El primer trimestre de 2021 cerró con la mayoría de índices bursátiles registrando nuevos máximos, lo cual no desanimaba para comenzar abril también en positivo. En Europa, el índice que mejor comportamiento ha tenido en el trimestre ha sido el MIB italiano (+11%), tras el golpe de efecto por la presidencia de M. Draghi, seguido muy de cerca por el Dax alemán (+10%), gracias a la euforia que han experimentado las automovilísticas y los grandes valores industriales, con subidas superiores al 20% en el trimestre, y sobre todo Volkswagen (+58%). En España el Ibex era el índice que peor comportamiento relativo tenía a cierre de trimestre (+6,2%), tras el FTSE100 de Londres (+4,3%).
Sigue habiendo flujo comprador de inversores hacía la Renta Variable:

Los flujos de los inversores además se aceleran en Europa de nuevo en este último mes de Marzo:


Estados Unidos va camino de crecer un 9.5% en el 2Q21 y un 8.3% en el 3Q21. Después, el crecimiento debería de comenzar a gotear a la baja para acabar creciendo un 6.3% en el año, según los analistas de JPMorgan. Esto tiene un impacto positivo sobre el resto del mundo a través de una mejora en las importaciones y un rally en los mercados financieros. Todo, en un momento en el que las rentabilidades de los fondos soberanos van alza y hay cierta presión alcista sobre el dólar. Así mismo, los analistas de JPMorgan esperan que durante los próximos 3-6 meses se produzca un aumento en la oferta de vacunas que mejore las perspectivas de crecimiento globales.
La recuperación es bastante distinta a la que vimos en 2009, es probable que China y Estados Unidos cierren el output gap y estén por encima del pleno empleo en 2022. Estados Unidos debería de alcanzar el 4.5% de paro a finales de año. En 2009, a estas alturas de la recesión, US tenía un desempleo del 9.5%. Los analistas no esperan que la FED y los bancos centrales se lancen a subir tipos a corto-medio plazo. Además, en esta ocasión Estados Unidos no presenta un exceso de gasto como podía presentar en 2009 en términos de compra de vivienda. Esta vez los hogares presentan unos balances más sólidos gracias al exceso de ahorro. Los mercados emergentes serán quienes se lleve la peor parte, la baja tasa de vacunación y el poco margen fiscal dejarán a la región (exChina) alrededor de un 4% por debajo de los niveles de pandemia.
Los analistas todos están de acuerdo en que la recuperación va a distintos ritmos, China el año pasado, Estados Unidos ahora, Europa más tarde este año… Esta recuperación por fases permite que no se generen burbujas en los activos. El entorno para los activos de riesgo es especialmente favorable gracias a las políticas fiscales y monetarias y a las vacunas. Una recuperación sincronizado podría haber llevado a un overshooting en las yields americanas, lo cual no habría sido positivo para los activos de riesgos. El posicionamiento está por debajo de las medias históricas y nuestros estrategas esperan una caída de la volatilidad, por lo que deberíamos de ver flujos de entrada por parte de los inversores sistemáticos, no solo en equity sino en activos de riesgo en general. Cíclicas y energía son nuestras apuestas.
La administración Biden parece estar centrada en relanzar la economía antes de las mid-term elections de 2022 intentando pasar el paquete de infraestructuras. Esto debería de suceder antes de septiembre. Los demócratas intentarán aprovechar la composición del gobierno y el senado actual para conseguir sacar un paquete de estímulos lo más grande posible. La posibilidad de conseguir apoyos suficientes como para subir el tax rate al 28% es poco probable. Un tipo entre el 22-24% es más probable. La administración de Biden ha propuesto un 28% y un incremento de del tipo mínimo internacional que las compañías pagan sobre sus beneficios en el extranjero del 21%.
El debate sobre el tipo de impositivo no es binario. No se trata de 21% o 28%. Parece que las partes están de acuerdo en que el tipo debe permitir a la empresas americanas ser competitivas, por lo que el tipo relativo es el que de verdad importa. Incluyendo el tipo medio del 5% a nivel estatal, el corporate tax rate se queda en el 26% vs la media del 24% en la OCDE. Si el tipo pasa del 21% al 28%, las empresas acabaran pagando un 33%, lo cual está por encima de lo que se paga en China o en los países escandinavos. No obstante, esta discusión no va unida a la del gasto en infraestructura. No está claro que parte del gasto debe de ser cubierto por esta subida de impuestos y tampoco existe una agenda que de visibilidad sobre el asunto. Por otro lado, parece poco probable que se aprueben impuestos sobre el patrimonio.
El mercado seguirá centrado en el riesgo de una subida en las rentabilidades de los bonos soberanos americanos desordenada (caídas en precio). El déficit de 3,8 trillones de dólares supondrá una oferta neta de bonos de unos 3 trillones. Habrá que ver como absorbe la curva este incremento de oferta. Los estrategas de JPMorgan esperan una curva más empinada del bono a 2 años en adelante, con el bono a 10 años en el 1.95% a finales de año (está en el 1,67%). Los inversores siguen dudando sobre si la reflación será ordenada o desordenada, pero el ritmo de emisión da un argumento mucho más contundente sobre cómo ven las compañías las condiciones de mercado a futuro. Los mercados han contado con el soporte de los planes de Biden y las yields de los Treasuries han reaccionado bien ante las expectativas de inflación. No obstante, la discusión es si estamos entrando en una nueva fase y si los planes del gobierno puede acabas con este “sugar rush”.
Importante esta semana:
El miércoles se publicaron las Actas de la Fed que mantuvieron una visión bastante prudente sobre la economía a pesar del fuerte crecimiento esperado para 2021, lo que aleja la probabilidad del tapering antes de 2022. Así, los miembros han vuelto a insistir en que las medidas adoptadas por la pandemia se mantendrán a medio plazo por el balance de riesgos, ya que ven muy lejos alcanzar los objetivos de inflación y pleno empleo. En este sentido, varios miembros esperan un repunte de inflación en los meses centrales del año pero de carácter transitorio. Por último, advirtieron sobre la creciente vulnerabilidad de la estabilidad financiera y del sector inmobiliario.
La Casa Blanca también lanzó un mensaje de optimismo esta semana al poner como fecha límite el 19 de abril para que todos los adultos en Estados Unidos tengan a su disposición una dosis de alguna de las vacunas contra el COVID-19. Todo esto en conjunto volvía a incrementar aún más la sensación de que nos acercamos a una rápida recuperación económica en Estados Unidos
España, Italia y Bélgica han limitado el uso de AstraZeneca tras el dictamen de la EMA. La Agencia Europea del Medicamento ha concluido este miércoles la existencia de un vínculo entre el fármaco y los casos de coágulos sanguíneos. Tras la reunión de urgencia de ayer de los 27 ministros de Sanidad de la UE, España e Italia decidieron aprobar el uso de la vacuna solo a mayores de 60 años, mientras que Bélgica lo hará a mayores de 55 años. Alemania, Países Bajos y Finlandia ya habían limitado el uso de la vacuna a ciudadanos de más de 60 años, mientras Francia había puesto el listón en los 55 años. Los casos de trombos se habían detectado principalmente en mujeres jóvenes, aunque la EMA ha calificado estos de «muy raros», incidiendo en que los beneficios de la vacuna superan con creces sus riesgos.
El martes el Fondo Monetario Internacional revisó al alza las previsiones de PIB global (World Economic Outlook) 2021 hasta +6% (+0,5% vs enero, EEUU +1,3%) y +4,4% en 2022 (+0,2% vs enero), aunque reiterando la incertidumbre ante la carrera entre la campaña de vacunación y la aparición de nuevas variantes del Covid más contagiosas. En su opinión, el fuerte estímulo fiscal no se traducirá en repunte sostenido de inflación (persisten fuerzas globales desinflacionistas), a la vez que espera que bancos centrales y gobiernos mantengan controlada la situación.
Aunque España está entre las cuatro economías que más crecerán, será de las últimas en recuperar los niveles prepandemia. España será una de las economías del mundo que más crecerá en 2021, según el Fondo Monetario Internacional. Pero eso no significa que vaya a recuperarse de la crisis del Covid-19 antes que otras. Entre otras cosas porque también España fue de las economías que más se hundieron en 2020. El batacazo económico fue tal que ni el mejor rebote de 2021 será suficiente para recuperar lo perdido, y España será de las últimas economías en ver completamente la luz y volver a niveles precrisis: no lo hará hasta 2023, según el informe del FMI. El Fondo prevé que el PIB español crecerá un 6,4% en 2021, una mejora de cinco décimas respecto a la última estimación del organismo, que ayer presentó su actualización de perspectivas económicas mundiales. El organismo dirigido por Kristalina Georgieva sitúa a España por encima de Francia, Alemania, Italia y la mayoría de economías avanzadas, y a la par que Estados Unidos en crecimiento en 2021. En 2022, en cambio, mantiene la previsión de subida del PIB más moderada, en el 4,7%.

Pero después del agujero que abrió el Covid-19 en la economía en 2020, de poco le servirá a España ser una de las locomotoras del crecimiento en 2021. El PIB se hundió un 11% en 2020, por lo que el rebote estimado para este año no será suficiente regresar a niveles prepandemia ni este año ni el que viene. En cuanto a la evolución del paro, que en 2020 subió al 15,5% y que este año seguirá aumentando hasta el 16,8% según previsiones del FMI, y eso pese al fuerte crecimiento esperado.
La mejora de previsiones del FMI se encuentra muy lejos del 9,8% proyectado por el Gobierno para 2021. Pese a la segunda y tercera ola, la lentitud en la campaña de vacunación y un primer trimestre que la propia ministra de Economía reconoció “muy duro”, el Ejecutivo no ha actualizado sus previsiones macroeconómicas.
La mejora de previsiones es generalizada para la economía global. El FMI pronostica “una recuperación más fuerte en 2021 y 2022”, y sube al 6% su estimación para el crecimiento del PIB mundial en 2021 y al 4,4% en 2022. Mejoras de cinco y dos décimas, respectivamente, empujadas por el inesperado rebote de EEUU y por la fortaleza de China, y en general por la respuesta fiscal de la mayoría de países. Sin la cual, avisa el FMI “la recesión en 2020 habría sido tres veces peor”. El informe destaca el efecto de la política fiscal de EEUU, donde tanto la administración de Trump como ahora Biden han sacado toda su artillería para reflotar la economía: una receta fiscal de 4,5 billones de euros que duplica el esfuerzo del plan europeo de recuperación. La mayor inyección de dinero público desde la Segunda Guerra Mundial. No en vano, EEUU crecerá un 6,4% este año. El mismo porcentaje que España, con la diferencia de que en 2020 su PIB sólo cayó un 3,5%.
El rebote de Estados Unidos será enérgico, pero no lo suficiente para superar a China, que ya en 2020 recuperó su nivel de PIB prepandemia. “La efectividad de las medidas de contención del virus, una respuesta fiscal potente y el apoyo del banco central permitieron esta mayor recuperación”, constata el informe, que para 2021 sitúa a China como la segunda economía que más crecerá, un 8,4% (una mejora de 0,3 décimas), sólo por detrás de India, cuyo PIB se disparará un 12,5% este año, pero después de haberse hundido un 8%.
Todas las economías avanzadas y emergentes crecerán este año, pero eso no quiere decir que se hayan recuperado. Para eso hace falta que el rebote sea mayor al batacazo sufrido por el Covid-19, y es en esa remontada donde el FMI observa diferencias entre países, y advierte de que hay economías que pueden quedarse rezagadas. “Las perspectivas presentan enormes desafíos relacionados con las divergencias en la velocidad de recuperación entre los países”, alerta el organismo. Así, mientras que China ya ha alcanzado su nivel de PIB de 2019, y EEUU lo conseguirá previsiblemente este año, la UE tardará más: países como Alemania podrían recuperarlo el año que viene; otros, como Italia o España no lo lograrán hasta 2023. “Es probable que las divergencias en las trayectorias de recuperación creen brechas significativamente más amplias en los niveles de vida entre los países”, avisa el informe. De cara a la recuperación, recomienda mantener el apoyo fiscal, pero focalizado: “Esta pandemia está durando más de lo esperado y requerirá apoyo durante cierto tiempo. Para eso hacen falta medidas focalizadas que permitan mantener el margen fiscal”.
El rendimiento del bono americano a 10 años en el primer trimestre ha aumentado en casi 70pb, desde el 0.90% hasta el 1.67% actual. El nivel de la deuda soberana determina el coste de financiación de las compañías por lo que un incremento en el yield afecta a las previsiones de beneficios. La deuda ha tenido su peor trimestre en 1T2021 desde 1980 con marcadas caídas en los precios de los bonos.

En Estados Unidos, Biden propone un nuevo plan de gasto de dinero público de 2,25 billones de dólares (1.7billones euros) que irá destinado principalmente a infraestructuras, por otro lado, también planea subir la recaudación fiscal en otros 2 billones. La propuesta de gasto de Biden abarcará 8 años. Podemos observar diferencias en la recuperación económica entre Europa y USA debido a los diferentes paquetes de estímulos y plan de infraestructura de Biden y su mayor ritmo de vacunación.

Fuente: Dunas Capital.

En España en marzo volvió la creación de empleo aunque a ritmos bajos. Los datos de afiliación muestran un aumento del número de afiliados en el mes de marzo de +71.000 personas hasta situarse el total de afiliados en 18,92 millones. Un incremento del empleo que queda por debajo de lo habitualmente registrado en un mes de marzo en los años pre-COVID, pero que muestra una reactivación del mercado laboral sobre todo si tenemos en cuenta la reducción de los trabajadores en ERTE: en concreto, a finales de marzo se registran 744.000 afiliados que seguían en ERTE, lo que representa un descenso de 116.000 personas con respecto al cierre del mes anterior. Por sectores, cabe destacar la reactivación parcial en el sector servicios, en el que la afiliación aumentó en 69.000. Por el lado del desempleo registrado, en marzo descendió en 59.000 personas. Así, el número total de parados bajó hasta los 3,95 millones, lo que supone un aumento de 401.000 parados en un año (+18,7% interanual).
El Fondo Monetario Internacional aplaza la recuperación de España. José María Rotellar (Expansión 7 de Abril)
El Fondo Monetario Internacional ha vuelto a confirmar que España se quedará rezagada en cuanto a la recuperación económica y, con ello, en la evolución del mercado laboral, punto débil de nuestra economía debido a su menor productividad y la mayor intensidad de la mano de obra en nuestra estructura económica.
Ya lo hizo en octubre del año pasado, volvió a hacerlo en enero y ahora, aunque mejora ligeramente las previsiones del crecimiento español de 2021 respecto a la revisión del pasado enero, sigue señalando una ausencia de vigor suficiente en la economía española para poder iniciar una recuperación intensa, sólida y duradera.
De esa manera, deja el crecimiento español para 2021 en el 6,4%, el mismo nivel que Estados Unidos, pero con varias diferencias. La primera es que el crecimiento estadounidense viene después de una caída más leve en 2020, del 3,5% frente al 10,8% español, con lo que su crecimiento será más intenso en 2021, porque crecerá lo mismo en términos reales, pero sobre un nivel mayor, ya que ha perdido mucho menos que España en el ejercicio anterior.
La segunda, es que el FMI mejora la previsión de crecimiento para 2021 de Estados Unidos 1,3 puntos sobre enero y 3,3 puntos sobre la previsión de octubre, mientras que la de España la mejora 0,5 puntos sobre la de enero, pero la mantiene 0,8 puntos peor sobre la de octubre.
Y en tercer lugar, mientras que mejora la previsión de Estados Unidos para 2022 en un punto respecto a enero y en seis décimas respecto a octubre, la de España no la modifica respecto a enero y sólo dos décimas respecto a octubre, lo que muestra que el rebote de España será más bien técnico, sin una continuidad tan intensa como debería, al estimar un crecimiento para 2022 de un 4,7%.
Esto hace que la recuperación española se quede rezagada, pues mientras que otras economías, como Estados Unidos, recuperarán en 2021 su nivel previo a la crisis, y otras, como Alemania, lo harán en 2022, España no lo alcanzará hasta 2023, con el impacto que esto supone para el mercado laboral, nuestro punto más débil.
En este sentido, el FMI estima una tasa de paro en España del 16,8% en 2021 y del 15,8% en 2022, que dobla la tasa de paro media de la eurozona y que multiplica por cuatro la de Alemania, lo que es un 75% superior a las de Francia e Italia.
De hecho, hemos conocido este martes los datos del paro y afiliación a la Seguridad Social este martes y pese a la apariencia inicial continúan siendo muy malos. El dato de paro interanual es el peor desde 2012 en un mes de marzo. El de afiliación a la Seguridad Social también es el peor desde la anterior crisis en dicho mes de marzo, en este caso, desde 2013, perdiéndose más de 200.000 afiliados el último día del mes.
Sigue habiendo casi 780.000 personas en ERTE a finales de marzo, que se unen a los más de 700.000 nuevos parados que hay desde febrero de 2020, justo antes de iniciarse la pandemia. Los contratos tampoco remontan, pese al respiro de marzo, y hay 111.000 empresas menos desde que se inició la crisis, según los datos de la Seguridad Social.
La situación, por tanto, sigue siendo preocupante tras esta revisión del FMI y la confirmación de un mal comportamiento en el mercado laboral. Hay que recordar que tanto las previsiones de la Comisión Europea como las del FMI siguen estando muy por debajo de las del Gobierno, que estima un crecimiento del 7% para 2021, que eleva hasta 9,8% al computar los efectos de los fondos europeos. Por tanto, sigue siendo endeble la recuperación de la economía nacional, basada en unos números excesivamente optimistas por parte del Ejecutivo. Es tan preocupante el hecho de que la economía nacional no comience a despegar con toda la intensidad que sería deseable y esperable, que la vicepresidenta económica ha manifestado, por primera vez, que podrían revisarse a la baja las previsiones del Gobierno.
No se puede seguir por esta vía de gestión, que ha resultado equivocada en la doble crisis provocada por el coronavirus, tanto la parte sanitaria como la económica, con un daño adicional por el contenido de los Presupuestos Generales del Estado, que fían todo a un incremento del gasto que hacen permanente, sin reformas estructurales y con una contraproducente y confiscatoria subida de impuestos.
Bruselas le pedía reformas estructurales y Sánchez les mostró una involución en las reformas existentes. Bruselas sigue pidiéndole ahora dichas reformas y el presidente del Gobierno sigue siendo incapaz de enviar un conjunto de medidas creíbles. Mal camino para ejecutar la ayuda europea, que cada día que pasa vemos que va a estar sometida, lógicamente, a un mayor control para que se emplee en reformas estructurales, y no en las ideas “buenistas” en las que parece querer aplicarlas el Ejecutivo.
En definitiva, la situación es muy preocupante, cada vez más. O el Gobierno rectifica de inmediato, cosa que no parece que vaya a suceder, y organiza una campaña eficiente de vacunación para lograr tener inmunizada a la mayoría de la población antes de la temporada de verano, o España puede comportarse peor incluso que estas previsiones del FMI, porque nuestro país no resiste dos veranos seguidos sin turistas. Ojalá rectifiquen a tiempo y podamos recuperar la prosperidad –y libertad– perdida. En el verano nos jugamos casi todo.
Como bien dice el Banco de España, el perfil de la recuperación del turismo internacional estará condicionado por la próxima temporada de verano. Por ello, España no puede seguir así: necesita una reapertura de la economía de manera urgente, pues la crisis económica ya es mucho más grave que la sanitaria, y no hemos visto todavía todo lo grave que puede llegar a ser la caída económica. No es contraponer economía con sanidad, pues, como he dicho muchas veces, sin economía no hay sanidad, porque un empobrecimiento general nos llevaría a contar con menores recursos para ello y produciría más muertes por todo tipo de enfermedad, sin contar las secuelas psíquicas, y también físicas por problemas circulatorios, por ejemplo, que va a haber tras esta crisis.
Una vez que la Semana Santa parece perdida, o se traza un plan de vacunación y apertura que permita volver a la normalidad, sin adjetivos, en el verano, o el camino al abismo económico se habrá completado y nos dejará durante largos años en estancamiento de la economía y con elevado desempleo, de manera que este recorte de previsiones del Banco de España puede llegar a parecernos, si sucede eso, Dios no lo quiera, algo menor.
























































