
ECB ADDS EU500B TO PANDEMIC PROGRAM, EXTENDS IT BY 9 MONTHS




Cuando las exportaciones de China aumentaron un 9,9% interanual en septiembre, la situación comercial del país parecía muy buena. Pero tras crecer un 11,4% en octubre —la tasa más alta en 19 meses—, las perspectivas mejoraron aún más. Así que, al conocerse la sorprendente expansión del 21,1% en noviembre, cabe preguntarse si es tan bueno como parece.
El dominio de China del comercio global a consecuencia de una pandemia originada dentro de sus fronteras es una de las consecuencias más imprevisibles de la crisis del coronavirus. El motor han sido en parte las exportaciones del tipo de productos de los que depende un mundo sumido en periodos de confinamiento intermitentes, en un momento en que otras exportaciones han hallado más dificultades para adaptarse.
Esto provoca ambigüedad. Por una parte, los sólidos datos comerciales de China podrían considerarse un indicio de la recuperación de la demanda global. Por otra, podrían verse como un signo de que la crisis persiste.
Ting Lu, economista jefe de Nomura en China, señala que la exportación de artículos textiles, entre los que se incluyen las mascarillas, aumentó un 22% interanual en noviembre, mientras que la de equipamiento médico, como los ventiladores, se incrementó en un 38% —en ambos casos por encima del crecimiento en octubre—. Sugiere que esto “probablemente se deba a la segunda ola más severa de Covid-19 en las economías extranjeras”.
En el caso de los productos demandados a consecuencia del teletrabajo, los datos apuntan en una dirección similar. Las exportaciones de electrodomésticos aumentaron un 62% en noviembre, frente a algo menos del 40% en octubre.
Yuan
Las impresionantes subidas no se ven afectadas por el fortalecimiento constante del yuan, que el viernes alcanzó su nivel más alto desde 2018 y se ha revalorizado un 6,5% este año. El argumento generalmente aceptado sugiere que una divisa más fuerte dañaría las exportaciones, pero no atravesamos tiempos normales.
La dirección que siguen las exportaciones de China también resulta elocuente. Pese a las tensiones patentes entre ambos países este año, las exportaciones totales a Estados Unidos aumentaron un 45,5% interanual en noviembre –la tasa de crecimiento más alta desde 2003, una vez reflejados los ajustes por el Año Nuevo chino–. Las exportaciones a la UE aumentaron un 25,9%. En el caso de Japón, donde el virus está más controlado, el incremento fue de sólo un 5,2%.
Pandemia
Lu ofrece argumentos que ayudan a explicar en parte esta dinámica. Destaca las “ayudas financieras masivas” en las economías desarrolladas para mantener el consumo y sugiere que estas políticas, combinadas con la demanda estacional, han contribuido a fomentar el interés en los artículos de protección personal y para trabajar desde casa.
Esto contrasta con la situación en China, que según señala fue la primera economía en salir de la pandemia, y donde el Gobierno ha optado en su lugar por medidas a favor del suministro que han ayudado a expandir la producción industrial.
¿Qué ocurrirá, por lo tanto, si la pandemia empieza a retroceder? Tommy Wu, un economista de Oxford Economics, prevé una rotación del consumo de bienes a los servicios en 2021 gracias a las vacunas. Esto, sumado a la naturaleza puntual de muchas de las compras, le lleva a prever que el comportamiento de las exportaciones de China será menos impresionante el año que viene, aunque la recuperación siga favoreciendo el crecimiento.
Erin Xin de HSBC señala, además, que las exportaciones de productos no relacionados con la pandemia aumentaron un 21% en noviembre, frente a la media del 7% en el tercer trimestre, y que el incremento de las exportaciones de artículos no vinculados a la pandemia no es tan alta como la de principios de año. Esto implica que la constante mejora de las exportaciones de China se fundamenta sobre unos pilares que van más allá de los efectos directos de la pandemia.
Pero las medidas de estímulo temporales para apoyar la economía –especialmente los ingresos que los gobiernos han proporcionado a los hogares– pueden haber alimentado la demanda de productos que guardan una relación menos evidente con la pandemia.
De este modo, los que traten de hacer cábalas sobre el futuro del comercio chino deben tener en cuenta las políticas occidentales motivadas por la pandemia, además de los productos consumidos.
https://www.blackrock.com/corporate/insights/blackrock-investment-institute/publications/outlook
We are turning more pro-risk tactically in 2021 by adding equities to our overweight in credit as we see the economic restart re-accelerate.
The equity risk premium looks reasonable to us – and lower real rates may allow it to compress further, supporting valuations. We advocate a balanced approach.
We like tech companies with structural tailwinds, as expressed in the quality factor.
We see such exposures providing resilience early in the new year, particularly if fiscal support disappoints or vaccine rollouts are delayed. We also favor selected cyclical exposures that we see thriving as the timeline for widespread vaccine deployment advances.
On a strategic horizon, the policy revolution and our view of higher inflation over the medium term warrant a rethink of government bond allocations. We see nominal bond yields as staying relatively rangebound, further diminishing the role of government bonds as portfolio ballast. We prefer inflation-linked bonds. Importantly, we maintain a higher allocation to equities than we would in typical periods of rising inflation.
The policy revolution has diminished the risk of a rapid rise in discount rates hitting valuations across asset classes.
We like sustainable assets as the tectonic shift toward sustainability is just getting started. We also see a greater role for China-exposed and private market assets for yield, potential appreciation and exposure to unique growth trends
We have downgraded European equities to underweight. The market has relatively high exposure to financials pressured by low rates. It also faces structural growth challenges, even given potential for catch-up growth in a vaccine-led revival. We have upgraded U.S. equities to overweight. We see the tech and healthcare sectors offering exposure to structural growth trends, and U.S. small caps geared to an expected cyclical upswing in 2021

Esta semana comenzó el último mes del año dando por cerrado un mes de Noviembre espectacular, sirva como ejemplo el +33% que ha subido en el mes el sector de energía en Estados Unidos (pese a lo cual sigue -36% en el año). Un resultado electoral más claro de lo esperado en Estados Unidos y las buenas noticias sobre las vacunas no explican del todo semejante movimiento, sino que es necesario recordar que a principio de mes el mercado estuvo muy cerca de capitular. Los inversores están ya centrados en 2021, siendo la pregunta más relevante si seguirá la rotación hacia las partes más dañadas del mercado (sector value). Yo creo que la recuperación tiene recorrido, pero que está más avanzada de lo que podría parecer (el mejor comportamiento relativo de las cíclicas empezó hace 6 meses), y creo que no es momento de incrementar pesos en los sectores más sensibles, como bancos y petroleras, pero sí en industriales.
El euro está en máximos de dos años y medio frente al dólar (1,2157):
El siguiente gráfico compara la evolución del euro/dólar y del índice del dólar (índice que mide el valor internacional del dólar con la media de los tipos de cambio del dólar y las principales divisas mundiales. La ruptura del índice DXY del dólar, que a pesar que rompió el nivel de 92.00 a la baja, vemos que el nivel de hoy de 90.78 correspondió a un 1,2370 en 2018
¿tenemos que ir hacia ese nivel? Pues cuidado, no lo descarto, pero me sorprende que sea antes de final de año, nos queda por resolver el tema del brexit, y si la resolución es favorable y positiva es posible que el rally lo veamos en el cruce de la libra contra el dólar GBP/USD que tiraba ayer hacia arriba y arrastraba vendiendo dólares al EURUSD un poco más al alza.

No hay un detonante concreto para el movimiento, gradualmente el dólar iba perdiendo terreno durante toda esta semana, pero desatacaría las siguientes:
Las noticias sobre las vacunas son muy positivas para el medio plazo, pero sigue habiendo muchas incertidumbres, incluido producción y distribución. Esta noche, fuentes de Bloomberg informaron que el productor de vacunas Pfizer reduciría el objetivo de implementación de fin de año a la mitad de la cifra original, citando los problemas de la cadena de suministro como los culpables…
La depreciación del dólar será la fuerza dominante en 2021, especialmente frente a divisas europeas. Las divisas emergentes, en cambio, no se verán muy beneficiadas pues aún siguen combatiendo la crisis y no ofrecen mayores tipos de interés como recompensa, siendo China la única excepción.
Las subidas de las Bolsas, sobre todo en Estados Unidos, con el Nasdaq y el Dow Jones tocando máximos históricos esta vez sí que han tenido su impacto en los bonos y en la divisa, el bono a 10 años americano se ha vuetlo a ir por encima del 0,90%, reflejando un flujo vendedor de deuda comprador de Bolsa.
Bono a 10 años Americano desde el 20 de Noviembre.

Y lo mismo ha ocurrido con el dólar, que finalmente perdió el nivel del 1,20 frente al euro:


Los gestores de fondos dan un giro de 180º y aumentan la exposición a Bolsa (Expansión)
Los gestores de fondos dieron un giro de 180 grados en noviembre y recomendaron la mayor exposición a la renta variable desde febrero: un promedio del 46,7% de su cartera modelo global, lo que supone un aumento de 5 puntos porcentuales desde el 41,4% de octubre y el mayor salto mensual desde que comenzaron a registrarse estos datos hace más de una década. La mayoría espera que el rally alcista de las bolsas durará más de seis meses, según la última encuesta de Reuters, realizada entre el 12 y el 30 de noviembre.
Pese al aumento de los casos de contagios por Covid-19, de las recesiones históricas y de las expectativas de frágiles recuperaciones económicas, el sentimiento de los inversores se vio mejorado por el avance de las vacunas, el descenso del dólar y las predicciones de que los mercados de capitales seguirían inundados de dinero barato.
“Nos hemos mantenido al margen anteriormente, señalando la creciente desconexión entre los movimientos del mercado y los fundamentos económicos. Pero ahora está claro que la recuperación económica mundial se verá apoyada por las noticias de la vacuna”, asegura el director de inversiones de una gran firma de gestión de fondos de EEUU. “También está claro que los mercados de valores se animarán aún más y las ventas de octubre nos proporcionaron el momento oportuno”, agrega.
Las posiciones en bonos representaron el 42,1% de la cartera de los gestores, frente al 45,5% del mes anterior, el porcentaje más bajo desde febrero, y la mayor caída intermensual desde finales de 2017. También se redujo la liquidez aconsejada, las inversiones en propiedades inmobiliarias y la cartera de activos alternativos.
Esto muestra un alejamiento del enfoque tan conservador que los gestores han mantenido este año.
Eso sí, casi dos tercios de los gestores encuestados cree que los beneficios empresariales se mantendrán por debajo de los niveles anteriores al Covid-19 hasta 2022.
El crecimiento de la producción industrial es un buen indicador positivo para los beneficios de las empresas, por lo que la resistencia en esta fase de la crisis es una buena señal para la continuidad de la recuperación de los beneficios en los próximos meses, en línea con las previsiones de los analistas.

El tema es que la fuerte recuperación de la Bolsa de los últimos meses ha ido por delante de la de los beneficios de las empresas, lo cual ha llevado a cotizar a los índices a múltiplos muy altos. Incluso si calculamos el múltiplo sobre los beneficios previstos para el 2021 el mercado europeo cotiza a 17,7x PER, que es elevado frente al múltiplo medio al que suele cotizar Europa (alrededor de 16x PER). En un mundo de abundante liquidez y rentabilidades de los activos sin riesgo en cero, podría asumirse que los precios de los activos en general van a ser elevados. Esta es una característica del mercado que ya existía antes de la pandemia y que continuará, incluso de forma más acusada tras ella. La consecuencia inevitable es que las expectativas de rentabilidades de los activos a largo plazo van a ser más modestas que en los últimos años. Un mercado de estas características estará expuesto a episodios de volatilidad cuando los inversores perciban el riesgo de un deterioro del ciclo, tal y como hemos visto en el período 2018-2020. Las acusadas diferencias de valoraciones entre sectores están favoreciendo la rotación de las últimas semanas, que debería continuar.

Importante esta semana:
De lo más importante que he visto ha sido el análisis de flujos que ha habido en Bolsa en Noviembre, las Bolsas han subido con mucho volumen y se vivió el mayor “inflow” (entrada de dinero) mensual histórico. 127,6 billones de dólares (supera en 20 billones el anterior máximo mensual). Entra dinero en todas las regiones pero es especialmente llamativo los 67,5 billones de dólares que entran en Bolsa americana. En Europa primer “inflow” relevante desde Julio 2020. En mercados emergentes tercer mes consecutivo de “inflows”. Han entrado 13 billones de dólares en Small Caps, lo cual es buena señal para el “value”.








La OPEP y Rusia acuerdan abrir gradualmente el grifo petrolero a partir de enero. Tras cuatro días de conversaciones telemáticas, los grandes productores de crudo han acordado aumentar su producción agregada en 0,5 millones de barriles al día, una cantidad inferior a la senda prevista inicialmente (2 millones de barriles al día a partir de enero), por lo que los recortes descenderán de los 7,7 millones actuales a los 7,2 millones de barriles diarios desde enero. De esta forma, el acuerdo logra contentar tanto a Rusia, que ve cómo los recortes comenzaran a suavizarse, como a los países de la OPEP, que logran consensuar una producción inferior a la prevista. Además, los países han acordado revisar la cifra de forma mensual para ir ajustando la producción a las condiciones del mercado. El acuerdo ha impulsado la cotización del crudo en los mercados, con el Brent cotizando en máximos de nueve meses y rozando los 50$/barril.
Prosiguen las tensiones entre Estados Unidos y China. El Congreso de EEUU aprobó finalmente la ley que obliga a las compañías chinas a cumplir con las normas contables estadounidenses bajo pena de ser excluidas de la bolsa estadounidense. Así, y tal y como se esperaba, la Cámara de Representantes dio luz verde al proyecto de ley que podría afectar a empresas como Alibaba, China Telecom o Petrochina. La Ley de Responsabilidad de las Empresas Extranjeras exige a las compañías chinas dar al Consejo de Supervisión de la Contabilidad de las Empresas Cotizadas acceso a las cuentas auditadas, algo que hasta la fecha ha prohibido el Gobierno chino. También podría obligar a las cotizadas a demostrar que no están controladas por un Gobierno extranjero. A partir de ahora, los grupos chinos tendrían tres años para cumplir los requisitos de auditoría. Este es el penúltimo acto de ofensiva estadounidense, que tuvo como detonante el falseo de cuentas de la cadena china de cafeterías Luckin Coffee, cuyos títulos se desplomaron un 80% y el Nasdaq la terminó excluyendo del parqué. Se prevé que Donald Trump rubrique la ley y también se espera que Biden mantenga la presión en próximos meses.
Importante la semana que viene:
Uno de los principales eventos de mercado de lo que queda de año será, sin lugar a dudas, la reunión del BCE del jueves de la semana que viene, donde Lagarde dará a conocer las nuevas proyecciones macro y el resultado de la recalibración de sus herramientas de política monetaria.
Veremos que las medidas se centrarán en aquellas herramientas que pueden incidir de manera más directa en el contexto macro de la Unión Monetaria Europea, destacando las TLTRO’s y el PEPP.
Sin lugar a dudas, el BCE ha conseguido proporcionar un marco de notable estabilidad a los mercados financieros a lo largo de los últimos meses. De hecho, se puede apreciar cómo la incipiente fragmentación en la deuda pública europea que se observó durante el pico de la crisis se ha reconducido totalmente, hasta el punto de que, en estos momentos, el coste de financiación medio de la UME se encontraría incluso por debajo del que había antes de la pandemia. Las medidas que se den a conocer deben buscar otro tipo de fines. De hecho, los propios miembros del Consejo dejaron entrever en varias ocasiones que la idea pasará por incidir sobre el contexto macro en la mayor medida posible, lo que hace que puedan prevalecer unas herramientas sobre otras.

Una de las alternativas que se podrían manejar a la hora de estimular la economía pasaría por seguir introduciendo la facilidad de depósito en mayor terreno negativo. En este sentido, un informe publicado hace unas semanas por el BCE abriría la puerta a este extremo, al concluir que la Autoridad Monetaria todavía estaría lejos de alcanzar un “lower bound” que se situaría en el entorno del –1.0%.
Una de las acciones que sí se pueden anunciar son nuevas TLTRO’s. En este sentido, creemos que las condiciones de las mismas deben cambiar para hacerlas más atractivas, pudiendo aumentar el volumen máximo de financiación en la Autoridad Monetaria (del 30% de la cartera de crédito elegible al 50%), incrementado el vencimiento (4 años) y ampliando el periodo en el que el coste de financiación puede llegar a situarse por debajo del tipo de depósito.
Otra alternativa muy factible sería la extensión del PEPP, tanto en volumen (500.000 millones de euros) como en duración (finales del 2021). En el apartado del importe, el riesgo estaría sesgado a una cifra menor, lo que incrementa el riesgo a que la Autoridad Monetaria pueda defraudar.
Los gestores de fondos dieron un giro de 180 grados en noviembre y recomendaron la mayor exposición a la renta variable desde febrero: un promedio del 46,7% de su cartera modelo global, lo que supone un aumento de 5 puntos porcentuales desde el 41,4% de octubre y el mayor salto mensual desde que comenzaron a registrarse estos datos hace más de una década. La mayoría espera que el rally alcista de las bolsas durará más de seis meses, según la última encuesta de Reuters, realizada entre el 12 y el 30 de noviembre.
Pese al aumento de los casos de contagios por Covid-19, de las recesiones históricas y de las expectativas de frágiles recuperaciones económicas, el sentimiento de los inversores se vio mejorado por el avance de las vacunas, el descenso del dólar y las predicciones de que los mercados de capitales seguirían inundados de dinero barato.
“Nos hemos mantenido al margen anteriormente, señalando la creciente desconexión entre los movimientos del mercado y los fundamentos económicos. Pero ahora está claro que la recuperación económica mundial se verá apoyada por las noticias de la vacuna”, asegura el director de inversiones de una gran firma de gestión de fondos de EEUU. “También está claro que los mercados de valores se animarán aún más y las ventas de octubre nos proporcionaron el momento oportuno”, agrega.
Las posiciones en bonos representaron el 42,1% de la cartera de los gestores, frente al 45,5% del mes anterior, el porcentaje más bajo desde febrero, y la mayor caída intermensual desde finales de 2017. También se redujo la liquidez aconsejada, las inversiones en propiedades inmobiliarias y la cartera de activos alternativos.
Esto muestra un alejamiento del enfoque tan conservador que los gestores han mantenido este año.
Eso sí, casi dos tercios de los gestores encuestados cree que los beneficios empresariales se mantendrán por debajo de los niveles anteriores al Covid-19 hasta 2022.

Hoy tendremos caídas en el mercado después de la reunión fallida de la OPEP y las caídas que se están produciendo en el precio del petróleo, a pesar de los buenos datos de PMIs oficiales conocidos en China, donde en el mes de noviembre el PMI manufacturero sube a 52,1 (vs 51,5 esperado vs 51,4 anterior) y servicios a 56,4 (vs 56 eseprado y 56,2 anterior), con lo que el compuesto se sitúa en 55,7 (55,3 previo), marcando una recuperación en V en toda regla y liderando la reactivación global en la que otras economías van más rezagadas (atención a PMI servicios España esta semana, que se podría mantener a la cola de Europa por el elevado impacto negativo de las restricciones a la movilidad). En Japón, la producción industrial ha crecido más de lo previsto, mientras que las ventas minoristas crecen por primera vez desde febrero.
En negativo, como decía, presión a la baja sobre el precio del crudo (-3% a 47 dólares el barril) ante la falta de acuerdo de los productores de la OPEP+ durante el fin de semana (reunión oficial hoy y mañana) para retrasar el incremento de producción previsto para enero 2021, falta de acuerdo que de confirmarse podría ejercer presión adicional sobre el precio del barril de crudo a corto plazo tras un +38% en el último mes y a la espera de que la demanda cobre mayor fuerza a medida que vayan llegando las vacunas en el medio plazo. Recordamos que el Comité conjunto de la OPEP+ recientemente sugirió a los países productores que estén listos para actuar, esto es, que estén dispuestos a retrasar en 3-6 meses el incremento de producción de +1,9 millones de barriles al día previsto para enero de 2021 para adaptarse a una demanda que la evolución de la pandemia (y consiguientes restricciones) podría hacer que tardase en recuperarse más de lo inicialmente previsto. A ello se suma el incremento de producción en Libia. Rusia y Arabia Saudí estarían a favor del retraso, pero Emiratos Árabes Unidos, Irak, Nigeria o Kazajistán estarían en contra. Veremos cómo finalizan las negociaciones.
De cara al conjunto de la semana, más allá de los relevantes datos macro que conoceremos y de la reunión de la OPEP+, estaremos pendientes de varias referencias importantes, destacando las primeras cifras de consumo navideño y las negociaciones del Brexit.
El Black Friday, seguido del Cyber Monday, dan el pistoletazo de salida a la temporada de consumo navideño, lo que nos dará una buena idea de la predisposición del consumidor a gastar (el consumo supone 2/3 del PIB en las economías desarrolladas) en el actual entorno de incertidumbre a corto plazo sobre la evolución de la pandemia y por derivada de su impacto en la economía, y a la espera de que en el medio plazo haya acceso global a vacunas.
Importante esta semana:
Hoy proseguirán las negociaciones presenciales del Brexit, en la que podría ser la última semana de conversaciones, y con la esperanza de avances definitivos en los temas más espinosos (derechos pesqueros, ayudas de estado…) y controvertidos políticamente en el Reino Unido tras las recientes dimisiones en el seno del gobierno de Johnson del ala más radical. La principal fecha clave será la Cumbre Europea del 10-11 diciembre, cuando se debería discutir el acuerdo final para ser aprobado en el Parlamento Europeo el 16 de diciembre, un acuerdo que entraría en vigor el 1 de enero de 2021 una vez finalizado el periodo de transición. La mayoría de analistas estiman que haya un acuerdo para final de año.
En el plano macro, el mercado estará pendiente de la actualización sobre las previsiones de crecimiento económico por parte de la OCDE. Además, se publicarán los PMIs finales en Europa, salvo en Italia y España donde será la primera publicación, y en Estados Unidos, donde además se conocerán los datos de empleo y el ISM, todos de noviembre.
Conoceremos la inflación de Noviembre en Europa, que continuará débil, se espera una caída del -0,20%, Bloomberg estima la misma cifra para la inflación de Octubre para Noviembre.
Importante la semana pasada:
En el frente macro de la Zona Euro resaltaron los datos de PMIs correspondientes al mes de noviembre, de los cuales se pueden extraer las siguientes conclusiones:

En lo que a Francia se refiere, la parte positiva es que la caída de la confianza empresarial, siendo significativa, está lejos de alcanzar niveles tan reducidos como los observados en el mes de Abril. Ello evidencia un contexto negativo y preocupante, pero lejos del caos observado en la primera parte de este año. Además, la decisión de ir levantando progresivamente las restricciones actuales hace pensar que los registros de noviembre serán un suelo, aunque la recuperación posterior será bastante lenta y pausada.

En Alemania, la publicación del IFO de noviembre apoyó que el efecto negativo del cierre en la economía será bastante más manejable que lo observado en la primera parte del año y, más concretamente en el 2T20. En este sentido, la resistencia marcada por el sector manufacturero no deja de ser remarcable (ver gráfico de abajo) y evidencia la idea transmitida la semana pasada de que la mayor tracción macroeconómica de socios comerciales de primer orden, como es el caso de China, está teniendo un efecto positivo que debe ayudar a amortiguar el lastre que a buen seguro experimentarán otros sectores.

Todo ello en su conjunto plantea las bases para que el PIB alemán del último trimestre del año tan sólo se salde con una estancamiento o ligera caída. En cualquier caso, los riesgos estarían sesgados a ver un resultado algo peor, especialmente desde el momento en el que el gobierno de Angela Merkel anunció una extensión de las medidas de restricción de la movilidad actuales hasta el 20 de diciembre.
En otro orden de cosas, las declaraciones de los miembros del BCE continúan alimentando unas expectativas del mercado cada vez más agresivas de cara al anuncio de estímulos por parte del BCE para la reunión de diciembre. En este sentido, conviene hacer un llamamiento a la prudencia, ya que este comportamiento empieza a generar un riesgo asimétrico creciente. De esta manera, puede darse la situación de que, incluso con un paquete de medidas objetivamente audaces, las mismas no lleguen a unos mínimos marcados por el propio mercado, lo que podría llegar a generar un re-pricing. Un ejemplo claro de este problema potencial lo tenemos en lo sucedido con la reunión del BCE de septiembre del año pasado, donde la “fiebre” del mercado llevó a descontar escenarios cada vez más agresivos que, finalmente, Draghi no llegó a cubrir, generando una corrección de curva bastante.

De hecho la inflación en Alemania no sólo no ha subido sino que se ha desplomado.

En EEUU la actividad macroeconómica estuvo directamente marcada por la celebración del Día de Acción de Gracias, provocando una acumulación de publicaciones los primeros días de la semana. En este sentido, cabe destacar que muchos de los indicadores llegaron a defraudar las expectativas del consenso, lo que deja entrever que la tercera ola está generando un lastre en términos de actividad. Desde nuestro punto de vista, lo más llamativo fueron las demandas semanales de desempleo que aumentaron por segunda ocasión consecutiva, reflejando que, más allá de la evolución favorable del mercado laboral en los últimos meses, todavía quedaría un largo camino para corregir todo el efecto negativo que tuvo la crisis sobre el mismo. Una muestra clara de este extremo lo reflejamos en el gráfico de abajo, donde vemos que, incluso asumiendo una extensión en el tiempo del grado de contratación visto en el último dato de paro de octubre, la economía estadounidense no acabaría de absorber el shock del Covid-19 hasta finales del 2021.


