Os deseo una muy Feliz Nochebuena y Navidad!!

Papá Noel ha traído esta semana el esperado rally de final de año después de que la mayoría de datos publicados mostrasen una mayor resistencia en la coyuntura actual y se publicaran nuevos estudios confirmando la menor gravedad de los pacientes infectados con Ómicron. El S&P 500 cerró ayer marcando nuevos máximos históricos.
Link al estudio. En Sudáfrica hay un 80% de menor probabilidad de ser hospitalizados por Omnicron frente otras variantes.“Early analyses suggest a reduced risk of hospitalisation among SGTF-infected individuals when compared to non-SGTF infected individuals in the same time period. Once hospitalised, risk of severe disease was similar for SGTF- and non-SGTF infected individuals, while SGTF-infected individuals had a reduced risk of severe disease when compared to earlier Delta-infected individuals. Some of this reduction is likely a result of high population immunity” https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2021.12.21.21268116v1.full.pdf
Europa está aplicando nuevas restricciones a la movilidad para intentar contener la expansión de la nueva variante. En Alemania se está hablando de cierre de discotecas y de limitar la cantidad de personas en reuniones. Por otro lado, en Estados Unidos se empiezan a tomar medidas y se espera que Biden anuncie en breve nuevas decisiones. Sin embargo, en Reino Unido, que tiene ahora las peores cifras de contagios de toda la pandemia, no se ha tomado ninguna.
Mientras tanto, se han dado a conocer nuevas buenas noticias sobre las vacunas. Moderna anunció que una dosis de refuerzo de su vial condujo a 37 veces más anticuerpos neutralizantes contra la variante Ómicron y, además, la Comisión Europea concedió a la vacuna de Novavax una autorización que la convierte en la quinta vacuna de Covid autorizada en la UE.
Además la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos está lista para autorizar un par de píldoras de Pfizer Inc. y Merck & Co. para tratar el Covid-19 tan pronto como esta semana, lo que se suma al arsenal de tratamientos para el coronavirus. Biden dijo que la Omicron provocará más infecciones entre los estadounidenses vacunados, pero que es muy poco probable que estén gravemente enfermos. El daño potencial de la ómicron a la actividad económica será razonablemente corto y superficial, dijo Art Hogan, estratega jefe del mercado Nacional de Securities americano.
El éxito en las campañas de vacunación en los países Desarrollados en 2021 (con cerca de un 70% con pauta completa) facilitó la reapertura progresiva de las economías respaldando el buen comportamiento de la renta variable. Sin embargo, con sólo el 7,2% de la población en países emergentes vacunada, seguimos expuestos a la aparición de nuevas cepas y reimposición transitoria de restricciones como es ahora el caso con Ómicron (dudas sobre su potencial para colapsar el sistema sanitario: menor virulencia vs mayor transmisibilidad).
Con todo esperamos un impacto relativamente pequeño de Ómicron sobre la actividad siendo en cualquier caso el sector más perjudicado servicios (y más concretamente Hostelería, Viajes y Ocio). También cabe esperar que se alarguen las disrupciones en las cadenas de suministros más allá del primer semestre del 2022 (mayor impacto en Autos) y con ello la presión al alza sobre inflación (impacto mayor en Alimentación). Esto a su vez incrementa la presión sobre la Fed para adoptar una política monetaria más restrictiva, que implica un riesgo sobre la actividad (aplanamiento de pendiente) o valoraciones (TIR vs múltiplos elevados) y deja aún más en evidencia al BCE (muy por detrás del resto de Bancos Centrales).
En Reino Unido aunque el viceprimer ministro Raab no descartó un confinamiento navideño, en prensa se filtró que las nuevas medidas se retrasarían hasta el lunes 27.
En Alemania el nuevo canciller Olaf Scholz también espera incrementar las restricciones y acelerar el ritmo de vacunación después de navidad.
En Estados Unidos Joe Biden estaría negociando ajustes en su paquete de estímulos de 2 billones de dólares con los senadores que votaron en contra del mismo en un último intento para que se apruebe.
En Turquía, Erdogan anunció medidas extraordinarias para frenar la demanda de dólares y reforzar la lira, el Gobierno compensará las pérdidas de los tenedores de depósitos si la depreciación excede las tasas de interés, ayudará a los exportadores a mitigar los riegos de tipo de cambio, los impuestos para inversiones en liras se reducen al 0% desde el 10% anterior y se incrementará al 30% las contribuciones al sistema de pensiones por parte del Estado (desde el 25% anterior).
Esta semana le ha tocado el turno al informe de estrategia de Bankinter, según los analistas de Bankinter los mercados afrontan un 2022 marcado por alzas moderadas en Bolsa, un aumento de los beneficios empresariales, una corrección en los precios de los bonos por el endurecimiento de las políticas monetarias y más volatilidad. Los analistas de Bankinter afirman que la presión inflacionista en Estados Unidos tocará techo en abril-mayo para después descender. La crisis sanitaria irá debilitándose por la menor virulencia de las variantes del Covid, pero seguirán latentes los riesgos geopolíticos con epicentro en Rusia y China.
Para España, Bankinter rebaja sus previsiones de crecimiento para este año y el que viene, y mejora sus expectativas para 2023. El crecimiento nacional este año quedaría en el 4,8% y en 2022, en el 5,8%. Aconsejan ser selectivos al diseñar la cartera de cara a 2022. Los principales índices presentan un potencial que ronda el 10%, incluido el Ibex, que podría subir el 15,2% hasta su precio objetivo de 9.664 puntos. Sus sectores favoritos en renta variable global son tecnología, consumo, lujo, ciberseguridad, semiconductores, financieras, logística y turismo. Su selección de valores españoles incluye a Inditex, CaixaBank, Catalana, Mapfre, Meliá, Acciona Energía, Cie Automotive Fuidra y Almirall. Creen que la Fed subirá tipos el año que viene dos veces, menos de lo que apunta el propio organismo que prevé tres subidas de tipos. El endurecimiento de las políticas monetarias conllevará ajustes en los bonos y, por tanto, subidas de las rentabilidades: la del bono español alcanzará el 0,8%, el bund alemán el 0,1% y el treasury (EEUU), el 2,15%.
Al final del email adjunto un artículo publicado en Expansión el 22 de Diciembre de Rubén Segura-Cayuela, jefe de análisis europeo de Bank of America, en el que explica cómo su principal escenario es que la zona euro crecerá un 5% en 2021, un 3,6% en 2022 y un 2,1% en 2023 y que la inflación actual es transitoria.
Importante esta semana:
En Reino Unido el PIB final del 3T21 mejoró de forma inesperada el dato preliminar gracias al mejor comportamiento del consumo privado.
En Estados Unidos ayer se publicó el PIB final del 3T21 que se revisó al alza hasta el 2,3% intertrimestral apoyado en un consumo privado más dinámico mientras que la confianza del consumidor de la Conference Board repuntó por encima de lo previsto gracias al buen desempeño del S&P500. Esta lectura ya tendría en cuenta el repunte de casos del Covid-19. El índice de actividad de la Fed de Chicago de noviembre descendió más de lo esperado mientras que la venta de viviendas de segunda mano de noviembre se aceleró algo menos de lo contemplado por el consenso de mercado.
En Japón los indicadores adelantados finales de octubre retrocedieron ligueramente con respecto al dato anterior ayer.
En España FMI recortó al 4,6% el alza del PIB español este año 2021, casi dos puntos por debajo de lo que defiende el Gobierno de Pedro Sánchez, y hasta el 5,8% en 2022, muy lejos también del 7% al que, a día de hoy, sigue aferrado el equipo económico que lidera Nadia Calviño. El FMI, que es la segunda vez que recorta sus perspectivas para España en poco más de dos meses, se suma así a la Comisión Europea, la OCDE, el Banco de España y decenas de servicios de estudios que rebaten al Ejecutivo y creen irrealizables sus pronósticos, certificando el frenazo en la recuperación de la economía española. Un parón inducido por los cuellos de botella en las cadenas de suministro y la espiral inflacionista provocada por la histórica subida del precio de la luz, pero también por la explosión de contagios que ha provocado la variante Ómicron. De hecho, el FMI advierte de que la incertidumbre en torno a las perspectivas de España “es muy alta”, en un contexto en el que “la evolución de la pandemia es el riesgo clave”, advirtió ayer Dora Iakova, jefa de la misión del Fondo para España.

A la renovada amenaza del Covid se suma el rodillo inflacionista, que el FMI prevé que “siga siendo elevado a principios de 2022” por los precios desbocados de la energía y los problemas de suministro, aunque confía en que la soga se afloje en el segundo semestre del año. Y si bien respalda la política fiscal expansiva del Gobierno para combatir los efectos de la pandemia, despliegue que, a su juicio, fue “crucial” para mitigar el impacto económico del Covid, su discurso empieza a reflejar matices. Esto es, aunque cree que “la política fiscal debe seguir apoyando la recuperación hasta que ésta se afiance”, advierte de que la abultada deuda pública de España (del 120% del PIB en 2021) “es una fuente de vulnerabilidad”, por lo que avisa al Ejecutivo de que, “con el tiempo, España tendrá que reducir la deuda a niveles más prudentes y crear margen fiscal para responder a shocks futuros”. No es el único toque de atención. Alerta de que, si no se toman medidas, el elevado déficit español seguirá estando a medio plazo “por encima de los niveles previos a la crisis”. Por ello, traslada al Gobierno la necesidad de emprender “un proceso sostenido y gradual de consolidación fiscal” una vez se cierre la brecha del PIB y la economía haya entrado en una senda de crecimiento sostenido, que debería venir de la mano de la reactivación del consumo privado y de los fondos europeos, que contribuirían con entre 1,5 y 2 puntos de PIB de aquí a finales de 2022.
Con vistas a ese escenario, pide a España “elaborar anticipadamente planes creíbles a medio plazo” que ayuden a apuntalar la confianza de los inversores. Es la misma recomendación que desde hace meses formulan tanto el Banco de España como la AIReF.
Sobre la reforma laboral, el Fondo pide a Gobierno y agentes sociales abordar con decisión la dualidad del mercado, mejorar la flexibilidad y la movilidad laborales y mejorar la eficacia de las políticas activas de empleo. Para atajar la dualidad, la institución no solo cree que se debe desincentivar el uso de contratos temporales, sino que plantea además una medida siempre controvertida, como es reducir los costes de despido para hacer más atractivos los contratos indefinidos para los empresarios.
Por otro lado ayer el INE publicó que la actividad en verano fue mejor de lo previsto y que el PIB puede llegar a crecer un 5% en el 2021. El instituto estadístico publicó ayer que el PIB creció realmente un 2,6% entre julio y septiembre en lugar del 2% avanzado en octubre, esto es, seis décimas más que elevan el crecimiento interanual al 3,4% frente al 2,7% calculado hasta ahora y que evidencian que la campaña de verano fue mejor de lo estimado en un principio.

La diferencia entre un dato y otro estriba esencialmente en el consumo de los hogares. Si en el flash de octubre se estimaba una caída intertrimestral del 0,5% en el gasto de las familias, lo que sorprendió en un contexto de reapertura del turismo, de sólida demanda del viajero nacional y de recuperación del empleo, el dato de ayer refleja un repunte del 1%, una diferencia de un punto y medio, suficiente para darle un significativo empujón al crecimiento económico. Y un dato más coherente con los indicadores de actividad que percibían los agentes económicos. A ello se suman el mayor gasto de las administraciones públicas, que creció un 0,5% frente al 0,1% estimado en octubre, y el mayor impulso de las exportaciones, que aumentaron un 7,1% vs. el 6,4% calculado hace dos meses, aunque también se han revisado al alza las importaciones, lo que ha restado fuerza a la contribución de la demanda externa. Por contra, el crecimiento de la inversión se desinfla hasta el 1,8% (desde el 2% anterior), con una caída del 2,2% en vivienda y construcción frente al estancamiento que mostraba el dato adelantado.
La revisión de ayer, que era la crónica de una mejora anunciada desde que el INE trasladó a los analistas semanas atrás que algunos indicadores del tercer trimestre se habían comportado mejor de lo previsto, permitirá a España acariciar un crecimiento próximo al 5% en el conjunto del año, siempre que el PIB logre crecer en el cuarto trimestre a tasas intertrimestrales de entre el 2% y el 2,5%. “Aumenta la probabilidad de que el PIB crezca en 2021 un 5% anual y que cierre el año sólo un 3,8% por debajo de su nivel en el cuarto trimestre de 2019″, señaló ayer Rafael Domenech, responsable de Análisis Económico de BBVA Research. En sus últimas proyecciones, antes de conocer los nuevos datos, el Banco de España pronosticó un alza del PIB del 1,6% en el último trimestre del año. Hasta ayer, la economía española se encontraba 6,6 puntos por debajo de los niveles prepandemia. Con el nuevo dato, la brecha se reduce al 5,9%, aun así a mucha distancia todavía del resto de la zona euro, que apenas se encuentra tres décimas por debajo de los niveles de PIB de finales de 2019.
Pese a esta mejora, lo que sigue siendo harto improbable es que el PIB crezca un 6,5% en el conjunto de 2021, como todavía defiende el Gobierno, en un contexto en el que todas las señales e indicadores apuntan a una clara desaceleración del crecimiento, tanto en España como en la UE, fruto de la crisis energética, las presiones inflacionistas, los cuellos de botella en las cadenas de producción y suministro y ahora la amenaza creciente de Ómicron. Para coronar la cima de ese 6,5%, el PIB tendría que crecer cerca de un 8% en el cuarto trimestre en tasa anual, algo que los expertos creen inalcanzable en estas condiciones.
El ajuste al alza del PIB permite que con las mismas horas trabajadas, que crecieron un 0,3% intertrimestral, la productividad suba ahora un anémico 0,1% frente a la caída del 0,6% anticipada en octubre, aunque la productividad por trabajador sigue en horas bajas, con un descenso del 2,6%, algo más moderado que el -3,3% anterior. Aunque estos datos reducen la brecha entre empleo y PIB, con una mejora más rápida del primero que del segundo, su desacople sigue chirriando a los analistas.
No sólo ha sido España la que ha sufrido recortes en las estimaciones del crecimiento del PIB. La coyuntura actual ha provocado una revisión a la baja de las expectativas de crecimiento global a cierre del 2021.

Calendario de los principales eventos del 2022:

De los eventos del próximo año destacaría que a finales de octubre del año se votarán unas Midterms que pueden generar un cambio sustancial en la composición de la Cámara de Representantes y el Senado, existiendo una posibilidad muy real de que alguno de los hemiciclos acabe siendo controlado por el partido republicano. De hecho, considerando el bajo nivel de popularidad de Biden en estos momentos este extremo debe ser considerado más un escenario base que otra cosa. No cabe duda de que la consecución de este contexto supondría un problema de calado para el Presidente a la hora de implementar sus políticas generales, pero muy especialmente las fiscales. Es más bajo este panorama se podría considerar que los planes de gasto del Ejecutivo estarían oficialmente muertos.

Fuente: Dunas Capital.

Riesgos Globales en 2022:

Enseñanzas de 2021. Jesús Sánchez-Quiñones.
Como cada fin de año, toca hacer balance del ejercicio y sacar las enseñanzas que nos ha dejado.
– Aunque parezca que ha transcurrido una eternidad, el año comenzó con un hecho tan insólito como el asalto al Congreso de los EE.UU. el día previsto para la proclamación de Biden como presidente. Desde entonces, la polarización en EE.UU. entre los estados rojos, gobernados por los republicanos, y los estados azules, gobernados por los demócratas, no ha dejado de crecer. Las medidas para hacer frente a la crisis sanitaria han sido radicalmente distintas entre los estados demócratas y republicanos.
– A pesar de la continuidad de las ayudas del Gobierno americano a las familias, nacidas a raíz de la alarma económica generada por la crisis sanitaria, la administración Biden tiene poco tiempo para aprobar muchas más medidas adicionales. Su exigua mayoría en el Senado puede verse trastocada en las elecciones de «mid term» de 2022.
– Cuidado con lo que se desea. Tanto la Reserva Federal como el BCE llevan años insistiendo en que su objetivo es conseguir inflación, a una tasa cercana al 2%. La inflación ha alcanzado niveles récords en décadas, tanto en EE.UU. (6,8%) como en la Eurozona (4,9%). Como la pasta de dientes, una vez fuera del bote difícilmente se puede volver a meter en el mismo.
– Cuellos de botella en las cadenas de producción. Una de las causas de la subida de los precios ha sido la rotura de las cadenas de producción. Tras décadas de globalización de las cadenas de producción y de expatriar la fabricación de infinidad de componentes y productos, se han puesto de manifiesto los riesgos del sistema actual. La fortaleza de cualquier cadena es la del eslabón más débil. En las cadenas de producción ocurre los mismo. La escasez de semiconductores ha afectado a un elevado número de sectores, provocando incluso la paralización de fábricas enteras, especialmente en el sector de la automoción.
– Cuellos de botella en las cadenas de transporte. Pocos se acuerdan ya del encallamiento del buque Ever Given en el Canal de Suez. Fue el canario en la mina de los problemas del transporte marítimo. En palabras de un especialista del sector, el transporte marítimo funciona como un Tetris donde las piezas encajan perfectamente, cada una en su momento. La tardanza en encajar una pieza implica que todo el sistema se desacople. El resultado ha sido la multiplicación del precio del transporte de contenedores y un número récord de días de espera para descargar contenedores en los puestos de Los Ángeles y Long Beach.
– Crisis energética y candidez de los objetivos de descarbonización. La multiplicación del precio del gas y de la electricidad en Europa han puesto de manifiesto lo poco realista que son los objetivos de descarbonización acordados por las autoridades europeas. No se puede pretender prescindir de las fuentes fósiles de energía (carbón, gas y petróleo), queriendo a la vez renunciar a la energía nuclear, antes de tener alternativas energéticas funcionando y con garantías. Los actuales precios del gas y de la energía ponen de manifiesto la dependencia energética europea del exterior. Con energía mucho más cara que nuestros competidores nuestras empresas industriales pierden competitividad.
– Los Bancos Centrales seguirán apoyando. A pesar de la elevada inflación, y de los discursos de lucha contra la inflación, tanto la Fed como el BCE seguirán aportando liquidez y manteniendo los tipos de interés en mínimos. En el caso del BCE ni siquiera se plantea subir los tipos a CERO en 2022. Sólo ha anunciado que comprará menos bonos. Dicho de otra forma: seguirá aumentando su balance y añadiendo liquidez al sistema, pero a menor ritmo.
En el caso de la Fed, está por ver que sea capaz de aumentar tres veces los tipos de interés el próximo año. A finales de 2018 la Fed anunció cuatro subidas de tipos en 2019. Las caídas de los mercados financieros provocaron que las anunciadas subidas se tradujeran en tres bajadas durante 2019.
– Riesgos anestesiados. La abundante liquidez en el sistema proporcionada por los bancos centrales, junto con las medidas extraordinarias aún vigentes, como la prórroga para declarar concursos de acreedores, hacen que los riesgos existentes permanezcan anestesiados.
Son numerosas las enseñanzas del año. La próxima semana continuará.
Feliz Navidad a todos.
Europa sigue mal parada en la crisis energética. El BCE, sigue navegando en un mar de dudas. Alex Fusté. Economista Jefe de Andbank.
Crisis energética.
Los precios diarios de la electricidad en Europa registraron nuevos máximos históricos ayer (por el 19 de Diciembre), y la mayor parte de los países está comenzando la semana con precios por encima de 300 € por MWh. Tal situación se debe a la combinación de dos factores: 1) Menor flujo de gas ruso y 2) Baja producción renovable. Permítanme unas observaciones que considero importantes, y pueden ayudarnos a entender lo que va a suceder.
- Sobre los flujos de gas ruso a Europa, estos disminuyeron (de nuevo) sustancialmente durante el fin de semana. El transporte de gas ruso a través del gasoducto Yamal-Europa cayó a uno de los niveles más bajos registrados en toda la serie histórica (según datos de Mallnow).
- No sé si es culpa de Rusia (como afirman desde Bruselas), o culpa de Europa (como afirma Putin), pero lo que sí sé a ciencia cierta es que los inventarios de gas en Europa van a caer por debajo del 50% de la capacidad total ya en enero de 2022, y ese es un nivel peligrosamente bajo que nos someterá a precios de la electricidad incluso más altos si no revertimos la situación rápidamente.
- Los precios de la energía y de la electricidad en Europa se mantendrán entre los más altos del mundo, y previsiblemente en zonas históricamente muy altas, en tanto que nadie espera ningún cambio en el flujo de gas hacia Europa mientras persistan las tensiones geopolíticas, y que tienen su epicentro, hoy, en el choque que Moscú mantiene con Kiev. Pero sospecho que esta colisión puede aparecer en cualquier otro punto de los países europeos fronterizos con Rusia. Moscú va a seguir siendo lo que es. Una incómoda piedra en el zapato de Europa.
- Pero los Europeos somos muchas veces víctimas de nuestra propia culpabilidad. Visto en perspectiva, nos estamos perjudicando a nosotros mismos con el problemático e inconveniente distanciamiento entre Francia y Alemania sobre el modelo energético y el papel de la energía nuclear. Una discusión que viene en el peor momento (sabiendo que la primera fuente de generación eléctrica en Europa hoy es la energía nuclear -ver gráfico adjunto-). Abrir toda suerte de interrogantes ahora sobre la energía nuclear, sin haber puesto encima de la mesa una alternativa que compense esa fuente, es abrir la puerta a más subidas en los precios de las otros recursos y de la electricidad misma). Se espera que la Comisión Europea presente una taxonomía que incluya la energía nuclear y el gas natural como fuentes de energía renovable / verde, revirtiendo los efectos negativos de sus propios errores. Dicha decisión podría ayudar a calmar los precios de la energía y la electricidad, pero hasta que eso ocurra (y puede ser un largo tiempo), la electricidad en Europa permanecerá por las nubes, golpeando al ciudadano de a pie, y por lo tanto, limitando mucho cualquier recuperación notable.

¿Qué dice el BCE? ¿Podemos esperar que actúe como fuente de anclaje y estabilidad?
Pues el BCE se encuentra en estos momentos dando tumbos y nadando en un mar de mensajes confusos. Tenemos mensajes que cubren todas las versiones. Veamos:
- Versión “Preparados para subir tipos”: Holzmann, del BCE, sugirió ayer que el BCE está preparado para tomar decisiones (en forma de subidas de tipos, se entiende), pues afirma que hay un peligro real de que la inflación se convierta en un problema persistente.
- Versión “No hay que tocar los tipos”: Por otro lado, de Cos, sugirió que las circunstancias requieren unas condiciones expansivas, mostrándose favorable a mantener las condiciones acomodaticias (no tocar tipos)
- Versión “No sé qué pasará”: Villeroy no despejó ninguna duda y apuntó que el BCE mantendrá su “amplio grado de flexibilidad y todas las opciones abiertas”, basándose en la evolución de los datos (especialmente del Covid).
Una valoración
Miren, yo tengo de escritor lo que de monje dominico, y eso no hay pluma bajo el sol que lo cambie, pero hay ocasiones en las que le asalta a uno el deseo irrefrenable de escribir dilatadamente y cargar las tintas contra estos señores del BCE. ¿Por qué? Lejos de ponerse de acuerdo y ofrecer un mensaje de tranquilidad, estabilidad y apoyo, que es exactamente lo que necesitan las economías y los mercados europeos en una situación, hoy, con suficientes escenas de terror como para propiciar un cambio de gayumbos a los mismísimos hermanos Grimm, van y nos deleitan con una colorida muestra de opiniones y poniendo encima de la mesa un sinfín de acciones alternativas, curiosamente, todas excluyentes.
Una postura, si me lo permiten, imprudente. Más si cabe, cuando ha quedado patente lo frágil de la recuperación en Europa y la extrema situación de vulnerabilidad en la que se encuentra en todos los frentes.
Deberemos tener paciencia.
Me quedo con un mensaje. A pesar de la que está cayendo, con frentes por el lado de la inflación, retiradas de estímulos y ahora de nuevo la pandemia, el mercado está apenas un 3.7% de sus máximos históricos (medido por el S&P). Me pregunto, por qué.
De nuevo, solo hay dos respuestas: A) El mercado ignora los riesgos y sigue siendo extremadamente complaciente, o B) El mercado sí considera los riesgos, pero opina que son exagerados, irrelevantes o ya están en el precio.
La respuesta a la falta de pánico en el mercado está en una de las dos opciones que les acabo de ofrecer. Escojan ustedes. Yo me inclino por la segunda.
¿Será 2022 el año de la recuperación? Rubén Segura-Cayuela. Head of Europe Economics Research, Bank of America.
El final de año ha traído consigo una nueva vuelta de tuerca a la situación de la pandemia, con una variante inesperada que genera más incertidumbres. No obstante, si el panorama no se agrava, en 2022 debería comenzar la tercera etapa desde el inicio de la crisis sanitaria: tras el cierre y la reapertura, ahora es el momento de la recuperación a largo plazo. A nivel económico, el punto de partida es bueno, con un PIB en el tercer trimestre de este año tan sólo un 0,5% por debajo de los niveles previos a la crisis. Nuestro principal escenario es que la zona euro crecerá un 5% en 2021, un 3,6% en 2022 y un 2,1% en 2023.
Estas cifras no significan que el próximo año esté libre de riesgos. La inflación seguirá siendo el principal foco de preocupación: calculamos que cerrará 2021, en promedio, en el 2,5%, y se situará en el 2,4% en 2022, para caer al 1,4% ya en 2023. Pese a que estos datos suponen una revisión al alza respecto a las previsiones que hicimos hace doce meses, seguimos manteniendo que se trata de una inflación transitoria, aunque eso signifique que hasta finales de 2022 no logremos ver una corrección muy por debajo del 2%. Los cuellos de botella en la producción están detrás de esta dinámica, pero sobre todo se trata de los elevados precios de la energía (en particular, del gas natural), que no cesan de subir desde hace meses.
A pesar de la relevancia que ambos factores tienen en la actualidad, poco a poco deberían ir quedando en segundo lugar. En términos fundamentales, la región ha sufrido una insuficiencia crónica de demanda agregada durante muchos años, principal causa de una inflación débil antes del estallido del coronavirus. Esto, tras la pandemia y la (insuficiente) respuesta fiscal, no ha cambiado. Es la razón más importante por la que creemos que, eventualmente, volveremos a preocuparnos más por la debilidad de la inflación que de su fortaleza.
Hasta llegar ahí seguiremos atentos a las señales de presiones inflacionistas más significativas y nuestro foco estará puesto, en este sentido, en la evolución del crecimiento salarial. Prevemos que se normalizará en la zona euro hasta el 2,5%-3%, volviendo así a tasas previas a la crisis. Esos ritmos de crecimiento no son suficientes para generar inflaciones sostenidas en torno al 2%.
Y con la vista puesta en la inflación, los inversores estarán pendientes de cómo actúa el Banco Central Europeo. Aunque nuestra previsión es que no se producirá una subida de tipos hasta 2024 y que los datos obligarán a que se mantengan los programas de compras de activos hasta finales de 2023, lo cierto es que las decisiones de la institución presidida por Christine Lagarde son poco previsibles y hay fuertes desacuerdos sobre el volumen de estímulos necesarios, al tiempo que se evidencia una falta de convicción sobre los datos del IPC más allá de 2022. Todo ello lleva a que la autoridad monetaria deje el mayor número de puertas abiertas, tener opcionalidad es ahora parte de la toma de decisiones.
Opcionalidad y volatilidad
La reunión de su Consejo Ejecutivo en diciembre fue un ejemplo de esto. El Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP) finalizará en marzo y el programa tradicional de compras de activos continuará al menos hasta finales de diciembre, pero con una reducción progresiva de compras a lo largo del año. La puerta está abierta a una conclusión del plan a finales del año que viene y a subidas de los tipos ya a principios de 2023. En un contexto de inflaciones elevadas en la primera mitad de 2022, los mercados tendrán que cuestionar si habrá alzas del precio del dinero en 2023 y si las compras de activos sobrevivirán. Opcionalidad, desafortunadamente, viene acompañada de volatilidad.
La discusión anterior resalta parte de lo que nosotros consideramos el mayor riesgo (aparte de la evolución de la pandemia) al que nos enfrentamos más allá del año que está a punto de comenzar: el de repetir cualitativamente (que no cuantitativamente) viejos errores. En la década pasada, hubo un endurecimiento prematuro y muy agresivo de la política fiscal, y el BCE no dio un apoyo suficiente hasta 2015. Prevemos que esto no volverá a ocurrir y que la discusión sobre el futuro de las reglas fiscales que tendrá lugar a lo largo de 2022 evitará precisamente que haya un endurecimiento prematuro del apoyo fiscal en 2023, pero albergamos dudas porque para ello es necesario un telón de fondo político lo suficientemente amigable. Además, el compromiso no sólo tiene que evitar el regreso de las normas fiscales anticuadas y mal diseñadas, sino que también debe dejar espacio para la transición verde.
Os deseo una Feliz Nochebuena y Navidad!










































































































