CRECIMIENTO DEL 21,1% EN NOVIEMBRE/ EL CORONAVIRUS HA FOMENTADO LA DEMANDA OCCIDENTAL DE PRODUCTOS RELACIONADOS CON LA PANDEMIA, PERO NO ESTÁ CLARO SI ESTO SE MANTENDRÁ UNA VEZ LANZADAS LAS VACUNAS.

Cuando las exportaciones de China aumentaron un 9,9% interanual en septiembre, la situación comercial del país parecía muy buena. Pero tras crecer un 11,4% en octubre —la tasa más alta en 19 meses—, las perspectivas mejoraron aún más. Así que, al conocerse la sorprendente expansión del 21,1% en noviembre, cabe preguntarse si es tan bueno como parece.
El dominio de China del comercio global a consecuencia de una pandemia originada dentro de sus fronteras es una de las consecuencias más imprevisibles de la crisis del coronavirus. El motor han sido en parte las exportaciones del tipo de productos de los que depende un mundo sumido en periodos de confinamiento intermitentes, en un momento en que otras exportaciones han hallado más dificultades para adaptarse.
Esto provoca ambigüedad. Por una parte, los sólidos datos comerciales de China podrían considerarse un indicio de la recuperación de la demanda global. Por otra, podrían verse como un signo de que la crisis persiste.
Ting Lu, economista jefe de Nomura en China, señala que la exportación de artículos textiles, entre los que se incluyen las mascarillas, aumentó un 22% interanual en noviembre, mientras que la de equipamiento médico, como los ventiladores, se incrementó en un 38% —en ambos casos por encima del crecimiento en octubre—. Sugiere que esto “probablemente se deba a la segunda ola más severa de Covid-19 en las economías extranjeras”.
En el caso de los productos demandados a consecuencia del teletrabajo, los datos apuntan en una dirección similar. Las exportaciones de electrodomésticos aumentaron un 62% en noviembre, frente a algo menos del 40% en octubre.
Yuan
Las impresionantes subidas no se ven afectadas por el fortalecimiento constante del yuan, que el viernes alcanzó su nivel más alto desde 2018 y se ha revalorizado un 6,5% este año. El argumento generalmente aceptado sugiere que una divisa más fuerte dañaría las exportaciones, pero no atravesamos tiempos normales.
La dirección que siguen las exportaciones de China también resulta elocuente. Pese a las tensiones patentes entre ambos países este año, las exportaciones totales a Estados Unidos aumentaron un 45,5% interanual en noviembre –la tasa de crecimiento más alta desde 2003, una vez reflejados los ajustes por el Año Nuevo chino–. Las exportaciones a la UE aumentaron un 25,9%. En el caso de Japón, donde el virus está más controlado, el incremento fue de sólo un 5,2%.
Pandemia
Lu ofrece argumentos que ayudan a explicar en parte esta dinámica. Destaca las “ayudas financieras masivas” en las economías desarrolladas para mantener el consumo y sugiere que estas políticas, combinadas con la demanda estacional, han contribuido a fomentar el interés en los artículos de protección personal y para trabajar desde casa.
Esto contrasta con la situación en China, que según señala fue la primera economía en salir de la pandemia, y donde el Gobierno ha optado en su lugar por medidas a favor del suministro que han ayudado a expandir la producción industrial.
¿Qué ocurrirá, por lo tanto, si la pandemia empieza a retroceder? Tommy Wu, un economista de Oxford Economics, prevé una rotación del consumo de bienes a los servicios en 2021 gracias a las vacunas. Esto, sumado a la naturaleza puntual de muchas de las compras, le lleva a prever que el comportamiento de las exportaciones de China será menos impresionante el año que viene, aunque la recuperación siga favoreciendo el crecimiento.
Erin Xin de HSBC señala, además, que las exportaciones de productos no relacionados con la pandemia aumentaron un 21% en noviembre, frente a la media del 7% en el tercer trimestre, y que el incremento de las exportaciones de artículos no vinculados a la pandemia no es tan alta como la de principios de año. Esto implica que la constante mejora de las exportaciones de China se fundamenta sobre unos pilares que van más allá de los efectos directos de la pandemia.
Pero las medidas de estímulo temporales para apoyar la economía –especialmente los ingresos que los gobiernos han proporcionado a los hogares– pueden haber alimentado la demanda de productos que guardan una relación menos evidente con la pandemia.
De este modo, los que traten de hacer cábalas sobre el futuro del comercio chino deben tener en cuenta las políticas occidentales motivadas por la pandemia, además de los productos consumidos.

