Semana en la que se mantiene un tono de aversión al riesgo y de falta de dirección en los mercados en una semana marcada por los resultados empresariales del 3T23, la reunión del Banco Central Europeo, en la que la institución mantuvo los tipos sin cambios ante la debilidad macro de la región, y por el buen dato de PIB del tercer trimestre americano, que crece a su mayor ritmo en más de dos años.

Como comentaba la semana pasada, la solidez demostrada por la economía estadounidense a pesar las agresivas subidas de tipos de interés (5,25%) respalda el hecho de que los tipos de interés se van a mantener altos durante más tiempo. Si, además, tenemos en cuenta el deterioro fiscal en Estados Unidos, que obliga a emitir volúmenes crecientes de deuda, muchos analistas creen que los tipos de interés a 10 años se van a mantener alrededor del 4,5% en los próximos 12 meses. Como decía ayer conocimos que el PIB de Estados Unidos subió en el tercer trimestre un 4,90% interanual frente al 4,50% que esperaba el consenso del mercado.

Esta semana el bono a 10 años americano ha llegado a tocar el nivel del 5,01%, su nivel más alto desde julio de 2007, extendiendo una constante reevaluación de la deuda del gobierno impulsada por datos económicos mejores de lo esperado y los vastos planes de endeudamiento que planea el gobierno de los Estados Unidos. Los bonos del Tesoro a largo plazo han aumentado sus rentabilidades desde que la Fed indicó en el denominado «punto de los puntos» de su reunión de septiembre, que los funcionarios esperaban un camino más lento hacia recortes en los tipos de interés en 2024 y 2025. El lunes varias declaraciones de inversores como Bill Ackman o Bill Gross señalaron que habían cerrado sus posiciones cortas en los bonos a más largo plazo ante la expectativa de fuerte desaceleración de la economía americana a final de año, y eso hizo que el precio de los mismos subiese y el bono a 10 años volvió a niveles del 4,80%. El movimiento tan fuerte del bono hizo que el euro ganase terreno frente al dólar, y se vaya a niveles por encima del 1,065. Bill Ackman, fundador de Pershing Square Capital Management, comentó “cubrimos nuestras posiciones cortas en bonos” “hay demasiado riesgo en el mundo para permanecer corto de bonos a los tipos actuales” “la economía se está ralentizando más rápido de lo que los datos sugieren”.
Rentabilidad del Bono a 10 años americano último mes.

Eurodólar último mes.

Según Julius Baer unos tipos de interés altos esperados durante más tiempo, así como el mejor comportamiento de la economía estadounidense en relación al resto del mundo, respaldan una apreciación del dólar. Hemos visto gran parte de este movimiento y Julius Baer espera que el eurodólar se sitúe en 1,04 a 3 meses.

Con las expectativas de inflación a largo plazo razonablemente estables, son los tipos reales los que está repuntando y se sitúan en territorio marcadamente positivo. Los mayores tipos reales inevitablemente van a complicar la vida a compañías muy endeudas y pueden provocar un repunte de las tasas de default.

Pese a lo que se puede creer, las compañías del S&P 500 se están beneficiando de los mayores tipos de interés debido a que el perfil de deuda es muy sano, con un vencimiento medio en 2035 y tan sólo el 6% de la deuda está emitida a tipo flotante, y pueden invertir el exceso de liquidez a tipos de interés altos. Tras la corrección que hemos visto el sentimiento inversor está muy deprimido, mientras que las revisiones de beneficio empresarial siguen mejorando. Creemos que la Renta Variable podría tener un rebote de cara a final de año.
Es importante tener en cuenta que las alternativas a este escenario son negativas, independientemente de la dirección del movimiento, dado el contexto actual, el tipo a 10 años podría llegar a superar el 5,5% si la situación fiscal se deteriora hasta tal punto que los inversores se nieguen a financiar al gobierno, por otro lado, para que baje del nivel del 4,5% sería necesario que estuviéramos antes un escenario de recesión económica.


Los índices de crédito están marcando máximos relativos de todo este 2023. El Itraxx Main cotiza a 475 puntos básicos alejándose del nivel medio al que ha cotizado en todo este 2023 y que ha sido de 413 puntos básicos. Las empresas europeas con perfiles de riesgo más elevado están pagando la prima más alta en siete años lo que resalta el creciente temor de que un largo período de tipos de interés elevados y una desaceleración económica puedan desencadenar más quiebras (defaults). Esto marca la mayor brecha desde junio de 2016 y supera los niveles vistos en 2020 cuando la crisis por la pandemia del Covid-19 generó temores y quiebras caóticas. El miedo a que el conflicto en Oriente Medio se agrave, las oscilaciones materias primas tan sensibles como son el petróleo y el oro, y la evolución de la economía real en la mayoría de las zonas económicas mantiene al sector inversor en un estado de cautela permanente.
iTraxx Europe Crossover Index desde Enero del 2016.


Uno de los estudios que más me han llamado la atención esta semana es un informe de Apollo en el que calcula que las pequeñas empresas en Estados Unidos ya están pagando un tipo de interés a corto plazo del 10%. Hay 33 millones de pequeños negocios en Estados Unidos, y en la encuesta mensual de NFIB (National Federation of Independent Business) se muestra que las pequeñas empresas están pagando un 10% de intereses en sus préstamos a corto plazo. https://strgnfibcom.blob.core.windows.net/nfibcom/SBET-September-2023.pdf

El índice miedo/codicia (Fear&Greed Index) de la CNN sigue en zona de miedo, suele interpretarse por el mercado como buen momento para comprar Bolsa esperando rebotes. https://edition.cnn.com/markets/fear-and-greed

De hecho una última encuesta de JPMorgan entre inversores institucionales muestra cómo la mayoría están incrementando, o planean incrementa su exposición a renta variable.

Importante esta semana:
Ayer se publicó el dato de crecimiento del PIB del Tercer Trimestre del año en Estados Unidos, que, como decía al comienzo del email, subió un 4,9% por encima de lo esperado (4,5%). Es la lectura más alta desde finales del 2021. El análisis del dato reflejó una aportación desigual entre las diferentes variables que componen la referencia. El consumo privado fue el elemento que tuvo una contribución más destacada, sumando un 2,69% y el gasto público también subió un 0,79%, entre estas dos partidas supusieron un 70% de la lectura agregada. El dato de PIB supone un crecimiento muy elevado, aunque fundamentado en el consumo. Ello era de esperar después de los registros de ventas al por menor y el informe de ingresos y gastos de ese trimestre conocidos la semana pasada.
Crecimiento trimestre del PIB americano desde el 2009:

También ayer hubo reunión del Banco Central Europeo como esperaba la mayoría del consenso de analistas, el BCE mantuvo inalterados los tipos de interés de referencia. El BCE sigue insistiendo en que mantendrá los tipos en niveles suficientemente restrictivos hasta ver signos sostenidos de convergencia de la inflación al objetivo, reaccionando por tanto en función de los datos. En este sentido Lagarde reconoció que la inflación bajará en el corto plazo, pero que las presiones inflacionistas domésticas siguen fuertes, a lo que se suma ahora el contexto geopolítico incierto. La presidenta del BCE anunció que no se ha discutido la posibilidad de adelantar el final de las reinversiones del PEPP (Programa de compra de deuda activado con la pandemia) ni alterar el coeficiente de reservas mínimas.
La rueda de prensa de Lagarde tuvo un sesgo totalmente continuista con el proporcionado en la reunión de septiembre, con una Presidenta que volvió a insistir en el objetivo de devolver la inflación a niveles cercanos al 2%. En materia de tipos, siguió dando a entender que es poco probable que el BCE siga subiendo en los próximos meses, centrando un poco más el acento en elementos vinculados al crecimiento. Ello no deja de tener algo de sentido, si tenemos presente que las estimaciones de PIB para el 2024 que maneja el staff técnico del Banco resultan un tanto optimistas, abriendo la puerta a ver revisiones a la baja en las cifras de la reunión de diciembre. En este sentido, Lagarde dijo que la situación económica de la Zona Euro, sigue siendo débil, con una producción manufacturera penalizada por una demanda externa a la baja y por el endurecimiento de las condiciones de financiación, que están lastrando cada vez más la inversión y el gasto de los consumidores.



Esta semana se han publicado PMIs, en Europa ha habido cierta sorpresa negativa ya que los PMIs preliminares de octubre de la eurozona continuaron en zona de contracción por quinto mes consecutivo, mínimos de 10 años si excluimos el periodo de pandemia, el PMI compuesto se situó en 46,5 frente al 47,4 esperado por los analistas y los 47,2 del mes anterior, lastrado por las caídas de la actividad manufacturera 43 (frente al 43,7 esperado y 43,4 anterior) y de servicios 47,8 (48,6 esperado y anterior), en Alemania, el PMI compuesto 45,8 (46,6 esperado y 46,4 anterior) y su componente de servicios 48 (50 esperado y 50,3 anterior) volvieron a caer tras el ligero repunte del mes pasado, mientras el PMI manufacturero aumentó hasta 40,7 (40,1 esperado y 39,6 anterior) alcanzando el máximo en cuatro meses, en Francia, el PMI compuesto se situó por encima de lo esperado en 45,3 (44,6 esperado y 44,1 anterior), aunque todavía en zona de contracción, igual que sus componentes, manufacturero 42,6 (44,5 esperado y 44,2 anterior) y de servicios 46,1 (45 esperado y 44,4 anterior), por último, en Reino Unido el PMI compuesto 48,6 (48,5 esperado y 48,5 anterior) y el manufacturero 45,2 (44,7 esperado y 44,3 anterior) continuaron aumentando ligeramente por tercer mes, mientras el de servicios en 49,2 (49,3 esperado y 49,3 anterior) se configuró como la cifra más débil desde el mes de enero.
Por su parte en Estados Unidos se publicaron también los datos preliminares de los PMIs de octubre, que sorprendieron positivamente, ya que se mantuvieron en zona de expansión aumentando por encima de las expectativas, dando muestras de la fortaleza de la economía estadounidense, PMI compuesto 51 (50 esperado y 50,2 anterior), PMI manufacturero 50 (49,5 esperado y 49,8 anterior) y PMI de servicios 50,9 (49,9 esperado y 50,1 anterior).
Esta semana el gobierno chino anunció que expandirá los estímulos a la economía china en el presupuesto en1 trillón de renminbis, lo que suponen un 0,8% del PIB, con un alza del déficit fiscal del +3% al +3,8%. La decisión ha sido aprobada por el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, por primera vez desde la crisis financiera asiática (1998). De este modo, la mitad será asignada a la impulsar la economía mediante inversiones en infraestructura durante el último trimestre de 2023, y la mitad restante será destinada a 2024.
Esta semana en Alemania conocimos el Índice IFO de confianza empresarial, que sorprendió aumentando más de lo esperado y marcando la primera subida en cinco meses hasta 86,9 frente al 86 esperado por el mercado y 85,8 anterior revisado al alza, debido a que las empresas se mostraron más optimistas respecto a las expectativas de cara a los próximos meses, 84,7 (83,5 esperado y 83,1 anterior revisado también al alza), así como con relación a su situación actual 89,2 (88,5 esperado y 88,7 anterior). Desde que comenzó la guerra en Ucrania, la economía alemana está atravesando un período de estancamiento. Desde el primer trimestre del 2021 la inversión en construcción ha sido la partida más contractiva junto al gasto público, mientras que la inversión en bienes de equipo ha mostrado un notable dinamismo teniendo en cuenta el contexto. El IFO de octubre sigue estancado en niveles bajos que perfilan contracción de la economía alemana para el último trimestre de este año. El sector manufacturero alemán tiene que hacer frente a la decepcionante recuperación de la economía China y a un drenaje de inventarios (tras la fuerte acumulación durante la pandemia). Sigue habiendo riesgos a la baja para el PIB alemán del año que viene 2024 donde el gasto público podría ser algo más expansivo para compensar el lastre de las subidas de tipos. A medio largo plazo Alemania seguiría teniendo grandes retos, la energía y la competencia en vehículo eléctrico desde China, que a la vez es uno de sus principales mercados para la exportación.
En España, las compraventas de viviendas cayeron con fuerza en agosto al retroceder un -14,4% interanual, lo que sitúa la caída en el acumulado del año en el -6,5% interanual. Por segmentos, cabe señalar que el 19,1% de las viviendas transmitidas por compraventa en agosto son nuevas y el 80,9% usadas. Las operaciones sobre viviendas nuevas cayeron un -7,3% interanual y el de usadas un -15,9%. Por otro lado, esta semana hemos conocido que el número de hipotecas constituidas sobre viviendas es de 28.344, una caída del -22,7% frente a agosto de 2022, siendo el importe medio de 138.171 euros, con una disminución del -4,6%. En cuanto a las hipotecas constituidas sobre viviendas, hay que señalar que el tipo de interés medio es del 3,25% (con una subida de 1,30 puntos respecto al del mismo mes de 2022) y el plazo medio de 24 años. Por tipología de hipotecas, el 42,1% se constituyó en agosto a tipo variable y el 57,9% a tipo fijo.

Este miércoles la OCDE recortó su previsión de crecimiento del PIB español al 1,5% desde el 1,90% que estimaba hace 1 mes.

La OCDE publicó el miércoles su último Estudio Económico de España. Si hace un mes preveía un crecimiento del PIB español del 2,3% en 2023 y del 1,9% en 2024, la organización ha revisado ahora sus pronósticos para la economía nacional, ofreciendo una de cal y otra de arena. De un lado, ha ajustado 2 décimas al alza el crecimiento para este año, hasta el 2,5%, fruto en esencia del ajuste automático por la revisión positiva del INE en el PIB de 2022 (+5,8%). Sin embargo, ha recortar sus estimaciones para 2024, el PIB español crecerá un 1,5%, 4 décimas menos de lo que se esperaba en septiembre y 5 por debajo del 2% trasladado por el Gobierno a Bruselas.
Es el pronóstico más pesimista hasta la fecha entre los grandes organismos económicos. Hace dos semanas, el FMI recortó al 1,7% su previsión para 2024, mientras que el Banco de España espera un alza del 1,8% y Bruselas, del 1,9%. Esto es, España seguirá siendo una de las economías que más crezca, pero en un contexto de deterioro de la actividad y en el que “se prevé que el crecimiento del PIB (español) se desacelere”, señala la OCDE. Un crecimiento menguante que se sustentará en una demanda interna en declive, con un aumento del consumo privado del 1,7% este año y del 1,6% en 2024 (lejos del 7,1% y el 4,7% que creció en 2021 y 2022), en las “importantes entradas” de fondos europeos a la economía, aunque su efecto dependerá de la velocidad a la que se ejecuten, y en la resiliencia del mercado laboral, con un crecimiento del empleo que la OCDE ve “sólido” y que permitirá reducir el paro al 11,9% en 2023 y al 11,5% en 2024. Tibia mejora que no evitará que el paro en España siga siendo “el más alto de la OCDE”.
La institución urge a España a corregir los problemas estructurales que aún aquejan al mercado de trabajo, como el desajuste entre capacidades profesionales y necesidades laborales de las empresas, unas políticas activas de empleo poco eficaces o una tasa de temporalidad aún alta. En este contexto, avisó de que las subidas del SMI (en España, se ha disparado un 47% desde 2018) deberían ir ligadas a las mejoras de productividad porque dificultan la creación de empleo, sobre todo entre jóvenes y mujeres. E instó a pactar con los agentes sociales cualquier reducción de jornada, justo lo contrario de lo que han hecho PSOE y Sumar, acordando un recorte unilateral a espaldas de la negociación colectiva.
Y si bien la OCDE es algo más optimista que otros organismos sobre la inflación, avisa de que ésta seguirá siendo elevada, con un IPC medio del 3,5% este año y un repunte hasta el 3,7% en 2024.
Con este telón de fondo, en el que el contagio de la desaceleración europea (los últimos índices PMI anticipan incluso “una recesión leve en la zona euro en el segundo semestre”) es cada vez más palpable en España, la OCDE urge al Gobierno a acelerar la reducción del déficit público, reclamándole un plan de consolidación fiscal a medio plazo, algo que considera “imperativo”. La organización prevé que el desfase entre ingresos y gastos se sitúe en el 3,8% del PIB este año, una décima menos de lo que espera el Ejecutivo español, y en el 3,5% en 2024, muy por encima del 3% que vaticina Hacienda, desviación que, de materializarse, se produciría en plena reactivación de las reglas fiscales en la UE. La losa del endeudamiento tampoco experimentará grandes mejoras. Al contrario, tras reducirse al 109,4% del PIB este año, volverá a repuntar hasta el 110% en 2024, según la OCDE.
La OCDE dio ayer otro toque de atención a España por las pensiones. Cree que las reformas del ministro Escrivá siguen sin asegurar la sostenibilidad del sistema y que serán necesarias más medidas de ajuste. Entre ellas, vincular la edad legal de jubilación a la esperanza de vida; esto es, retrasar la edad de retiro, medida que por sí sola reduciría el gasto en 1.500 millones, y/o ampliar al menos a 40 años el periodo de cálculo de la pensión (ahora, el periodo de cómputo es de 25 años con la posibilidad de ampliarlo a 29 descartando los dos peores). “A pesar de las medidas complementarias de recaudación de ingresos y los cambios para fomentar el retraso en la jubilación, habrá un aumento considerable en el conjunto del gasto en pensiones”, advirtió la OCDE , quien añadió que, si no se corrigen los desequilibrios, el mantenimiento de las pensiones se producirá “a expensas de otras prioridades y en detrimento de la generación más joven, ya desfavorecida”.
Las consecuencias de la guerra entre Israel y Hamás para el inversor global. Samy Chaar. Economista jefe de Lombard Odier.
La reacción de los activos refugio tradicionales, que suelen ser los primeros en saltar en respuesta a las grandes crisis geopolíticas, ha sido variada. El rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a diez años ha subido ligeramente. El dólar norteamericano se mantiene prácticamente sin cambios frente a una cesta de divisas, con un ligero descenso frente al franco suizo; este último ha subido en cierta medida frente al euro. El oro registró una subida más significativa, de alrededor del 8% en dólares estadounidenses.
Para los mercados financieros, lo que suceda a continuación dependerá de si el conflicto se recrudece significativamente y de si se produjeran interrupciones importantes en el suministro de energía de Oriente Medio al resto del mundo. Nuestra expectativa es que el conflicto se mantenga localizado, pero el riesgo de una escalada sigue siendo alto, y continuamos vigilando la situación muy de cerca.
La diplomacia regional, incluido el proceso de normalización de relaciones entre Israel y los Estados árabes, cualquier ampliación de los Acuerdos de Abraham, parecen congelados por ahora. Para la economía israelí, las perturbaciones en el consumo, el comercio internacional y el mercado laboral deberían provocar una contracción de alrededor del 1,0%-1,5% en el cuarto trimestre. No obstante, el país puede mantener estable su mercado financiero con unas reservas de divisas de 199.000 millones de dólares; es decir, el 38% de su Producto Interior Bruto (PIB) nominal de 2022. Sus sólidas cuentas exteriores son el resultado de dos décadas de superávit por cuenta corriente y de una política macroeconómica disciplinada.
Las economías regionales y los mercados de renta variable se verán, por supuesto, afectados por los acontecimientos sobre el terreno. La economía de Israel, con un PIB de 490.000 millones de dólares, supera a sus vecinos cercanos, como Egipto (404.000 millones), Jordania (45.000 millones), Líbano (23.000 millones) y Siria (11.000 millones). A pesar de la historia de conflictos en la región que ha afectado al comercio mundial y la inversión extranjera, el valor combinado del PIB de estos países (aproximadamente 1,1 billones de dólares) representa alrededor del 4% de la economía de Estados Unidos, lo que limita el impacto macroeconómico global.
Escenarios del petróleo
Hasta la fecha, el impacto en los precios del petróleo ha sido más directo que en los activos refugio, con una ganancia aproximada del 8%. Nuestra hipótesis de base sigue siendo que el conflicto no debería cambiar el statu quo de la producción petrolera de la región.
Vemos presiones que mantendrán los precios en torno a los 90 dólares por barril en los próximos meses, o ligeramente por encima. Esto se debe a que la oferta mundial es escasa, los inventarios bajos y la demanda resistente, con una ralentización en los mercados desarrollados compensada por la fuerte demanda de los mercados emergentes, incluida China.
Sin embargo, la producción de petróleo podría verse afectada, por ejemplo, por recortes de producción o embargos de los países productores, como sucedió en 1973. Lo vemos poco probable. Tales gestos supondrían una revisión del orden estratégico de la región. Y lo que es más importante, una gran perturbación adicional de la oferta de crudo y gas natural incentivaría a los productores estadounidenses de esquisto a ampliar sus capacidades y su cuota de mercado, lo que podría compensar solo parcialmente la perturbación inicial de volumen, al tiempo que aceleraría el cambio de la demanda mundial hacia las energías renovables y los vehículos eléctricos.
Otro posible motivo de preocupación es el mayor escrutinio y las sanciones de Estados Unidos al suministro de petróleo iraní son motivo de preocupación. En 2023, el suministro supera los 3 millones de barriles diarios (mbpd). Estas preocupaciones han impulsado los futuros del crudo al alza desde el pasado 6 de octubre. Incluso si se eliminara entre 0,5 y 1,0 millones de barriles diarios de la oferta iraní, se espera que Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, con reservas de 4 mbpd y 0,8 mbpd respectivamente, cubran el déficit, estabilizando los precios y reduciendo el riesgo de una destrucción duradera de la demanda.
Una escalada podría llevar a Irán a interrumpir el comercio a través del Estrecho de Ormuz, por donde pasa una quinta parte del petróleo mundial (unos 21 mbpd) y gran parte de las exportaciones de crudo de Arabia Saudí, además del 30% del tráfico mundial de contenedores. Incidentes previos, como los ataques a petroleros en 2019, elevaron tensiones y precios. Otro punto crítico es el Canal de Suez, respecto al que las elecciones en Egipto y una crisis de refugiados podrían causar inestabilidad. Este canal maneja el 12% del comercio global y el 30% de los contenedores.
El del gas natural es otro mercado a vigilar. En 2022, Oriente Medio proporcionó alrededor del 18% del suministro global de gas, con Irán (6,3%), Qatar (5%) e Israel (0,5%) desempeñando roles significativos. Interrupciones menores ya han ocurrido, como el cierre del yacimiento de gas de Tamar en Israel por razones de seguridad, que representaba el 1,5% del gas natural licuado (GNL) mundial el año pasado. Si permanece cerrado, el suministro en el noroeste de Europa podría disminuir en casi un 3% en este cuarto trimestre, lo que haría al mercado del gas más vulnerable a crisis adicionales o un invierno más frío de lo previsto.
Cautela ante la mayor volatilidad geopolítica
No cabe duda de que los riesgos geopolíticos han aumentado como consecuencia del conflicto. Estos riesgos se suman a las presiones sobre una economía mundial en la que las cadenas de suministro y los bloques comerciales ya se estaban reconfigurando para reflejar alianzas estratégicas. En términos generales, tales acciones tienden a reducir las eficiencias obtenidas a través de la globalización, lo que se suma a las presiones inflacionistas. Seguimos vigilando estos riesgos y los acontecimientos a medida que se desarrollan.
Buen fin de semana!!


























































































































