Comentario de mercado 29 de Diciembre. Feliz Año!!

Os deseo Todo lo mejor para el 2024!

Lo más importante del 2023 y que ha marcado la buena evolución de los mercados, tanto de Renta Variable como de Renta Fija ha sido el cambio de paso de los Bancos Centrales, las buenas perspectivas para el crecimiento de beneficios a pesar de la desaceleración económica y los cambios en las políticas de China. La euforia de los últimos dos meses del año creemos que puede traer mucha volatilidad en el inicio de año, ya que todos los activos de riesgo están en niveles de sobrecompra o euforia muy elevados.

Los economistas predijeron una recesión para el 2023 que nunca ocurrió. En Octubre del 2022 Bloomberg Economics publicó un informe en el que reflejaba que las probabilidades que daban los economistas para que se diese una recesión en Estados Unidos en el 2023 era del 100%…

La debilidad en los datos de confianza en Estados Unidos vuelve a empujar el precio de los bonos y reduce las Tires en toda la curva.

El Euribor se ha desplomado al 3,68% y registra su mayor caída mensual en 14 años. El Euribor a 12 meses despide hoy 2023 firmando la mayor caída mensual desde febrero de 2009. Entonces, el índice hipotecario se desplomó desde el 2,622% hasta el 2,135% en plena crisis financiera global. Ahora, a falta del último registro del mes y del año, la media mensual del Euribor cierra diciembre en el 3,68%, frente al 4,02% de noviembre. Vuelve por lo tanto al nivel más bajo desde el pasado mes de marzo. Por su parte, el tipo diario se sitúa en el cierre anual en el nivel del 3,53%. Acumula cinco caídas consecutivas hasta los niveles más bajos del mes. El desplome del Euribor tiene un impacto positivo inmediato sobre las hipotecas que se revisan con periodicidad semestral. Según los cálculos de Asufin, realizados en base a un préstamo a 25 años con un diferencial del 1% sobre el Euribor, la caída de diciembre producirá un ahorro de 19 euros por cada 100.000 de hipoteca que se revise cada seis meses. O, lo que es lo mismo, de 228 euros al año. La referencia el es Euribor del pasado mes de junio, cuando escaló por primer vez este año por encima del 4%. Sin embargo, quienes se enfrentan a la revisión anual aún tienen que asumir un alza de la letra mensual. El descenso de diciembre (el segundo mensual consecutivo desde los máximos del año del 4,16% de octubre y tercero del año tras el registrado también en agosto) recoge con gran agresividad las nuevas expectativas de tipos de interés en la zona euro. La primera gran cita será el próximo 25 de enero, cuando el Banco Central Europeo (BCE) celebra la primera reunión de 2024, en la que podría ofrecer pistas sobre el futuro inmediato de los tipos de interés en la eurozona. Las expectativas de las firmas más optimistas pasan por una primera rebaja de 25 puntos básicos en marzo. El mercado está descontando hasta seis descensos a lo largo de 2024 que, según las previsiones más agresivas, podrían llevar el Euribor hasta niveles claramente por debajo del 3%.

Muy interesante esta semana un informe de Julius Bär en el que revisa los perdedores del Dow Jones de este 2023 que termina (the dogs of the Dow), refiriéndose a los valores menos queridos del índice Dow Jones. La búsqueda de perdedores también nos hace fijarnos en China, donde los analistas de Julius Bär ven una oportunidad de inversión contra consenso. Pese a la subida en el año del +13% del índice Dow Jones, de sus 30 miembros la dispersión es muy grande, Salesforce ha subido un 100,78% en el año, Intel +95,61%, Microsoft y Apple en torno al 50%, pero por el lado contrario Wallgreens ha caído un 29% en el año, Chevron un 16,56%, Johnson&Johnson un 11,36% y Nike un 7%. Esto es síntoma, no de la evolución de los beneficios actuales de las compañías, sino de las expectativas del mercado respecto a sus beneficios futuros, sobre todo impulsados por lo que el mercado cree que será un motor de los beneficios empresariales como es la Inteligencia Artificial.

Tanto la Reserva Federal en Estados Unidos, como el Banco Central Europeo, dejaron los tipos de interés sin tocar en su última reunión del año. Sin embargo, la Fed sorprendió por su cambio de tono al reconocer que la inflación se está moderando más rápido de lo esperado y que ha empezado a discutir la posibilidad de recortar tipos de interés. El BCE, en cambio, se resistió a hablar de bajadas por el momento. Julius Bär revisa su estimación de recortes de tipos de interés en Estados Unidos a 3 bajadas de 25 puntos básicos (mayo, julio y septiembre) que dejarían los tipos en la horquilla 4,5%-4,75% (el mercado descuenta bastante más). En lo que se refiere al bono a 10 años mantienen su previsión del 4,5% frente al 3,89% actual.

Los menores tipos de interés esperados por el mercado en Estados Unidos le restan potencial de apreciación al dólar frente al euro, lo que lleva a revisar la estimación de Julius Bär al 1,08, tanto a 3 como a 12 meses (anteriormente esperaban que se situara en 1,05 a 3 meses).

Una de las claves del 2024 serán las elecciones en Estados Unidos. Por el lado republicano habrá que esperar al comienzo de las primaras para ver si emerge algún candidato alternativo a Trump (Nikki Haley quizá) y también para ver el impacto del comienzo delos juicios contra el anterior presidente. En el caso de Biden, además de su edad, será el estado de la economía la que más influya en sus posibilidades.

Desde Bestinver me llegaba un análisis del The Economist muy interesante deesta semana analizando la dispersión de la inflación (una medida que calcula la proporción de elementos en la cesta de precios al consumidor donde los precios están aumentando más del 2% año tras año). Este análisis demuestra que en Estados Unidos la tendencia es buena, pero en Europa y especialmente España las cosas no son tan claras ya que la dispersión ha aumentado. Una vez más parece que en Europa la economía es menos flexible y tarda más en ajustarse.

Importante esta semana:

El petróleo ha roto esta semana la barrera de los 80 dólares por barril tras los nuevos ataques en el mar Rojo. Las tensiones en las costas de Yemen continúan esta semana y han acelerado los precios del petróleo. Además el oro muy cerca de nuevos máximos. La caída de los tipos reales en Estados Unidos y la debilidad del dólar siguen impulsando al oro, que se mantiene por encima de los 2.000 dólares la onza a solamente un 0,21% de los máximos de todos los tiempos.    

En Estados Unidos el índice de la Fed de Chicago que agrega los principales indicadores confirma una mejora al repuntar en noviembre hasta niveles de 0,03 frente al -0,66 anterior, abandonando así el terreno negativo, lo que apunta a que la economía continúa creciendo en la parte final del año.

También en Estados Unidos hemos conocido esta seamana que aumentó el déficit comercial de noviembre, Estados Unidos registró un mayor déficit exterior, que se situó en -90.300 millones de dólares frente a los 89.800 millones del mes anterior. Los datos fueron negativos dado que confirmaron una mayor debilidad de la actividad exterior, con un retroceso de las exportaciones del -3,6% mensual pero también de las importaciones que cayeron un -2,1%. Por otro lado, se publicaron datos del mercado laboral que siguen mostrando resistencia, las peticiones de subsidio por desempleo subieron en la última semana hasta 218 mil solicitudes desde las 206 mil previas. Unos niveles que en términos históricos siguen siendo reducidos.

Siguiendo con otros datos de Estados Unidos, las ventas pendientes de viviendas registraron un crecimiento nulo en noviembre, lo que sitúa la caída frente al mismo periodo del año pasado en el -5,1% desde el -6,3% anterior. Cifras que siguen mostrando debilidad de la actividad del sector.

Esta mañana hemos conocido en España el IPC preliminar del último mes del año y que mostró una ligera moderación de la tasa general al situarse el crecimiento de los precios al consumo en el +3,1% interanual, una décima menos que en el mes anterior. Por su parte, la tasa subyacente se frenó más de lo previsto y cerró diciembre en niveles del +3,8% desde el +4,5% anterior. Todavía no se han publicado los componentes, pero según adelantó el INE, esta evolución es debida, principalmente, a la estabilidad de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, frente a la subida de diciembre del año anterior. También influye la electricidad, cuyos precios aumentan menos que en diciembre de 2022. Con estos datos, el promedio de inflación para el año 2023 cerró en el +3,5% para el IPC frente al +8,4% de 2022. Por el lado de la tasa subyacente, el promedio del año fue del +6,1% interanual por encima del +5,2% del año pasado.

En España esta semana se publicaron los precios de producción industriales que en noviembre cayeron más de lo esperado. En el mes el retroceso de los costes de producción fue del -2% mensual desde el -1,4% del mes previo. Con este dato, el ritmo de descenso de los precios de producción industriales se situó en el -7,4% interanual y acumulan nueve meses de retroceso consecutivos.

En China este martes se publicó un fuerte incremento de los beneficios empresariales de las empresas industriales. En noviembre el crecimiento de los beneficios escaló un 29,5% interanual frente al 2,7% anterior. Con esta mejora de los resultados, el ritmo de contracción de los beneficios en el acumulado del año continúa reduciéndose. A falta de un mes para el cierre del año, la caída se sitúa ahora en el -4,4% desde el -7,8% anterior.


¿Qué pasó en 2023? Tom Burns Marañón. Expansión de hoy.

Puesto que el pasado moldea el futuro, cuando se escriba con la mesura que permite el tiempo la historia del año que ahora acaba, se marcarán varias fechas y se medirá hasta qué punto lo que ocurrió en ellas transformó lo que sucedió después. La historia cuenta por qué las cosas transcurrieron de una manera y no de otra y cuáles fueron las consecuencias del camino que tomaron.

El pasado 24 de febrero marcó uno de esos puntos de inflexión. Fue el primer aniversario de la invasión de Ucrania que ordenó Vladímir Putin y señaló que se había reiniciado una casi olvidada Guerra Fría. Sería un conflicto de desgaste y hoy, con la tropa atrincherada y el frente de batalla nevado, nadie sabe cómo acabará como tampoco lo supo hace más de medio siglo.

Otra fecha que salta a la vista es el 7 de octubre, el día de los brutales atentados terroristas perpetrados por Hamás y del comienzo del contundente bombardeo israelí de Gaza. Por enésima vez desde su creación en 1948 estaba en juego la supervivencia del Estado judío. Y en este último episodio de la serie se había hecho presente la amenazadora mano larga de Irán. También el antisionismo o el antisemitismo, que tanto da, en occidente.

Hubo mucho de déjà vu en ambos sucesos. Son ejemplos de la manía que tiene el homo supuestamente sapiens de repetir una y otra vez estrategias y experimentos que resultaron fútiles.

En cambio, lo novedoso que sucedió en 2023 con pretensión de ser transformador fue la reunión el 1 y el 2 de noviembre en la grandiosa mansión victoriana de Bletchley Park, situada en la campiña del condado de Buckingham, Inglaterra, de representantes de 28 países. Se reunieron para hablar de los retos de la inteligencia artificial y para que se aprovechase bien el tiempo, el gobierno de Londres, que actuaba de anfitrión, convidó a la tertulia a reconocidos expertos en la materia.

Al prime minister británico Rishi Sunak, el artífice de la reunión, le preocupa que la humanidad pierda por completo el control de la inteligencia artificial. Y no es ni mucho menos el único en temerlo. ¿Es razonable esta inquietud? Y si lo es, ¿qué se ha de hacer?

La informática Cecily Day, analista en el sector de protección de datos, da algunas pistas en un ensayo que escribió para Montrose, la revista que con ocasión de la Navidad publica anualmente la consultora londinense de inteligencia estratégica del mismo nombre. Day siguió de cerca lo que se discutió el día de Todos los Santos y el siguiente, de los Difuntos, en ese confortable palacete de Bletchley que es propiedad del Ministerio de Defensa británico. Cuenta cómo Elon Musk, que no necesita ninguna presentación, rompió el hielo con su acostumbrada habilidad de epatar al personal.

“Si tienes un genio de esos que salen de una botella, ¿qué le pedirías?”, interpeló Musk. Él es de los que creen que algún día, más pronto que tarde, todos tendremos un sinfín de deseos al alcance de la mano y por eso preguntó a los tertulianos en Bletchley: “¿Como encuentras una razón que te explique la vida si tiene un geniecillo mágico que te da todo lo que quieres?”.

Son preguntas que el mismo Musk ni puede ni sabe responder. Ante le preocupación de Sunak dijo que la inteligencia artificial “muy probablemente será una fuerza para el bien”, pero que él no podía garantizarlo, entre otras cosas porque, según sus cálculos, el desarrollo tecnológico se multiplica por cinco cada año.

Musk es uno de los centenares de expertos que reclaman una pausa de al menos seis meses en la instrucción que se da en los laboratorios de inteligencia artificial. Piden un intervalo que suspenda la carrera de innovación e introduzca algo de sosiego. El billonario del coche eléctrico, de X (antes Twitter) y de la colonización de Marte, es de los líderes de la tecnología de vanguardia que exigen que los gobiernos se tomen en serio la inteligencia artificial y que utilicen la pauta que piden para regular el sector.

El riesgo es obvio. La inteligencia artificial le va a dar la vuelta como un calcetín al mercado laboral. La oportunidad también. Musk and company podrán satisfacer deseos inimaginables porque abrirán la puerta a recursos e ingresos que antes ni se soñaban. Como se sabe el cáncer hay que detectarlo cuanto antes y los algoritmos de la inteligencia artificial pueden detectar tumores y graduar su agresividad con mucha más precisión que la biopsia. La biotecnología es solo un ejemplo de las bondades de la inteligencia artificial.

La pérdida del empleo no será una fatalidad porque la bonanza se repartirá. Sin embargo ¿y si se extravían los ritmos, las costumbres y los valores que dan sentido a la vida? Estas son palabras mayores. ¿Y si la inteligencia artificial prolonga la vida hacia la inmortalidad?

Al finalizar la “cumbre”, los representantes de los países asistentes, entre ellos España, firmaron una interesante declaración conjunta. Destacaron lo muy en serio que se tomaban la inteligencia artificial e intimaron que su reunión era el primer paso hacia su regulación. La conclusión, fruto de las conversaciones a tumba abierta en Bletchley, fue que lo que pertenecía al género de la ciencia ficción ha pasado a ser el tema de nuestro tiempo.

Como era de esperar, la reflexión compartida versó en torno a las oportunidades y los riesgos de los avances informáticos y sobre la necesidad de legislar acerca de lo que hacía y, sobre todo, de lo que sería capaz de hacer una maquinaria cuya velocidad para comprender datos con exactitud ya superaba la de la mente humana.

Bletchley es un lugar apropiado para hablar de algoritmos porque ahí se encerraron los mejores matemáticos de Reino Unido durante la II Guerra Mundial con el fin de descifrar los códigos militares nazis. Esto lo consiguieron al construir una computadora llamada Enigma que “leía” todas las comunicaciones del alto mando en Berlín.

Enigma fue el as que Churchill siempre tuvo oculto en el puño de la camisa y el secreto mejor guardado a lo largo de la contienda. Su arquitecto fue el malogrado informático teórico y criptógrafo Alan Turing que se suicidó después de la guerra tras ser procesado por su homosexualidad. Él y su equipo contribuyeron de una manera decisiva a la victoria aliada sobre Hitler.

Pocos lugares pueden ser tan idóneos como Bletchley para unir criterios sobre lo que se avecina. Los códigos de la inteligencia artificial, indescifrables salvo para unos pocos y continuamente reinventados, pueden ser utilizados tanto para hacer el bien como para hacer el mal. De utopías y de distopías trataba el encuentro y por eso acudieron a Bletchley representantes de Estados Unidos, de India y de China, de Israel, de Arabia Saudita y de los Emiratos Árabes, de Brasil y de Nigeria, de la Unión Eu-ropea y de Ucrania. Entre las 28 delegaciones faltaban Irán y Rusia.

Una reciente encuesta en Estados Unidos realizada por Pew Research Centre subraya que hay mucho interés en la ciudadanía por la aplicación de la inteligencia artificial para mejorar la calidad de servicios en el día a día, pero que su potencial a la hora de conocer los pensamientos de las personas e intervenir en su toma de decisiones despierta una enorme desconfianza.

La dualidad de reacciones fue debidamente reflejada en la Declaración de Bletchley. Según los reunidos: “La inteligencia artificial ofrece enormes oportunidades a escala global: tiene el potencial para transformar y aumentar el bienestar humano, la paz y la prosperidad”. Sin embargo, para realizar todo esto y por el bien de todos: “La inteligencia artificial tiene que ser diseñada, desarrollada, distribuida y usada de un modo que sea seguro y de una manera responsable que esté centrada en la persona humana”. En lenguaje diplomático decía que hay que regular.

Los representantes de la comunidad internacional que se habían reunido en Bletchley declararon su deseo de cooperar en el campo de la inteligencia artificial para promocionar: “El crecimiento económico inclusivo, el desarrollo sostenible y la innovación, para proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales y para fomentar la confianza pública en la realización de la plena potencialidad de los sistemas de inteligencia artificial”.

La reunión de Bletchley ha puesto en marcha un proceso y hay regulación para rato. Lo agradecerán los de la industria como Musk porque sabrán a qué atenerse. Y los ciudadanos de a pie que están sometidos a las viciosas noticias fake.

Pero, no faltan los que dudan que se puedan acordar, globalmente y en tiempo récord, normas de obligado cumplimiento. Y son muchos los que dicen que aplicar paquetes legislativos para controlar la inteligencia artificial equivale a poner puertas al campo.

¿Qué pasó en 2023? Pues sucedió que el geniecillo y su magia salieron de la lámpara, de la botella o del laboratorio dónde estaban. No hay regulación, de momento, que le silencie porque el raciocinio humano ha sido superado y el curso de la vida va perdiendo su sentido. Pero siempre quedará Bletchley.


Feliz año nuevo!!

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