reformas empresariales en curso siguen impulsando a la renta variable japonesa a pesar de la presión del yen. Sin embargo, las perspectivas a corto plazo pueden ser más de un movimiento lateral en vez de seguir registrando subidas según el último informe de estrategia de los analistas de Deutsche Bank.

Japón publicó el viernes pasado una serie de datos económicos, incluidos el IPC de Tokio y la tasa de desempleo. El IPC de Tokio (sin alimentos frescos) aumentó un 2,4% anual en agosto, tercer mes consecutivo por encima del 2% y por encima de las estimaciones del consenso del 2,2%. El aumento se debió en gran medida a la eliminación de subvenciones en los servicios públicos y al aumento de los precios del arroz por problemas de suministro. Sin embargo, el superíndice subyacente (sin alimentos frescos y energía), una métrica clave para el Banco Central Japonés, se mantuvo en un 1,3%, lo que indica que la inflación del lado de la demanda aún está por recuperarse. El crecimiento de las ventas minoristas del 2,6% interanual en julio también fue más débil de lo esperado. Se espera que el aumento del crecimiento salarial impulse la demanda de los consumidores, lo que apoyaría la normalización de los tipos de interés. El mercado laboral también parece indicar cierta debilidad, con la tasa de desempleo subiendo de forma inesperada al 2,7% en julio desde el 2,5% anterior, el más alto en un año. Sin embargo, esto podría ser un revés temporal, ya que el mercado laboral japonés está experimentando cambios estructurales ante el aumento de los salarios, la escasez de mano de obra y el envejecimiento de la población. Se vuelve así más dinámico, al desaparecer las nociones de empleo de por vida y aumentos salariales basados en la experiencia, de forma que los jóvenes están más abiertos a los cambios de trabajo. Una posible explicación del aumento de la tasa de desempleo podría ser que más personas abandonaran su trabajo en julio para buscar mejores oportunidades, tres meses después del final del ejercicio fiscal en abril, cuando las empresas empiezan a contratar más personal. La tasa de desempleo del 2,7% en julio sigue considerándose baja, y se mantiene la escasez estructural de empleo.

Según los analistas de Deutsche Bank una mayor apreciación del yen frente al dólar podría afectar negativamente al sentimiento sobre la renta variable japonesa a corto plazo. Los movimientos entre ambos activos están inversamente correlacionados. Con varias empresas japonesas expuestas significativamente a los mercados extranjeros, un yen más débil conduce a unos ingresos y beneficios más altos en términos de su divisa local, por lo tanto, una mayor apreciación del yen podría plantear miedo a un impacto negativo en los beneficios empresariales.

Nikkei 225 últimos 12 meses.

Las dudas sobre la demanda china, las incógnitas sobre la ralentización de la economía estadounidense en los próximos meses y el ajuste a la baja, por segundo mes consecutivo, de las previsiones de consumo de crudo por parte de la OPEP han hecho que el precio del petróleo continuase cayendo esta semana. El precio del Brent, crudo de referencia en Europa, se desplomó este martes alrededor de un 3,7% y retrocedió hasta el entorno de los 69,2 dólares por barril, su nivel más bajo desde diciembre de 2021. La cotización del petróleo agrava así una tendencia negativa que arroja números rojos en casi todos los plazos recientes, pierde más de un 10% en la última semana, un 15% en el último mes y un 23% en los últimos doce meses.

La debilidad del precio del crudo ha disparado las alarmas en la OPEP, que la semana pasada decidió posponer cualquier aumento de producción hasta al menos final de año. Esta semana, el cartel petrolero ajustó de nuevo a la baja sus pronósticos sobre el crecimiento de la demanda mundial de crudo este año y el que viene. Ahora, estima que en 2024 se consumirán 104,24 millones de barriles diarios, y 105,99 millones en 2025. Es decir, prevé que la demanda aumente este año en poco más de 2 millones de barriles al día, frente a los 2,11 millones que calculaba hace un mes, mientras que vaticina un alza de 1,74 millones en 2025 frente a los 1,78 millones previstos en agosto. Esto es, según las proyecciones de la OPEP, la demanda seguirá creciendo, pero lo hará perdiendo fuelle, con ajustes que pueden parecer de poco fuste pero que han enviado una señal claramente negativa a los mercados, máxime cuando hace apenas un mes la Agencia Internacional de la Energía (AIE) auguró un incremento de la demanda inferior al millón de barriles diarios tanto en 2024 y 2025, la mitad que la OPEP.

Todo ello en un contexto en el que los datos del propio cartel petrolero ampliado (incluyendo a Rusia y otros países) muestran que los 22 petroestados que lo integran redujeron su oferta de crudo en 304.000 barriles al día durante agosto, con un bombeo total de 40,65 millones de barriles diarios, fruto esencialmente de las interrupciones de suministro en Libia, pero también de la menor producción de Kazajistán, Irak, Rusia o Arabia Saudí. Es decir, menor oferta real y aun así los precios caen con fuerza.

Los temores sobre la debilidad de la demanda china, el mayor consumidor de crudo del mundo, se vieron alimentados por los últimos datos sobre comercio exterior chinos publicados esta semana. Aunque las exportaciones del gigante asiático crecieron un 8,7% en agosto, sus importaciones se desaceleraron de forma muy significativa, al crecer apenas un 0,5% frente al incremento del 7,2% registrado en julio. Un claro síntoma de que la demanda interna china se enfría, lo que no juega precisamente en favor de los precios del petróleo, en un contexto además en el que los coches eléctricos se van abriendo paso en el mercado interior. Todo ello aderezado por las dudas que, desde hace meses, envuelven la economía norteamericana, cuyo rumbo y políticas pueden variar mucho dependiendo de quién sea el vencedor en las elecciones presidenciales de noviembre: Kamala Harris o Donald Trump. Con este telón de fondo, algunos analistas atisban mayores caídas del crudo, como Citigroup, que en un informe reciente situó el precio del petróleo en torno a los 60 dólares de media en 2025, salvo que la OPEP cierre aún más el grifo de la extracción.

Precio del Brent desde el 2021:

Importante esta semana:

El miércoles se publicó el IPC americano en línea con lo esperado en agosto, moderándose en tasa general hasta 2,5%, pero con la subyacente sin cambios en 3,2% y registrando su mayor incremento mensual (+0,3%) en cuatro meses, impulsado por la vivienda (+0,5%, mayor subida desde principios de año), que sigue siendo uno de los principales focos inflacionistas. La expectativa de que la Fed baje sólo 25 puntos básicos la próxima semana ha permitido también aliviar los temores a que se siga deshaciendo el “yen carry trade”, el Yen se deprecia un 2% hasta casi alcanzar 143 yenes por dólar, apoyando a los activos de riesgo.

Este martes fue el debate televisivo entre Donald Trump y Kamala Harris, según una encuesta instantánea realizada por la CNN, el 63% de los televidentes creen que Harris ganó a Trump. Además, otra encuesta realizada por el WP pone de manifiesto que los votantes de los estados indecisos también piensan que Harris ganó, independientemente de cómo planean votar. La campaña de Harris quiere un segundo debate en octubre mientras que la cantante Taylor Swift publicó que respaldará a Harris.

Como resumen del debate, Donald Trump defendió su historial de recortes de impuestos, argumentando que han sido un motor clave para el crecimiento económico y la creación de empleo. Trump afirmó que, de ser reelegido, continuaría con políticas fiscales que favorezcan a las empresas y reduzcan la carga tributaria para los ciudadanos. Por su parte, Kamala Harris criticó los recortes de impuestos de Trump, calificándolos de beneficiosos solo para los más ricos y las grandes corporaciones. Harris propuso un aumento de impuestos para los más adinerados y una mayor inversión en infraestructura y educación, con el objetivo de estimular el crecimiento económico a largo plazo y reducir la desigualdad. En cuanto al comercio internacional, Trump reiteró su postura proteccionista, destacando la necesidad de renegociar acuerdos comerciales para proteger los empleos estadounidenses. Trump señaló que su administración ha sido firme en la imposición de aranceles a países como China, lo que, según él, ha fortalecido la posición de Estados Unidos en el comercio global. Harris, en contraste, abogó por una política comercial más colaborativa, enfatizando la importancia de las alianzas internacionales y el comercio libre y justo. Harris argumentó que una economía global interconectada es esencial para la prosperidad a largo plazo y que las políticas proteccionistas de Trump han dañado las relaciones comerciales y aumentado los costes para los consumidore

Un sondeo de Reuters a economistas y operadores de mercado pone de manifiesto que los encuestados esperan tres recortes de tipos de 25 puntos básicos este año, mientras que la probabilidad media de recesión se mantiene sin cambios en el 30%.

En Europa, como se esperaba, el Banco Central Europeo bajó ayer el tipo de interés de referencia de depósito en 25 puntos básicos y en 60 puntos el tipo marginal de refinanciación y de préstamos estrechando así el diferencial en +15 puntos básicos frente a los +50 que tenía desde finales de 2019. Tanto el comunicado como en la comparecencia posterior de Lagarde el BCE se mostró cauto a la hora de señalar una senda de recortes de tipos de interés, pero en cualquier caso dejaron la puerta abierta a seguir bajándolos gradualmente para mantener una política monetaria restrictiva pero ajustada al ritmo de moderación de la inflación. En este aspecto la presidenta del BCE festejó la moderación de los salarios, pero siguió advirtiendo que es insuficiente, y se mostró preocupada por el estancamiento de la productividad.El nuevo escenario económico actualizado tampoco deparó sorpresas. El BCE prevé una inflación general media del 2,5 % en 2024, del 2,2 % en 2025 y del 1,9 % en 2026, como en las proyecciones de junio. De esta forma, el BCE espera que la inflación disminuya hacia el objetivo durante la segunda mitad del próximo año. En cuanto a la inflación subyacente, las proyecciones para 2024 y 2025 se revisaron ligeramente al alza hasta el 2,9 % este año y el 2,3 % en 2025.

El banco central destaca que la inflación interna sigue siendo alta, ya que los salarios siguen aumentando a un ritmo elevado, pero espera una mayor moderación. El BCE proyecta que la economía crecerá un 0,8 % en 2024, aumentará al 1,3 % en 2025 y al 1,5 % en 2026, ligeramente por debajo de las estimaciones anteriores (0,9 % y 1,4 % respectivamente).

Según fuentes de Bloomberg, el BCE aún no descarta el recorte de octubre debido a los riesgos a la baja para el crecimiento económico. Por su parte fuentes de Reuters consideran que es poco probable que se recorten los tipos en octubre, a menos que se produzca un deterioro importante en las perspectivas de crecimiento.

Francia pidió permiso a la Comisión Europea para poder presentar su borrador de presupuestos para el 2025 después de la fecha límite del 20 de septiembre.

El gobierno de Italia fijó el objetivo de crecimiento para el próximo año entre el 1,3% y el 1,4%. En este sentido, se espera que este año se cierre con un déficit por debajo del 4,0% del PIB, frente al 4,3% que había en el mes de abril. Ello se debería a unas cifras de recaudación mejores de lo esperado.

La Unión Europea encargó a Mario Draghi un informe para diseñar su nueva hoja de ruta económica que ha sido presentado esta semana en el que se pone de relieve que Europa encara “un desafío existencial”, no es que su economía se esté quedando atrás en la carrera global, es que si no acorta pronto la brecha de productividad frente a Estados Unidos y China “no será capaz de financiar nuestro modelo social”, adviertió Mario Draghi, el expresidente del Banco Central Europeo (BCE) y ex primer ministro italiano. El reto es tal, ilustra Draghi, que afrontarlo exigirá a la Unión Europea incrementar en unos 800.000 millones de euros anuales la inversión público-privada en innovación, transformación energética, autoabastecimiento y defensa, lo que equivale a triplicar la potencia de fuego del Plan Marshall desplegado tras la Segunda Guerra Mundial.

El informe El futuro de la competitividad europea, de 397 páginas en dos tomos, fue presentado públicamente este lunes por el propio Draghi desde Bruselas en compañía de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que anticipó que el documento servirá de base para su política económica de “los próximos meses y años”, adoptándolo como hoja de ruta de su mandato antes incluso de presentar al equipo de comisarios con el que encara la nueva legislatura.

El documento viene a denunciar que, pese a la crónica de desaceleración económica que viene sufriendo desde comienzos de siglo, Europa se ha acomodado. El rápido crecimiento de las exportaciones a Asia, el aumento de la fuerza laboral femenina, la caída del desempleo tras la crisis de 2008 a 2012, y “un entorno global favorable”, rebajó las preocupaciones pese a que, en términos per cápita, los ingresos reales disponibles han crecido casi el doble en Estados Unidos que la Unión Europea desde el año 2000. “El paraguas de seguridad estadounidense liberó los presupuestos de defensa para gastarlos en otras prioridades” y, “en un mundo geopolíticamente estable, no teníamos motivos para preocuparnos por la creciente dependencia de países que esperábamos que siguieran siendo nuestros amigos”.

Pero el mundo ha cambiado. La era del rápido crecimiento comercial parece haber pasado, las empresas europeas afrontan una mayor competencia externa, menor acceso a terceros mercados, y “Europa ha perdido abruptamente a su proveedor de energía más importante, Rusia”. “La estabilidad geopolítica está menguando y nuestras dependencias han resultado ser vulnerabilidades”, sentencia Draghi.

Frente a este cambio de paradigma, Europa ha perdido el tren de la revolución digital, solo cuatro de las 50 principales empresas tecnológicas del mundo son europeas, y la UE está entrando en el primer periodo de su historia reciente en el que el crecimiento no estará respaldado por un aumento de la población. Para 2040, prevé el documento, la fuerza laboral se reducirá en unos dos millones de personas al año, por lo que el número de trabajadores por pensionista amenaza con desplomarse de tres a dos.

Para digitalizar y descarbonizar la economía y aumentar nuestra capacidad de defensa, la cuota de inversión en Europa tendrá que aumentar en unos 5 puntos porcentuales del PIB hasta niveles que no se veían desde los años 1960 y 1970”, ilustra Draghi. “Esto no tiene precedentes: a modo de comparación, las inversiones adicionales previstas por el Plan Marshall entre 1948 y 1951 ascendieron a alrededor del 1-2% del PIB anual”, agrega, frente al incremento de la inversión que reclama ahora de entre el 4,4% y el 4,7% del PIB europeo. Es decir, un aumento de la inversión pública y privada anual de unos 750.000 a 800.000 millones adicionales.

En este terreno, el expresidente del BCE consideró “esencial” impulsar las emisiones conjuntas de deuda europea (los llamados eurobonos) para financiar los proyectos estratégicos comunes de mejora de la productividad de la UE, aumento de la innovación, despliegue de redes y defensa. Este paso, ya dado para pagar el plan Next Generation, permitiría desarrollar la unión de capitales, adujo.

“Los valores fundamentales de Europa son la prosperidad, la equidad, la libertad, la paz y la democracia en un entorno sostenible. La UE existe para garantizar que los europeos” disfrutan de esos derechos, pero si deja de poder proporcionárselos “habrá perdido su razón de ser”, sostiene el informe, que determina que “la única manera de ser más productivos es que Europa cambie radicalmente”.

En este sentido, el informe Draghi identifica tres principales campos de actuación para reactivar el crecimiento en la Unión Europea.

El primero “y más importante”, matiza, es que “Europa debe reorientar profundamente sus esfuerzos colectivos para cerrar la brecha de innovación con los EEUU y China, especialmente en tecnologías avanzadas”. La UE, critica, “está atrapada en una estructura industrial estática en la que surgen pocas empresas” disruptivas o que sirvan de motor del crecimiento. En los últimos 50 años, la región no ha dado a luz desde cero a ninguna empresa cuya capitalización de mercado supere los 100.000 millones de euros, frente a seis estadounidenses de más de un billón. El ex primer ministro italiano apunta aquí a una profecía autocumplida, en la que el hecho de que las empresas estén especializadas en tecnologías ya maduras les lleva a invertir menos en investigación e innovación (270.000 millones menos que las de EEUU). Las “regulaciones inconsistentes y restrictivas” son otra traba, lo que ha hecho que el 30% de los unicornios fundados en Europa –empresas emergentes que alcanzan los 1.000 millones– trasladasen sus sedes al extranjero, en especial a EEUU. “Ahora que el mundo está a punto de entrar en la revolución de la Inteligencia Artificial, Europa no puede permitirse el lujo de quedarse estancada”, asevera Draghi, instando a mejorar la formación tecnológica de estudiantes y trabajadores.

La segunda palanca a activar es una descarbonización coordinada de la economía, que convierta la transición energética en una ventaja competitiva. Los precios de la electricidad en la UE son dos o tres veces mayores a los de EEUU, y los del gas natural cuatro o cinco veces más elevados, tanto por la falta de recursos naturales como por la ausencia de un verdadero mercado energético común, con impuestos elevados y heterogéneos. El objetivo debe ser transitar a fuentes de energía limpias, seguras y de bajo coste –siendo conscientes de que los combustibles fósiles seguirán siendo claves el resto de esta década, admite– y enfocar la rebaja de costes al usuario final. La UE ya es líder global en tecnologías limpias (turbinas eólicas, electrizadores o combustibles bajos en carbono) y produce una quinta parte de la energía sostenible mundial, por lo que Draghi ve aquí una oportunidad para potenciar su crecimiento industrial. El gran competidor, señala, es China, dada su apuesta por vehículos eléctricos y tecnologías limpias, y su enorme músculo productivo.

En tercer y último lugar, el informe Draghi aboga por “aumentar la seguridad” y la defensa común, como “condición previa al crecimiento sostenible”, y por “reducir las dependencias” de terceros. “Europa está particularmente expuesta” a shocks, como demostró la pandemia, por su fuerte dependencia de “un puñado de proveedores de materias primas críticas”, en especial de China, y de nuevas tecnologías, como los chips (cuyo 75% a 90% de producción mundial de placas se concentra en Asia).

La única manera de afrontar este desafío es crecer y ser más productivos, preservando nuestros valores de equidad e inclusión social”, concluye Draghi, que deja ahora la toma de decisiones en manos de los líderes europeos.

Comentario de mercado viernes 6 de Septiembre del 2024.

Empezaré el mail con un pequeño resumen del mes de agosto que ayude a poner en contexto dónde nos encontramos de cara al último trimestre del año, os deseo a todos un buen comienzo de curso. Como resumen del mes de Agosto los ganadores han sido los metales industriales, la renta fija y el oro. No obstante, lo que empezó como un gran susto para la bolsa terminó siendo uno de los mejores agostos desde 2021, el índice MSCI global subió en el mes un 1,6%. El Ibexfue uno de los mejores índices entre los países desarrollados, y en sectores y estilos destacó la caída de las pequeñas compañías (small caps) tanto en Europa como en Estados Unidos después de haber tenido un muy mes de Julio, mientras que el sector de crecimiento (growth) español lideró las subidas. Por sectores, los defensivos lo hicieron mejor, aunque de forma más marcada en Estados Unidos que en Europa donde vimos una recuperación de éstos en la segunda quincena.

Por el lado macro, los datos en Estados Unidos de julio de inflación, y sobre todo los de empleo no agrícola, desataron los miedos de recesión el lunes 5 de agosto, provocando una severa reversión en el yen carry trade (Yen-Dólar) que afectó notablemente a los activos de riesgo, el VIX supero 60% en el intradía, como consecuencia de la fuerte caída en las expectativas de tipos de la Fed. No obstante, los datos macro han ido demostrando que la economía americana sigue relativamente sólida. En cualquier caso, la Fed ha girado su discurso a graduales bajadas de tipos al mostrarse más preocupada por el empleo que por la inflación, veremos lo que dice el dato de hoy.  

En renta fija, las rentabilidades soberanas estrecharon durante el mes de agosto, especialmente en Estados Unidos, al aumentar la probabilidad de ver bajadas de tipos apoyadas en un mercado laboral más débil y también por el tono más promercado (dovish) de Powell en la reunión de Jackson Hole. En crédito, el mes termina con apetito por el riesgo, ligeros repuntes en diferenciales de crédito, pero con retornos positivos, especialmente en el High Yield y en AT1 euro.

En divisas destacó la apreciación del euro frente al dólar alcanzando niveles cercanos a los 1,12 dólares por euro en respuesta a una Fed dispuesta a empezar a bajar tipos en septiembre. Por otro lado, el peso mexicano fue el que más sufrió la reversión del carry trade vivido a comienzos de mes del que hablé en mi último mail.

Eurodólar últimos 12 meses:

En agregado, el índice de materias primas registró ligeras caídas mensuales (-1,7%), aunque se fueron disipando las dudas sobre el crecimiento y la depreciación del dólar ayudó a los metales. Destacó el buen comportamiento del gas natural (+13%) tras el ataque de Ucrania, el aluminio (+11%) por la caída de inventarios y el oro (+3,7%) tras el episodio de aversión al riesgo. El crudo se desplomó más de un -4,0%.

Más de dos años después de que la pendiente de la deuda americana 10 años-2 años iniciase la inversión, es decir que la rentabilidad del bono soberano a 2 años sea mayor que el tipo a 10 años, esta semana la referencia estadounidense presenta por primera vez una pendiente positiva. En este caso, la inversión de la curva ha durado 26 meses, siendo el periodo más largo desde los años 80. Históricamente, las últimas seis recesiones han venido precedidas de una inversión de la curva, aunque en dos ocasiones esto no ha sucedido (1988 y 1998) ofreciendo falsas señales. Por ello, la inversión de la curva es una condición necesaria, pero no suficiente para la llegada de una recesión. En el hipotético caso de estar atravesando una en estos momentos, nos encontraríamos en la de mayor decalaje frente al inicio de la inversión, 26 meses frente a los 11 meses de mediana desde 1980.  Por otro lado, la referencia 10–3 meses sigue manteniendo una fuerte pendiente negativa (-132 puntos básicos), lo que contradice la señal enviada esta semana por el par 10–2 años, ya que la desinversión es precisamente el momento más cercano a la recesión. Esto sucede porque el mercado espera unas fuertes bajadas de tipos (126 puntos básicos) en los próximos seis meses.

Probabilidades de recesión en Estados Unidos según diferentes indicadores:

Hoy es el día más importante de la semana para los mercados ya que conoceremos los datos de empleo del mes de agosto en Estados Unidos. El consenso espera una recuperación en la creación de empleo hasta los 165.000 nuevos puestos en el mes de agosto y que la tasa de paro baje una décima hasta el 4,2%. De cumplirse las expectativas, serían unos datos suficientes para calmar a los mercados y apuntarían a una rebaja de 25 puntos básicos en los tipos oficiales en septiembre (reunión la próxima semana). Cabe recordar algunas peculiaridades del informe de empleo de julio, como el elevado crecimiento de los despidos temporales (+30%), algo que debería revertirse en el mes de agosto, o las distorsiones provocadas por el huracán Beryl. 

Los mercados de tipos ahora mismo tienen en precio una probabilidad de 31% de un recorte de tipos de 50 puntos básicos en Septiembre, pero más de 50% de probabilidad de recorte de 50 puntos en diciembre.

Estas son las previsiones de Goldman Sachs sobre tasa de desempleo y cuánto esperaría de recorte de tasas:

4,19% de desempleo o menos implicaría un recorte de 25 puntos básicos siempre que las nóminas sean positivas

4,20-4,29% de desempleo implicaría un recorte de 25 puntos si las nóminas son superiores a 150.000, recorte de 50 puntos si las nóminas son inferiores a 150.000.

4,30% o más de tasa de desempleo sería un recorte de 50 puntos.

Fuente: Andbank.                                                                                                                        

Fuente: Andbank.                                                                                                                        

La volatilidad ha vuelto esta semana a los mercados en Estados Unidos, después de que el lunes fuese festivo. Unos datos macroeconómicos que siguen mostrando debilidad en el lado industrial estadounidense, con un dato de ISM (47,2) en terreno de contracción por quinto mes consecutivo, junto con cierta ralentización en el crecimiento de los agregados globales de ventas de semiconductores (+2,7 % mensual en julio, el crecimiento más bajo en dos meses) ha desatado las preocupaciones en la industria de semiconductores, siendo este el principal detractor en las bolsas globales, Nvidia cayó un 9,5% el martes.

VIX últimos 12 meses:

El martes fue la mayor caída del sector de semiconductores desde el 2020:

La semana pasada estuvo marcada por unos datos macroeconómicos favorables tanto en Estados Unidos como en Europa, con una economía estadounidense que sigue mostrando un crecimiento sólido y la región europea encaminada hacia sus objetivos de inflación, con un último dato del 2,2%. En la bolsa americana todas las miradas estuvieron puestas en Nvidia que, pese a unos beneficios y ventas récord, las elevadas expectativas sobre los beneficios de la compañía hicieron que cayese un -6,4% el jueves, con correcciones al cerrar la semana en torno al -7,7%.

En Estados Unidos se revisó al alza el dato de PIB del segundo trimestre del año, así como la inflación, medida por el PCE, que no mostró sobresaltos. El PIB estadounidense creció un +3% interanual, dos décimas por encima del dato preliminar, principalmente impulsado por un consumo que avanzó en mayor medida a lo publicado anteriormente. En cuanto a la métrica de precios favorita de la Fed, se mantuvo en línea con las expectativas y el dato del mes anterior, tanto en términos interanuales como mensuales. Así, el índice subyacente de PCE permanece en niveles del +2,6% por tercer mes consecutivo y el general en 2,5%. Por componentes, la mayor contribución al crecimiento de los precios continúa de la mano de los servicios (+2,3%), en concreto de los alquileres imputados (+1%).

Las bolsas asiáticas se han resentido esta semana tras casi cuatro meses de subidas al ver que China no acaba de fraguar un crecimiento sostenido y las medidas gubernamentales parecen no tener mucho calado de momento. Promotores inmobiliarios como New World Development han caído hasta un -14% al presentar las primeras pérdidas anuales en dos décadas. Hay esperanzas, no obstante, de que China tenga un buen cuarto trimestre, pues la demanda interna va incrementándose poco a poco, pero las medidas gubernamentales no surten el efecto deseado. Septiembre ha sido históricamente un mes de volatilidad para los mercados financieros y será interesante ver el desarrollo, más tras uno de los peores meses de agosto de los últimos años desde el punto de vista de los activos de riesgo. Hoy conocemos un muy importante informe de empleo en Estados Unidos que puede ser muy determinante en la cuantía de la bajada prevista por la Fed y cómo pueden ser sus siguientes movimientos de tipos. Según dijo Jerome Powell en Jackson Hole recientemente, ‘las acciones de la Reserva Federal no pueden suponer un debilitamiento en el mercado laboral’.

En Europa, el Banco Central Europeo vio cómo algunos de los miembros de su órgano de control respaldan una bajada de tipos en septiembre si los datos de inflación siguen en la actual senda de descensos. Es noticia en Alemania donde la extrema derecha gana en dos elecciones regionales y la victoria se interpreta como un castigo al canciller Olaf Scholz. Si bien las victorias tienen poca repercusión práctica, al ser improbable que puedan formar gobierno, el hecho no ocurría desde la Segunda Guerra Mundial.

Europa y China están en problemas y muestran poca determinación para superarlos. Los europeos ven cómo el modelo alemán exportador apoyado en la industria se tambalea. Los últimos datos publicados muestran una caída del crecimiento y de la inflación, lo que aumenta las expectativas de que el Banco Central Europeo (BCE) venga al rescate después de haber terminado con el entusiasmo postpandémico con el ciclo de subidas de tipos. De hecho, en su último informe estratégico Julius Bäer prevé un recorte de tipos para cada una de las tres reuniones que quedan hasta final de año, y creen que el BCE solo dará pequeños pasos y no bajará tipos con la suficiente determinación para estimular con fuerza el crecimiento, a fin de cuentas, como dicen los analistas de Julius Bäer, los bancos centrales siempre conducen mirando al retrovisor por lo que todavía ven los datos de inflación algo elevados aunque en retroceso. En cuanto a China, todos los inversores de fuera del país han capitulado ante la idea de que la política haga su trabajo y resuelva la crisis inmobiliaria, esto puede ser favorable para los mercados en el corto plazo, ya que las medidas políticas sólo pueden sorprender de forma positiva.

La menor inflación en Alemania y en el conjunto de la eurozona se explica por una demanda más débil, que impide que los precios aumenten y tiene un impacto negativo en el mercado laboral. Esta combinación de débil crecimiento e inflación más baja otorga al BCE un amplio margen para relajar su política monetaria. La mayoría de los analistas prevén un nuevo recorte del tipo de referencia en la próxima reunión del Consejo de Gobierno el 12 de septiembre, y muchos esperan una bajada del tipo oficial en cada una de las tres reuniones restantes del BCE hasta final de año, lo que reduciría el tipo de depósito al 3,00% desde el 3,75% actual. Estos nuevos recortes del BCE de 75 puntos básicos estarían en línea con las expectativas de bajada de tipos por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos, si los mercados se sorprenden por los nuevos recortes de tipos del BCE y una menor flexibilización de la política monetaria en Estados Unidos, el eurodólar podría corregir a medida que el dólar se fortalezca.

La evolución de los precios en la economía china está siendo muy moderada. El índice de precios al consumo apenas subió un 0,13% en el primer semestre del año y la inflación subyacente, que excluye los elementos más volátiles como energía y alimentos fue del 0,7%. La dinámica de precios en el sector manufacturero contribuirá a mantener baja la inflación en los próximos meses. Los últimos indicadores adelantados sugieren que el riesgo de crecimiento y deflación persistirán fruto de la desaceleración del mercado inmobiliario y la débil demanda interna. Debido a la continuada debilidad de la economía china, se han intensificado los rumores sobre un mayor apoyo de la política económica. Informaciones recientes apuntan a que las autoridades chinas estarían considerando permitir a los propietarios de viviendas refinanciar sus hipotecas para reducir su coste de financiación. Si bien esta medida sería bienvenida para aliviar la carga financiera de los hogares, es probable que su efecto sobre el consumo sea limitado dada la preocupación sobre los ingresos y el empleo.

En el Informe mensual de los flujos de mercado del mes de Agosto de Kepler Chevreux siguen destacan los flujos compradores (inflows) en Renta variable, con la entrada de 86,7 billones de dólares frente a los flujos vendedores en el mes en Renta Fija de -41,6billones.

El Flujo comprador destaca en cuatro regiones principalmente +46,4 billones en Estados Unidos, +21,9 billones en ETFs de Mercados Emergentes, +1,6 billones en Europa y +3,4 billones en Japón. Los flujos compradores en emergentes siguen muy concentrados en China (+17,1 billones de dólares) y resto de Asia (Taiwan +4,2 billones e India +600 millones)

El precio del petróleo ha caído más de un 7% esta semana, las razones que argumentan el sell off del crudo pueden ser varias, aunque un elemento que probablemente tuvo un peso específico importante fue la posibilidad de que Libia normalice la producción de la materia prima en un corto periodo de tiempo. El peso específico del país dentro de la OPEP no deja de ser bastante reducido, entorno a un 1.0%, y, por lo tanto, se puede plantear una cierta sobrerreacción por parte del mercado.

Precio del barril de Brent últimos 12 meses:

La Asociación de Inversores Minoristas de Americana (AAII) publicó su encuesta mensual donde se observa todavía una exposición (allocation) muy alto a Renta Variable con niveles de efectivo (cash) bajos. Además, la encuesta semanal de sentimiento de mercado alcistas-bajistas (Bulls minus Bears) sigue estando en la parte alta del rango (https://www.aaii.com/assetallocationsurvey).

AAII monthly survey. Renta Variable (linea blanca), Efectivo (verde), Renta Fija (amarilla):

AAII Bulls minus Bears Index

Importante esta semana:

Kamala Harris, en un mitin el lunes, expresó su oposición a los planes de compra de United States Steel por parte de la japonesa Nippon Steel a pesar de que la operación fuese aprobada de forma unánime por los consejos de administración de las dos compañías. Esto traslada un mensaje intervencionista que no suele gustar al mercado. Además, sugirió el miércoles un impuesto del 28% a las ganancias de capital para las personas que ganan 1 millón de dólares o más.

El Libro Beige de la Fed planteó que la actividad en Estados Unidos se mantuvo estancada o cayó ligeramente en la mayoría de los distritos. En lo que al empleo se refiere hubo estabilidad o ligera subida. En este sentido, no se apreciaron grandes señales de despidos, aunque las horas medias trabajadas cayeron. Por último, los precios y salarios subieron modestamente.

Mary Daly, presidenta de la Fed de San Francisco, señaló que se necesita un recorte de tipos para mantener el mercado laboral saludable, aunque aún no tiene clara la cuantía de este. Bostic, presidente de la Fed de Atlanta, por su parte, planteó que, en estos momentos, los precios y el empleo se encuentran en equilibrio, aunque todavía no se puede cantar victoria respecto al primer punto.

La OPEP+ anunció ayer que retrasa hasta diciembre su plan gradual de aumentar la producción en 2,2 millones de barriles diarios. El cártel del petróleo ha decidido esperar a revertir los recortes voluntarios introducidos en noviembre de 2023. Actualmente, los recortes del cártel ascienden a 5,86 millones de barriles diarios (5,7% de la demanda global), de los cuales 3,66 millones pertenecen a la reducción obligatoria y 2,2 millones a un ajuste voluntario. En el primer caso, los 3,66 millones no expirarán hasta finales de 2025, mientras que el recorte voluntario estaba previsto ser restituido de manera mensual, comenzando en octubre de 2024 hasta noviembre del 2025. Así lo anunciaron en junio, cuando los países miembros tenían intención de reestablecer 180.000 barriles diarios entre los meses de octubre y noviembre, con un horizonte de un año hasta reponer los 2,2 millones de barriles en el mercado. Sin embargo, unos datos desfavorables para la economía China, que es el principal importador de petróleo del mundo, junto con las expectativas de la resolución de la disputa en Libia, llevaban el precio a niveles de 72,7 dólares el barril a cierre de la sesión de ayer, el menor nivel desde mediados de 2023. 

Precio del barril de Brent último mes:

En la eurozona se publicaron este lunes las cifras de confianza empresarial manufacturera que confirmaron la debilidad del sector. En el caso agregado, la lectura definitiva de agosto sitúa al indicador en niveles del 45,8 por tercer mes consecutivo, por lo que aún permanece en territorio de contracción. A nivel país, únicamente España logra superar el umbral de expansión (50,5), seguido de Italia (49,4), Francia (43,9) y Alemania (42,4).

Los miembros del Banco Central Europeo ven la inflación en el camino correcto, aunque difiere la determinación a rebajar tipos en la próxima reunión. Joachim Nagel, gobernador del Bundesbank alemán, indicaba esta semana que no debemos cantar victoria en la batalla sobre la inflación y no tomará una decisión hasta llegada la semana que viene, cuando disponga de una visión completa de los datos. Por su parte, el miembro del Comité Ejecutivo, Piero Cipollone, hizo hincapié en las consecuencias adversas de mantener los tipos de interés en niveles elevados durante demasiado tiempo. Tal y como señaló, la demora en la bajada de tipos nos situaría en una desventaja competitiva, al requerir “desesperadamente” de inversión y crecimiento en Europa. “Los tipos tienen que reducirse porque gran parte del problema inflacionista se ha resuelto”. Además, mostró calma ante la posibilidad de un aumento de los salarios a mayor ritmo que la inflación, al contrario de lo que ha venido pasando, tratándose de una “puesta al día” de la economía. 

El miércoles destacó la publicación de los PMIs de servicios y compuestos de China y la Eurozona. Los primeros mostraron un menor ritmo de expansión del sector servicios ante la debilidad del consumo, de forma que el ritmo de crecimiento del país se acerca al estancamiento. En la eurozona, el PMI de servicios, en cambio, aceleró su ritmo de expansión gracias a una mayor demanda, principalmente por Francia. De esta forma, la economía de la eurozona consigue acelerar su ritmo de crecimiento a pesar de la profunda recesión industrial de Centroeuropa. Respecto de España, el PMI de servicios volvió a acerarse, permitiendo que el país lidere el crecimiento económico.


Lecciones de la gran inflación. Martin Wolf. Financial Times.

El discurso de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, en el Simposio Económico de Jackson Hole el mes pasado, fue lo más parecido a un himno a la victoria que podría pronunciar un sobrio banquero central. “La inflación ha disminuido significativamente”, señaló. “El mercado laboral ya no está sobrecalentado, y las condiciones son ahora menos restrictivas que las que prevalecían antes de la pandemia. Las limitaciones de la oferta se han normalizado”. Y añadió que, “con una reducción adecuada de la restricción política, hay buenas razones para pensar que la economía volverá a una inflación del 2%, manteniendo al mismo tiempo un mercado laboral fuerte”. Así pues, ¡tiempos felices!

El resultado es mejor de lo que yo y muchos otros esperábamos hace dos años. De hecho, el éxito en la reducción de la inflación con sólo un modesto debilitamiento de la economía real es una grata sorpresa. El desempleo, señaló Powell, era del 4,3%, “todavía bajo en términos históricos”. En la eurozona y Reino Unido, las perspectivas son menos halagüeñas. Pero también allí las perspectivas son de tipos de interés más bajos y una demanda más fuerte. Como señaló, una de las razones de este éxito ha sido la estabilidad de las expectativas de inflación a largo plazo. Eso es lo que se suponía que debía conseguir el régimen de “objetivos flexibles de inflación media”. Pero también cabe añadir que hubo algo de suerte, sobre todo en lo que respecta a la oferta de mano de obra.

A pesar de estos resultados, es necesario extraer lecciones, porque algunas de las historias que se cuentan sobre este episodio no son correctas. Se han cometido errores al entender las cuestiones económicas que han rodeado al Covid.

También se han cometido errores al atribuir la subida de los precios únicamente a los shocks imprevistos de la oferta. La demanda también desempeñó un papel. Es muy probable que vuelvan a producirse grandes perturbaciones de la oferta, al igual que habrá nuevas crisis financieras. Los bancos centrales deben aprender de estas experiencias aunque crean que este episodio no ha acabado tan mal.

Un punto importante es que resulta más útil considerar lo ocurrido como un choque a nivel general de precios que como un salto en las tasas de inflación. Así, entre diciembre de 2020 y 2023, el índice general de precios al consumo subió cerca de un 18% en EEUU y la eurozona, y un 21% en Reino Unido. Esto está muy lejos del 6% que supuestamente era el objetivo a tres años vista. No es de extrañar que tantos reconozcan una “crisis del coste de la vida”. Además, se trata de un salto permanente. En el marco de los objetivos de inflación, se trata de choques pasados. Esto no significa que vayan a olvidarse pronto.

Lo más importante es que los shocks temporales de la oferta no causan por sí mismos saltos permanentes en el nivel general de precios. La demanda debe al menos acomodarse, y es más probable que lo haga, a los aumentos permanentes de los precios. En este caso, las respuestas fiscales y monetarias a la crisis del Covid fueron fuertemente expansivas. De hecho, se trató la pandemia casi como si fuera otra gran depresión. No es de extrañar, por tanto, que la demanda se disparara en cuanto terminó. Como mínimo, esto compensó el efecto general de las subidas de precios de productos y servicios escasos. Podría decirse que impulsó gran parte de la demanda que generó esas subidas.

Ecuación de cambio

El monetarista británico Tim Congdon advirtió de ello, como señalé en mayo de 2020. Pensemos en la famosa “ecuación de cambio” del economista estadounidense Irving Fisher: MV=PT (donde M es el dinero, V su velocidad de circulación, P el nivel de precios y T el volumen de transacciones). Entre los cuartos trimestres de 2019 y 2020, la relación entre M3 (la masa monetaria en sentido amplio) y el PIB aumentó 15 puntos porcentuales en la eurozona, 17 puntos porcentuales en EEUU, 20 puntos porcentuales en Japón y 23 puntos porcentuales en Reino Unido. Se trataba de un excedente monetario mundial. Nada, habría dicho Milton Friedman, era más seguro que la subsiguiente “escasez de oferta” y la escalada de los niveles de precios. La política fiscal echó más leña al fuego. Sí, en tiempos normales no se puede dirigir la economía con dinero. Pero un informe de Bruegel sugiere que es en condiciones inestables cuando el dinero importa para la inflación. El Banco de Pagos Internacionales ha argumentado de forma similar. Así pues, no deberían ignorarse las grandes expansiones (y contracciones) monetarias.

Esta expansión monetaria fue puntual: desde 2020, se ha permitido que las ratios volvieran a su punto de partida, mientras el PIB nominal se disparaba. Los monetaristas predijeron que la inflación iba a estabilizarse, como así ha ocurrido. Este resultado se vio favorecido por la estabilidad de las expectativas de inflación y, en algunos lugares, por la inmigración.

El hecho de que el gran salto en los niveles de precios se debiera a la interacción entre los cuellos de botella en la oferta inducidos por el periodo posterior al Covid y la guerra de Ucrania, y la fuerte demanda no significa que esta última fuera un gran error en relación con las alternativas. Una demanda más débil también habría impuesto grandes costes económicos y sociales. Pero debemos analizar con rigor estas alternativas, porque es probable que vuelvan a producirse grandes choques.

¿Y ahora qué?

Este pasado, sin embargo, ya es pasado. ¿Y ahora qué? Una gran pregunta es si la inflación se estabilizará. Otra es hasta qué punto se invertirá la subida de los tipos de interés. ¿Estamos en un mundo en el que los tipos de interés serán permanentemente más altos? De ser así, ¿ha desaparecido ya el temor al límite inferior de los tipos de interés?

El hecho de que las economías se hayan mostrado en su mayoría robustas, a pesar del ajuste monetario, sugiere que podría ser así. Pero eso crea una amenaza para la futura estabilidad financiera y fiscal: las nuevas deudas serán mucho más caras que las antiguas. Es plausible que el envejecimiento, las menores tasas de ahorro, las presiones fiscales y las grandes necesidades de inversión, sobre todo en el clima, se combinen para encarecer constantemente la deuda pública y privada. De ser así, este problema potencial de “altos durante más tiempo” podría convertirse en una pesadilla.

El régimen de objetivos de inflación se ha enfrentado ya a dos grandes pruebas: la crisis financiera y el Covid. Ha sobrevivido a ambas, por poco. Pero es posible que se produzcan nuevas crisis, algunas de ellas incluso muy pronto.


Acostumbrarse a las amenazas en los mercados tiene riesgo. Gillian Tett. Financial Times.

El mes que viene, Wilbur Ross, de 86 años, eminencia del capital privado y exsecretario de Comercio de Donald Trump, publicará una autobiografía, Risks and Returns (Riesgos y rendimientos). Los inversores deberían prestar atención.

Porque escondido en la saga de la sorprendente carrera empresarial de Ross –y su conversión de la política de izquierda a la de derecha– hay un episodio sorprendente que involucra a Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal.

En 2018, según cuenta Ross, el expresidente se enfureció tanto con la decisión de Powell de aumentar los tipos de interés que le dijo a Ross: “Por favor, llama a este idiota y explícale que repudiaré” su trabajo a menos que cambie de rumbo.

Ross se mostró reacio y respondió: “Señor presidente… No me queda claro que le convenga amenazar con reemplazar a [Powell]”. Y cuando Ross finalmente hizo una llamada, Powell insistió en que no tenía “ninguna obligación de debatir” políticas con la Casa Blanca. En otras palabras, prevaleció la independencia de la Reserva Federal.

Seis años después, esto podría parecer historia antigua. O tal vez no. Por un lado, pone de relieve los riesgos que se avecinan si Trump gana en noviembre. Pero también revela otro aspecto: hasta qué punto los mercados están ahora acosados por un fenómeno conocido como la “normalización de la desviación”.

En las últimas semanas, los precios de las acciones han subido, lo que ha llevado al Dow Jones a un máximo histórico. Esto no solo ha revertido la caída del mercado observada a principios de agosto, sino que ha proporcionado un mejor rendimiento para las acciones que casi todos los agostos recientes, como señala Zachary Karabell en su Edgy Optimist Substack .

Este desempeño del mercado refleja un creciente optimismo sobre la perspectiva de un “aterrizaje suave” para la economía estadounidense, después de que Powell señalara en Jackson Hole que se avecina un recorte de tipos en septiembre.

Pero la paradoja es que este clima positivo ha surgido mientras las nubes –es decir, los riesgos– siguen acumulándose. 

La incertidumbre

Una nueva ola de riesgos geopolíticos amenaza con –en el mejor de los casos– perturbar las cadenas de suministro y –en el peor de los casos– producir más guerras en los próximos meses. 

Mientras tanto, es muy probable que las elecciones de noviembre en EEUU produzcan –en el mejor de los casos– una profunda incertidumbre política y –en el peor de los casos– un conflicto interno.

La cuestión no es sólo lo que Trump pueda hacer con la Reserva Federal; su equipo también parece interesado en debilitar el dólar e implementar recortes de impuestos que agregarían más de 4 billones de dólares a la deuda nacional, según Penn Wharton.

Esto sería alarmante en casi cualquier circunstancia, pero ahora parece doblemente arriesgado, dado que Estados Unidos debe mantener la confianza de los inversores globales si quiere financiar su deuda creciente. Como señala Torsten Slok, de Apollo, la relación deuda/PIB de Estados Unidos está muy por encima del 100%, y el coste del servicio de la deuda ya representa el 12% de los gastos gubernamentales y un tercio (9 billones de dólares) de los bonos del Tesoro deben refinanciarse el próximo año. 

Una victoria de Kamala Harris podría traer más continuidad a las políticas. Por ejemplo, es poco probable que despida al presidente de la Fed. Pero sus planes económicos podrían aumentar la deuda en 2 billones de dólares, dice Penn, y presentan ideas poco ortodoxas, como los controles de precios.

El otro enorme riesgo es que si Harris gana por un pequeño margen, casi con certeza tendrá protestas, impugnaciones legales y posibles disturbios civiles por parte de algunos partidarios de Trump.

Nada de esto es bueno para la confianza global en Estados Unidos, pero lo más notable es que pocos de estos riesgos parecen estar incorporados a los precios de los activos (excepto el oro); en cambio, prevalece la sensación de optimismo ante un “aterrizaje suave”.

Por qué tanto optimismo

¿Por qué? Una razón es el volumen de liquidez que aún circula en el sistema financiero después de años de flexibilización cuantitativa. Otra es la creencia –o esperanza– de que los ladridos de Trump resultarán peores que sus mordidas, y que sus instintos más peligrosos seguirán controlados por personas como Ross.

Sin embargo, el tercer problema es la llamada “normalización de la desviación”, concepto desarrollado por primera vez por una socióloga llamada Diane Vaughan cuando la NASA le pidió que estudiara el desastre del transbordador Challenger en 1986.

Normalizar lo anormal

Antes del estudio de Vaughan, se suponía que la tragedia había ocurrido debido a un gran fallo de seguridad. Sin embargo, ella argumentó que la causa real fue que, antes del desastre, se habían producido numerosas pequeñas “fallas” en las normas de seguridad.

En su momento, se toleraron porque el sistema era lo suficientemente resistente como para absorberlas. Sin embargo, su impacto acumulativo fue cambiando el sentido de “normalidad” de manera lenta y sigilosa. Después de numerosas violaciones de este tipo, la desviación se normalizó y se la ignoró hasta que produjo un desastre.

Los mercados no son como los cohetes, pero en los últimos años los inversores se han enfrentado a una serie tan sorprendente de shocks nacionales e internacionales que casi han empezado a normalizarlos también. 

Hace una década, los inversores podrían haber entrado en pánico si un presidente estadounidense amenazara con destituir al presidente de la Fed o ampliar el déficit presupuestario en billones de dólares. Ahora apenas pestañean.

En cierto sentido, esto es alentador. Sin duda, demuestra lo adaptables que pueden ser los seres humanos, pero también genera un riesgo de complacencia y la presunción de que el sistema financiero siempre será capaz de absorber nuevos impactos.

De modo que, si las bolsas siguen subiendo, los inversores deberían pensar seriamente en cómo protegerse de los escenarios hipotéticos que se avecinan este otoño. Luego deben preguntarse qué amenazas anormales han aprendido a normalizar. 

Las amenazas a la independencia de la Reserva Federal pueden ser solo el comienzo.


Por qué EEUU es más rico que Europa. Ignacio de la Torre. Economista jefe de Arcano Partners. Profesor en IE Business School.

A finales de los años 1970, países europeos como Francia o Alemania disfrutaban de una renta per cápita superior a la de Estados Unidos. El diferencial se fue estrechando, y hasta la gran crisis financiera de 2007 los habitantes de la zona euro presentaban niveles parecidos de renta que la de los norteamericanos. Hoy en día la diferencia en esta magnitud, la que hasta la fecha mejor captura el nivel de vida de un ciudadano, es sorprendente. Un estadounidense produce de media 81.700 dólares al año, frente a los 44.400 de un trabajador de la zona euro. Como las poblaciones de ambas geografías son similares (335 millones en Estados Unidos frente a 346 millones en la zona euro) debido a la mayor renta per cápita de la economía norteamericana, este país presenta un PIB de 27 billones de dólares, frente a 16 de la zona euro.

¿Qué factores explican esta divergencia?

Estados Unidos ha sido capaz de conseguir incrementos de productividad sustancialmente mejores que los de Europa. Desde 1980 acumuló incrementos anuales cercanos al 1,9%, frente a niveles inferiores al 1% en el caso de la zona euro; desde la gran crisis financiera, sus incrementos han duplicado a los europeos. Si nos atenemos a los datos más recientes (segundo trimestre de 2024), la productividad en Estados Unidos crece un 2,7%, frente a una caída de un 0,4% en Europa.

Existen muchos factores detrás de esta apabullante ventaja de Estados Unidos en productividad. Por un lado, su sistema de innovación ha permitido un claro liderazgo tecnológico y en patentes, gracias a la estrecha cooperación entre investigación militar, universitaria e industrial. Ecosistemas de innovación como Stanford o el MIT apenas presentan comparables europeos. De ahí que las empresas tecnológicas estadounidenses dominen el mercado bursátil global: la Bolsa norteamericana representa el 60% de la capitalización de todas las Bolsas del mundo, en gran parte por el valor de sus principales tecnológicas, que a su vez capitalizan más que la totalidad del mercado de valores chino.

Por otro lado, un mercado grande como el de Estados Unidos genera evidentes oportunidades de escala, frente a una economía europea que, en la práctica, sigue siendo una superposición de diferentes mercados nacionales con sus idiosincráticas regulaciones, lo que dificulta las economías de escala. Además, Estados Unidos cuenta con la enorme ventaja de disfrutar de un mercado de valores (bonos y Bolsa) unificado, lo que confiere a este país un coste de capital más competitivo que el europeo, algo crítico para innovar, ya que la innovación, que genera productividad, requiere de ingentes cantidades de capital. Esto también provoca la atracción del mejor talento para innovar hacia Estados Unidos.

Aparte de mejor productividad, los norteamericanos trabajan mucho más que los europeos, lo que hace aumentar el PIB per cápita. Un norteamericano trabaja 1.800 horas al año, frente a las 1.570 de un europeo. Por eso nos perciben en “dulce decadencia”. Se podría argumentar que trabajar menos confiere más felicidad, pero los datos del World Happiness Index sobre ambas geografías no son concluyentes. Exceptuando a los países nórdicos (muchos de ellos no son miembros de la zona euro), los niveles de felicidad son similares.

En general, se puede resumir diciendo que la brecha de productividad de Estados Unidos con Europa consiste sobre todo en mayor productividad cuando se compara con los países del sur de Europa, y con más horas trabajadas cuando se compara con los países del norte de Europa, que son los que menos horas trabajan.

Es cierto que el coste de la vida puede diferir entre ambas zonas, si bien su cálculo es siempre subjetivo. Para ajustarlo, los economistas calculan el PIB per cápita “ajustado por poder de compra” (PPP, por sus siglas en inglés). Con el ajuste, el PIB per cápita PPP de un norteamericano ascendería a 81.700 dólares frente a los 62.600 de un europeo. En cualquier caso, la diferencia sigue siendo significativa.

También es cierto que Estados Unidos presenta un nivel de déficit fiscal (7% de PIB) que duplica al de la zona euro, y que, debido en parte a este factor (el otro es la mayor productividad), su economía ha crecido el doble de rápido que la europea tras el Covid. Sin embargo, éstos son elementos de corto plazo, no estructurales como los diferenciales de productividad que vienen acumulándose desde hace cuarenta años.

Por último, queda el tema de los impuestos. Aunque es cierto que los países desarrollados son capaces de recaudar más porcentaje de PIB en forma de impuestos que los países en vías de desarrollo, las diferencias entre Estados Unidos y Europa son evidentes, con un peso del sector público substancialmente mayor en el Viejo Continente. Se puede debatir qué peso queremos del sector público, con sus consiguientes impuestos y la mayor o menor eficiencia del gasto público, pero entonces tenemos que interiorizar también sus posibles consecuencias en productividad y en crecimiento.

Se atribuye a Jean-Baptiste Colbert, ministro de finanzas de Luis XIV, la comparación de los impuestos con el acto de desplumar un ganso; en su opinión, habría que obtener la mayor cantidad de plumas con el menor número de silbidos. Como sabemos, los norteamericanos iniciaron su guerra de independencia protestando frente a impuestos sobre el té aplicados por un monarca inglés no electo. Quizá los gansos de EEUU chillen más, generen menos plumas y como consecuencia, vivan con más recursos que sus parientes europeos.


Buen fin de semana!!

Comentario de mercado viernes 9 de Agosto del 2024.

Como comentaba el viernes pasado, Agosto se suele caracterizar por su volatilidad, y esta semana ha sido un gran reflejo de ello, el lunes vivimos un “lunes negro” (aunque al final no fue tan negro) con las Bolsas americanas cayendo un 6%, aunque la caída al cierre se quedó en un 3%, lo que se vio el lunes fue un flujo vendedor claro de sectores cíclicos y del sector tecnológico, que llevó al índice de volatilidad del S&P 500 (VIX) a niveles que no veíamos desde Marzo del 2020, llegando a marcar un 65%, aunque dos días después,el miércoles, tuvo su mayor caída desde el 2010. En lo que llevamos de mes los sectores que más han sufrido han sido el financiero y el tecnológico, del 1 al 6 de Agosto Société Générale cayó un -15,8%, Tesla un -14,3%, Nvidia un -14,1%, Monte dei Paschi un -13,9% y Amazon un -13,8%. Y ayer las Bolsas americanas tuvieron su mayor subida desde Noviembre del 2022, el Nasdaq subió un 2,87%, después de publicarse un dato de peticiones semanales por desempleo en Estados Unidos (Jobless Claims) mejores de lo esperado, cayendo desde 250.000 de Junio a 233.000 demandas de Julio, y despejando las dudas sobre el mercado laboral americano que se plantearon con el dato del viernes pasado y un posible escenario recesivo de la economía. De esta manera el “lunes negro” que vivimos esta semana ha quedado en nada… El S&P 500ha corregido apenas un 3,5% desde el dato de empleo del viernes de la semana pasada y lleva una rentabilidad en lo que va del año del 11,50%.

S&P 500 2024:

                                             VIX el pasado lunes 5 de Agosto.

VIX últimos 12 meses:

La excusa para la corrección de mercado fue un peor dato de empleo americano que se publicó el viernes pasado y que hace temer por un aterrizaje brusco de la economía, JPMorgan ahora estima una probabilidad del 35% de una recesión en Estados Unidos para finales de añoAl final de este comentario semanal incluyo un artículo muy interesante del Financial Times sobre el hecho de que el movimiento visto el viernes pasado y que continuó el lunes de esta semana se puede deber más a movimientos de flujos vendedores de inversores pasivos (ETFs) por el periodo estival y a cierres de coberturas del dólar/yen (carry trade), que genera ventas de bolsa americana, ya que inversores institucionales venden acciones compradas con yenes prestados ante las decisiones del Banco de Japón, que al hecho de que el mercado esté poniendo en precio una posible recesión en Estados Unidos. El carry trade en yenes se basa en financiarse en una moneda sometida a bajos tipos de interés y comprar activos en otra que soporte tasas más elevadas para, además de obtener la rentabilidad habitual de la operación, sumarle también el diferencial del precio del dinero entre ambas monedas. Tras años de tipos de interés negativos, Japón se había convertido en la moneda ideal en la que captar los recursos para esta operativa, especialmente cuando, con la oleada inflacionista, el resto de bancos centrales comenzó a subir los tipos de interés ampliando ese diferencial. Para ello, además, resulta beneficioso que el yen se deprecie, tal y como estaba ocurriendo. Sin embargo, el Banco de Japón ha comenzado también a elevar sus tipos. Su segundo movimiento al alza, acometido la semana pasada, coincidió con malos datos macroeconómicos que dispararon la expectativa de recortes de tipos en Estados Unidos. Esto materializó un escenario de pesadilla para el carry trade con una inesperada apreciación del yen. Muchos Hedge Fund desmantelaron las posiciones de carry trade vendiendo rápidamente sus posiciones. Tan veloz fue su reacción que causaron severas pérdidas en los mercados que, a su vez, acabaron viéndose magnificadas al activar margin calls. Con ello, los inversores tuvieron que liquidar otras posiciones para hacer frente a estas mayores demandas de garantías, amplificando las pérdidas en otros mercados que de otra forma no se habrían visto afectados por la volatilidad, como el del oro. Muchos analistas valoran que las posiciones en esta estrategia en 500.000 millones de dólares y consideran que el grueso de la operativa se desmanteló en las últimas semanas, sobre todo el lunes. Aún queda, sin embargo, pólvora para más. A pesar del menor volumen apostado ahora al carry tradecon yenes, el recuerdo de lo ocurrido el lunes puede hacer al mercado mucho más sensible a los movimientos alrededor de la divisa japonesa y los tipos de interés. Por el momento, el Banco de Japón ha priorizado calmar la situación y velar por la estabilidad financiera al señalar que no subirá los tipos mientras el mercado permanezca frágil. La menor liquidez típica de agosto tampoco ayuda a minimizar los efectos de los movimientos en el mercado de divisas.

La semana pasada estuvo marcada por la confirmación que el ciclo de bajadas de tipos oficiales se ha iniciado. El Banco de Inglaterra ha llevado a cabo el primer recorte desde 2020 y la Fed, aunque no ha movido sus fichas, ha allanado el camino para un primer recorte en septiembre. En su reunión, la Fed se mostró confiada en alcanzar a medio plazo sus objetivos de inflación y a diferencia de sus discursos previos, Powell dijo que el comité está atento a los riesgos asociados al mandato dual, inflación y empleo, mientras que, en ocasiones previas, el foco se centró exclusivamente en los precios. Más aún, Powell indicó que, si bien el nivel de desempleo continúa siendo bajo, la creación de empleo se había moderado.  En este sentido, las cifras de empleo del viernes pasado confirmaban la preocupación de Powell respecto al mercado laboral. En julio, la economía estadounidense creó 114 mil nuevos puestos de trabajo, muy por debajo de los 175 mil esperados y de los 218 mil promedio en la primera mitad del año. Este comportamiento estuvo explicado por algunos sectores cíclicos que destruyeron empleo tales como el de comunicaciones e IT, que destruyeron 20 mil empleaos frente a la creación de mil del mes pasado, y servicios financieros (-4 mil frente a los +10 mil previos), a la vez que el sector público creó menos empleo que en meses anteriores y el de la educación y los servicios de salud contribuyeron menos (+57 mil frente a los +79 mil en junio). Frente a ello, otros sectores ligados al consumo (Ocio y hostelería) siguen mostrando dinamismo y también el sector de la construcción (más ligado a tipos), aportando en conjunto 48 mil puestos (27 mil empleos más que el mes anterior) y explicando por sí solos un 42% del total del empleo creado. Por el lado de la tasa de paro, repuntó dos décimas hasta el 4,3% en parte por la menor creación de empleo, pero también por un aumento de la población activa, la tasa de participación de la economía aumentó en una décima hasta el 62,7%. Este dato de empleo supone un freno a la contratación, lo que pesaría en la evolución del consumo americano en la segunda mitad del año, lo que vuelve a traer los fantasmas de un aterrizaje brusco y una entrada en recesión de Estados Unidos.

En Japón las Bolsas vivieron su mayor corrección desde 1987 a comienzos del mes de Agosto, después de que el Banco de Japón decidiese abandonar el territorio de tipos negativo y anunciar nuevas alzas para los próximos meses, propiciando una fuerte apreciación del yen, que tras tocar mínimos de 34 años frente al dólar acumula un +12% en el último mes. Una situación que perjudica a la bolsa japonesa eminentemente exportadora y genera incomodidad ante el previsible reajuste de las estrategias de carry trade en las que, hasta la fecha, los inversores han venido utilizando el yen como base de financiación barata para invertir en activos con más riesgo en el resto del mundo. En 48 horas el Nikkei cayó un 12%, todo lo que había subido en el año, aunque en estos últimos días ya ha recuperado la mayoría de esa caída.

Nikkei últimos 12 meses:

Muchos analistas han publicado informes sobre lo ocurrido estos días, me ha gustado un informe de los analistas de Deutsche Bank en el que se preguntaban si realmente estamos viendo el final de un mercado bajista, y concluyen que es posible que se produzca una mayor volatilidad en las próximas semanas, pero no ven razones fundamentales para un mercado bajista, por un lado, los futuros recortes de los tipos de interés de los bancos centrales están sin duda sobre la mesa y, por otro, las empresas están mostrando resultados sólidos en promedio. El S&P 500 ha ganado un 38% desde finales de Octubre de 2023 hasta mediados de Julio de este año, el Nasdaq 100 un 47% y la 7 Magnificas un 67%. El mercado ha puesto en precio una economía robusta con una inflación a la baja. Las expectativas de los resultados empresariales para el segundo trimestre, eran también ambiciosas, en cualquier caso, cuando la publicación de resultados empresariales empieza a mitad del mes de Julio, la volatilidad del mercado aumenta significativamente. En el caso del S&P, con más del 80% ya publicado, el beneficio crece a doble dígito batiendo estimaciones y la ratio de sorpresas positivas supera el 80%. En Europa, mientras tanto, ha publicado ya en torno al 70% de las compañías y se confirma la vuelta al crecimiento de los beneficios (+3,6%).   

La reserva federal ha abierto la puerta para un recorte de tipos en Septiembre en su última reunión de Julio del FOMC, pero la decisión depende de los próximos datos que conozcamos tanto de inflación como del mercado laboral. En cualquier caso, las publicaciones de peticiones semanales de desempleo y el índice de sentimiento ISM del sector manufacturero, aumentaron las discusiones sobre si la Fed ha tardado demasiado en empezar con las bajadas de tipos y si la economía norteamericana podría aún llegar a caer en una recesión.

El lunes el analista técnico de Renta 4, Eduardo Faus, publicó un análisis muy interesante en el que analizaba qué le ocurría a un inversor si compraba S&P500 cuando el VIX alcanzaba niveles de 65. En el gráfico inferior mostraba en los últimos años las ocasiones en las que esto ha sucedido y las reacciones posteriores del S&P500:

Esta semana hemos vivido el mayor movimiento de flujos de sectores cíclicos a defensivos desde Marzo del 2020:

Importante esta semana:

Este lunes la presidenta de la Reserva Federal de San Francisco, Mary Daly, se une al discurso de Powell y remarca la importancia del mercado laboral en el mandato dual de la Fed. Tras las cifras de empleo del pasado viernes, Daly ha señalado que el mercado laboral está enfriándose, aunque aún no se está debilitando debido a que la economía continúa creando empleo. En este sentido, destacó la importancia de no permitir que el mercado laboral continúe deteriorándose y apuntó a que los recortes están a punto de llegar, pero evitó brindar hablar de magnitudes indicando que dependerá de la información entrante de las próximas semanas.

Trump dijo ayer que el presidente de Estados Unidos debería de tener algo que decir en materia de tipos. En este sentido, dijo que puede tener más instinto que personas que trabajar en la Fed o el propio presidente del Banco Central. La cadena ABC retransmitirá un debate entre Trump y Harris el 10 de septiembre. De igual manera, el candidato republicano quiere otros dos envites para el 4 y 25 de ese mismo mes en la Fox y la NBC respectivamente. La última encuesta de intención de voto realizada por Ipsos señala que Harris estaría por delante de Trump (42% vs 37%).

El responsable de política económica y miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, el finlandés Olli Rehn, declaró ayer que las turbulencias vistas el lunes en los mercados bursátiles globales fueron una “reacción exagerada”. Según Rehn, dicha reacción tuvo su fundamento en la incertidumbre y la escasa liquidez de los mercados durante la temporada de vacaciones, teniendo no tanto que ver por “cuestiones derivadas de los fundamentos de economía”. Para Rehn, la economía estadounidense sigue estando “relativamente fuerte”, pese a los datos recientes de empleo algo más débiles, mientras que en Europa ve posible que el BCE siga recortando tipos de interés si la confianza en la moderación de precios se refuerza.

El consejero delegado de JPMorgan, Jamie Dimon, indicó ayer que las tensiones geopolíticas y la creciente deuda estadounidense hacen que el mandato de la Reserva Federal (Fed) de devolver la inflación al 2% sea más “una esperanza” que una realidad. Dimon señaló, en una entrevista con CNBC, que JPMorgan está preparado para afrontar cualquier escenario de tipos de interés que oscile entre el 2% y el 8% “o incluso más”. El pasado mes, Dimon reconoció que en Estados Unidos se han producido “ciertos avances” en la reducción de la inflación, pero que “todavía hay múltiples fuerzas inflacionarias en el horizonte”. Lo cierto es que la inflación en Estados Unidos ha regresado a la senda a la baja y se acerca al objetivo del 2%, especialmente en lo que se refiere a la tasa subyacente, la más vigilada por la Fed. Esa mejoría es la que ha llevado al presidente de la Fed, Jerome Powell, a abrir la puerta a un recorte de los tipos en septiembre desde el 5,5% actual que marca niveles máximos de más de 20 años. JPMorgan no ha permanecido ajeno a la reciente volatilidad que se ha despertado en los mercados ante, entre otros motivos, la debilidad económica estadounidense. Como decía antes, el banco ha elevado la probabilidad de una recesión en el país hasta el 35%, desde el 25% que anticipaba el pasado mes. La agitación en el mercado ha disparado en gran parte las expectativas de recortes de tipos en Estados Unidos, donde se descontaban estos días una rebaja de 50 puntos básicos a la vuelta del verano.

Esta semana ha venido marcada por la publicación de datos de PMI, el lunes conocimos los PMIs de julio en Japón, compuesto 52,5 algo por debajo de los 52,6 esperados y preliminar y por encima de los 49,7 del mes anterior, y de servicios 53,7 frente a los 53,9 esperados y preliminar y 49,4 de Junio, también el lunes conocimos los PMIs Caixin en China, compuesto 51,2 por debajo del 52,3 esperado y de 52,8 del mes anterior, y de servicios 52,1 por encima de 51,4 esperado y 51,2 anterior.

En Europa, conocimos también los PMIs de julio, referencias finales que no depararon grandes cambios frente a los datos preliminares. En la Eurozona, compuesto 50,2 frente al 50,1 esperado y 50,9 anterior, y de servicios 51,9 en línea con lo esperado y 52,8 anterior, en Alemania, compuesto 49,1 frente al 48,7 esperado y 50,4 anterior, y de servicios 52,5 frente al 52 esperado y 53,1 de Junio, en Francia, compuesto 49,1 frente al 49,5 esperado y 48,8 anterior, y de servicios 51,9 frente al 50,7 esperado y 49,6 anterior, y en Reino Unido, compuesto 52,8 frente al 52,7 esperado y 52,3 anterior y de servicios 52,5 frente al 52,4 esperado y 52,1 anterior, también moderación en España, compuesto 53,4 frente al 55 esperado y 55,8 anterior, y de servicios 53,9 muy por debajo del 56 esperado y 56,8 del mes anterior, y en Italia, compuesto 50,3 frente al 51,1 esperado y 51,3 anterior, y de servicios 51,7 frente al 53 esperado y 53,7 anterior.

En Estados Unidos, respecto al mes de julio también tuvimos los datos finales de PMI, compuesto 54,3 por debajo del 55 esperado y de los 54,8 de Junio, y de servicios 55 también por debajo de los 56 esperados y 55,3 del mes anterior, sin embargo, la atención se centró en un positivo ISM de servicios 51,4 por encima del 51 esperado y 48,8 del mes anterior, el cual logró salir de la zona de contracción, junto a sus componentes de precios pagados 57 frente a los 55,8 esperados y 56,3 anterior, empleo 51,1 frente al 46,5 esperado y 46,1 del mes anterior, y nuevos pedidos 52,4 frente al 49 esperado y 47,3 anterior.

En Japón, después de las caídas de mercado y de la devaluación del yen, han destacado las declaraciones del Vicegobernador del Banco de Japón Sinichi Uchida advirtiendo que no llevarán a cabo subidas de tipos por la inestabilidad de los mercados. Asimismo, señaló que deben seguir con la flexibilización monetaria, y esperar a más datos. Hay que recordar que las actas de la reunión de junio del Banco de Japón mostraron la preocupación de algunos miembros el aumento de los precios de importación debido a la reciente caída del yen, niveles de 147 yenes por dólar frente a los 161 yenes por dólar de principios de julio, lo que podría representar un riesgo al alza para la inflación, y que estaría alineado con el mensaje “hawish” de la semana pasada y un mercado que descuenta otra subida de tipos de aquí a final de año. 

Yen/Dólar últimos 5 años.


Reflexiones tras las turbulencias bursátiles. Robert Armstrong. Financial Times.

La cronología es la siguiente. El informe del ISM sobre el sector manufacturero del jueves pasado y el de empleo del viernes arrojaron la sombra de la recesión sobre la economía de EEUU, que hasta entonces había estado, a ojos del mercado, planeando hacia un aterrizaje suave y perfecto. Las acciones cayeron con fuerza y los bonos del Tesoro subieron bruscamente. Durante el fin de semana, se supo que Berkshire Hathaway había vendido gran parte de su inmensa participación en Apple.

El lunes, los mercados asiáticos sufrieron ventas históricas. EEUU volvió a enloquecer y por el tono de la cobertura mediática, las acciones deberían haber caído en dos dígitos. Sin embargo, el S&P cayó solo un 5% entre el viernes y el lunes.

Los sectores defensivos clásicos y los que se benefician de tipos más bajos aguantaron mejor (bienes básicos, atención médica, servicios públicos y bienes raíces), tal como se podría esperar si lo que viéramos fuera puro miedo a la recesión.

Pero los sectores peor parados fueron el tecnológico y el consumo discrecional. ¿Los sectores industriales sensibles a la economía estarían actuando como motor si todo esto fuera una historia de crecimiento en declive?

Tres de los 7 magníficos lo están haciendo muy mal: Amazon, Tesla y Nvidia. Amazon presentó ganancias regulares. Tesla es un valor muy especulativo. Nvidia no tiene ninguna excusa en particular, aparte del hecho de que es la mascota del sector de la IA, de la que la gente quiere deshacerse de repente.

Volatilidad

Lo interesante es que el índice Vix, una medida de cuánto cuesta colocar una cobertura a corto plazo en el S&P 500, subió levemente el viernes y luego muy bruscamente el lunes (antes de bajar un poco). Esto es extraño a primera vista: no hubo muchos cambios para el S&P durante el fin de semana, aparte del descubrimiento de que Warren Buffett prefiere el efectivo en este momento y que las acciones asiáticas están experimentando un importante desmantelamiento.

Parece un poco como el miedo al miedo en sí mismo: la preocupación de que las pérdidas comiencen a alimentarse a medida que se activen los límites de posición y los requerimientos de mayor colateral en las posiciones.

Otro punto interesante: aunque la liquidación de acciones se aceleró el lunes, el movimiento hacia los bonos del Tesoro de EEUU no lo hizo. Los rendimientos terminaron sin cambios.

No estamos seguros exactamente de qué significa eso, pero no es coherente con el recorte de tasas de emergencia que algunos reclamaban al comienzo del día. La situación con los bonos corporativos fue algo diferente. Los diferenciales de alto rendimiento se ampliaron otros 21 puntos básicos el lunes, después de haber aumentado 37 el viernes. Los rendimientos de los bonos corporativos, a diferencia de los precios de las acciones, están directamente vinculados a la economía real. Si el coste de endeudarse aumenta, afectaría al crecimiento, y la Fed no tendrá más opción que tomar nota.

Los diferenciales habían sido llevados a mínimos históricos por la demanda desenfrenada de renta fija impulsada por el rápido aumento de las tasas. Ahora están volviendo a la realidad, aunque tal vez demasiado rápido para que resulte cómodo.

¿Qué cree el mercado que va a hacer la Fed? Desde el jueves, el mercado de futuros ha descontado uno o dos recortes más de 25 puntos básicos cada uno para fin de año. Una vez más, a primera vista se trata de un cambio brusco, pero que coloca las expectativas sobre los tipos en la mitad del rango que hemos visto en el último año, no en territorio de pánico. Esto significa que los mercados no tienen ninguna obligación de hacer movimientos con sentido, especialmente en un lapso de apenas unos días. Después de un shock, encontrar el nuevo equilibrio lleva tiempo.

Dicho esto, con los datos que tenemos ante nosotros, podríamos preguntarnos cuánto de la caída se ha debido a la percepción de un creciente riesgo de recesión en Estados Unidos, o el desmantelamiento del carry trade del yen a medida que se reduce el diferencial entre las tasas japonesas y estadounidenses, o una dinámica interna en un mercado dominado por el comercio de impulso, estrategias de paridad de riesgo, inversores pasivos y otros inventos perversos que suprimen la volatilidad antes de liberarla repentinamente, frente al desenlace de una operación de grandes tecnológicas muy concurrida, concentrada y sobreevaluada.

La preocupación por una recesión es claramente un factor contribuyente, pero tal vez no de forma importante. El movimiento de los bonos del Tesoro, los diferenciales de los bonos corporativos y las expectativas sobre tipos tendría que ser mayor para que concluyéramos que el temor a una recesión es el principal factor impulsor, pero los datos económicos son mixtos, y no malos.

La desintegración de las operaciones de carry tradecon yenes bien podría haber contribuido a la liquidación más amplia de activos, ya que los inversores se vieron obligados a vender títulos que habían comprado con yenes prestados. El desmantelamiento del carry tradepudo ser más importante de lo que se pensaba.

El peso mexicano y el real brasileño, dos monedas de mayor rendimiento que se compran habitualmente con yenes prestados, cayeron a mínimos de años a pesar de mantener altos diferenciales de tipos con EEUU.

¿Podrían haber sido arrastradas también las acciones? Es posible que fuera la liquidación de acciones la que puso patas arriba las operaciones de carry, borrando las ganancias obtenidas en activos pagados con préstamos en yenes cada vez más caros.

Como hemos visto con el VIX de los últimos años, los productos estructurados y los estilos de inversión cuantitativos han cambiado la forma en que funcionan los mercados. 

No estamos seguros de esto. El largo mercado alcista no ha proporcionado una muestra muy rica de eventos de impulso salvaje. Sin embargo, es posible que pronto haya más. ¿Qué sigue?

Ayer hubo algunas señales de estabilización en el mercado. El índice ISM de servicios mostró que las empresas de servicios todavía están en modo de expansión, aunque a duras penas, y su subcomponente de empleo se mantuvo firme. Los informes de ganancias del lunes no contenían sorpresas desagradables y sí una o dos positivas.

En un mercado caro en una economía en desaceleración no necesita ninguna razón particular para caer, de la misma manera que uno barato en una economía en aceleración no necesita ninguna razón especial para subir. Incluso si el espasmo salvaje ha terminado, no sería sorprendente ver que se eliminan más riesgos.


La tormenta del verano en seis gráficos.  A. Smith, R. Douglas y G.Steer. Financial Times.

Las acciones de todo el mundo se tambalean por las preocupaciones sobre el crecimiento de la economía, la venta de acciones de las grandes tecnológicas y el desmoronamiento de operaciones financieras habituales con el yen.

Se ha convertido en un inicio de verano turbulento para los mercados financieros mundiales. Los índices bursátiles de Estados Unidos y Japón se desplomaron el viernes y el lunes antes de registrar un repunte parcial, mientras que los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense y las monedas mundiales experimentaron fuertes oscilaciones.

Como muestra del nerviosismo de los inversores, un indicador de la volatilidad del mercado bursátil estadounidense subió a su nivel más alto desde la pandemia de Covid-19 en 2020. “Algunos de los movimientos que hemos visto en los últimos días han sido históricos”, dice Ben Powell, estratega jefe de inversiones para Apac del BlackRock Investment Institute.

Los débiles datos de empleo de Estados Unidos del viernes pasado pueden haber sido la chispa que desencadenó el nerviosismo reciente en el mercado , “pero también hubo mucha leña”, añadió.

Ascenso y caída de Japón

Japón ha estado en el ojo del huracán, en parte porque los mercados habían disfrutado de un buen desempeño este año. Hace tres semanas, el índice Topix estaba en un máximo histórico, impulsado por el renovado interés en las acciones japonesas entre los inversores internacionales.

Pero muchos de ellos se dirigieron rápidamente hacia la salida después de que el Banco de Japón elevara la semana pasada las tasas de interés al nivel más alto desde 2008, lo que desencadenó una vertiginosa subida del yen.

A medida que la moneda se fortalecía, el Topix se desplomó un 12,2 por ciento el lunes, eliminando sus ganancias del año en su caída más pronunciada desde el ‘Lunes Negro’ de octubre de 1987. El índice rebotó un 9% al día siguiente, pero sigue muy por debajo de su pico reciente.

Los siete no tan ‘magníficos’

Las acciones de las grandes tecnológicas ya estaban sufriendo durante la reciente temporada de resultados, ya que el sector ,que había impulsado la mayoría de las ganancias de Wall Street este año no logró cumplir con las altísimas expectativas de los inversores. A medida que fueron arrastrados por la reciente caída global, aproximadamente 1 billón de dólares (917.000 millones de euros al cambio de ayer) se esfumaron de la capitalización de mercado de los llamados ‘7 Magníficos’ (Alphabet, Amazon, Apple, Meta, Microsoft, Nvidia y Tesla) en dos días. “Son los mercados bursátiles, no la economía estadounidense, los que necesitan una corrección”, dijo Freya Beamish, economista jefe de TS Lombard. “La burbuja en los mercados era clara, con una enorme dependencia de unas pocas acciones de muy alta valoración”.

Todo a la vez

Las ventas del viernes y el lunes se extendieron mucho más allá del sector tecnológico y afectaron a bancos, empresas industriales, valores de pequeña capitalización y cíclicos de consumo, lo que representó una caída mucho más extendida que las anteriores correcciones del mercado este año.

Un indicador muy popular que mide el grado en que las acciones estadounidenses suben o bajan en conjunto se elevó, mientras las acciones en todo el mercado caían al unísono. Esto supuso un marcado contraste con lo ocurrido a principios del verano, cuando la correlación cayó a un mínimo histórico, lo que ayudó a amortiguar la volatilidad del mercado y adormeció a los inversores en un estado de “complacencia”, según el estratega de UBS, Gerry Fowler.

El VIX despierta

La magnitud del pánico se reflejó en el índice Vix que mide las turbulencias previstas en el S&P 500, conocido como el “indicador del miedo” de Wall Street.

La cifra se disparó a su nivel más alto desde las primeras etapas de la pandemia en 2020, ya que los inversores reaccionaron a las fuertes oscilaciones en los mercados de acciones y bonos. En un día de grandes movimientos de precios, el salto del Vix fue “particularmente violento”, dijo Guy Stear, jefe de estrategia de mercados desarrollados en Amundi.

La curva del Tesoro de EEUU

El mercado de bonos del Tesoro de Estados Unidos ha estado enviando una señal de advertencia sobre la economía durante más de dos años. La “inversión” de la curva de rendimiento –donde los costes de endeudamiento a dos años superan los costes de endeudamiento a diez años– generalmente indica que se aproxima una recesión.

Antes de que la recesión realmente llegue, la inversión generalmente se para. 

Eso ocurrió brevemente en el punto álgido de la agitación del mercado del lunes, a raíz de los débiles datos de empleo de EEUU del viernes que generaron temores de que el crecimiento se estaba desacelerando rápidamente y desencadenaron convulsiones en los bonos.

Pero, al final de la sesión del lunes, los bonos del Tesoro volvieron a donde comenzaron, mientras los mercados enviaban mensajes muy fluctuantes sobre las perspectivas de la economía más grande del mundo.

El lunes por la mañana, los bonos del gobierno estadounidense “estaban incorporando a sus precios una recesión y un recorte agresivo de la Reserva Federal”, dice Mike Zigmont, de Harvest Volatility Management. “Por la tarde, los bonos del Tesoro se comportaban como si fuera un día aburrido”.

El yen sigue en marcha

A principios de julio, el yen se encontraba en su nivel más bajo frente al dólar en más de 34 años, debido a que los tipos de interés japoneses y estadounidenses divergían, lo que alentó a los inversores a aprovechar la operativa de arbitraje de tomar prestados yenes baratos para financiar inversiones de alto rendimiento en otros mercados.

Pero el yen comenzó a recuperarse en julio y subió la semana pasada cuando el Banco de Japón aumentó los tipos de interés. Eso obligó a los operadores a liquidar sus posiciones, arrastrando a algunas monedas de mercados emergentes a la turbulencia.

“Las operaciones de carry tradefinanciadas con yenes han proporcionado una financiación significativa y dinámica para [posiciones largas] en todo el mundo”, dice Powell, de BlackRock, quien espera una mayor volatilidad si esas operaciones siguen deshaciéndose 


Feliz verano a todos!!

Comentario de mercado 2 de Agosto del 2024.

Esta semana hemos tenido fuertes caídas en las bolsas americanas, salvo el miércoles debido a un discurso más dovish de Powell, las caídas se deben a la clásica toma de beneficios previa al mes de agosto y a unos datos macro muy débiles (ISM manufacturero y desempleo semanal) que hacentemer que el esperado aterrizaje suave de la economía se convierta en un aterrizaje brusco, lo que ha llevado al bono estadounidense a 10 años (T-Bond) por debajo del 4%. El mercado descuenta más de 3 bajadas de tipos de la Fed en 2024, con un 68% de probabilidad de que la primera en septiembre sea de 50 puntos básicos. Ayer hubo mucho flujo comprador en el bono americano, sobre todo en sus tramos cortos, el bono a 2 años se ha ido a mínimos del año:

Rentabilidad del Bono a 2 años en el 2024 (último 4,13%):

A partir de Septiembre las elecciones presidenciales de Estados Unidos monopolizarán la atención del mercado, su influencia en los diferentes monitores del propio mercado ha ido aumentando desde el primer debate electoral y, tras la renuncia de Biden, continuará haciéndolo de aquí en adelante. Kamala Harris ha reducido ya a sólo dos puntos la distancia en intención de voto y ha adelantado a Trump en las casas de apuestas, según PredictIt una victoria de Kamala Harris cotiza a 53 centavos frente a los 49 de la victoria de Trump.

Lo más importante de la semana fue la reunión de la Fed del miércoles, que impulsó las Bolsas americanas (el Nasdaq subió casi un 3% el miércoles) después de dos sesiones de corrección, aunque ayer el mercado americano volvió a corregir con fuerza. El discurso más optimista y dovish de Powell impulsó los activos de riesgo. Los miembros de la Reserva Federal mantuvieron los tipos de interés en el nivel más alto en más de dos décadas, pero señalaron que están más cerca de reducir los tipos debido a una inflación moderada y un mercado laboral en enfriamiento. El Comité Federal de Mercado Abierto votó por unanimidad mantener el tipo de los fondos federales en un rango de 5,25% a 5,5%, nivel que han mantenido desde julio pasado.

Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, indicó que están en camino de reducir los tipos de interés en septiembre, a menos que el retroceso de la inflación se detenga, citando riesgos de un mayor debilitamiento del mercado laboral. Sin embargo, fue cauteloso al no comprometerse a una reducción de tipos si los datos de precios no cumplen con las expectativas en los próximos meses. Aunque la inflación aumentó un 2,5% en los 12 meses hasta junio y las cifras han estado bajando, las autoridades monetarias son cautelosas ante la posibilidad de un estancamiento. Powell mencionó que podría haber desde cero hasta varios recortes durante el resto del año, dependiendo de cómo evolucione la economía.

El movimiento más agresivo, además de en las Bolsas, lo hemos visto esta semana en el bono americano que vuelve a situarse por debajo del 4%.

Rentabilidad del Bono a 10 años de Estados Unidos últimos 5 años:

Ayer también hubo reunión del Banco de Inglaterra que recortó los tipos de interés en 25 puntos básicos desde el 5,25% al 5%, en línea con lo que esperaba el consenso de analistas de mercado, pero no dio pistas sobre su hoja de ruta. La votación fue bastante más ajustada de lo esperado, con 5 votos a favor de recortar tipos y 4 en contra. El consenso de analistas recogidos por Bloomberg espera el siguiente recorte en Noviembre. El Comité de Política Monetaria (MPC) no dio detalles sobre sus previsiones de cuándo será el próximo movimiento de tipos, pero el tono de las Actas del BoE sugieren que no hay ninguna prisa en el siguiente recorte, y en línea con el resto de Bancos Centrales, irán viendo cómo van evolucionando los datos macroeconómicos, fundamentalmente la inflación del Reino Unido.

Entramos de lleno en Agosto, mes que se suele caracterizar por la alta volatilidad de las bolsas debido al menor volumen de negociación, esta semana hemos tenido muchas publicaciones macroeconómicas y reuniones de tres de los cuatro principales bancos centrales, la Fed y el Banco de Japón el miércoles y el Banco de Inglaterra ayer. De hecho en la sesión de ayer, primera de Agosto, las bolsas americanas cayeron entre un 1% y un 2% y el índice VIX (Volatilidad del S&P 500) subió ayer más de un 20% desde 16% al 19%.

                                                               VIX Index last month.

El PIB estadounidense sorprendió la semana pasada al alza gracias a un consumo privado que aún se mantiene fuerte. Más específicamente, la economía avanzó a ritmos del +2,8% trimestral anualizado en el segundo trimestre, superando las previsiones que se ubicaban en el +2% y el +1,4% del primer trimestre. A excepción del sector externo que retiró un -0,72% al dato de este trimestre, el resto de los componentes mostró un buen comportamiento. Por un lado, el consumo privado vuelve a destacar por su elevado dinamismo al crecer un +2,3% trimestral anualizado, por encima del +1,5% previo, aportando así 1,57% al crecimiento del PIB. Asimismo, también fueron positivas las cifras relacionadas con los inventarios que contribuyeron con +0,82%, la inversión que avanzaba a ritmos del +3,6% y aportaba un 0,64% y el gasto público que agregó 0,53% al dato trimestral.

En materia de precios, el viernes pasado conocimos los datos del deflactor del consumo personal de junio en Estados Unidos, un dato que es muy seguido por la Fed, que continúa su senda de moderación paulatina. En el caso del indicador general, hubo una variación +2,5% interanual y del +0,1% mensual, ambas en línea con lo esperado. Por el lado de la versión subyacente, la medida de precios preferida por Powell, los precios crecieron a ritmos del +2,6% año a año frente al +2,5% esperado mientras que, en términos mensuales, avanzaban un +0,2%. La buena noticia es que los servicios relacionados con la salud, uno de los componentes de mayor peso dentro del PCE, apenas aportaron un 0,02% al dato mensual subyacente frente al 0,10% de mayo.

Continúa la subida del precio del petróleo, aunque ayer cayó lastrado por los datos macro en Estdos Unidos, a medida que crecen las tensiones entre Israel e Irán. Después de que el líder de iraní Khamenei ordenara una serie de nuevos ataques sobre Israel, el petróleo sube esta semana un 3% y el Brent está por encima de los 80 dólares barril. Por su parte, el oro también se hace fuerte en medio del conflicto en Oriente Medio y ante una Fed que apunta a septiembre como el mes inicial del proceso de recortes. En estos momentos, el metal precioso se eleva un +3% en el cómputo semanal hasta posicionarse en 2.463 dólares la onza.

Precio del Brent últimos 12 meses.

La preocupación de las oficinas familiares y las grandes fortunas por los altos niveles de deuda pública de Estados Unidos podría haber impulsado una demanda récord de oro en el segundo trimestre del año, elevando el precio a máximos históricos, según apuntan recientes informes del sector. Las compras privadas opacas del activo refugio aumentaron hasta las 329 toneladas entre marzo y junio, casi cinco veces más que el trimestre anterior, según un informe del Consejo Mundial del Oro (WGC, por sus siglas en inglés), una asociación comercial del metal.

Esto contribuyó a elevar la demanda de oro a 1.258 toneladas en el trimestre, lo que supone su nivel más alto en el periodo de abril a junio desde que se iniciaron los registros en el año 2000 y un aumento del 4% con respecto al año anterior. El precio del oro alcanzó un máximo histórico de 2.483,60 dólares por onza troy a principios de este mes, impulsado por las crecientes expectativas de que se produzcan rebajas de los tipos de interés, que beneficiarían a los activos sin rendimiento fijo, como los lingotes, al disminuir la rentabilidad de los bonos, y la incertidumbre sobre el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. John Reade, estratega jefe de mercado del WGC, señala que los datos anecdóticos sugieren que los grandes family offices de Estados Unidos son uno de los principales grupos que compran lingotes debido a la preocupación por los déficits fiscales descontrolados. Los inversores se han mostrado inquietos por el aumento de la deuda federal estadounidense, sobre todo si el candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, gana en noviembre. La Oficina Presupuestaria del Congreso, un regulador fiscal independiente, prevé que la deuda estadounidense supere en 2029 su máximo del 106% del PIB registrado durante la Segunda Guerra Mundial. Su director advirtió a principios de este año que la carga fiscal seguía una trayectoria “sin precedentes”.

Las compras de oro en el mercado extrabursátil se han convertido en un factor cada vez más importante en el mercado del oro, aunque las transacciones son difíciles de rastrear porque la banca casa acuerdos con los compradores de forma privada.

Las compras tienden a reflejar adquisiciones para cubrir posiciones especulativas en el mercado de futuros, así como la demanda de particulares adinerados. En junio y julio se registraron cinco semanas consecutivas de entradas en contado por un total de 39 toneladas, tras dos años de ventas constantes. Las compras netas de los bancos centrales, que han contribuido a que el precio del oro suba un 33% desde principios de 2022, alcanzaron las 483 toneladas, un nivel récord para el primer semestre de un año. Sin embargo, esta cifra incluía una caída del 39% entre el primer y el segundo trimestre. Esto podría hacer menos probable que las compras de los bancos centrales superen las 1.000 toneladas este año, después de haber alcanzado este nivel los dos años anteriores.

Precio del oro últimos 5 años (último 2463,85$)

El Euribor ha vivido esta semana la mayor caída interanual en 11 años. En esta última sesión de Julio, el tipo diario del Euribor a 12 meses se precipitó hasta un nuevo mínimo anual del 3,39%. Por lo tanto, el índice hipotecario arrancará el mes de agosto desde los niveles más bajos desde enero de 2023. La media mensual de julio cerró ayer en el 3,526% frente al 4,14% del mismo mes del año pasado, y cae por cuarto mes consecutivo. Desde el 3,718% de marzo, el Euribor ha bajado algo más de un 5%.

Importante esta semana:

Powell ayer tuvo un discurso muy dovish, dijo que el recorte de tipos «podría estar sobre la mesa tan pronto como en la próxima reunión en septiembre». El comunicado oficial dice que «el aumento del empleo se ha moderado», antes decía «se mantuvo fuerte», describe la inflación como «algo elevada», antes decía «elevada», y añadió que «el Comité está atento a los riesgos para ambos lados de su doble mandato«.

Trump dijo ayer que reducirá los impuestos sobre los pagos de la seguridad social. Por su parte, el sindicato de trabajadores del sector del automóvil (UAW) apoya a Harris en su carrera presidencial. En este sentido, Harris adelanta ya a Trump en las casas de apuestas de PredictIt.

En Estados Unidos el jueves conocimos una menor creación de empleo privado en julio. Los datos de ADP quedaron por debajo de las estimaciones al mostrar una creación de empleo de 122 mil nuevos puestos de trabajo frente a las 155 mil del mes anterior y por debajo de las 150 mil esperados. Este dato es la antesala de las cifras oficiales del mercado laboral que conoceremos hoy y, según lo conocido, apunta a una cierta pérdida de dinamismo del empleo en julio. Siguiendo en Estados Unidos, conocimos también datos de ventas de viviendas pendientes, que siguen mostrando debilidad. A pesar de aumentar un 4,8% mensual, en términos interanuales, las ventas retrocedieron un 7,8%, intensificando su caída frente al -6,5% anterior.

La administración de Biden planea añadir más restricciones a las exportaciones de chips a China, a través de países aliados como Taiwán, Singapur, Malasia e Israel. Sin embargo, quedarían inmunes Japón, Países Bajos y Corea del Sur. Los principales fabricantes de equipos para chips, como ASML y Tokyo Electron no se verán afectados. Así, el gobierno estadounidense se apoya en la regla del Producto Extranjero Directo, la cual estipula que, si un producto se fabrica utilizando software o tecnología estadounidense, tiene el poder de impedir que se venda, incluidos los productos fabricados en un país extranjero. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Lin Jian, declaró que los esfuerzos de Estados Unidos por “coaccionar a otros países para que supriman la industria china de semiconductores” socavan el comercio mundial y perjudican a todas las partes

La estimación inicial de crecimiento del PIB americano elaborada por la Fed de Atlanta para el tercer trimestre es del 2,8%, mientras que la de la Fed de Nueva York sube ligeramente desde el 2,66% al 2,70%.

El lunes Isabel Schnabel, miembro del Consejo del Banco Central Europeo, dijo que parte de la inflación, especialmente en el sector servicios, está resultando «particularmente persistente». «Por lo tanto, un primer recorte de tipos no se traduce automáticamente en una serie de nuevos recortes«.

Los ministros del G20 ven cada vez más posibilidades de un «aterrizaje suave» y se comprometen a reducir las desigualdades económicas. Por su parte, Japón agradece que el G-20 haya reafirmado su postura sobre el tipo de cambio.

La Unión Europea anunció esta semana que prepara un plan comercial ante una posible victoria de Trump. La Comisión Europea ha comenzado la elaboración de una estrategia en dos pasos, el primero, un acuerdo rápido que permita seguir el curso actual de intercambios comerciales. El segundo, un contraataque en el supuesto de que Trump opte por imponer aranceles del 10%. La represalia consistiría en crear una lista con productos importados de Estados Unidos sobre los que podría aplicar más del 50% de aranceles. El comisario europeo de comercio declaró que “estamos listos para defender nuestros intereses de nuevo”. El mandato de la administración de Trump ya impuso en 2018 tarifas sobre las importaciones de aluminio (25%) y acero (10%) de origen europeo. La UE respondió recalibrando sus aranceles sobre 6.400 millones de euros en exportaciones estadounidenses. Se espera que, una batalla comercial, afectaría en mayor medida el PIB europeo, pero impactaría más a la inflación del país americano. 

Este miércoles se publicó el dato de inflación de Julio de la eurozona que se elevó al 2,6% por el repunte de la energía. Un repunte que aleja la posibilidad de una nueva rebaja de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE), después del recorte de junio. Los precios en la eurozona subieron un 2,6% interanual en julio, una décima más que el mes anterior. Esta subida se debió fundamentalmente a la energía, que ha pasado de estar prácticamente estancada en junio, cuando se registró un alza del 0,2%, a encarecerse un 1,3%. Aunque parezca que este avance no es muy sustancial, se trata del mayor incremento en casi un año y medio y resulta muy significativo, ya que implica que los precios de la energía se resisten a normalizarse tras la escalada de 2022, lo que penaliza la competitividad de la industria europea.

En el resto de componentes no se observan grandes variaciones, los servicios suben un 4%, una décima por debajo del dato del mes anterior), seguidos de comida, alcohol y tabaco (2,3%, si bien los alimentos frescos en particular se moderan tres décimas, al 1%) y los productos industriales no energéticos (0,8%, una décima por encima del dato del mes anterior). Estos datos ponen de manifiesto que los servicios siguen tirando con fuerza de la inflación, haciendo que esta se mantenga enquistada en cotas superiores al objetivo del BCE (el 2% anual) porque las empresas están trasladando el coste de las subidas salariales a sus precios de venta, especialmente en los sectores más tensionados como es el caso del turismo, pero este proceso se antoja más complicado en el sector manufacturero, donde la demanda es mucho más débil y donde, por lo tanto, las empresas están contrayendo sus márgenes.

Existe una gran heterogeneidad, con seis países donde la tasa de inflación se sitúa por debajo de la cota del 2% y otros tres donde todavía rebasa el 3%, con mención especial para Bélgica (5,5%). En el primer grupo se sitúan Finlandia (con un 0,6%), Letonia (0,8%), Lituania (1,1%), Eslovenia (1,4%), Irlanda (1,5%) e Italia (1,7%). En sentido contrario, Bélgica lidera las subidas de precios, con un encarecimiento del nivel de vida a mucha distancia del resto, seguida de Países Bajos, Estonia (3,5% en ambos casos), Croacia (3,4%) y Grecia (3%).

Justo detrás de los países mencionados, y a pesar de la fuerte moderación de precios experimentada en este último mes, España queda en la sexta posición del ránking, con una subida de precios del 2,9%, empatada con Austria y Eslovaquia. Esto es, tres décimas por encima de la media europea, que coincide con el dato de Francia y Alemania. Con ello, la economía nacional sigue perdiendo competitividad respecto a sus principales socios comerciales por décimo mes consecutivo, aunque con menos intensidad que en los meses anteriores. Si bien no existe una relación directa entre los precios de consumo y los de exportación, sí es cierto que un aumento del IPC se acaba trasladando a los salarios, que a su vez acaban repercutiéndose a los costes de producción de las empresas tanto para el mercado nacional como para el extranjero.

En Japón el miércoles el Banco Central japonés finalizó su reunión con un aumento de 15 puntos básicos de los tipos de interés hasta 0,25% por 7 votos a 2, la segunda subida de tipos del año. Asimismo, anuncia una reducción en las compras mensuales de bonos (Quantitive Tightening) a la mitad, aunque apunta a que está dispuesta a dar marcha atrás en caso de repunte rápido de las rentabilidades de los bonos. El trasfondo de este tensionamiento adicional de su política monetaria es la necesidad de ir normalizando la política monetaria nipona tras su periodo ultraexpansivo. El punto de inflexión en las políticas monetarias de la Fed, con tipos a la baja, y del banco de Japón, con tipos al alza, debería seguir apoyando al Yen, que ha subido un 5% en julio frente al dólar, a medio plazo. Según fuentes de Reuters, la revisión de la política monetaria realizada por el Banco Central de Japón ayudará a argumentar que la economía puede asumir aumentos constantes de tipos, al haber ganado la batalla a la deflación.

En España la economía volvió a reeditar en el segundo trimestre del año el fuerte empuje que había registrado en el arranque del año, con un crecimiento del 0,8% entre abril y junio, de acuerdo con los datos que publicó el martes el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este avance se debió fundamentalmente al avance de la inversión inmobiliaria y de las exportaciones, frente a un consumo privado y un gasto público que crecen en el trimestre a ritmos más moderados, si bien este último es el que más ha crecido desde el estallido del coronavirus. Unas cifras que, además, se sitúan a la cabeza de los países europeos. El PIB español ha pasado de crecer a un ritmo del 2% hace un año al 2,9% en este último trimestre, tres décimas más que en el trimestre anterior. Con ello, parece muy probable que España pueda alcanzar el crecimiento del PIB previsto por el Ejecutivo para el conjunto del ejercicio (2,4%) y que incluso pueda superar esta cifra si la situación no se tuerce en la segunda mitad del año. Además, un segundo elemento muy positivo es que la economía viene impulsada fundamentalmente por la inversión y el sector exterior, unos motores que tienden a proyectarse hacia el futuro, y no tanto por el consumo o el gasto público. En concreto, la Formación Bruta de Capital Fijo crece un 0,9% respecto al primer trimestre del año, si bien este avance se ha moderado intensamente respecto al ritmo del primer trimestre (cuando alcanzó el 2,6%) y se debe fundamentalmente a la inversión en construcción (1,3%) frente a la atonía de la maquinaria y bienes de equipo (0,1%), a pesar de los fondos europeos. Esta divergencia se puede deber al elevado déficit de vivienda ya existente desde hace un tiempo y que se ha agravado con la llegada de población extranjera en los últimos años. Y, con todo, parece que estos proyectos no serán suficientes en la mayor parte de España, dada las previsiones de nuevos hogares.

En segundo lugar, las exportaciones crecen a un ritmo del 1,2% lo que, junto con un descenso del 0,2% en las importaciones, implica un fuerte avance del sector exterior, que suma medio punto de crecimiento al PIB en este segundo trimestre frente a las tres décimas de la demanda interna. Esta tendencia ya venía observándose en los trimestres anteriores, pero, al contrario que entonces, cuando las ventas de servicios (fundamentalmente el turismo, aunque también servicios corporativos) lideraban el indicador, ahora son las exportaciones de mercancías son las que más suben (1,3%) frente a un dato ligeramente más débil de las de servicios (1%). Con todo, hay que tener en cuenta que las exportaciones de servicios crecen a un ritmo interanual del 10,2% a pesar de haber superado ya con creces el nivel previo a la pandemia del coronavirus.

Estas cifras contrastan con la atonía del consumo privado (0,3%), derivada de la pérdida del poder adquisitivo de los ciudadanos (paliada, en conjunto, con el aumento del número de trabajadores) y del gasto público (0,2%), si bien hay que recordar que este componente es el que más ha crecido a lo largo de la crisis y se sitúa un 12% por encima de las cifras de 2019.

Además, otro elemento muy positivo es que casi todos los sectores se encuentran en positivo, aunque existen grandes diferencias. En concreto, el avance de la actividad económica viene liderado por comercio, transporte y hostelería (que avanza un 2,8% respecto al primer trimestre), actividades artísticas y recreativas (2,6%) y servicios financieros (1,3%), mientras que las actividades inmobiliarias caen un 2,5% (en buena medida, por los efectos de la regulación sobre el alquiler) y la agricultura retrocede un 1,3%, quedando un 14,3% por debajo de las cifras de 2019.

Estas cifras de crecimiento se ven respaldadas también por el avance del empleo y la productividad, si bien el aumento de los costes laborales compromete futuros avances. El número de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo se incrementó un 2% respecto al año pasado, mientras que la productividad creció un 0,9% en lo que supone la primera mejora en un año. Sin embargo, al mismo tiempo los costes laborales unitarios (esto es, por unidad de PIB producida) se han incrementado un 3,5% anual y un 24,9% desde que Pedro Sánchez llegó al Gobierno, lo que se traduce en una pérdida de competitividad para las empresas españolas.

China se han conocido esta semana los PMIs oficiales de julio, con lecturas en torno a 50 que apuntan a cierto estancamiento de su economía, el PMI manufacturero fue del 49,4, en línea con lo esperado y frente 49,5 anterior, el PMI de servicios 50,2, también en línea con lo previsto y frente al 50,5 previo, y el PMI compuesto 50,2 frente 50,5 anterior. Estos datos muestran tercer mes de manufacturas en contracción y servicios estancados, lo que apunta a la necesidad de nuevos estímulos económicos.

El miércoles por la noche también se conoció el PMI manufacturero de Caixin de julio cae 2 puntos hasta los 49,8 por debajo de los 51,5 que esperaba el consenso, lo que supone niveles compatibles con la contracción de la actividad en el sector. El gobierno dice que China expandirá activamente la demanda interna con el fin de lograr el objetivo de crecimiento del conjunto del año.


Elegía a Venezuela. Tom Burns Marañón.

El autor y columnista irlandés Fintan O’Toole, que no es conocido aquí, pero es un intelectual público con bastante visibilidad en la anglo esfera, propone lo que llama la “Prueba de Yeats”, en referencia a su paisano, el gran poeta y premio Nobel William Butler Yeats, para medir el grado de caótica distopía al cual ha llegado un mundo supuestamente civilizado. El examen es muy sencillo: cuanto más se cite El Segundo Advenimiento, la elegía más clásica de cuantas escribió Yeats, peor están las cosas. En Venezuela se estará citando más que en otros lugares.

Yeats escribió El Segundo Advenimiento en un estado de shock tras la Gran Guerra del Catorce, la Insurrección en su Irlanda natal y la Revolución Bolchevique. Desde hace casi una década, un número creciente de comentaristas en los medios y de gente que tiene cosas que decir y las cuelgan en las redes acuden una y otra vez al tremebundo poema. Esto es lo que le intriga a O’Toole.

El poema de la prueba, bien traducido por Bárbara Míguez Adeliño, comienza así: “Planeando ampliamente en derredor/El halcón ya no escucha al cetrero/Todo se derrumba, no existe ya el centro./La anarquía se desata…”. Las primeras líneas ya descolocan al lector y las siguientes dos le sacuden la conciencia: “Los mejores carecen de convicción y a los peores/Les sobra intensidad vehemente”. ¿Nos reconocemos en ellas? ¿Hablan de nosotros y de las circunstancias de nuestro entorno?

Estas dos líneas se citan mucho porque pululan los peores de intensidad vehemente: Vladímir Putin, Nicolás Maduro, Hamas y Hezbolá, los proxies de Irán. Y se transcriben mucho porque los que deberían ser los mejores titubean a la hora de alinearse con quienes realmente lo son: Volodímir Zelenski, los liberales venezolanos, Israel. Lo más preocupante es que en los hábitats que se dicen guiar por los valores de los mejores, es decir en el reducido número de democracias liberales que hay en el mundo, los hay que, al carecer de convicciones, apoyan de manera descerebrada a los hombres fuertes que se burlan de las urnas y a los fanáticos terroristas que practican el holocausto entre “el río y el mar”.

Según el estudioso yeatsiano O’Toole, las búsquedas de El Segundo Advenimiento en Internet empezaron a multiplicarse cuando Donald Trump fue elegido presidente de Estados Unidos en 2016 y, desde entonces, no han dejado de aumentar. Hoy se cita a Yeats más que cuando ganó el Nobel hace un siglo. No hay que darle muchas vueltas para explicar este sugerente dato.

Si avanza el populismo nacionalista e identitario, si se polariza el medio ambiente político, si las fake news se hacen virales, entonces resulta que Yeats se anticipó a la condición humana actual cuando escribió: “No existe ya el centro./la anarquía se desata”. Se recurre a El Segundo Advenimiento porque hay conciencia de que una caótica distopía se nos echa encima. Y esto, en esencia, es de lo que va la ‘Prueba de Yeats’.

Entre la élite de políticos populistas, polarizados y propagadores de falsedades destaca el venezolano Maduro cuya corrupta incompetencia y cruel despotismo ha empobrecido vilmente a la mayor parte de su pueblo y ha provocado en los últimos años el mayor desplazamiento humano –casi 8 millones han abandonado Venezuela, población de 26 millones– que se ha registrado en Latinoamérica. El pasado domingo Maduro robó las elecciones presidenciales al candidato de una plataforma, muy unida y muy centrada, de partidos opositores a su régimen.

El hurto de las papeletas del voto por este amenazante gigantón, que grita en lugar de hablar y que más que gritar, ladra, ha desencadenado el caos en la muy castigada sociedad venezolana y su fraude electoral ha sido condenado por la gran mayoría de los líderes regionales. La del ultraliberal argentino Javier Milei era esperada, pero no tanto la del izquierdista Gabriel Boric, presidente de Chile. Pero, a Maduro la crítica le resbala. Presume de haber “parado el fascismo” que es algo que les gusta mucho decir a los dictadores progresistas cuando ordenan disparar a manifestantes que corean “libertad” y secuestrar a sus dirigentes.

Puede que, por aquello de la carencia de convicción, el marrullero y matón de Maduro siga en el poder. Ha sobrevivido grandes protestas públicas en el pasado y lleva años machacando impunemente a sus compatriotas con intensa vehemencia. Puede, aunque es improbable porque ese flanco lo tendrá bien cubierto, que los militares le apeen de la presidencia. Así suelen terminar las carreras de los tiranos cuando acaban totalmente aislados.

Reacción

Más verosímil es que soldados y policías se harten de reprimir a la población, depositen sus armas ante los manifestantes, se quiten los uniformes y cambien de bando. Las dictaduras son contra natura en este mundo globalizado y no son eternas. Pero no lo es menos que si la protesta se prolonga y aumenta la violencia, difícilmente aguantará el pacífico centrismo de la plataforma opositora.

En España se sigue el desarrollo de los acontecimientos en Venezuela con mucho más interés que en cualquier otro país. En nuestro entorno europeo la noticia del pisoteo de derechos humanos en Latinoamérica despierta cierto hastío: ¿Ah sí? Cuéntame algo nuevo. Aquí inquieta porque se trata de un país hermano que en su momento acogió a muchos españoles y, siendo reciproca la hospitalidad, porque casi medio millón de venezolanos se han mudado a España en los últimos años. En el primer trimestre de 2024 constituyeron la tercera nacionalidad por número de llegadas a España, según el Instituto Nacional de Estadística, con 22.600 migrantes, por detrás de la marroquí y la colombiana.

Sin embargo, el interés que la suerte de Venezuela despierta en España responde, por encima de todo, a un contenido y contexto político que es muy evidente. El expresidente del Gobierno socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, es el principal apologista del régimen de Maduro en Occidente y Sumar, el socio de Pedro Sánchez, el actual presidente socialista, en el gobierno de coalición, da por buenos los resultados escandalosamente tramposos de las presidenciales del pasado domingo que consolidan el poder de Maduro. Un comunista, igual que un perro, no muerde a otro comunista. Prácticamente la única voz crítica entre los progres españoles ha sido la de Felipe González.

Y hay más. Si cae Maduro, ¿cuánta desfachatez del sanchismo pasará a ser de dominio público? Es de rigor que un gobierno democrático en Venezuela ordene una minuciosa auditoria de la gestión de la Administración Pública por el régimen chavista. Se buscará por debajo de las proverbiales alfombras. Y se sabrá, más bien antes que después, de qué iba, por ejemplo, ese misterioso vuelo procedente de Caracas que aterrizó a medianoche en Barajas, por qué hubo una reunión secreta a bordo del avión entre altos cargos del gobierno de Maduro y del de Sánchez y qué contenían esas decenas de maletas que se descargaron en la pista de aterrizaje del aeropuerto madrileño. Se sabrán, a la vez, los detalles de la financiación de la ultraizquierda española.

Nada de esto se le escapa a la derecha española. La obsesión con la fachoesfera de Sánchez recuerda a la de Maduro. La de los bulos mediáticos también. A Maduro no le gusta nada la independencia judicial. A Sánchez tampoco. Se trata de hombres altivos y ásperos, enamorados de su persona y del poder omnipotente. Para los “conspironaicos” de la “derechona” el discurso de la deriva chavista del sanchismo se escribe solo. Y, a la vez, el del desvío hacia el kichnerismo por el “no-caso” de Begoña Gómez.

Malestar generalizado

No son discursos agradables, dañan a España y no consuela que el malestar esté generalizado, puesto que en todos lados los extremos ganan terreno y el centro se bate en retirada. En Estados Unidos se teme a partes iguales tanto el triunfo de Trump como la reacción del demagogo republicano si pierde las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre. Con el permiso de Venezuela, mayor distopía no cabe.

La ‘Prueba de Yeats’ es la constatación del extendido desasosiego. Si aumentan exponencialmente los que beben de las fuentes de El Segundo Advenimiento por algo será. Al atiborrarse de las imágenes que crea el poeta pueden creer, como creyó Yeats, que se está ante el Apocalipsis que lo finiquita todo: “Sé que acerca la Revelación/Sé que acerca la Parusía”. Cuando las cosas se tuercen muchísimo, se invoca la Parusía, el Advenimiento glorioso de Jesucristo al fin de los tiempos. Pero la vuelta es, en principio, aterradora. El poeta está atrapado en una pesadilla que le sitúa entre las arenas del desierto donde aparece ante sus ojos una bestia que tiene el cuerpo de un león, la cabeza de un hombre y la “mirada vacía, inmisericorde como el sol”.

El Segundo Advenimiento concluye con un apogeo de metales y de tambores digno de un Wagner perdido en la Biblia: “La noche cae de nuevo, pero sé/Que veinte siglos de pétreo letargo/se enajenaron en pesadilla por el mecer de su cuna/Y que la bestia, al fin presta a retornar./Se arrastra hacia Belén para ser alumbrada”. Uno se alegra por los que se someten a la “Prueba” en estos días agosteños de asueto y ven esperanza en la cuna.


Buen fin de semana!!

Comentario de mercado viernes 19 de Julio del 2024.

Ayer fue el turno del Banco Central Europeo, el Consejo del BCE anunció un mantenimiento de los tipos de referencia, como era esperado, dejando el de las operaciones principales de financiación en el 4,25% y el de la facilidad de depósito en el 3,75%. En materia de inflación, el comunicado siguió poniendo de manifiesto en el hecho de que el Consejo se encuentra cómodo con la evolución mostrada por los datos de IPC, al considerar que la mayor parte de los componentes de la referencia subyacente, o se han mantenido estables o han experimentado un comportamiento a la baja en el mes de junio, tras el repunte registrado en mayo como consecuencia de ciertos “factores de carácter transitorio”. En este sentido, el BCE destacó que la noticia negativa sigue viniendo de unos servicios que continúan creciendo de forma intensa, en gran parte como consecuencia del “elevado crecimiento de los salarios”. De hecho, como mencionaba Inverseguros en su informe sobre la reunión del BCE, si analizamos la evolución del componente de servicios desestacionalizado, observamos que en junio se encontraban más de un 12% por encima de su tendencia anterior a la pandemia, y no parece encontrar un techo, de todos modos, el BCE matizó que este efecto se está viendo compensado por unas empresas que están absorbiendo parte del aumento de los costes laborales, con el correspondiente efecto negativo en sus cuentas de resultados. El BCE dijo que es probable que la inflación general continúe por encima del objetivo del 2% hasta bien avanzado el próximo año y que para alcanzar dicho nivel mantendrá una política monetaria restrictiva durante el tiempo que sea necesario. Con lo que el BCE seguirá tomando decisiones dependiendo de los datos macroeconómicos y reunión a reunión, con el fin de determinar el nivel de restricción y su duración apropiada, por lo que no se compromete de antemano con ninguna senda concreta de tipos.

En la comparecencia posterior a la reunión del Banco Central Europeo su presidenta, Christine Lagarde, pareció más reacia a abrir la puerta a una bajada adicional de tipos por parte del BCE en el mes de septiembre, afirmando que la reunión estaba “muy abierta”, mostrando, por lo tanto, un sesgo algo más cauto (hawkish) del habitual. En este sentido, hizo mucho hincapié en el enfoque data dependent del Banco Central y en la gran cantidad de datos de relevancia que se conocerán de aquí a la próxima reunión, que servirán para confirmar o desmentir si la economía de la zona euro se encuentra en la senda de desinflación que se requiere para llevar a cabo una nueva acción en materia de tipos. Así, Lagarde dijo que estarán especialmente atentos a la evolución registrada por los salarios, por la productividad y por los resultados empresariales.

Después del intento de asesinato a Donald Trump del fin de semana pasado parece que se han reforzado en mayor medida, si cabe, las perspectivas de una victoria del candidato republicano, valorando en este momento una probabilidad del 65% (https://www.realclearpolling.com/betting-odds/2024/president).

Esta semana ha surgido un nuevo término en los mercados, para calificar el hecho de posicionarse estratégicamente, que es el Trump trade, generando una nueva narrativa, que está impulsando a ciertos sectores relacionados tradicionalmente con el lado republicano, como energía y negocios financieros, lo que ha llevado esta semana, de nuevo, al S&P 500 hasta nuevos máximos de todos los tiempos. En el lado de la renta fija, se ha acelerado la desinversión de la curva 10–2 años, pues la llegada de Trump y los republicanos al poder traería un recorte de impuestos, generando un mayor déficit, lo que mantendría los tipos largos estables, mientras que la política monetaria empujaría hacia abajo los tipos a corto plazo.  

El eurodólar cotiza en el entorno del 1,09 y hemos tenido un comienzo de la segunda mitad del año con cierta debilidad del dólar marcado por eventos políticos en Europa y en Estados Unidos y la evolución de los datos macro. La volatilidad sigue baja en términos de niveles históricos. Tenemos un apetito por el riesgo sólido que se refleja en el comportamiento de la bolsa estadounidense y que sigue favoreciendo a ciertas divisas del G10 como es el caso de la libra.

En la última semana hemos tenido datos a la baja de inflación en Estados Unidos lo que ha ayudado a empujar a la curva de deuda americana a la baja lo que ha ayudado al cruce a romper por encima de 1,09. En su informe semanal BBVA Research esperan ver niveles de 1,10. Sin embargo, el ruido de la llegada de extremismos políticos al gobierno francés tras la primera vuelta de las elecciones pesó al euro en un principio, aunque posteriormente no se produjo la victoria de Le Pen en Francia y eso en cierto modo favorecía al euro en las dos últimas semanas.

Eurodólar últimos 6 meses.

El viernes pasado comenzó la temporada de presentación de resultados del segundo trimestre del año, empezaron los bancos de inversión americanos, JP Morgan superó las expectativas de beneficios en un 5% impulsado por la división de banca de inversión. Citigroup publicó resultados en línea con lo esperado. El mismo día, Wells Fargo se quedó algo por debajo de lo previsto. Por el momento los ingresos por la parte de banca de inversión están resultando muy buenos, mientras que el margen por intereses tiende a ser menos espectacular. Goldman Sachs ha sorprendido debido a los fuertes ingresos transaccionales y del áresa de mercado de capitales, apoyado por un estricto control de costes. En cuanto a Morgan Stanley, cabe destacar que se está beneficiando sustancialmente del aumento de los ingresos vinculados a la gestión de patrimonios y activos, favorecido ​​por la tendencia alcista de los mercados de acciones y bonos. Hoy publicarán datos American Express y American Airlines Group.

Las acciones que componen el índice americano de pequeñas compañías (Russell 3.000) han subido de media un 11% en la última semana, es un dato muy llamativo que refleja la rotación que está habiendo en mercado desde el sector tecnológico a sectores que cotizan más baratos como el de medianas y pequeñas compañías. El miércoles el Nasdaq cayó casi un 3%, sobre todo destacaron las caídas de las compañías de semiconductores que han sido las que más han subido en los dos últimos años. El sector para equipos de comunicaciones se dejó un notable -7,5% liderado por Advanced Micro Devices (-10,2%), Applied Materials (-10,4%), Qualcomm (-8,6%), Broadcom (-7,9%) y Nvidia (-6,6%). Al menos en Estados Unidos tras 2 meses de buenos datos de inflación que abren la puerta al inicio del ciclo de bajadas de tipos de la Fed y unos recientes datos de actividad que alejan, de momento, las dudas sobre el dinamismo de la economía americana. Las pequeñas compañías tienen mucho potencial alcista frente al S&P 500 tras el peor comportamiento acumulado en los últimos años y por valoración ante la recuperación prevista de beneficios. Pero el camino será sinuoso al tener que enfrentar todavía obstáculos como el previsible renacer de la inflación, la presión en márgenes y mayores costes de refinanciación en 2025 y 2026. El Russell 2000 esta semana ha subido más de un 7% sobre todo impulsado por la banca regional americana. Ayer se produjo el cuarto mejor comportamiento del Russell 2000 frente al Nasdaq de la historia (Russell 2000 +3,60% vs Nasdaq -2,20%).

De todos modos, la corrección de estos dos días del sector tecnológico y en concreto del sector de semiconductores no deja de ser algo testimonial dentro de un comportamiento del sector en niveles récord, tanto en términos absolutos como en relativo frente al S&P 500.

La euforia por la Inteligencia Artificial para muchos analistas empieza a recordar peligrosamente a otras burbujas bursátiles vividas en la historia, como analizaba Bank of America esta semana:

Importante esta semana:

Trump anuncia que mantendrá a Jerome Powell como líder de la Fed hasta que concluya su mandato en mayo de 2026. De este modo, se retracta de las declaraciones de febrero, en las que afirmó que no volvería a nombrar al presidente de la autoridad monetaria. Además, advierte que la Fed no debería comenzar los recortes de tipos de interés antes de noviembre, el mes de elecciones. Su argumento radica en que implicaría un “empujón” a la economía y a la administración de Biden. Por otro lado, adelantó las medidas en el ámbito impositivo, bajando el tipo máximo para las empresas del 21% actual a un 15% (en 2016 lo redujo de un 35% a un 21%). Además, pretende imponer un 10% de aranceles sobre todo producto procedente del exterior (incluidas los de origen europeo), así como unas tarifas de entre un 60% y 100% a las importaciones procedentes de China.

En Estados Unidos, esta semana ha arrancado la Convención Republicana, con Trump proclamando al senador de Ohio, J.D. Vance como vicepresidente. El encuentro ha culminado con la nominación oficial de Trump como candidato republicano. Tras el mal desempeño de Biden en el debate presidencial de hace dos semanas y el intento de asesinato a Trump el sábado pasado, su popularidad va en aumento. A este optimismo, se añade la desestimación de la justicia estadounidense en el caso criminal de los documentos clasificados que Trump conservó al dejar la Casa Blanca. La jueza Aileen Cannon, dictaminó que el fiscal fue designado de manera ilegal y carecía de autoridad para dirigir la investigación. Esto supone una nueva victoria judicial para Trump, después de que el mes pasado el Tribunal Supremo le concediera inmunidad “parcial” por los intentos de anular las elecciones de 2020.  

El presidente de la Fed, Powell y la gobernadora de la Fed de San Francisco,  Mary Daly, presentan más confianza de que la inflación se dirige al objetivo del 2%. En su aparición este lunes, Powell mantuvo un mensaje semejante a su comparecencia ante el Congreso la semana pasada. El líder de la autoridad monetaria indicó que existe un mejor equilibrio entre los dos mandatos, la estabilidad de los precios y el pleno empleo, y que, de ahora en adelante, mirarán por ambos. Asimismo, Powell anunció que la tasa neutral de interés es superior a los periodos “entre crisis”, de manera que los tipos serán más elevados. Por su parte, Mary Daly declaró que es probable que se realice algún ajusto de los tipos de interés, sin especificar más. En cuanto al mercado laboral, comentó que se aproxima a un punto de inflexión, en el que un mayor debilitamiento podría crear un aumento en el desempleo

Siguiendo en Estados Unidos los datos del mercado laboral conocidos ayer decepcionaron, aunque estuvieron afectados por eventos particulares. En concreto, conocimos las peticiones de subsidio por desempleo semanales que se elevaron hasta las 243 mil peticiones desde las 223 mil previas y muy por encima de las 229 mil esperadas. No obstante, este dato probablemente estuvo afectado por los efectos del paso del huracán Beryl y cierres anuales de las fábricas de automóviles. Por ello, deberemos esperar a las cifras de las próximas semanas para dilucidar si este empeoramiento del mercado laboral continúa.

En China los datos publicados esta semana confirman la debilidad del crecimiento y el PIB creció tan solo un 4.7% en el segundo trimestre del año (+0,70% intertrimestral), el dato más bajo de los últimos 5 trimestres. El dato está por debajo del 5,10% que esperaban los analistas del mercado. El dato del PIB se ha visto lastrado por la debilidad del consumo interno, afectado por la situación del mercado inmobiliario, en el que se acelera la caída de la actividad y los precios de la vivienda. Un mejor comportamiento del sector industrial y exportador no consigue compensarlo.

De hecho, esta noche hemos tenido caídas en las Bolsas Chinas (Hang Seng -1,81% y ya sólo sube un 2,39% en lo que va de año) después de que haya concluido el Tercer Pleno del Partido Comunista sin estímulos para impulsar su débil economía, especialmente en lo que respecta a demanda doméstica y sector inmobiliario, y con su único punto fuerte en exportaciones, que crecen en volúmenes a costa de precios más bajos, con la consiguiente creciente respuesta (aranceles, restricciones) del resto del mundo. Se ofrece tan sólo un comunicado muy general que habla de reformas por el lado de la oferta para conseguir un desarrollo de alta calidad y economía socialista de alto nivel para 2035. No se anuncia por tanto ninguna medida para reforzar la actividad económica a corto plazo, ni siquiera para estabilizar el sector inmobiliario. Veremos si en los próximos días se ofrece algún detalle adicional.

Esta noche también hemos conocido datos de inflación en Japón con menor repunte de lo esperado, IPC general 2,8% frente al 2,9% esperado y 2,8% anterior y subyacente 2,2% en línea con lo previsto y frente al +2,1% anterior, que moderan las expectativas de normalización de tipos, reduciéndose las probabilidades de una segunda subida de tipos por parte del Banco de Japón en su reunión del 31 de julio de 50% a 42%.


Los tres riesgos clave que deben monitorizar los inversores en el segundo semestre. William Davies. Columbia Threadneedle Investments.

Después de un primer semestre en el que bancos centrales y mercados han tomado una dirección diferente a la que anticipaban los inversores a principios de año, ¿qué cabe esperar para el segundo semestre de 2024? Respecto a la política de los bancos centrales, creo que el hecho de que los bancos estén actuando juntos y al unísono, y compartan políticas, da algo de respaldo a los mercados y podría reducir la volatilidad. No obstante, si se empieza a constatar una dispersión en el calendario de los recortes de tipos de interés o hasta dónde llegarán, los tipos de interés podrían cambiar, lo que podría derivar en una volatilidad algo más elevada.

Por lo general, si analizamos los recortes de tipos de interés, vemos que podrían respaldar o ayudar al sector de las compañías más pequeñas. Si nos fijamos en lo que ha impulsado los mercados en los últimos 18 meses más o menos, sin duda varias de esas grandes compañías, las de megacapitalización, han cosechado mejores resultados. Si miramos hacia 2024 y 2025, creo que resulta muy posible, incluso probable, que asistamos a una ampliación del mercado.

De cara al futuro, a medida que bajen los tipos de interés, aunque no tan rápido como algunos podrían haber previsto, observamos también resiliencia en la economía mundial, lo que, a mi parecer, respalda la renta variable. Esto implica que es muy posible que veamos nuevas subidas bursátiles en el resto del año.

Ahora, veamos qué puede suceder con la trayectoria de la inflación. Pienso que ésta se situará en cotas más altas en años venideros respecto de las que vimos en la década de 2010 y de los 2000, cuando se hallaba, por lo general, por debajo del 2%. Ahora bien, ¿consideramos que vamos a volver a los niveles de entre el 5% y el 9%? Por supuesto que no. Pero esa última caída del 3% al 4% en EE. UU. hasta el 2%, creo que va a ser difícil de conseguir.

En el apartado de riesgos, el siguiente de la lista es la geopolítica, que sigue generando inquietud. Hablamos de las guerras en Ucrania y en Oriente Próximo, que pueden ser desestabilizadoras e incrementar la volatilidad. No cabe duda de que esto constituye un riesgo de cara al futuro.

Al igual que analizamos la geopolítica, también pienso que es necesario analizar el estado actual de los déficits fiscales en todo el mundo. En Europa, rondan el 4%, mientras que en Estados Unidos se sitúan en el 5%-6%. Sin embargo, si los tipos de interés son cercanos a cero, el coste del servicio de esta deuda no tiene por qué ser tan elevado. Habida cuenta de unos tipos de interés de alrededor del 5%, el coste de servir la deuda es mucho mayor de lo que sería en otras circunstancias. Lo que se necesita es que estos déficits fiscales empiecen a bajar con el tiempo. Bajo un prisma político, resulta mucho más fácil incrementar el gasto, reducir los impuestos y ver cómo se incrementan estos déficits, antes que revertir la situación. Eso en sí mismo es un riesgo, porque, si nos fijamos en muchos países de Europa, ese déficit total en relación con el PIB ronda el 100% —un poco menos en Alemania—, pero ha superado el 100% en Estados Unidos, por lo que el coste del servicio de esa deuda resulta bastante elevado. Por eso creo que representa un riesgo de cara al futuro.

Me gustaría poner de manifiesto una última cosa. Hemos presenciado un descenso de la inflación desde el 5%-9% hasta el 2%, 3% y 4%. Si viéramos un resurgimiento de la inflación —podría ser por razones geopolíticas o de otro tipo— y surge la amenaza de unos tipos de interés más altos en lugar de más bajos, generaría una sacudida para los mercados que no creo que estos se tomaran bien. Así que, por concluir, los tres riesgos clave serían el geopolítico, los déficits fiscales y un repunte en la inflación, y en esos tres riesgos deberían enfocarse los inversores durante los próximos seis meses.


Gane quien gane las elecciones. Jesús Sánchez-Quiñones. Consejero Ejecutivo Renta 4 Banco.

 

A partir de ahora y hasta el 5 de noviembre, abundarán los análisis sobre las consecuencias de los resultados de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Aunque numerosas variables oscilarán en función de quien sea el ganador de las elecciones, Trump o Biden (si es que finalmente es él el candidato demócrata), hay elementos que son casi una certeza sea quien sea el nuevo presidente de los Estados Unidos.

Para poner la situación en contexto, la Oficina de Presupuestos del Congreso estadounidense (CBO: Congressional Budget Office) espera que el déficit presupuestario estadounidense en los próximos diez años se acercará al 6%, o incluso lo superará. Este cálculo considera que en la próxima década no habrá ningún año de recesión que, de producirse, aumentaría la cifra del desequilibrio fiscal. El déficit previsto de este año 2024 es del 6,3%.

Ninguno de los dos candidatos, ni Trump ni Biden, tienen la menor intención de acometer un ajuste de las cuentas públicas. Más bien al contrario, ambos apuntan a un incremento del déficit, incluso en mayor cuantía en el caso del candidato republicano.

La deuda pública estadounidense ya alcanza los 35 billones de dólares (trillones americanos). La CBO espera un déficit adicional de al menos otros 22 billones de dólares en la próxima década. Solo este año 2024, el Tesoro estadounidense tiene que refinanciar 6 billones de dólares de deuda que vence, adicionales a la financiación del déficit de 1,9 billones.

Una de las razones de por qué la economía estadounidense parece tan sólida, a pesar de la fuerte subida de tipos de interés desde el 0% al 5,25%, es la cantidad de liquidez inyectada a través del ingente gasto público. En la lucha contra la inflación la Reserva Federal sorbe, subiendo tipos de interés, y el gobierno federal sopla, manteniendo muy elevados déficits públicos.

A pesar de las mejoras en el nivel de la inflación, desde niveles superiores al 10% a niveles del 3% de junio pasado, los factores que produjeron el alza de la inflación siguen latentes. Entre ellos: los altos déficits públicos, los aranceles y las limitaciones al comercio, la necesidad de un fuerte gasto militar a nivel global, y las inversiones requeridas para la ansiada transición energética.

Los déficits públicos se generan por un exceso de los gastos sobre los ingresos públicos. Los déficits implican la inyección de liquidez en el sistema que presionan la inflación al alza.

La intensificación de la guerra comercial a la que estamos asistiendo, con implantación de fuertes aranceles, es inevitablemente inflacionista. Los productos importados, antes más económicos, ya no están disponibles para los consumidores a dichos precios. El consumidor es el que acaba pagando el incremento de precio provocado por los aranceles.

La necesidad de un mayor gasto en defensa a nivel global es un consenso generalizado. Dedicar más recursos al sector de defensa implica desplazarlo desde otras opciones más productivas. Adicionalmente, requiere un aumento considerable del gasto público que, de nuevo, tiene que ser financiado.

Las inversiones requeridas para hacer frente a los compromisos internacionales de transición energética son astronómicas. Se estiman en 18 billones de dólares hasta 2030 a nivel global. Otro factor inflacionista.

En este escenario la Reserva Federal tendrá que priorizar entre luchar contra la inflación o primar la estabilidad financiera y la financiación del gasto público. Claramente se inclinará por la segunda opción, aunque esto a su vez genere más inflación.

Gane quien gane las elecciones en Estados Unidos, algunas cosas parecen inevitables. Entre ellas, la dinámica de deuda estadounidense y la necesidad de la Reserva Federal de evitar fuertes subidas de los tipos de interés de los bonos del Tesoro ante la avalancha de emisiones en los próximos años. Para ello, tendrá que intervenir comprando directamente o financiando a la banca para que lo haga. Solo es cuestión de tiempo.


Buen fin de semana!!

Comentario de mercado viernes 12 de Julio del 2024.

Ayer se publicó un buen dato de inflación en Estados Unidos, cayendo desde el 3,30% del mes anterior hasta el 3% de Junio, por debajo del 3,10% que esperaba el mercado, lo que impulsó la cotización de los bonos tanto en Estados Unidos como en Europa, lo que llevó los tipos a 10 años en Estados Unidos a sus niveles más bajos desde finales marzo y en Alemania se rompió de nuevo el nivel del 2,5%. Asimismo, los futuros de tipos de interés elevan hasta el 90% las posibilidades de recortes de tipos por parte de la Fed en el mes de septiembre, dándola prácticamente por segura.

Bono a 10 años Estados Unidos.

Bono a 10 años alemán.

Hasta tres miembros de la Fed realizaron declaraciones ayer, todos celebrando el camino de la inflación hacia el 2%, aunque unos más optimistas que otros. Golsbee, gobernador de la Fed de Chicago, calificaba de “excelente” el dato de variación de precios, más concretamente la desaceleración de los costes de la vivienda, que decía ser “profundamente alentadora”. En cuanto al mercado laboral, lo define como “bastante sólido”, aunque le preocupa que la tasa de desempleo haya aumentado a 4,1%, desde mínimos del 3,4% en abril de 2023. No obstante, el mercado laboral no indica que la economía se precipite a una recesión “así que no tenéis que entrar en pánico”. Golsbee opina que las condiciones financieras son “bastante restrictivas” y está abierto a un primer recorte de tipos pronto, seguido de una pausa o una serie de reducciones, dependiendo de los datos de inflación. Por su parte, Mary Daly, gobernadora de la Fed de San Francisco, afirmó que, a la vista de los últimos datos sobre empleo e inflación, crecimiento del PIB y perspectivas de crecimiento es probable que se justifique algún ajuste de los tipos de interés, aunque se abstuvo de ofrecer un calendario concreto para los recortes. Asimismo, indicó que ha quedado claro que el riesgo de asegurar los objetivos de estabilidad de precios y de pleno empleo ha pasado a un mejor equilibrio. Por último, Alberto Musalem, gobernador de la Fed de San Luis, se desmarcaba en cierta medida, al defender que la política monetaria actual es “restrictiva, pero no en exceso”. Tal y como dijo, el nivel actual de los tipos presenta el nivel adecuado para la coyuntura actual.

Jerome Powell compareció esta semana en el Congreso de los Estados Unidos y esta semana que está satisfecho con la marcha del mercado laboral, que no está sobrecalentado y que las condiciones actuales se acercan mucho a las de antes de la pandemia global. Desde la Fed ven moderación en precios, pero quieren ver más evidencia empírica para poder bajar los tipos. Advierten también que el desempleo sube por tercer mes consecutivo en Estados Unidos. El máximo responsable de la Reserva Federal recalcó ante el Congreso los peligros de anticiparse o retrasarse en una medida así y pidió que se respetasen sus tiempos pues los análisis del órgano gobernante son precisos y mantienen una vigilancia férrea de todo el panorama micro y macroeconómico.

Después del dato de inflación americano de ayer también llamó la atención en mercado el hecho de que se produjo la mayor caída diaria en las 7 Magníficas (-4.3% ayer) desde verano 2023 y la mayor subida intradía del índice Russell 2000 (pequeñas compañías americanas) desde finales del 2023. Podría ser el inicio del cambio de rotación en mercado, o simplemente un ajuste después de los excesos del sector tecnológico americano, y el mal comportamiento de las pequeñas y medianas compañías, sobre todo en relativo.

Magnificent 7 Index. 1day % change

Russell 2000 Index. 1day % change

Después de las elecciones en Europa la atención de los inversores está ahora en las elecciones estadounidenses, pero ya a la vuelta del verano. Los franceses han optado por la parálisis frente a los disturbios, lo que hace probable unas nuevas elecciones en septiembre de 2025. En el Reino Unido, en cuanto al gobierno se refiere la situación sólo puede sorprender positivamente, aunque hay que considerar lo limitado del margen presupuestario con el que contará el nuevo gobierno. En Estados Unidos pinta un panorama completamente diferente, todavía tenemos unas elecciones por delante, pero los analistas y los medios de comunicación siguen debatiendo sobre la aptitud de Biden. Como resultado del primer debate, ha aumentado la probabilidad de que Trump arrase al 45%, es decir, que los republicanos ganen tanto la presidencia como el control del Congreso. Hoy comienza la publicación de resultados del segundo trimestre del año, que se espera que sean sólidos. Las expectativas son optimistas y los datos macroeconómicos cada vez se muestran más débiles en Estados Unidos, lo que podría dar lugar a alguna decepción.

En Estados Unidos varios indicadores del mercado laboral estadounidense sugieren que se está enfriando, lo que reduce el riesgo de inflación, pero apunta a un menor crecimiento. Una vez ha comenzado el ajuste del mercado laboral estadounidense rara vez se detiene a mitad de camino y a menudo pasa rápido del sobrecalentamiento a la debilidad. La disminución del riesgo de inflación hace más probable un primer recorte de tipos por parte de la Reserva Federal en septiembre. Si el desempleo siguiera aumentando en los próximos meses, se pondría en duda el crecimiento económico y haría más probable nuevos recortes de tipos. La mayoría de los analistas creen que la Reserva Federal recortará otra vez tipos en su reunión de diciembre y tres veces más en 2025.

En Francialas elecciones en segunda vuelta del pasado domingo reflejaron un cambio del resultado de la primera vuelta con el triunfo del bloque de la izquierda, con 181 escaños y sin mayoría para gobernar, seguido de Macron (166) y de Le Pen (143). Se abre ahora, por tanto, una situación de incertidumbre, con tres bloques políticos enfrentados y ninguno con mayoría (289 diputados) para gobernar. Las opciones que se abren desde hoy son insólitas, sin que Francia haya tenido una situación parecida antes. El Primer Ministro, Gabriel Attal, presentó su dimisión a Macrón. No hay fecha establecida para formar gobierno y ya se está pidiendo al Presidente que forme una alianza entre partidos que no incluya ni a Le Pen ni a Francia Insumisa, el partido de Melenchón.

En un informe de esta semana Bank of America dice que la señal de mercado bajista aún no se ha activado en la Bolsa americana (S&P 500), aunque se va acercando al punto peligroso:

El precio de las materias primas podría repuntar cuando la Fed empiece a bajar tipos, como pasó en la época 1995-1996.

Bloomberg Commodities Index 1993-1997 Vs 2022-Actualidad (MUFG Research).

Esta semana empieza la temporada de resultados del segundo trimestre del año en Estados Unidos, el consenso de analistas apenas ha revisado a la baja expectativas de beneficios para el S&P 500, https://insight.factset.com/analysts-made-smaller-cuts-than-average-to-eps-estimates-for-sp-500-companies-for-q2.

En Europa el consenso de analistas ha bajado mucho las estimaciones de Beneficio Por Acción para esta temporada de resultados del segundo trimestre del año, de +3% de crecimiento interanual que se esperaba en Mayo a +0,8% que espera ahora (https://lipperalpha.refinitiv.com/wp-content/uploads/2024/07/TRPR_83201_555.pdf).

En la Bolsa americana la concentración del sector tecnológico y en concreto de los siete magníficos sigue en máximos, desde 1990 está en máximos el relativo entre el índice S&P500 y el S&P EQUALWEIGHT (11%). El peso del S&P Technology en el S&P es ya del 32%.

Los índices de euforia vuelven a máximos, el índice Alcistas menos bajistas vuelve a la parte alta del rango (https://www.aaii.com/sentimentsurvey).

AAII Bulls minus Bears

Otro índice de sentimiento inversor, como es el índice Miedo/Euforia de la CNN vuelve a estar en niveles de euforia, por primera vez desde el 22 de Mayo.

Además, hay otro indicador que nos hace estar con cierto miedo en cuanto a los niveles de la Bolsa, es el indicador de sorpresas económicas en Estados Unidos, que está en niveles mínimos históricos. El índice de Bloomberg de sorpresas económicas se define como la diferencia porcentual entre las previsiones de los analistas y el valor de los datos económicos de Estados Unidos publicados. Los elementos sorpresa de las publicaciones de datos económicos semanales y mensuales que se informan periódicamente se suavizan a lo largo de un período de seis meses, dándole más peso a las publicaciones recientes. Los elementos sorpresa se normalizan y luego se agregan, normalizándose nuevamente el índice agregado. Por lo tanto, los valores del Economic Surprise Indez se traducen como el número de desviaciones estándar que las expectativas de los analistas se encuentran por encima o por debajo de los niveles de sorpresa normales. Esto incluye indicadores económicos, sus valores más recientes y la relación a corto y largo plazo entre las sorpresas económicas y los precios de los activos.

Bloomberg ECO US Surprise Index since 2000.

Importante esta semana:

Esta semana lo más importante ha sido el dato de IPC en Estados Unidos publicado ayer. La inflación en Estados Unidos ha dado un respiro a la Reserva Federal al protagonizar en junio una caída mucho mayor de lo esperada por los analistas. Tras un recorte de tres décimas, el Índice de Precio de Consumo (IPC) terminó el mes pasado en el 3% (frente al 3,10% esperado por los analistas), su nivel más bajo de los últimos doce meses, según se desprende de los datos publicados ayer por la Oficina de Estadísticas Laborales. La cifra ha disparado las previsiones de que la Reserva Federal realice su primer recorte de tipos de interés el próximo mes de septiembre, en lugar de tener que esperar hasta diciembre. La probabilidad de que la rebaja se materialice al final del verano se disparó ayer por encima del 80%, según las estadísticas que maneja CME Group.

Los economistas también llamaron ayer a la prudencia a la hora de interpretar el dato, ya que no es la primera vez que la inflación da muestras de desaceleración a las puertas del verano, para luego volver a escalar en julio y en agosto al calor del mayor gasto estival, que impulsa los precios al alza. Es justo lo que ocurrió en 2023, cuando en junio la inflación se situó en el 3% y terminó escalando hasta el 3,7% en agosto y septiembre.

Aun así, se espera que en esta ocasión el dato sea más consistente y el IPC mantenga su senda descendente hasta el objetivo del 2% que se ha fijado la Reserva Federal, de forma que se confirme ese recorte en los tipos en septiembre. Hay que tener en cuenta que el banco central estadounidense solo contempla a día de hoy una rebaja este año, pero el mercado confía en que si la inflación sigue esta tendencia existe la posibilidad de que la Fed revise su hoja de ruta y protagonice un segundo recorte a finales de año, con los tipos terminando 2024 en la franja comprendida entre el 4,75% y el 5%, frente al tramo de 5,25%-5,5% actual, máximo de las últimas dos décadas. Llama al optimismo el dato de la inflación subyacente, que no incluye en la ecuación los elementos más volátiles, como la energía y los alimentos frescos, y es el dato de referencia preferido por la Fed. Este indicador se situó en junio en el 3,3% en términos interanuales, lo que supone un descenso de una décima respecto a la cota alcanzada en mayo. Además, si se analiza en términos mensuales, los precios subyacentes solo aumentaron un 0,1% entre mayo y junio, el incremento más moderado registrado en lo que va de año. En junio, han dado un respiro los precios relacionados con la vivienda (principalmente alquiler), que representan un tercio del IPC y hasta ahora han sido el gran motor de la inflación, junto a la energía y la cesta de la compra, que también se han moderado, mientras que repunta el coste de los viajes.

La Casa Blanca negaba el martes el informe del New York Times de que Biden haya sido tratado por Parkinson. Por su parte, el demócrata clave de la Cámara de Representantes, Adam Smith, dice que Biden debería hacerse a un lado. Mientras, el presidente envió una carta a los demócratas del Congreso diciendo que está «firmemente comprometido» a permanecer en la carrera presidencial.

Siguiendo con Estados Unidos hemos conocido esta semana que la confianza de las pymes mejora en junio. El índice realizado por el NFIB superó las expectativas al repuntar hasta niveles de 91,5 desde el 90,5 previo y por encima de las estimaciones (90,2). Esta es la tercera mejora consecutiva de la confianza de las pymes tras tocar mínimos desde 2012 en el mes de marzo. Una recuperación que apunta a una mejora de la actividad doméstica, aunque desde niveles de confianza todavía deprimidos. Por componentes, cabe señalar que el número de empresas que tienen la intención de elevar los precios se incrementó en 2 p.p. hasta el 27%, y, además, el 21% de los encuestados sigue apuntando la inflación como su principal preocupación. Por el lado del empleo, el número de empresas que indican dificultades en cubrir sus vacantes se redujo en 5 p.p. hasta el 37%, el menor nivel desde 2021.

NFIB Small Business Optimism Index since 2015.

La inflación se frenó en Junio en China y apunta a la necesidad de nuevos estímulos monetarios. En junio, el crecimiento de los precios al consumo decepcionó al registrarse un aumento del IPC del +0,2% interanual, una décima por debajo del mes previo y dos décimas menos que las expectativas. Con este dato se vuelve a mostrar una demanda interna débil a la vez que siguen presentes en la economía las presiones deflacionistas. Entre los principales componentes, los precios de los alimentos fueron los contribuidores más significativos a este freno de la inflación al registrar un retroceso del -2,1% interanual. Además, también los precios de los bienes duraderos cedieron un -1,3% interanual, destacando una caída de los precios de automóviles del -5,3% frente al -4,7% del mes previo. Finalmente, por el lado de los servicios, también se ha frenado la inflación: los precios avanzaron un +0,7% interanual, una décima menos que en el mes anterior. 

Siguiendo en China y con datos relacionados con la inflación, conocimos también este miércoles que los precios de producción industrial cayeron en junio un -0,8% interanual, una moderación en el ritmo de caída (en mayo retrocedieron un -1,4%), pero acumulando ya 21 meses consecutivos de caída de los costes industriales.

El ‘somos más’ de Starmer. Tom Burns Marañón.

Ahora que empieza la era sir Keir Starmer ¿qué cambio se espera en el Reino Unido? ¿Cuál es el change que han votado los electores desorientados de una democracia avanzada cuya economía está estancada? ¿Qué análisis se ha de hacer y qué lecciones extraer de las elecciones británicas?

Son preguntas válidas porque se ha abusado del término avalancha. En estos tiempos cuando la derecha populista parece llevarse todo por delante, se han echado muchas campanas al vuelo para festejar la abultada victoria de lo políticamente correcto. Sin embargo, propiamente hablando, avalancha laborista solo la hubo en cuanto a escaños ganados y esto no necesariamente implica un inapelable mandato para gobernar de una determinada manera.

Tampoco se produjo un expectante entusiasmo generalizado a la hora de acudir a los colegios electorales. Tras una campaña aburrida y carente de chispa al estar descontado el resultado, la participación, el 60%, fue la más baja en lo que va de siglo.

El partido de Starmer solo ganó un tercio del voto popular, pero pudo hacerse con dos tercios de los escaños en la Cámara de los Comunes, 410 de los 650, debido al doble efecto de la peculiaridad del sistema electoral británico –gana el candidato más votado en circunscripciones unipersonales– y de un catastrófico cisma en el campo conservador.

La ley electoral penaliza las escisiones de una manera letal y el protagonizado por Reform, la derecha “patriótica” que lidera Nigel Farage, el fanático de Brexit y el fustigador de la inmigración, tanto de la ilegal como de la legal, ha conducido a los Tories directamente al cadalso parlamentario. Han pasado de 372 diputados a 121.

El sistema electoral no favoreció, mientras tanto, a los escindidos porque su apoyo está muy repartido y con un 14% del voto Reform solo obtuvo cinco escaños. Por contra, los Liberalesdemócratas, el eterno e intrascendente partido bisagra en el Reino Unido, ganaron 71 escaños con el 12% del voto, porque su voto está concentrado en el próspero suroeste del país.

Los ocupantes de las bancadas en la Cámara de los Comunes son otros, pero si algo han demostrado los comicios en el Reino Unido es que los británicos no desean para nada una transformación social y política. De anhelarlo se hubieran volcado con Starmer, pero no lo hicieron.

Starmer tomará buena nota de que el voto laborista solo creció en un 1,6% frente al que obtuvo en las elecciones generales de 2019 –cuando el partido fue duramente derrotado– y que este mísero aumento se registró mayoritariamente en Caledonia, donde el secesionista Partido Nacional de Escocia se hundió.

Los veinte puntos de ventaja que las encuestas daban al Labour Party sobre los Tories resultaron ser diez y los votos del Partido Conservador más los de Reform, sumaron el 38% de quienes acudieron a las urnas frente al 34% que votó al Partido Laborista.

Más que ganar las elecciones el Partido Laborista, el Conservador las perdió por culpa de las mendacidades del fatuo Boris Johnson, las extravagancias financieras de la efímera Liz Truss y las desventuras de Rishi Sunak que colaboró con el primero y sucedió a la segunda. Y por culpa de Reform, claro. Pero Starmer habla de cambio.

Si Starmer no repitió la palabra talismán veinte veces en los nueve minutos que habló ante sus militantes para festejar su victoria electoral, no la nombró una sola vez. A la vez reiteró que el éxito se debía a los cambios que él ha ido introduciendo en el laborismo desde que en 2020 fue elegido líder de un partido inelegible porque viraba hacia el chavismo y el socialismo del siglo XXI. Como un disco rayado, Starmer se refirió una y otra vez al changed Labour Party.

Uno a uno, célula a célula, Starmer fue expulsando a los social comunistas del Labour Party y su limpieza ideológica lo ha convertido en la imagen y semejanza de moderación y prudencia que él representa. Ese es el cambio.

Starmer ahora lidera un partido no muy distinto al centrista Conservador de los consensos socialdemócratas que existía antes de que Margaret Thatcher le inyectara neoliberalismo. Eso sí, Starmer y su guardia pretoriana no proceden de las élites patriarcales que nutren las bancadas Tory.

Que nadie crea que, con una aplastante mayoría laborista en la Cámara de los Comunes, los bárbaros bolcheviques están apaleando las puertas de la ciudad. Que pierdan toda esperanza los igualitarios que quisieran estatalizar la economía. Starmer es la Inglaterra profunda del té a las cinco de la tarde y la pinta de cerveza templada. Solamente quiere que el Reino Unido funcione sin estridencias.

Starmer dice que lo primero es el país y luego está el partido. Es espléndidamente normal. Habla de responsabilidades, de obligaciones, de fronteras seguras, de fair play y, como jurista que es, del imperio de la ley.


Geopolítica: encrucijadas y desafíos, con foco en la deuda (pública). Jose Manuel Amor. Socio director de Análisis Económico y de Mercados de Afi.

La geopolítica ha vuelto a irrumpir con fuerza en nuestras vidas tras los choques provocados por la pandemia y la guerra en Ucrania. Esta influencia se entrelaza con la geoestrategia y la geoeconomía, afectando directamente la política económica y las dinámicas globales. En este contexto, una deuda pública en niveles históricamente elevados en la mayoría de las economías plantea grandes desafíos para la sostenibilidad fiscal y el equilibrio macroeconómico a medio plazo.

Contexto geopolítico global.

En los últimos tres años, la atención sobre la escena geopolítica global ha aumentado significativamente. La geopolítica, que estudia la influencia de factores geográficos en la política y las relaciones internacionales, permite identificar y comprender las grandes tendencias que definirán el futuro económico, político y social global. Este análisis es crucial en un contexto de cambio de orden global económico y geopolítico. Tras la Segunda Guerra Mundial, el capitalismo democrático, liderado por Estados Unidos y apoyado por instituciones internacionales como el FMI y el Banco Mundial, estableció un orden mundial que ha sido cuestionado desde la crisis financiera de 2008 y la emergencia de China como una alternativa al liderazgo global de Estados Unidos.

Actualmente, nos encontramos en la confluencia del final de un período de globalización liderada por Occidente y de un orden unipolar dirigido por Estados Unidos. El cambio climático emerge como una disrupción transversal en todas las dimensiones geopolíticas. La transición hacia un nuevo orden puede llevarnos a un escenario marcado por el conflicto y la fragmentación económica, o a otro de cooperación a nivel multipolar.

Los frentes abiertos en la escena geopolítica actual son múltiples y, por lo general, interconectados entre sí. Entre los más relevantes se encuentran:

  • Conflictos bélicos. La guerra en Ucrania, la inestabilidad en Oriente Medio y la posibilidad de un conflicto entre Estados Unidos y China por Taiwán.
  • Cambios en alianzas y esferas de influencia. La creciente polarización de preferencias de modelo económico, valores fundamentales y sistemas políticos
  • Fragmentación económica y financiera. La creciente polarización de preferencias de modelo económico, valores fundamentales y sistemas políticos.
  • Supremacía tecnológica. La competencia entre Estados Unidos y China, en desarrollo militar e inteligencia artificial, con la industria de semiconductores en el epicentro, además de en la industria automotriz y de soluciones para la transición verde.
  • Uso de las materias primas como arma económica. Ejemplos recientes incluyen el gas y el petróleo rusos, así como la creciente importancia de los minerales críticos para la transición energética y el desarrollo tecnológico.
  • Movimientos disruptivos internos. Las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos, donde una vuelta de Trump es -con las últimas encuestas en la mano- el escenario más probable, y el auge de opciones euroescépticas en la UE – en primera plana con las elecciones legislativas francesas, en plena resaca de las elecciones al Parlamento Europeo – pueden dificultar la cooperación y elevar la tensión.

Estos factores no solo alteran el equilibrio geopolítico, sino que también impactan en la economía global y las finanzas públicas. Preocupa, en especial, la posible disrupción a medio plazo asociada a niveles de endeudamiento público muy elevados.

Deuda pública: niveles históricamente elevados y retos futuros.

La deuda pública se ha incrementado a niveles sin precedentes en casi todas las economías, impulsada por la pandemia y la guerra en Ucrania. Las proyecciones para lo que resta de la década no son alentadoras: se espera que la ratio de deuda sobre el PIB aumente del actual 110% al 127% en economías avanzadas y del 69% al 80% en economías emergentes. Este aumento está liderado por países como Estados Unidos y China. La inflación elevada y volátil y las crecientes necesidades de gasto público derivadas de una población envejecida y un bajo crecimiento de la productividad, sumado a un complejo panorama geopolítico, plantean serias preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda pública a medio plazo.

El rol de los tipos de interés y la política monetaria.

Los tipos de interés son cruciales para definir el coste de la deuda. Entre 2014 y 2021, los tipos históricamente bajos permitieron a los gobiernos financiar su déficit y refinanciar la deuda con relativa facilidad. Sin embargo, esta facilidad se está agotando. Se anticipan niveles de equilibrio más elevados para los tipos de interés reales, una inflación más elevada y volátil, y crecientes necesidades de gasto público. La estructura de tenedores de deuda también está cambiando: los inversores oficiales no residentes están reduciendo su rol, mientras que los inversores privados con mayor sensibilidad al precio, como los hedge funds y fondos de pensiones, ganan protagonismo en la determinación del coste de la deuda.

La influencia de la geopolítica en la deuda pública

El entorno geopolítico referido anteriormente influye de forma relevante en la deuda pública. El aumento del gasto en defensa y la transición energética son solo algunos de los factores que incrementan la presión sobre las finanzas públicas. La posibilidad de una prima de riesgo fiscal más alta y volátil puede incidir de forma recursiva sobre el coste de financiación de la deuda. La capacidad de la deuda pública para preservar su valor en términos reales podría ponerse en entredicho, especialmente si las pérdidas acumuladas desde 2021 en bonos a largo plazo continúan erosionando la confianza en estos activos.

Medidas necesarias y retos políticos

Frente a este complejo panorama, los gobiernos deben actuar con decisión y celeridad. Las acciones necesarias incluyen ajustes fiscales graduales pero firmes, reformas estructurales que contengan la presión del gasto en sanidad y pensiones, mayor transparencia y políticas fiscales orientadas a la innovación y el crecimiento de la productividad. Un mayor crecimiento económico es esencial para reducir la carga de la deuda a largo plazo. Sin embargo, estas decisiones requieren valentía política y pueden ser impopulares, especialmente en ausencia de crisis inmediatas.

La inacción puede aumentar la presión de los inversores si se pierde la confianza en la capacidad de los gobiernos para refinanciar la deuda. Las soluciones temporales y los parches pueden agravar la erosión de la deuda como depósito de valor estable, reduciendo el rango de posibles soluciones no radicales.

Conclusión

Entrelazar el análisis geopolítico con la macroeconomía y las finanzas es hoy crucial.  Ilustrar y enriquecer el debate para mejorar la toma de decisiones de hogares, empresas, gobiernos, bancos centrales e instituciones internacionales es una necesidad. Solo a través de una comprensión profunda de los desafíos a los que nos enfrentamos y de la toma de acciones decididas podremos navegar hacia un futuro más estable y próspero.


Buen fin de semana!!

Comentario viernes 5 de Julio del 2024.

Esta semana ha seguido protagonizada por la política, en Reino Unido, los laboristas consiguieron ayer una victoria aplastante, obteniendo, según las estimaciones actuales, 405 de los 650 escaños. Por su parte, los conservadores obtendrían tan sólo 154, seguidos de los liberaldemócratas que subirían a 56 y el partido Reformar UK, del populista Nigel Farage, a 4, Rishi Sunak ha anunciado esta mañana que dimitirá como líder del partido conservador en un futuro próximo. En Francia, la última encuesta de Elabe proyecta entre 200 y 230 escaños para el partido de Le Pen, Agrupación Nacional (Rassemblement National), muy por debajo de los 289 necesarios para la mayoría absoluta.

El mercado ha estado esta semana pendiente de lo que sucedía en la localidad portuguesa de Sintra, donde estos días se ha celebrado el foro de bancos centrales que organiza cada año el Banco Central Europeo (BCE). En el resort de cinco estrellas Penha Longa, las mayores autoridades monetarias, de la supervisión bancaria y del mundo académico se reúnen para tratar los acontecimientos más acuciantes del panorama económico y de los tipos de interés. En esta suerte de Jackson Hole Europeo, iniciado por el expresidente Mario Draghi hace diez años, se debaten estudios que miran al futuro y al pasado de las últimas decisiones del BCE y que son más relevantes que nunca. Porque la autoridad monetaria no ha estado ni mucho menos parada. A lo largo de los últimos dos años, la institución que preside Christine Lagarde ha llevado a cabo la subida de los tipos de interés más rápida e intensa de la historia. Desde el pasado mes, el BCE ha iniciado el camino a la baja para sus tasas, recortando el precio del dinero hasta el 4,25%. En su discurso de apertura del foro, la presidenta optó por un enfoque mucho más cauto que en pasadas intervenciones recientes al señalar que “un aterrizaje suave de la economía todavía no está garantizado”. El debate sobre el riesgo de causar un daño económico excesivo por los altos tipos de interés parece haber cuajado en el Consejo de Gobierno del BCE. La inflación, tras haber descendido desde más del 10% hasta el 2,6%, ya no es la única variable que miran los banqueros centrales a la hora de tomar sus decisiones. Y eso resulta extremadamente relevante en un momento en el que los mercados se debaten sobre si el BCE bajará una o dos veces más las tasas este año. Sabiendo que el crecimiento de los precios se acercará al objetivo del 2%, pero sin llegar a alcanzarlo hasta la segunda mitad del año que viene, una mayor atención a las perspectivas de crecimiento puede, junto a la evolución de los salarios, centrar las discusiones sobre cuándo volver a bajar los tipos de interés. “La fortaleza del mercado laboral implica que podemos tomarnos tiempo para recopilar nueva información, pero también debemos ser conscientes del hecho de que las perspectivas de crecimiento siguen siendo inciertas”, apuntó Lagarde, abrazando un debate que con la inflación elevada sólo era considerado por el ala más cauta del banco central. Ahora, si el BCE detecta un daño excesivo a la economía, que no contempla en su escenario central, podría reducir el tiempo de pausa entre las bajadas de los tipos de interés y acelerar el ritmo de relajación. Pese a que se refuerza el foco sobre la situación macroeconómica, el BCE está satisfecho con el coste asumido hasta la fecha en su batalla contra la inflación. En su discurso, Lagarde señaló que “hay análisis que reflejan que, si no hubiéramos subido los tipos, el riesgo de desanclar las expectativas de inflación del objetivo del 2% hubiera estado por encima del 30%”. Un golpe para la credibilidad del que los bancos centrales tardan mucho en recuperarse. Según indicó, “si los tipos se hubieran quedado el 2%, ese riesgo se habría situado cerca del 24%”, por lo que la respuesta debía ser contundente si el BCE deseaba preservar su capacidad de acción sobre la inflación a largo plazo.

El sector de small caps europeo sigue estando muy barato, tanto en términos absolutos como relativos, esta semana Kepler Chevreux publicaba un informe en el que seguían reflejando su sobreponderación en pequeñas compañías europeas, y ven que está empezando a crecer el interés de los inversores.

Esta semana me ha llamado la atención el informe mensual de Pictet, que es una de las primeras gestoras de fondos grandes que rebaja su recomendación sobre el sector tecnológico americano, desde COMPRAR a NEUTRAL, además suben su recomendación sobre el Oro a COMPRAR, lo que supone un posicionamiento bastante defensivo, que sorprende dentro de una industria que parece haberse olvidado de los fundamentales y que sigue el momentum y el flujo de mercado…

El viernes pasado tuvimos un repunte en el tipo de cambio yen-dólar hasta 167 yenes por dólar (actualmente está a 160,86 yenes por dólar), mínimo de los últimos 37 años. El factor predominante de la debilidad del yen sigue siendo el importante diferencial de tipos de interés entre estos mercados. Si bien el Banco de Japón no parece tener planes inmediatos para ajustar significativamente las tasas de interés, parece dispuesto a modificar sus compras de bonos gubernamentales.

YenDólar desde Julio de 1985:

Después de publicar resultados de ventas por encima de lo esperado Tesla lleva una subida de más de un 20% en lo que llevamos de Julio, rompiendo la tendencia bajista que llevaba desde el 2021 y en niveles de sobrecompra máximos.

Un dato que llama mucho la atención esta semana es el nivel en el que se encuentra la volatilidad de la Renta Fija (Move Index), tanto en términos absolutos como relativos frente a la volatilidad de la renta variable (VIX, volatilidad del S&P 500).

Sobre las elecciones francesas esta semana publicaba un informe Inverseguros analizando los posibles resultados en la segunda vuelta y sus consecuencias, las conclusiones del análisis son que el resultado de la primera vuelta de las elecciones legislativas en Francia, pese a no ser del todo negativo para los intereses del mercado, no despejó todas las dudas que existían en un inicio. La retirada de hasta 130 candidaturas para la votación de este domingo, pone cuesta arriba la posibilidad de ver un gobierno de Agrupación Nacional con mayoría absoluta, pero tampoco podemos hablar de una probabilidad cero. Lo más razonable pasaría por un gobierno en minoría de Le Pen o un Parlamento colgado, lo cual se podría ver como un mal menor desde un punto de vista presupuestario. Un gobierno de mayoría absoluta de Agrupación Nacional tendría implicaciones negativas, pero siempre existe la posibilidad de ver una “Melonización” que rebaje la ansiedad. Probablemente un gobierno de izquierdas tendría implicaciones teóricas algo más desfavorables que el anterior, pero, de igual manera, en este caso siempre existe la posibilidad de “endulzar” las políticas, especialmente si estamos hablando de un ejecutivo en minoría.

En el informe mensual de análisis de flujos en ETFs de Kepler Chevreux se observa como en Junio hay flujo comprador de inversores (inflows) en todos los activos, entran 86 billones de dólares en Renta Variable, 32 billones en Renta Fija y 1,4 billones en Commodities. En Renta Variable hay flujo comprador en todas las regiones salvo en Japón. Vuelve fuerte interés comprador en mercados emergentes con el mayor flujo comprador de los últimos 4 meses (17 billones de dólares) gracias a la entrada de 10 billones en China, 4 en Taiwán y + 1,4 en India. Sigue entrando dinero en tecnología (3,4 billones de dólares en Junio) aunque Kepler también vio interés comprador en Utilities (1,2 billones), Infraestructuras (1,1 billones) y Financieras (1,1 billones).

Importante esta semana:

El miércoles se publicaron las Actas de la Fed sonaron algo más moderadas (dovish) de lo esperado con la mayoría de los miembros reconociendo que la actividad estaría enfriándose. Con todo, y aunque se mantiene el discurso de Jerome Powell de Sintra de que se necesita más tiempo, y datos, para asegurar que la inflación se está moderando, existen discrepancias sobre cuánto tiempo deberán mantenerse los tipos en niveles elevados. Esta división ya fue aparente con la publicación del último gráfico de las estimaciones de los miembros de la Fed sobre el nivel de tipos a distintos plazos (dots), donde la mediana pasó de tres a sólo un recorte en 2024, 4 miembros no esperaban recortes frente a 8 que pronosticaban 2. Así, mientras algunos miembros destacaron la necesidad de tener paciencia, la mayoría se muestra preocupada por la debilidad del mercado laboral, que podría acabar generando un mayor desempleo. Las Actas también dejan la puerta abierta a que la tasa de equilibrio a largo plazo actualmente sea más alta que en el pasado por la fortaleza de la economía estadounidense.

Esta semana el presidente de la Fed Jerome Powell indicó en Sintra que los datos económicos más recientes apuntan a que la inflación está retomando una tendencia a la baja, aunque destacó que los funcionarios del banco central necesitan más pruebas antes de reducir los tipos de interés. Aunque Powell evitó especificar cuándo podría darse la primera disminución de los tipos, admitió que la Reserva Federal ha avanzado significativamente en la reducción de la inflación. El presidente de la Fed añadió que espera que ese avance continúe.

En Estados Unidos el lunes decepcionó el dato de confianza de los empresarios, con las manufacturas señalando contracción de la actividad. En junio, el ISM manufacturero retrocedió dos décimas hasta niveles de 48,5, siendo este el tercer mes consecutivo de descenso de la confianza y con ello manteniéndose por debajo del umbral de expansión (50 puntos). La lectura de los principales componentes fue mixta dado que, por el lado negativo, retrocedió el subíndice de empleo situándose en 49,3 desde el 51,1 anterior, mientras que mejoró el subíndice de nuevos pedidos al repuntar hasta 49,3 desde el 45,4 anterior. Esta mejora de los nuevos pedidos sería acorde con una cierta estabilización de la confianza en los próximos meses. Finalmente cabe destacar que, por el lado de los precios pagados, los empresarios señalaron menores presiones inflacionistas al situarse este componente en 52,1 por debajo del 57 anterior y ya muy alejado de los niveles de 92 registrados en 2021 cuando la crisis de suministros disparó la inflación. Además, esta es la segunda bajada consecutiva del subíndice de precios pagados, lo que adelantaría un freno en la inflación de los bienes manufacturados en los próximos meses.

Siguiendo en Estados Unidos el mismo lunes conocimos también los datos de gasto en construcción, que en mayo cayeron más de lo previsto al retroceder un -0,1% mensual. No obstante, por el lado contrario, se revisaron al alza los datos del mes previo, mostrando ahora un crecimiento del +0,3% frente al -0,1% publicado en la primera estimación.

Esta semana hemos conocido que continúa la fortaleza de las cifras del mercado laboral de Estados Unidos. En mayo las vacantes sin cubrir superaron las expectativas y repuntaron más de lo esperado. En concreto la encuesta JOLTS mostró que las vacantes subieron hasta los 8,14 millones frente a los 7,92 millones del mes previo. Este aumento de las vacantes fue una sorpresa positiva y tras dos meses de descenso superaron las estimaciones. Con estos datos, el ratio de vacantes sobre desempleados se sitúa en 1,2 veces un dato que ratifica un mayor equilibrio en el mercado laboral y una normalización desde los elevados niveles de 2 veces que llegó a registrarse en 2022, uno de los factores de preocupación para la Fed por el tensionamiento en los salarios. Otro ratio relevante es la tasa de abandono que se mantuvo estable en 2,2%, mínimos desde 2020, reflejando una menor confianza de los trabajadores en mejorar sus condiciones ante un cambio de empleo. En conjunto, los datos de vacantes siguen mostrando un mercado laboral, pero que gradualmente se va equilibrando, lo que debería permitir menores presiones inflacionistas.

En Francia, LeMonde informaba que 210 candidatos (131 del Nuevo Frente Popular y 80 del partido de Macron) han optado por no presentar la documentación requerida antes de la fecha límite de las 18:00 horas del martes para presentarse a la segunda vuelta de las elecciones, con el fin de dificultar la obtención de mayoría absoluta para LePen.

La European Banking Authority (EBA) dice que los bancos se enfrentan a una «elevada incertidumbre» por factores geopolíticos y que algunos bancos son vulnerables a las «grietas» en el mercado de Commercial Real Estate.

La inflación continúa moderándose en la zona euro. El dato preliminar del IPC de junio cumplió las expectativas en términos de tasa general que moderó su crecimiento hasta el +2,5% interanual, una décima menos que el mes anterior y 3% por debajo de los niveles de junio del año pasado (+5,5%). Por su parte, la tasa subyacente muestra una mayor resistencia a la normalización y en junio repitió niveles de crecimiento del +2,9% interanual. Por componentes, destacar que la energía por segundo mes consecutivo tuvo una aportación nula a la inflación frente a la contribución negativa de los meses previos. Por otro lado, las tensiones en los precios de los alimentos se están moderando y también la contribución de los precios de los bienes fue modesta, aportaron 0,5% y 0,2% a la inflación respectivamente. Frente a ello, los precios de los servicios repitieron un aumento de +4,1% interanual siendo así el principal contribuidor a la inflación al aportar 1,8% al IPC, explicando el 72% de la inflación de la región.

También se publicaron cifras de confianza de los empresarios de las manufacturas en la zona euro, el dato final del PMI manufacturero de la zona euro se revisó al alza y en junio se situó en 45,8. A pesar de esta revisión, el dato sigue siendo negativo dado que confirma el retroceso frente al 47,3 del mes previo. Entre las principales economías de la región, empujaron a la baja la confianza los datos de Alemania con el PMI manufacturero en 43,5, el de Francia en 45,4 e Italia en 45,7. Frente a ello, en España la confianza también retrocedió, pero se mantuvo en terreno expansivo, en 52,3 frente a los 54 del mes anterior.

Esta semana también conocimos que la inflación en Alemania retrocedió impulsada por los componentes energéticos. Los precios se moderaron hasta niveles del +2,2%, dos décimas menos que el mes pasado, y una décima menos de lo esperado por el consenso.

En España el martes conocimos que el empleo alcanzó nuevos máximos. Los datos de afiliación a la Seguridad Social fueron alentadores y en junio el empleo aumentó en 71.095 trabajadores, cifra superior al mismo mes del año pasado (+54.541) y cercana al promedio registrado en los cinco años previos a la pandemia (+74.123). En términos acumulados, la cifra total de afiliados asciende a 21.392.889, un nuevo máximo histórico que supone un incremento de 522.949 mil personas en los últimos doce meses, lo que sitúa el crecimiento interanual de la afiliación en +2,5%, una décima por encima del mes anterior).

En China, el PMI de servicios Caixin cae mucho más de lo previsto al pasar de 54.0 a 51.2 (53.4 esperado), lo que hace que la referencia composite también descienda pasando de 54.1 a 52.8.

A partir de hoy, los vehículos eléctricos importados de China presentarán aranceles de entre un 17,4% y un 38% (sumados al 10% actual) en Europa. Esta medida temporal, vencerá en cuatro meses. Durante este plazo, los Estados miembros de la UE deberán someter a votación la prolongación de estos aranceles, de manera que se aplicarían durante un período de 5 años. La tasa que se aplica sobre cada compañía depende de la cooperación que haya aportado a la investigación iniciada por la UE como consecuencia de los subsidios gubernamentales recibidos por las productoras de coches en el país asiático. La marca SAIC estará sujeta al arancel máximo establecido de un 38,1% además del 10% que ya se venía aplicando. Otras marcas chinas como Geely y BYD serán sometidas a un cargo adicional del 20% y 17,4%, respectivamente.  


Un hecho histórico en la economía española. Ignacio de la Torre. Economista jefe de Arcano Partners, profesor en IE

Sócrates afirmó que el conocimiento comienza en el asombro. Me quedé ciertamente asombrado al conocer que, por primera vez en la historia económica reciente de nuestro país, las exportaciones de servicios no turísticos han superado a las de servicios turísticos.

España desarrolló su potencial turístico en la década de 1970, algo que cimentó que este sector llegara a contribuir hasta casi un 13% del PIB, del que la mitad viene representada por turismo nacional y la otra mitad por visitas de turistas extranjeros; visitas que permitieron a España exportar un 6% del PIB en servicios turísticos. A su vez, el país exportó un 7% en exportaciones de servicios no turísticos, un hito en toda regla, ya que supera a las exportaciones de turismo. Dentro de la categoría de servicios no turísticos, la economía española exporta fundamentalmente servicios informáticos, consultoría, servicios financieros o ingeniería. En agregado, exporta servicios equivalentes a un 13% del PIB, a lo que hay que sumar otro 26% del PIB en forma de bienes.

Globalmente, la evolución del comercio internacional muestra desde hace unos años un hecho cierto: crece más la exportación de servicios que la de bienes. En la última década las primeras han subido un 60%, hasta alcanzar los 8 billones (españoles) de dólares, equivalente a un 7,4% del PIB mundial. La exportación de bienes, aunque superior en valor (23 billones) ha experimentado un crecimiento cercano a cero en porcentaje del PIB durante los últimos diez años. De estas cifras se deduce que España es un caso de éxito, ya que exportamos en servicios casi el doble, en porcentaje de PIB, que el conjunto de la economía mundial.

La exportación de servicios no turísticos es muy estratégica para un país, ya que presenta menor elasticidad que la de bienes o la de servicios turísticos. Esto quiere decir que, por ejemplo, ante subidas del tipo de cambio, un producto elástico es sustituido por otro de un país cuyo tipo de cambio se haya depreciado en términos relativos. Por ejemplo, una devaluación del dinar de Túnez podría inducir que un turista norteamericano acuda a las playas de este país en vez de viajar a las de Canarias. Algo parecido puede ocurrir con segmentos importantes de la exportación de bienes. Sin embargo, los servicios no turísticos suelen presentar elasticidades bajas; es decir, que fluctúan menos ante movimientos del tipo de cambio. Por ejemplo, si una firma española de ingeniería diseña una central energética en un país como Noruega, que el euro se aprecie frente a la lira turca no provocará directamente que el cliente noruego reemplace su firma española de ingeniería por una compañía turca.

Turismo y energía

España obtiene unos 95.000 millones de euros cada año exportando servicios no turísticos. Sólo con este concepto puede hacer frente a la importación neta de energía, concepto en el que nos gastamos unos 65.000 millones al año. En conjunto, las exportaciones totales de la economía española, que representan como hemos visto un 39% del PIB, nos permiten acumular un superávit por cuenta corriente, superávit que se acerca al 3% (el que España entrara en superávit de cuenta corriente en 2013 por primera vez en varias décadas también supuso otro hecho histórico), y que contribuye a que el país siga reduciendo su posición deudora internacional (diferencia entre cuánto debemos a extranjeros frente a cuánto nos deben los extranjeros a los españoles), posición que llegó a alcanzar peligrosos niveles cercanos al 98% y que, a fecha de hoy, se acerca al 50%.

Este aspecto confiere al país estabilidad financiera, factor que, entre otros, se traduce en el hecho de que la prima de riesgo actual de España sea significativamente inferior a la de hace una década.

Que España se haya convertido en una gran potencia exportadora, tanto en bienes como en servicios, está relacionado con su competitividad, entendida fundamentalmente como el binomio entre costes laborales y productividad. Con todo, sería deseable que aumentara la productividad, con el objetivo de que también lo hicieran los salarios. Ese proceso conlleva necesariamente políticas que permitan ganar tamaño a las empresas.

Oscar Wilde afirmó “un pesimista se queja del ruido que genera la oportunidad”. Aprovechemos el hito histórico comentado en esta columna para que vertebre la muy necesaria mejora de productividad que necesita nuestra economía.


Francia: todos los escenarios apuntan a una prima de riesgo mayor a largo plazo. Frederik Ducrozet y Alan Lemangnen. Frederik Ducrozet, director de análisis macroeconómico; Alan Lemangnen, economista en Pictet WM.

En las elecciones legislativas francesas los escenarios más plausibles conllevan importantes riesgos fiscales y financieros, incluyendo un gobierno de extrema derecha, con o sin mayoría absoluta, o un Parlamento sin mayoría absoluta por el ascenso de la izquierda. Una coalición centrista encargada de aprobar un presupuesto sería el escenario más favorable para los mercados, pero es posible que sólo pueda surgir si hay un bloqueo y, en todo caso, probablemente será inestable, generando nuevas elecciones en el plazo de un año. Alternativamente, un gobierno tecnócrata puede ser considerado neutral para los mercados, pero no abordaría los problemas presupuestarios. Aunque la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular parece frágil, un resultado muy amplio a su favor sería el peor resultado para los mercados y aumentaría los temores a un “momento Liz Truss”; es decir, una situación que sumiera a este país en una crisis de deuda.

De momento, el partido ultraderechista Reagrupamiento Nacional puede quedar en primer lugar, aunque su número de escaños es incierto. Una mayoría absoluta le permitiría gobernar en solitario, mientras que una relativa requeriría coaliciones ad hoc. Si son menores los escaños necesarios, puede entrar en coalición con parte de los conservadores, Los Republicanos. Una victoria de la alianza de izquierdas, Nuevo Frente Popular, parece menos probable. Si ganara, sería difícil su mayoría absoluta y muy difícil su gobierno en minoría. Por otra parte una mayoría centrista parece muy poco probable. En caso de punto muerto, podría formarse una coalición temporal de moderados, al menos para hacer frente a las emergencias presupuestarias, pero requiere que a Renacimiento le vaya mejor y sería muy inestable, lo que probablemente conduciría a nuevas elecciones en un año. Aunque el presidente Emmanuel Macron descartó la opción de dimitir, la presión aumentaría y, a pesar de las disposiciones de la Constitución para preservar la continuidad institucional, la incertidumbre probablemente desencadenaría otra ronda de tensión hasta unas próximas elecciones.

Prioridades a corto plazo

El caso es que en la extrema derecha, los líderes de Reagrupamiento Nacional, divididos entre la ruptura con el pasado y es deseo de parecer “responsables” ante la comunidad empresarial, han dado marcha atrás a medidas como el restablecimiento de la edad de jubilación a los 60 años y la reducción del IVA de los productos básicos. Su líder, Jordan Bardella, ha insinuado priorizar algunas medidas y posponer otras. Se centraría en aumentar el poder adquisitivo y los salarios reales (con reducción del IVA a los productos energéticos, reducción de impuestos sobre las rentas o exención de contribuciones sociales a empresas que aumenten los salarios). En todo caso, ha condicionado gran parte del programa a una auditoría de las finanzas públicas. En la izquierda, el Nuevo Frente Popular distingue también entre prioridades a corto plazo y largo plazo, incluyendo aumentos significativos de impuestos y de gastos. Algunas de sus principales promesas incluyen la edad mínima de jubilación a los 60 años, un fuerte aumento de los salarios, mayores intervenciones estatales y revisión de los impuestos sobre la renta, a las empresas y un impuesto solidario sobre el patrimonio. También buscaría medidas de emergencia para congelar los precios de la energía y de los bienes básicos. En el centro y el centroderecha, las medidas propuestas están en línea con lo que se puede esperar, especialmente en ahorro presupuestario y reducción del papel del Estado en la economía, con menor carga fiscal y gasto público.

Las estimaciones del coste de estos programas se basan en las elecciones de 2022 y deben tratarse con cautela. Además, hay incertidumbre. Dicho esto, los programas del Nuevo Frente Popular y de Reagrupamiento Nacional implican un gran coste fiscal. El coste es menor en el caso del centro y el centroderecha, pero también desafiante dada la precaria situación presupuestaria de la economía francesa. Independientemente del resultado, el próximo gobierno tendrá que tomar decisiones muy difíciles los próximos meses. En 2023 el déficit se alcanzó el 5,5% del PIB, frente al 4,9% presupuestado, siendo razón principal para la rebaja de calificación de la deuda de Francia por S&P a AA- el pasado mayo. Los datos del Ministerio de Hacienda sugieren que la situación no ha mejorado en el primer cuatrimestre.

Ya se esperaba un presupuesto correctivo con la nueva senda fiscal enviada a Bruselas en abril. La reducción del déficit por debajo del 3% sobre el PIB hasta 2027 implicaría una gran consolidación fiscal de alrededor del 1% del PIB en 2025. Por su parte, la Comisión Europea ha abierto un procedimiento de déficit excesivo contra siete países europeos, incluyendo a Francia e Italia. Dependiendo de los resultados de las elecciones y de las medidas del nuevo gobierno, el país puede verse obligada a modificar de nuevo su senda fiscal de medio plazo y presentarla en septiembre a Bruselas. Los Estados miembros también tienen que presentar a mediados de octubre planes presupuestarios para 2025 y la nueva Comisión hará una primera evaluación en el mes de noviembre.

Nuestro escenario base es que un gobierno liderado por Reagrupamiento Nacional puede tratar de evitar la confrontación con Bruselas y con los mercados financieros simplemente porque no sería de su interés a largo plazo. Sin embargo, hay margen para el estrés, con riesgo real de malestar social. Pero somos escépticos ante la idea de la ‘melonización’ de este partido. La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, y sus aliados ya tenían experiencia de gobierno y trato con la comunidad empresarial antes de ganar las elecciones en 2022. No es el caso de los líderes de Reagrupamiento Nacional, quienes no tienen relaciones sólidas con las empresas francesas y poca influencia en los círculos europeos.

La reacción inmediata del mercado dependerá de que el nuevo Gobierno tenga mayoría y de su voluntad y capacidad para responder a los desafíos fiscales. Un Parlamento sin mayoría probablemente prolongaría la incertidumbre de la economía y los mercados financieros franceses. Los escenarios más plausibles apuntan a una prima de riesgo estructuralmente más alta para los bonos y los activos de riesgo franceses.


El cordón sanitario de Europa contra la extrema derecha puede no funcionar. Martin Sandbu. Financial Times.

Un fantasma recorre Europa: el fantasma de la extrema derecha. La fortaleza de las fuerzas populistas, nacionalistas y antiliberales en las elecciones al Parlamento Europeo y en las legislativas francesas en curso ha provocado angustia en todo el espectro político. En Francia, especialmente, cunde el pánico por la Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen. Pero el miedo y la aversión, por comprensibles que sean frente a partidos con un legado de retórica de odio, no son respuestas políticas adecuadas.

La mayor parte de la corriente política dominante en Europa ha redoblado el cordón sanitario, el ostracismo de los representantes electos a la derecha de los partidos conservadores tradicionales. En las campañas esto implica pintar a esos partidos no sólo como adversarios políticos, sino como amenazas para la propia democracia. Una vez conocidos los resultados, el cordón sanitario descarta la colaboración parlamentaria, por no hablar de la coalición de gobierno con ellos.

Ya es hora de admitir que este planteamiento a veces puede hacer más mal que bien. Es evidente que no ha impedido a la derecha nacionalista europea aumentar su apoyo electoral en las últimas décadas.

Describir a un partido como tan ajeno a las normas políticas de una comunidad que no se le puede permitir acercarse al poder puede resultar contraproducente. Refuerza la sensación entre sus votantes de que las élites tradicionales los tratan con desprecio y negligencia, que es en parte lo que atrae en primer lugar a la gente a los movimientos de protesta. Idear formas de marginarlos también puede socavar el respeto por las normas democráticas. Si siempre se impide a un partido, con independencia de su éxito, su conducta y su programa, influir en la política, ¿cómo se supone que sus votantes van a pensar que la democracia tendrá debidamente en cuenta sus quejas? ¿Qué interés tiene ese partido en las normas?

Demonizar a los partidos que trabajan para desintoxicarse (y hay muchos) es arriesgado. Durante algún tiempo, Reagrupamiento Nacional ha reprimido a sus elementos racistas más extremos y ha mostrado su mejor comportamiento en la legislatura francesa saliente. Eso da a Le Pen cierta credibilidad cuando presenta a la formación como el actor más responsable de la escena política. Para muchos votantes apolíticos, las advertencias de pánico de otros políticos resultarán histéricas y sólo harán que se inclinen más hacia este partido.

Noruega y Finlandia

Algunos países han abandonado el cordón sanitario. Las experiencias noruega y finlandesa de admitir a populistas de derechas en coaliciones de centro-derecha son instructivas. El hecho de darse cuenta de que era posible compartir el poder, y el foco público sobre ellos una vez que lo poseían, les indujo a pulir algunas de sus aristas más ásperas y a alcanzar compromisos para conseguir que se promulgaran algunas de sus preferencias. El curioso resultado en Noruega fue un auge de la construcción de carreteras combinado con impuestos sobre el carbono altos y crecientes.

En Suecia, un pacto de apoyo parlamentario rompió el cordón sanitario contra los Demócratas Suecos. Era y sigue siendo un partido más desagradable que sus homólogos nórdicos, pero la perspectiva de una influencia real motivó un cambio desde la agresión racista hacia la responsabilidad democrática. Por otro lado, Suecia y Finlandia contrarrestaron la tendencia al avance de la extrema derecha en las elecciones de la UE. También el partido de la líder italiana Giorgia Meloni ha demostrado ser más pragmático de lo esperado una vez en el poder.

Esto no siempre funciona. El Partido de la Libertad austriaco no parece haberse suavizado tras una etapa en el gobierno empañada por escándalos de corrupción e influencia rusa en los servicios de inteligencia. El húngaro Viktor Orbán y el polaco Jaroslaw Kaczynski utilizaron el poder para socavar las instituciones democráticas. Ni hablemos de Trump.

Pero lo cierto es que los partidos de extrema derecha europeos son muy heterogéneos. Por eso están por debajo de su peso en el Parlamento Europeo. Su falta de coherencia ha permitido al centro ignorarlos, pero también ignorar erróneamente la diversidad política que crea esta debilidad. Hay una diferencia entre perseguir políticas desagradables y aspirar a subvertir la democracia.

En los países nórdicos, fue bueno para la democracia recompensar a los partidos marginales de derechas en su camino hacia la respetabilidad. Pero no debe hacerse lo mismo con partidos claramente antidemocráticos como Alternativa para Alemania. En este caso, los argumentos a favor del cordón sanitario siguen siendo sólidos.

¿Qué hay de Reagrupamiento Nacional? El intento de dédiabolisation de Le Pen y la frenética marcha atrás del partido en sus promesas sugieren un interés en tener éxito dentro del sistema más que en derribarlo. La mayoría de la élite francesa no lo cree, y puede que tenga razón. Quizá la propia Le Pen no lo sepa.

Los europeos deben preguntarse hasta qué punto creen en el poder civilizador de sus instituciones. A la vista de la evolución de las encuestas, confiar en los efectos moderadores de la democracia puede ser nuestra mejor esperanza.


Buen fin de semana!!